lunes, 27 de septiembre de 2010

Carancho



El carancho es un ave rapaz, como el personaje de Ricardo Darín, quien abandona su eterno papel de buena persona que tan buenos resultados le ha dado en films como El hijo de la novia, Luna de Avellaneda o El secreto de sus ojos. Carancho es un film de cine negro, negrísimo, a la argentina. Nos presenta una sociedad vertebrada por la picaresca y la mentira. Concretamente se centra en los accidentes de tráfico y el turbio negocio que se mueve alrededor.

Los personajes del film están atrapados en una terrible realidad, el convivir diariamente con los accidentes y sus consecuencias les proporciona una dolorosa visión del mundo. Un mundo insoportable del que intentarán escapar. De eso va este film. de personas que intentan escapar de la realidad que los ahoga. Personas heridas, aisladas, que huyen de sí mismos y de una cotidianeidad marcada por la sangre y la muerte. No esperes encontrar en esta película diálogos ingeniosos o chistes existencialistas, no es el tipo de cine argentino que estamos acostumbrados.

La excelente dirección de Pablo Trapero es muy fría y nada agradable para el espectador. Te sumerge en un infierno de frías oficinas, ambulancias y hospitales, convirtiendo el film en una experiencia casi dolorosa. Trapero es un buen realizador, consigue complicados planos secuencia realmente espectaculares y todas las escenas tienen una veracidad casi documental. Especialmente realistas son las escenas de la sala de urgencias, las palizas y los accidentes de coche.
El conjunto resulta demasiado duro y hermético. Trapero crea una atmósfera asfixiante que no deja respiro al espectador. No hay ni un ápice de humor ni humanidad en esta historia, resultando casi imposible simpatizar con los personajes. Ningún secundario es simpático ni entrañable, todo es sórdido en el film. Cuando llega el final (magnífico plano secuencia) uno no puede dejar de pensar que por suerte sólo es una película y no tenemos que vivir en un mundo así.
A mí Ricardo Darín me ha gustado (como siempre), su cambio de registro me parece todo un acierto. Igual de acertada está Martina Gusman (a la que yo no conocía) quien borda un papel muy extremo a base de miradas y silencios.

Resumiendo, un drama amargo y violento.

6,5

1 comentario:

Mister Lombreeze dijo...

Vale, vale, tomo nota. Es que tengo muchas ganas de verla. Me voy preparando para pasar el trago lo mejor posible.