martes, 5 de noviembre de 2013

Desmontando a Harry


Cuando alguien me dice que el cine de Woody Allen le parece aburrido (cosa que me pasa bastante a menudo) yo no puedo evitar pensar :”Eso es porque no has visto Desmontando a Harry”.

Desmontando a Harry es la comedia más ácida y corrosiva de Woody Allen. Una vez más asistimos a las desventuras del típico escritor judío (¿un reflejo de Allen real?) pero aquí adopta un punto de vista mordaz que no deja títere con cabeza. Sinceramente, creo que Allen ideó este film para ajustar cuentas y decir todo lo que tenía que decir. Nunca ha sido tan cínico sobre temas como el matrimonio o la religión ni tan explícito (casi soez) sobre el sexo. Es un Allen desatado, casi rabioso, pero que nunca deja de ser Woody Allen.

Tras su divorcio de Mia Farrow se dijeron muchas cosas sobre Allen (casi ninguna buena) su vida personal saltó a la palestra y los medios se cebaron con el director. Puede que la vida familiar con Allen sea un infierno (quien sabe) pero Farrow se dedicó a contar intimidades a los cuatro vientos (aún se descuelga a veces con alguna intimidad). Se entiende buena parte de su despecho, Woody se había liado con la hija adoptiva de Farrow. La cosa pintaba muy mal y Allen fue presentado al mundo como un pervertido. A mí, personalmente, no me interesa la vida privada de Allen ni de nadie, sólo me interesa su cine. Pero es inevitable que la vida personal de cualquier artista o creador acabe influyendo en su obra.


 Allen contraatacó de la mejor manera posible. Usando una película para poner los puntos sobre la íes. Su personaje, el Harry del título, cliente habitual de prostitutas, bebe demasiado, es adicto a las pastillas, tiene tendencia a la depresión, tiene una pésima relación con sus ex mujeres, ya no le quedan amigos y descuida a su hijo. Harry es la caricatura de Woody Allen, la imagen deformada que se presentó desde ciertos medios sensacionalistas. Al igual que a su personaje, Allen vuelca experiencias propias en su obra y muchas personas pueden verse reflejadas en los personajes de ficción. Allen usa esta herramienta para arremeter indirectamente contra todo bicho viviente, siendo los fundamentalistas religiosos (especialmente los judíos) los que salen peor parados. El segmento de la psiquiatra que acaba convertida en una ferviente creyente por el hecho de tener un hijo es muy significativo de la forma que tiene Allen de entender el judaísmo. No olvidemos que Allen proviene de una familia judía.

 En un momento del film, Harry recibe la visita de los personajes de ficción salidos de su propia imaginación, en un momento dado podemos ver a una mujer muy parecida a Mia Farrow. Como si Allen nos quisiera decir que sin él la Farrow nunca hubiera sido nada. La verdad es que la carrera posterior a su relación con Allen es bastante mediocre.

Para un film así, Allen se sirve de un curioso montaje (muchas escenas parece que han sido montadas por un epiléptico) y un buen elenco de actores. La licencia de mezclar realidad con fantasía es habitual en su filmografía, valgan como ejemplos Sueños de un seductor (aunque no la dirigió él, el guión era suyo), Midnight in Paris o La rosa Púrpura del Cairo. Allen elabora una especie de realismo mágico en la que personajes imaginarios interactúan con los protagonistas.
Yo me quedo con escenas antológicas que derrochan imaginación como la de la prostituta, la visita al infierno o la de el actor desenfocado. Aunque reconozco que me quedo con el diálogo (quizás misógino y machista) con su hijo sobre Dios: "No sabemos si Dios existe, pero las mujeres están. Y no en un cielo imaginario, sino aquí, en la Tierra.". Pues Woody, si tú lo dices, no voy a ser yo quien te lleve la contraria.
No se pierdan esta obra maestra de humor ácido y corrosivo de uno de los mejores cineastas del siglo XX y de lo que llevamos del XXI.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

la comedia más mordaz de woody allen (y una de las mejores).

Félix S. Trabanco dijo...

La vi en su estreno en 1998 con 18 años. ¿Que me pareció? A partir de ahí Woody Allen se convirtió en mi realizador favorito. No solo es en mi opinión el mejor trabajo de Allen, sino que es mi película favorita de toda la historia. Yo también la pongo como ejemplo para los que no les gusta Allen: que vean esta película y si no se mueren de risa es que carecen del más mínimo sentido del humor.
EXCELENTE CRÍTICA PARA TAN EXCELENTE FILM.

juanfra44 dijo...

Obra maestra, quizas la pelicula mas personal de Allen y tambien la mas acida.