sábado, 9 de mayo de 2009

THE INTERNATIONAL


Un agente de la interpol (Clive Owen) y una fiscal de Nueva York (Naomi Watts) serán los encargados de la difícil tarea de intentar demostrar las conexiones entre la banca y el crimen organizado.

Los thrillers sobre grandes empresas y sus miserias siempre me han gustado. Las novelas de John Grisham sobre las actividades poco lícitas de grandes compañías han creado escuela en pelis recientes como El jardinero fiel o Michael Clayton.

En un mundo tan globalizado como el actual, en el que los grandes capitales se mueven de un extremo del mundo al otro en un abrir y cerrar de ojos, se crean las condiciones ideales para que las grandes multinacionales se aprovechen de los vacíos legales existentes. Se pueden convertir en grandes monstruos que fagocitan todo lo que pueden e incluso van más allá de los límites establecidos por el capitalismo (si los hubiere).

The international se inventa un gran banco ficticio con un enorme poder que negocia con capitales de muy dudoso origen. Un banco que no duda en asesinar impunemente (y a veces de forma bastante poco sútil) a quien haga falta.

Con una trama así de interesante el alemán Tom Tykwer (Corre, Lola, Corre, El perfume) nos ofrece un atípico thriller que rezuma pesimismo desde el primer plano. Tykwer va desarrollando la trama de forma eficiente, sin trampas ni engaños para el espectador.

El guión me pareció inteligente y permanece cercano siempre a la realidad, sin concesiones a la comercialidad más palomitera. Contiene frases de esas que se recuerdan durante años como: "Evitando tu destino te puedes chocar con él" o "En la vida hay que saber que puente debes quemar y cual debes cruzar, yo soy el que debes cruzar".
No hay una forzada historia de amor y es de agradecer que no hayan metido espectaculares escenas de persecuciones o tiroteos a lo Matrix. Pero el film puede que no acabe de atrapar al espectador que espere un thriller convencional (con un gran final lleno de explosiones), se puede hacer aburridilla a los más jóvenes.

El ritmo film es bastante adecuado, sin acelerones, hasta que explota en una genial escena que acontece en el museo Guggenheim de Nueva York. Una escena muy bien filmada con momentos muy logrados.

Aparte del guión, la fotografía es de lo mejor del film (bellos planos de Berlín y Estanbul). En cuanto a los actores , Clive Owen y Naomi Watts están correctos (tampoco son ninguna maravilla pero dan el pego) aunque yo me quedo con la gélida interpretación de Armin Mueller-Stahl. Así pues nos queda una peli bastante correcta.

7

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