lunes, 14 de diciembre de 2009

Garras humanas (The unknown, 1927)


A principios de los ochenta Javier Gurruchaga y su Orquesta Mondragón popularizaron una gran canción de extraño título que iba de un hombre que se mutilaba para conseguir el amor de su amada. La canción se llamaba Garras humanas y estaba basada en la película muda de 1927 y de mismo título en castellano.


El cine mudo adolecía de muchas deficiencias técnicas, el séptimo arte estaba aún dando sus primeros pasos pero ya había pioneros que demostraban ir sobrados de talento. Uno de ellos era Tod Browning. Browning es más conocido por títulos como Freaks (La parada de los monstruos) o Drácula (con Bela Lugosi). Son grandes films que dejaron una huella imborrable en todo el cine posterior (sobre todo en el fantástico y terror) pero hoy prefiero hablar de Garras humanas.
Principalmente hay que destacar que la historia de Garras humanas es tan pasional y exagerada que parece una novela romántica del siglo XIX. Temas como los amores imposibles, el honor o el destino aún estaban muy presentes a principios del siglo XX.
Nuestro protagonista aparenta ser un lanzador de cuchillos mutilado pero en realidad es un cruel criminal perseguido por la justicia. Su crueldad no le impide caer enamorado locamente de una bella mujer que odia que la manoseen (Joan Crawford). Tan locamente que estará dispuesto a todo por conquistarla. Ni que decir que un personaje tan extremo era idóneo para Lon Chaney, conocido como el hombre de las mil caras.

Chaney preparaba a conciencia sus papeles y no tenía reparos en sufrir durísimos castigos corporales para preparar sus personajes. Chaney incluso se preparaba él mismo sus caracterizaciones y se fabricaba dolorosos mecanismos para modificar las facciones de su cara. Son antológicas sus caracterizaciones para El jorobado de Notre Dame o El fantasma de la Ópera.

En Garras humanas Chaney disimulaba sus brazos ajustándolos fuertemente contra su cuerpo, provocándole intensos dolores. Tengamos en cuenta que aún no había efectos especiales de ningún tipo (y menos digitales) ni departamentos de maquillaje. Muchos de los pegamentos y materiales usados por Chaney eran altamente tóxicos y cancerígenos, pero eso se descubrió bastantes años después de que Chaney muriera de cáncer de pulmón. Precisamente Chaney era el candidato de Browning para Drácula, pero su muerte obligó a buscar un sustituto, siendo el húngaro Bela Lugosi el elegido. Lugosi no hablaba ni una palabra de inglés y se aprendió el texto fonéticamente. Todo ello unido a la afición de Lugosi a ciertas sustancias configuraron una interpretación tan hierática y artificial que ha pasado a la historia del cine.

Volviendo a Garras humanas, Chaney despliega todas sus artes interpretativas. Chaney realiza una memorable interpretación pasando de las miradas tiernas a las pérfidas en sólo un segundo, de la risa más alegre al llanto más descorazonado, dando todo un recital de histrionismo y contención a la vez. Hoy su interpretación sería calificada de excesiva, pero en el cine mudo no había refuerzos interpretativos como el tono de los diálogos o la música. Sólo la expresión corporal. Por eso muchas veces los maquillajes y los gestos son excesivos, grandilocuentes, para dar mayor énfasis. Era un mal heredado del teatro, donde el espectador no puede acercarse al actor para ver mejor la expresión de su cara, por eso ciertas interpretaciones teatrales o del cine mudo pueden llegar a parecernos exageradas vistos hoy día.

A parte de la impresionante interpretación de Lon Chaney, la dirección de Browning es también memorable. Browning se maneja perfectamente en el grotesco ambiente circense. Como en Freaks, Browning opta por personajes al margen de la sociedad y la ley que viven en un microcosmos (el circo) en el que imperan otras leyes, a veces crueles. Los personajes del circo (hombre forzudo, lanzadores de cuchilos, payasos) son tratados con una mirada piadosa pero no exenta de dureza. Eso sí, en Garras humanas Browning rebajó algo el tono y los personajes del circo no son tan extremos (o extraños), dando una visión algo más normal del circo. En otras palabras, hay menos fenómenos de la naturaleza.
La fantástica fotografía en blanco y negro crea un ambiente irreal casi de fábula que se combina perfectamente con la truculenta trama del film.
Creo que esta película no está editada en DVD y dudo que sea fácil de encontrarla, pero os invito a buscarla (ya sabéis cómo), vale la pena.


6 comentarios:

Möbius el Crononauta dijo...

Increíble e impactante película. Lon Chaney está colosal. Clasicazo donde los haya

José Luis López Recio dijo...

No la he visto y por lo que dices debería buscarla.
Espero encontrarla.
Saludos

Dr. Quatermass dijo...

He venido corriendo en cuanto he visto que hablabas de este pelicula, uno de fils mudos favoritos. La escena final es antologica mas alla de todo lo imaginable. Lon Chaney era iniguablable, pero aun mas un director tan fascinante al mismo tiempo que enigmatico como Tod Browning (solo hay que pensar en Freaks). Gracias por rescatar esta maravilla y a ver si alguien se anima a verla gracias a tu post.

Saludos!

Mister Lombreeze dijo...

"soy el hombre sin brazos del circo... yo perdi mis brazos y perdí tu amor...", pues señores, yo conocí la peli de Tod Browning gracias a la canción de la orquesta mondragón.
Tod Browing es uno de los grandes maestros de la historia del cine. En mi opinión su filmografía es imprescindible.
Gran peli y buen post.

Educare dijo...

Aquí está la pelicula, es mejor descargarla para verla:
http://www.cultmoviez.info/17649/unknown.html

Anónimo dijo...

Estupenda película. Me ha hecho mucha gracia lo que cuentas sobre Lugosi.