miércoles, 26 de mayo de 2010

Spartacus: Estoy enganchado



Sí, ya sé que ultimamente no estoy viendo mucho cine, lo siento. Es que estoy visionando la serie Spartacus, sangre y arena. Muchos colegas me la habían recomendado y la verdad es que tenían razón.
Las brutales peleas de los gladiadores de Capua, las intrigas de la casa de Batiatus, la extraña estética cruce de Gladiator y 300, la sangre inundando la pantalla y las gratuitas escenas de sexo me han acabado atrapando. Aparte del envoltorio cargado de violencia y sexo, la serie es un entretenimiento perfecto con unas tramas de luchas por el poder realmente muy logradas. Obviamente todos los episodios acaban dejándote ansioso de ver el siguiente.

Spartacus es otro ejemplo de que en los últimos años algunas series de televisión han superado ampliamente al cine en cuanto a calidad. Opino que estamos viviendo una época de oro dentro del género de las series televisivas. Nunca ha habido tantas series y de tanta calidad. Series como Los Tudor, House, Perdidos, Dexter, Los Soprano, The wire, Boardwalk empire o True Blood demuestran que actualmente hay mejores historias y mejores guionistas en la televisión que en el cine. El formato televisivo permite desarrollar unos personajes a través de los episodios, algo que el cine debe limitar a hora y media. Aunque los efectos visuales sean algo más baratos (cada vez menos) las tramas están mucho más elaboradas.
Spartacus se centra en la época en la que el famoso rebelde contra el imperio romano estuvo como gladiador estuvo en el ludus de Batiatus. Las tensas relaciones entre gladiadores (que no dejaban de ser esclavos cuya vida no valía nada) y sus señores se verán enturbiadas aún más por la ambición y avaricia de Batiatus (John Hanah) y su esposa Lucrecia (Lucy Lawless, conocida por su papel de Xena, la princesa guerrera). Sus personajes son lo mejor de la serie por encima de los esculturales cuerpos de los gladiadores y los litros de sangre desparramada. En sus deseos de triunfar arrasarán con todo aquello que se interponga en su camino, moviendo y cortando los hilos y las vidas necesarias para subir de escala social. Los esclavos son meros objetos prescindibles, la vida humana no valía nada en la república romana. En este brutal entorno es en el que se mueve la serie.
Domina.

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