sábado, 9 de noviembre de 2013

Solo Dios perdona (Only God Forgives)


Al hablar de Drive ya dejé clara mi postura sobre el director Nicolas Winding Refn: es un tipo con muchas posibilidades pero que quizás aún no había demostrado todo su potencial. Drive era un muestra de lo mejor que este director podía ofrecer. Sin embargo, Sólo Dios perdona es una muestra de lo peor que este director puede hacer.

 Tras el éxito de Drive, Nicolas Winding Refn se embarcó en este proyecto personal en el que su estilo visual y narrativo aparece en su máxima expresión. Un prodigio visual, con unos intensos colores rojos y unos neones de la ciudad de Bangkog realmente fascinantes gracias a la fotografía de Larry Smith. Pero tras esa perfección técnica se esconde un vacío absoluto. Winding Refn huye hacia delante y se lleva todo por delante, incluida la paciencia del espectador. Su film fascina y exaspera a partes iguales. Con unos primeros veinte minutos absorbentes, a partir de ese momento el film inicia una vertiginosa carrera hacia el tedio y lo absurdo que puede acabar con la paciencia de más de un espectador. A mí su belleza formal me cautivó pero la forma de desarrollar la historia (que se puede resumir en 2 frases) me decepcionó ampliamente.


Winding Refn homenajea a Jodorowsky (por algo le dedica el film, mejor nos hubiera ido si le hubiera dedicado una canción en un karaoke) y se olvida que El topo es de 1970. Han pasado más de 40 años, ha llovido mucho y cualquier moderno del tres al cuarto ya no nos va a causar el mismo estupor que nos causó el film de Jodorowsky (de quien soy seguidor como cineasta, no como chamán ni charlatán). Igual que Jodorowsky, Winding Refn dota a sus personajes de unas connotaciones que los elevan más allá de lo que se muestra en pantalla. (Al final de la entrada incluyo mi interpretación del film). Pero no vale con homenajear. Hay que aportar algo de valor, algo propio. Aquí yo vi mucha copia a David Lynch (esos pasillos en penumbra, esas puertas...), al cine contemplativo oriental, al cine de Park Chan-wook, etc



 Las miradas y los largos silencios tenían cierta gracia en Drive, pero aquí Winding Refn ha llevado estos recursos al absurdo. Personajes que se miran sin decir nada, cámaras lentas innecesarias, diálogos que no se oyen, personas que pasean por pasillos, etc. Su película no cuenta casi nada y lo hace de forma muy lenta y aburrida. Las escenas se eternizan y el ritmo cae casi hasta el coma. Me gusta el cine contemplativo de muchos autores orientales, hay veces que las imágenes son de una belleza tal que las palabras o la acción sólo pueden estropearlas. Aquí tenemos una fotografía espectacular (de lo mejor del año, sin duda) pero no hay historia. O mejor dicho, no hay ganas de contar una historia. Todas las escenas del karaoke (hay varias) me parecieron una prueba a la paciencia del espectador.

A mí ni la extrema violencia y sadismo de algunas de sus escenas consiguieron sacarme del sopor. La lánguida mirada de Ryan Gosling (que ya me empieza a aburrir en estos papeles de tipo inexpresivo) no me transmitió nada durante todo el metraje. Pone la misma cara cuando mata que cuando va a almorzar. Inexpresividad total. Lo mismo se puede decir del resto del film, es incapaz de hacer sentir nada al espectador. Reconozco que me gusta jugármela con este tipo de cine experimental, de autor, de culto o como lo quieras llamar. Pero esta vez la cosa me ha salido mal.

 Un tedioso ejercicio de estilo tan bello visualmente como vacío de contenido. Un aburrido cine de autor. ¿Solo Dios perdona? pues que Él le perdone al señor Winding Refn esta horrible tomadura de pelo.

 P.d.: Por si alguien ha visto la película y no ha entendido nada o simplemente quiere ahorrarse el suplicio de ver este ladrillo, he aquí mi particular interpretación del film (no hace falta ser un experto en psicología, ni en mitología griega ni en psicomagia):
 El personaje de Julian (Ryan gosling) tiene un fuerte complejo de Edipo: mató a su padre y siente un fuerte impulso de volver al seno materno. Por lo tanto, tiene una ambigua relación con su madre (una excelente Kristin Scott Thomas que es lo mejor del reparto, ella al menos interpreta) y teme lo que puedan volver a hacer sus manos.
 Su hermano se rebela contra lo establecido, y comete un crimen imperdonable ("Es hora de ver al diablo"). Un ángel caído que merece un terrible castigo por parte de Dios, figura quizás representada en un policía retirado cuyos antiguos compañeros veneran y obedecen. Un Dios impasible que reparte justicia de forma implacable y brutal. Pero la madre de ambos hermanos buscará venganza, ya sabemos el papel de la mujer en el antiguo testamento: es la mujer la que ofrece la fruta prohibida, quizás ella sea el mismo Diablo, el mal personificado en mujer. Quedando para Julian el papel del hombre (ser humano): un ser libre para elegir, pero que dudará y deberá pagar el precio de sus actos.

 Lamentablemente, por muchos significados e interesantes connotaciones que le queramos buscar a los personajes y a sus motivaciones, el film se me hizo aburrido y pesado. Sólo dura 90 minutos y me parecieron 3 horas.

6 comentarios:

Mister Lombreeze dijo...

Es muy bonita (como el cine de Noé)
pero es taaaaaaaaaaaan pueril... (como todo Jodorowsky).

Anónimo dijo...

aburrida es poco, es insoportable. Gosling ya puede ir cambiando de registro que empieza a estar encasillado en papeles de tipo inmutable.

Anónimo dijo...

pretenciosa y vacía hasta lo insoportable.

Anónimo dijo...

No es mala, en realidad supera a drive, es un cine surrealista moderno que no es para cualquier persona, no tiene buena critica debido a que no estaba dedicada a un cine comercial

Unknown dijo...

A mí me gustó, el hecho de querer ver algo que ya estamos acostumbrados como diálogos y expresiones del cine hollywoodense y de pronto encontrarnos con esto, me parece algo chocante pero a su vez muy interesante y original. Así se deben haber sentido los primeros que vieron las pinturas de Picasso! Jejej para quienes sintieron que vieron 3 horas de filme, es mejor que dejen el cine independiente.

Unknown dijo...

Me sensibilizó mucho este film. No muchos lo entenderán.