jueves, 8 de agosto de 2013

Antes del amanecer (Before sunrise, 1995)



Before sunrise es catalogada generalmente como una película romántica. Para muchos de mi generación fue un film de culto, reconozco que no la había visto hasta ahora y , con la perspectiva de los años, creo que no ha envejecido nada mal. No me voy a hacer un defensor acérrimo del film, pero sí es verdad que tiene ciertos valores que, curiosamente, han ido mejorando con las sucesivas entregas.


Jesse es un joven norteamericano que conoce en un tren a Céline, una joven francesa. Entre ambos surge cierta atracción y deciden pasar un día paseando por las calles de Viena hasta que salga el avión que le devuelva a él a casa. La premisa no deja de ser curiosa pero es el desarrollo lo que más me gustó de este film. La forma de definir a los personajes a través de los diálogos que se establecen entre ambos protagonistas consigue que el espectador quede atrapado en esta historia. Sólo transcurre en unas pocas horas paseando por una ciudad europea (esquema casi copiado de las tres unidades del teatro clásico: tema, espacio y tiempo) pero Richard Linklater dota a su film de un atractivo especial que emana directamente de que a todos nos hubiera gustado vivir un romance así. 


  El film es más que recomendable sobre todo si alguna vez fuiste joven en la década de los noventa, eso que se llamó generación X y que se quedó en nada, o alguna vez fuiste de interail. Sin embargo, me chirriaron algunas cosas que se pueden pasar por alto sin demasiados problemas, como que la manera de conocerse y empezar su relación me pareció un poquito forzada. Tampoco nadie se cree que un americano veinteañero sea así de ñoño o sensible, no queda muy creíble pero... estamos ante un film romántico ¿no?. Algún esfuerzo hay que hacer, todos sabemos que los jóvenes de cualquier lugar del mundo sólo piensan en una cosa. La sensibilidad del personaje encarnado por Ethan Hawke es lo único que me falló un poquito de este film.

 Sí me creí sin problemas al personaje de Céline, la joven francesa soñadora y algo neurótica, una joven fuerte que quiere cambiar el mundo. El choque entre las dos culturas y me resultó muy interesante. El yanqui es más conformista y cínico, mientras Céline es una luchadora y aún cree (o quiere creer) en cosas tan ridículas como la magia y el amor. Pasajes como el del mendigo/poeta y la lectora de manos ponen de relieve sus diferencias y lo que realmente les atrae del otro. Ambos son jóvenes llenos de ilusiones e inexpertos en muchos aspectos pero están decididos a aprovechar una oportunidad de la que se arrepentirán toda su vida si la dejan pasar. 
Reconozco que en algún momento me resulto un tanto pesado tanto diálogo y quizás un recorte en el metraje no hubiera venido mal. Dos horas es mucho tiempo para centrarse sólo en los diálogos (sólo unos pocos genios son capaces de hacerlo) y las bellas imágenes de Viena. Por cierto, es una buena oportunidad para descubrir los pasajes más bellos de la capital del Danubio aunque se queda muy lejos de El tercer hombre.

 Linklater fue muy hábil al dejar el final lleno de interrogantes, por suerte nos sacó de dudas casi 10 años después. ¿Mucho tiempo? No creo, los personajes y los espectadores debíamos madurar.




2 comentarios:

Liet dijo...

Muy bien Luis, a mí me gustó cuando era muy joven, y entiendo por tus palabras que has visto la segunda parte, cuyo final (que no desvelo) me pareció acertado y ya comentaremos.

No sé si lo sabes, pero la tercera parte se estrena este año, si no lo ha hecho ya (a veces vivo en la parra):

http://www.filmaffinity.com/es/film543363.html

Luis Cifer dijo...

La verdad es que me vi las tres películas en un fin de semana (en versión original, como dios manda) y me gustaron bastante. Es una trilogía atípica, que ha ido desarrollándose a fuego lento y se nota.