miércoles, 29 de julio de 2009

La cuestión humana (La question humaine)

El jefe del departamento de recursos humanos de una gran empresa recibe el encargo de evaluar psicológicamente al director general.



Pues la premisa del film no está mal y puede dar mucho juego (Michael Clayton era sobre algo parecido). Se pueden buscar muchos caminos para hacer el film entretenido o interesante. No es el caso. Menudo ladrillo de peli. Lo siento mucho pero el cine francés ha vuelto a perder muchos puntos tras esta película. Madre mía qué aburrimiento. Me importan poco todos los premios y menciones especiales de todos los jurados de todos los festivales que se haya llevado esta peli. Es un ladrillo.

Dos horas y media de diálogos tan interminables como vacíos y una forma de rodar de lo más lenta que te puedas imaginar. Si le sumamos que todas las escenas se hacen eternas, que la trama no avanza y acaba en el más absoluto de los vacíos… tenemos un film realmente pedante y ridículamente pretencioso.

Parece ser que el film pretende ser un sesudo estudio psicológico del competitivo mundo empresarial y cómo para las grandes empresas sus empleados no son más que números. Vale, puede que no les falte algo de razón. Pero comparar el sistema empresarial de la Europa actual con el genocidio nazi me parece querer ser demasiado filosófico/intelectual/pedante.

Pero aún así, la cosa se podría haber hecho con interés y/o ritmo (premisas más ridículas han dado lugar a pelis realmente notables: pájaros que atacan a los humanos, princesas en el espacio, un club de gente que se pega, un robot solitario) pero ya he dicho que no es el caso. Sólo Michael Haneke y su bodrio Caché (Escondido) me han parecido en los últimos años tan pedantemente aburridos.

Otros directores se van de cabeza y realizan verdaderos ejercicios de imaginación que rozan la paranoia y la locura: Buñuel, Jodorowsky o David Lynch son directores bastante raros (o surrealistas) que gustan de abofetear al espectador para despertarle de su letargo y hacerle pensar. A muchos espectadores no les gusta que les impresionen ni les hagan pensar. Pero a nadie le gusta que le aburran.

Pues parece que el director Nicolas Klotz sólo tiene interés en aburrir al espectador. Nada impacta ni impresiona ni entretiene. El tedio más absoluto se apodera irremediablemente de quien comete el error de ver esta peli. Yo, al menos, la vi en versión original y repasé el idioma (de ahí 1 punto de los 2 con los que la he puntuado).

Tampoco la floja interpretación de Mathieu Amalric y su inexpresiva cara ayudan mucho. Mathieu Amalric ya ha sido este año el peor villano de la saga de 007 por Quantum of Solace y con esta peli confirma que lo de actuar no es lo suyo: se limita a abrir mucho los ojos, casi no pestañear y ponerse inexpresivamente serio. Si has visto la foto al inicio de este post ya has visto todas las caras que pone Amalric en toda la peli. Curiosamente en el reparto está también Michael Lonsdale que también hizo de villano de 007 en Moonraker (1979).

Igual es que yo soy muy corto o no he estudiado en la Universidad de la Sorbona o yo qué sé. Pero no le vi el interés a este film por ningún lado. Bueno, lo único que me gustó fue el brutal monólogo final con la imagen en negro (el punto que faltaba). Igual me gustó debido a que llevaba 1 hora rezando para que la peli se acabara de una vez.

Penosamente aburrida.

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2 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Un ladrillo como la copa de un pino. Desde luego que sí.
Enhorabuena a todos los que disfrutaron viéndola. Dios les bendiga.

Crowley dijo...

La película es densa, pero la narración es impecable, lo cual no hace que la pelicula sea todo lo decente que debería, ya que aburre en muchos momentos y para mi el final es fallido.
Saludos