sábado, 29 de enero de 2011

Amor y otras drogas (Love and other drugs)



Esta película podría haber sido una comedia (incluso tiene un secundario gordito y gracioso) pero un personaje tiene una grave enfermedad. Igualmente podría haber sido una ácida crítica al mundo de los laboratorios y la sanidad norteamericana (pero todo el metraje tiene un tono amable). También podría haber sido una película romántica de esas que empalagan a los hombres y encantan a las mujeres (pero tiene escenas de sexo y desnudos que no son muy habituales en estas pelis). Incluso podría haber sido un dramón lacrimógeno de enfermedades y hospitales (pero el sexo, las chicas desnudas, el viagra y el hermano pajillero le restan bastante dramatismo).

Así pues, Amor y otras drogas es una coctelera que funciona a ratos. Al principio puede parecer un film ligero, tampoco ayuda mucho que se publicite este film como una comedia (algo que no es exactamente). La inclusión de temas como las enfermedades degenerativas le van restando superficialidad y le dan una profundidad poco habitual en una comedia romántica. Luego vuelve a tener algún intento de comedia gamberra pero ya es tarde, después de hablarnos de enfermedades el chiste fácil del tipo empalmao ya no es tan efectivo.

A mí el tono que ha elegido Edward Zwick (Leyendas de pasión, Diamantes de sangre, Resistencia, El último samurai) me parece arriesgado. Zwick deja el cine épico para dirigir esta película aparentemente mucho más sencilla y banal. Quizás este film era un encargo para hacer una comedia romántica más, pero acabó siendo otra cosa. Zwick demuestra ser un hábil director no sólo de grandes decorados y batallas sino también de escenas de diálogos, demuestra saber hacer reír y emocionar al espectador. Pero los cambios de registro de la historia no están siempre bien conseguidos (no era nada fácil aunque otras veces ha funcionado algo mejor).

Sinceramente, yo echo en falta algo de mala leche en esta película. Está bien y se ve sin problemas pero acaba siendo demasiado obvia. Al final deja de lado la acidez y se decanta por el romanticismo y el clásico final. Deja pasar una oportunidad de oro de ser un mordaz film sobre el sistema sanitario americano. Sí dejan caer cosas como que los ancianos se van en autobús a Canadá a comprar allí las medicinas o el lucro que logran las industrias farmacéuticas a base de presionar a los médicos para que receten sus medicamentos, pero poco más. Ya sabemos todos el poder que tienen los laboratorios en el mundo y el dinero que mueven a costa de nuestra salud. Me pareció curioso el caso del vagabundo que empieza a tomar unas pastillas que acaban en la basura y así consigue ir enderezando su vida. Quizás lo único que nos separa de la mendicidad sean unas pastillas, interesante.

Buena parte de los aciertos del film recaen en la credibilidad de las actuaciones de sus protagonistas. Jake Gyllenhaal (Zodiac, El principe de Persia) está bien pero Anne Hathaway me sorprendió muy gratamente. Es ella el verdadero motor de la película, la que consigue que los altibajos acaben teniendo sentido, su actuación se nos antoja cercana y veraz. Por suerte, ya no hace pelis de princesitas.

Puede que no sea del total agrado de los que busquen una comedia romántica, pero yo pasé un rato ameno.

6


3 comentarios:

José Luis López Recio dijo...

Tomo nota sobre la película. La actriz me encanta, y no sólo pro su físico.
Saludos.

Gárgola dijo...

Tanto el actor como la actriz son de mi agrado, pero no sabia que esperar de esta pelicula. Despues de leer su entrada le daré una oportunida, ya le contaré.
Un saludo

Manuel Márquez dijo...

Ya veo, compa Luis, que ni buena ni mala, sino todo lo contrario, como decía aquel... Luces y sombras para una propuesta que es de ésas que a mí me tiran más bien poco (por no decir que nada, o casi nada...), pero que, como todas, ya veo que tiene algún apunte positivo. Mejor así...

Un abrazo y seguimos trasteando.