lunes, 27 de enero de 2014

El lobo de Wall Street (The Wolf of Wall Street)


He de reconocer que echaba de menos a Scorsese en los últimos años. Si exceptuamos Los infiltrados (The departed), su filmografía reciente parecía indicar una innegable decadencia.

 Alejado del cine negro, su cine languidecía lentamente. Ni sus películas sobre conciertos de The rolling stones (Shine a light), ni sus documentales sobre George Harrison, ni sus experimentos como La invención de Hugo, ni su biografía de Howard Hughes (El aviador) ni su canto a Nueva York (Gangs of New York) ni su intento de terror gótico (Shutter Island) estaban a la altura esperada. Está visto que el cine sobre canallas es el que mejor le sale al bueno de Scorsese. Su talento parece encontrar en estos personajes la mejor forma de plasmarse en la pantalla. Puede que Jordan Belfort no sea un mafioso como los que tanta fama le han dado a Scorsese, pero su historia se adapta como un guante al estilo narrativo y visual del maestro (un estilo bastante imitado, hay más que ver La gran estafa americana).


 El lobo de wall Street nos devuelve al mejor Scorsese, su film es excesivo en muchos sentidos (no sólo en la duración) pero la historia requería un tratamiento así. No se puede mostrar esta historia de auge y caída de un criminal de guante blanco como Jordan Belfort de mejor manera. Scorsese es único a la hora de mostrarnos los rincones más turbios del ser humano. Se puede servir de un taxista, un camillero con insomnio, un boxeador o gángsters capaces de matar a un amigo sin pestañear. Lo más ruin del alma humana es narrado de forma intachable por Scorsese e incluso es capaz de hacer que estos tipos nos resulten cercanos y entrañables. El Jordan Belfort de esta película, al contrario de muchos de los personajes de Scorsese, no tiene moral ninguna ni código ético, no cree en la familia ni en religión ninguna, su único dios es el dinero.

Es esta historia un film sobre la avaricia y los excesos a los que puede llegar el ser humano. Scorsese no ahorra planos de derroche y lujuría (podría haber sido bastante más explícito pero le hubiera perjudicado en taquilla) para mostrarnos la depravación a la que es capaz de llegar el ser humano. Poco se dice de cómo fue posible que este personaje con esas técnicas claramente ilegales pudiera montar su imperio. Tampoco se explica la desregulación que Reagan y Bush llevaron a cabo sobre las actividades financieras y bursátiles. No busca el film culpables, su único objetivo es mostrarnos una historia de éxito a cualquier precio y degradación moral. La cara seria de la crisis ya la tuvimos en Inside job o Margin call, El lobo de Wall Street busca otra cosa. La vida está hecha para unos pocos, la mayoría debemos volver a casa en metro mientras unos cuantos canallas se pasean en yate y helicóptero.
  
Con la célebre técnica de la voz en off como hilo conductor y un ritmo con múltiples altibajos (tres horas son excesivas) Scorsese elabora un film al que le cuesta un poquito arrancar pero cuando lo hace no deja de acelerar. La dirección de Scorsese es perfecta mientras el vibrante y caótico montaje es un complemento ideal para lograr un film trepidante y absorbente. Volvemos a tener electrizantes escenas ambientadas con música rock de la época y diálogos enloquecidos en situaciones absurdas. Scorsese logra que veamos el mundo a través de los enloquecidos ojos de una persona hasta las cejas de cocaína y otras drogas, sentimos su confusión, su ira y su euforia así como su miedo y su frustración. Casi notamos el pulso acelerado del protagonista en nuestro pecho. Las escenas del teléfono o la del Lamborghini me parecieron geniales, de lo mejor de Scorsese en mucho tiempo. Es en esa paulatina degradación física, psíquica y familiar donde el talento de Scorsese brilla especialmente.

Otro que brilla más que nunca es Leonardo DiCaprio, el giro efectuado en este papel me parece muy beneficioso para su carrera, un cambio de registro necesario. Por momentos está excesivo e histriónico, pero el personaje así lo requiere. DiCaprio parece por momentos un Jack Nicholson totalmente descontrolado, no hay más que ver las escenas con el micrófono en la oficina. Gran trabajo de un actor que hace tiempo que dejó de ser sólo una cara bonita. Curioso cómo han mejorado los dos protagonistas de Titanic. Del resto del reparto me quedo con Jonah Hill y un cadavérico Matthew McConaughey realmente fuera de órbita.


Scorsese no inventa nada pero aplica su más que probado talento a una historia que se ajusta perfectamente a su forma de entender el cine. Un valor seguro, compra.

7,5

3 comentarios:

RTHB dijo...

Amigo Cipher, Creo que te quedas corto con este 7,5. Un Scorsese de los buenos tenemos en este Lobo de Wall Street.

Anónimo dijo...

yo quiero ser Jordan Belfort, ha llevado una vida llena de lujos y excesos, sigue siendo millonario, da conferencias, escribe un libro sobre su agitada vida y encima le interpreta DiCaprio (y probablemente se llevará el Oscar y se lo tendrá que agradecer ante millones de personas. Todo a cambio de tres años de cárcel.

No hay justicia en el mundo, unos tanto y otros tan poco.

Esteban dijo...

Tu lo has dicho, es una película excesiva en todos los sentidos posibles. A mi se me ha quedado coja como para ser merecedora de un Oscar a la mejor película y también DI Caprio creo que no está a la altura de McCounaghey. Ahora, con todo...es una muy buena película, entretenida.

Saludos!
Esteban
http://politocine.blogspot.com