sábado, 24 de septiembre de 2011

Depeche mode: I feel you


1993, Depeche mode había iniciado la década de los noventa con Violator (1990), uno de esos discos para la historia. Un éxito masivo de crítica y público que los convirtió en un grupo de éxito masivo sin dejar de ser un grupo de culto. Ya en la década de los ochenta habían editado otros discos memorables como Black celebration (1986), Music for the masses (1987) o el mítico directo 101 (1988).
Pero ya estábamos en otra década, eran los noventa, el grunge estaba arrasando en las emisoras de todo el globo y el rock duro estaba otra vez de moda. Ya no parecía haber sitio para el techno pop o los sonidos que triunfaron en los años ochenta. Grupos estandarte de los años ochenta como The Cult, U2, Depeche mode, Duran duran, REM o The Cure debían adaptarse a los nuevos tiempos. Por otro lado, el cantante Dave Gahan siempre había deseado ser el cantante de un grupo de rock y deseaba dar un giro más rockero al sonido del grupo. Su vida se estaba adentrando por terrenos resbaladizos (que le llevaron a estar clínicamente muerto por sobredosis en 1995) y su imagen más rockera no era más que una manifestación de los cambios sufridos en su vida.

Depeche mode decidieron no estancarse en el sonido que les había hecho famosos y siguieron evolucionando y experimentando, hubiera sido muy fácil repetir la fórmula que les había llevado al éxito, afrontaron el reto sin miedo. Si el techno había sido siempre acusado de música fría y sintética (la herencia Kraftwerk), Depeche mode demostraron con Songs of faith and devotion (1993) que el techno puede ser tan pasional y oscuro como el rock.
 En este disco las influencias de la música negra en las composiciones de Martin L. Gore son más que evidentes que nunca, temas como Condemnation o Get right with me tienen claras influencias gospel, mientras otros como Walking in my shoes o I feel you tiene una clara inspiración en el blues. Depeche mode tiñeron su sonido de oscuridad y obsesión mediante el uso de baterías reales (no programadas) y simples pero efectivos riffs de guitarras. Igualmente el tema One caress tiene unos atípicos arreglos de cuerda.
 El resultado fue el disco más sucio, obsesivo y pasional del grupo británico. Una pequeña joya que marcó nuestra adolescencia.

De muestra, un botón, el primer single que evidenciaba el cambio de sonido del grupo: I feel you. El video, como casi siempre, es de Anton Corbijn.

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