lunes, 9 de noviembre de 2009

El imaginario del doctor Parnassus (The Imaginarium of Doctor Parnassus)


El imaginario del doctor Parnassus es un cochambroso espectáculo ambulante que recorre las calles de Londres en busca de público. Todo cambia cuando casualmente encuentran a un hombre colgando de un puente.


Las películas del estrafalario Terry Gilliam siempre son especiales. No es director que suela plegarse a los deseos de la industria ni tan siquiera del público. Gilliam rueda sus historias como le da la gana. Son míticas las largas y difíciles gestaciones de sus films. A veces no consigue financiación o la tragedia parece cebarse con él o debe ceder en algunos aspectos a mitad de rodaje para lograr llevar a buen puerto la película. Esta vez el destino quiso que Heath Ledger (el inolvidable Joker de El caballero oscuro) muriera en pleno rodaje sin haber terminado sus escenas, con lo que todo el film corrió un serio peligro de nunca finalizarse. Pero Gilliam superó el golpe y logró acabar el film usando algo que le sobra y que generalmente escasea en el cine actual: imaginación.

Y es que El imaginario del doctor Parnassus es todo un canto a la imaginación. Es un film extraño lleno de curiosos personajes, un film visualmente espectacular y con mensaje. Yo disfruté mucho de esta película y para mí es ya una de las mejores del año y un clásico más a añadir a la fascinante filmografía de su autor. Ya desde sus inicios en los Monty Python, los viajes en el tiempo (12 monos, Los heroes del tiempo ) o la confusión entre realidad y ficción (Miedo y asco en Las Vegas, Brazil, El rey pescador, Tideland) siempre son temas recurrentes en la filmografía de Terry Gilliam y no faltan tampoco esta vez.
En El imaginario del doctor Parnassus Gilliam nos ofrece un espectáculo audiovisual apabullante. El mundo real está lleno de trastos, cachivaches y basura que le confieren un aspecto desolador. El carromato es casi un personaje en sí mismo, igualmente los objetos tienen mucha importancia (la flauta) y los vestidos de los comediantes son destartaladamente geniales. El mundo imaginario es incluso más cautivador, formando parte del imaginario visual propio del autor. No olvidemos que Terry Gilliam y Tim Burton son de los pocos directores que tienen un estilo visual propio y fácilmente reconocible. Esta vez Gilliam sublima su estilo elevándolo hasta cotas insospechadas. Escenas como la del baile entre espejos, el templo o las escaleras hasta el cielo son de las más cautivadoras en años.

Pero no sólo hay imágenes surrealistas, Terry Gilliam no nos ofrece un espectáculo vacío (nunca lo ha hecho). La historia está abierta a múltiples interpretaciones y segundas lecturas. Es una historia sin fin, tan larga como el tiempo, la eterna lucha entre el bien y el mal, entre la realidad y la fantasía. El film es un homenaje a los contadores de historias y los magos que entretienen a la sociedad aportando un soplo de esperanza aunque sea falsa. El mundo siempre los va a necesitar.


Los personajes me cautivaron desde el principio: el sabio inmortal que vive como un vagabundo, el fiel enano cascarrabias, la bella joven que sueña con llevar una vida normal, el ahorcado sin memoria, el joven actor enamorado, todos los personajes están perfectamente dibujados.

Las interpretaciones también están a una gran altura, empezando por Christopher Plummer, simplemente genial en un papel siempre a punto de quebrarse. Lo cierto es que Plummer da todo un recital interpretativo (ayudado por ingentes cantidades de maquillaje). Igualmente me sorprendieron la modelo de extraña belleza Lily Cole y el desaparecido Heath Ledger. Ambos están muy bien y hacen creíbles a sus peculiares personajes.
Ya he comentado que la treta para que no se note la falta de Ledger está muy bien conseguida y las actuaciones de Jude Law o Johnny Depp son más que correctas. Sólo me falla algo Colin Farrell que me pareció demasiado histriónico. Aunque el que más me gustó fue Tom Waits como Mr Nick, un personaje que se ajusta como un guante al cantante del inframundo. Es impresionante oír la rota voz de Waits en los irónicos diálogos con Plummer. Me resultaron especialmente interesantes.

Resumiendo, es una buena película y una experiencia muy recomendable.

7,5


P.d.: Por cierto, lo peor del film es que un sábado a la sesión de las 19:50h en versión original subtitulada sólo estábamos 2 personas en la sala.

5 comentarios:

Dr. Quatermass dijo...

Muy de acuerdo, aunque creo que necesito una revisión pero ya. Joer que suerte, un pase privado!

Nanu dijo...

Espero poder verla pronto, esta peli me dan muchas ganas de verla.
Saludos

Luis Cifer dijo...

Hombre, lo del pase privado no deja de ser un poco desolador. Es muy triste ir a un cine y ser los únicos, daban ganas de poner los pies en el respaldo (lo hicimos).

Crowley dijo...

Sólo Gilliam hubiese sido capaz de reponerse al duro varapalo sufrido durante el rodaje y acabar esta hermosa película. Mi preferido, Tom Waits.
Saludos

Kinezoe dijo...

Totalmente de acuerdo, coincidimos plenamente. De lo mejorcito que ha salido últimamente en cine. Es de las que te dejan muy buen sabor de boca.

Y al hilo de su distribución en cines, creo que ha sido una película tremendamente discriminada. Me consta que en algunas grandes ciudades no ha llegado ni una sola copia, aunque claro, si encima cuando se exhibe no va la gente a verla, pues no me extraña...

Saludos.