domingo, 30 de marzo de 2014

300: El origen de un imperio


 Por mucho que me pese, Zack Snyder creó escuela con 300, su adaptación del cómic de Frank Miller.  La película fue un rotundo éxito y su estética ha dejado una marca innegable en películas y series de televisión posteriores (como la serie Spartacus, por poner sólo un ejemplo).

Si 300 narraba la gesta del rey Leónidas de Esparta y sus 300 soldados intentando frenar el paso del ejército del rey persa Jerjes en el desfiladero de las Termópilas allá por el 480 a.C. era de esperar que pronto se realizara una secuela. Sin embargo, han tardado 7 años en llevarla a cabo. 300: el origen de un imperio no es una secuela propiamente dicha, sino más bien un spin off o yo qué se, ya que narra hechos que ocurren antes (la batalla de Maratón en la Primera Guerra Médica), a la vez y posteriormente (La batalla naval de Salamina) al film original. Se podría interpretar como un complemento del primer film. Si 300 nos narraba la lucha en tierra, esta nueva entrega nos narra la lucha por mar entre las tropas de Jerjes y los griegos.
Esta vez a los mandos de la nave no está Zack Snyder sino el desconocido, al menos para mi, Noam Murro, quien se dedica a seguir con la estética y la forma de rodar fijada por Snyder. Obviamente, el film está saturado de sangre hecha digitalmente, miembros seccionados y pectorales hiperdesarrollados, aunque menos que en la primera entrega. Si bien es cierto que esta vez el apartado visual ya no nos impresiona tanto, al menos el film logra mantener el interés. En ese aspecto creo que es superior al original, toda la historia de la reina Gorgo en Esparta mientras su marido lucha en las Termópilas se me antojó un relleno inútil. Sin embargo, aquí las tramas están mejor hilvanadas y no hay rellenos de bulto.
 Quizás se deba a que la presencia de Eva Green cono Artemisa le haga subir enteros al film. Creo que este personaje es lo mejor de la película, una villana de una pieza, de esas que dejan huella. Incluso es capaz de eclipsar al propio Rey Dios Jerjes. Quizás sea el personaje histórico al que más elementos se le han añadido, pero este film está lleno de anacronismos y no debe ser tomado nunca como un film histórico, ni mucho menos. Las guerras Médicas son una excusa para ofrecer un gran espectáculo visual, nada más.
Puede que Sullivan Stapleton no tenga ni los abdominales ni el carisma de Gerard Butler (al cual se echa de menos) pero su Temistocles tampoco anda falto de personalidad. Puede que Leónidas tuviera las cosas muy claras, este Temistocles me pareció un personaje más interesante ya que conoce la culpa y la duda.



Lamentablemente, hay arengas un tanto forzadas (algo inevitable) y decenas de batallas. Pero la relación entre Artemisa y Temistocles hizo que el film se me hiciera mucho más llevadero que el original. No miré la hora en ningún momento, cosa que sí hice con 300. Yo pensaba que esta película iba a ser un mero calco de la original y me he encontrado que, a pesar de seguir los cánones visuales de la primera, su desarrollo está algo más elaborado y me ha gustado un poquito más.


5,5

3 comentarios:

Anónimo dijo...

sigue siendo tan épica, hormonada y excesiva como la primera, una digna sucesora igualmente divertida.

Anónimo dijo...

sigue siendo tan épica, hormonada y excesiva como la primera, una digna sucesora igualmente divertida.

Unknown dijo...

Una gran producción que dota de grandes detalles a la primer película, sin duda 300: Rise of an Empire es una gran historia épica que todos tienen que ver.