jueves, 3 de marzo de 2011

Pan negro (Pa negre)



Hace años, de niño, vi una película de Agustín Villaronga. Era una película claustrofóbica y enfermiza sobre un pederasta nazi encerrado en un pulmón de acero, se llamaba Tras el cristal (1987). Durante años ha sido una de mis películas españolas favoritas. Al menos era valiente y arriesgada. No es de extrañar que Villaronga haya pensado seriamente en dejar el cine debido a la dificultad para lograr financiación para sus particulares películas. Tras años aceptando encargos, ahora parece que ha regresado por la puerta grande con Pan negro.


Muchos opinan que ya basta de cine español sobre la guerra civil y la postguerra, puede ser. Pero, cuando los temas están bien tratados creo que son inacabables. Pan negro nos devuelve una vez más a esa España rural de los años 40, esa España de vencedores y vencidos. Quizás tampoco la idea de un muchacho que descubre el mundo de los adultos sea nueva. Pero Villaronga logra algo que pensábamos que ya no era posible: hacer interesante esta historia a ojos del espectador.
Con un pulso narrativo impecable y una prodigiosa puesta en escena, la película es toda una delicia. Ya desde la impactante escena inicial sabemos que no estamos ante un film corriente, del montón, uno más sobre las consecuencias de la guerra civil. La peculiar mirada de su autor (a veces tierna y a veces cruel) se nota en cada uno de los planos. Villaronga logra atraer al espectador tanto en los momentos más mundanos y cotidianos como en los pasajes más duros. Yo retengo aún en mi memoria algunos momentos de gran cine: el paso del tiempo con el sonido del reloj sonando en habitaciones vacías, los alimentos sobre una mesa ante la mirada de un niño hambriento, las cortinas que el viento mece despreocupadamente, un niño tumbado sobre un tejado, etc.
Esta historia de descubrimiento es también una historia de misterio e intriga, casi de terror. Algunos elementos ya presentes en Tras el cristal vuelven a aparecer en Pan negro aunque bastante suavizados: los abusos, el sexo, el aprendizaje, la crueldad. El joven protagonista irá descubriendo poco a poco el mundo de envidias, resentimientos y mentiras de los adultos. Una iniciación que nunca es fácil ni agradable (siempre es mejor vivir en la ignorancia o la fantasía que descubrir la verdad del mundo) pero es aún más terrible en un ambiente tan opresivo como el de la España rural de los años 40. Los caciquismos y represalias estaban al orden del día, no era un buen lugar para crecer.
La historia puede tener paralelismos con películas como La lengua de las mariposas o Secretos del corazón, pero aporta un punto de vista distinto más cercano a películas como La cinta blanca o Terciopelo azul de Lynch. El guión elabora una ingeniosa red de personajes (en la mayoría femeninos) totalmente creíbles y reconocibles. Los diálogos obligan al espectador a estar atentos en busca de la solución a un misterio del cual vamos recibiendo incesante información a cuentagotas. A destacar el genial trabajo de todos los actores, me es difícil destacar a unos sobre otros, sólo diré que Laia Marull y Nora Navas demuestran que con un buen papel son capaces de emocionar a base de gestos y sentimientos reprimidos. Algo nada fácil. Los niños también bordan sus papeles, tanto Francesc Colomer como Marina Comas están excelentes. No son los típicos personajes de niños inocentes. Actores ya consagrados como Sergi López o Eduard Fernández están bien.

El hecho de estar rodada en catalán puede que le haya restado espectadores, yo mismo la he visto doblada al castellano, pero la historia vale la pena.

A mí el film me ha gustado y opino que es la justa ganadora de los Goya de este año.
7,5

2 comentarios:

Cinemagnific dijo...

El tema puede estar bien tratado, pero a mi me raya ya todo esto. En España hay miles de problemas actuales para estar dale que te pego con la Guerra Civil, la posguerra y el franquismo.

Igualmente, una buena peli siempre será una buena peli. Pero la verdad es que yo no tengo ahora mismo ninguna gana de ver esta. La acabaré viendo, pero tengo otras prioridades por delante con temas que me resultan más interesantes que los manidos mencionados.

Anónimo dijo...

Cada vez que leo eso de "ya está bién de películas sobre la guerra civil", pienso: ¿qué habría sido del cine si hollywood hubiera pensado lo mismo acerca del salvaje oeste, de la conquista del espacio, de la Gran Depresión? Como argumento no vale. Está claro que detrás de comentarios como éstos existe, una vez más, la larga sombra de los vencedores, que, en un tiempo en el que ya no tienen buena prensa, intentan, en vano, que todo se olvide.