martes, 13 de mayo de 2014

Una vida en tres días (Labor day)



 Jason Reitman es un tipo al que conviene seguirle la pista. Ya con su primera película Gracias por fumar nos dejó un agradable sabor a ironía que continuó con Juno, Up in the air y Young adult. Sus películas huyen de los convencionalismos aunque la amargura va ganando gradualmente terreno en su filmografía. Su última propuesta es Labor day en la que narra la historia de una madre y su hijo que son secuestrados por un preso fugado.

 La historia no es novedosa, ya hemos visto cientos de películas sobre presos fugados, pero el enfoque y las interpretaciones salvan a este film de la mediocridad. Reitman nos ofrece una estimulante historia sobre personas atrapadas y segundas oportunidades. Dejando de lado la ironía, dota a su film de un toque romántico que puede que a algunos espectadores le resulte forzado pero a mí me agradó. No llega a ser un pastelón pero entiendo que la trama puede llegar a hacerse un tanto inverosímil.
 Sin embargo, para darle credibilidad a la historia tenemos a una Kate Winslet que lleva una década dando una lección en cada interpretación que realiza. Su personaje de madre deprimida con un hijo en la pre adolescencia es lo que realmente mantiene en pie este inconsistente castillo de naipes melodramático. Ella es el motor del film y sólo por ella vale la pena dedicarle tiempo a la propuesta más almibarada de su director. Lo que podría ser perfectamente un simple telefilm es elevado a la categoría de drama de primera gracias al buen hacer de la Winslet, quien consigue dar credibilidad a una historia un tanto inverosímil. Puede que sólo ella y un ramillete de actrices actuales pudieran hacer creíble a este sufrido personaje que pasa de ser una víctima involuntaria a cómplice convencida. A través de sus ojos sentimos la frustración y el miedo de su personaje así como su deseo de escapar de sus problemas.

 Pero Winslet no está sola, también el personaje de Josh Brolin tiene bastante miga. Ambos son dos personajes prisioneros que buscan una salida. Sus prisiones son distintas, la de ella es una prisión psicológica y social mientras la de él es una prisión física. Teniendo ciertos elementos en común no es de extrañar que reconozcan cada uno en el otro a su alma gemela. Su curiosa relación está muy bien reflejada en pantalla y la evolución de sus sentimientos (por paradójicos que parezcan) no se hace forzada a ojos del espectador. Reitman se muestra un director más que solvente a la hora de narrar de forma bastante clásica esta historia, su film tiene un ritmo acertado y unos  agradables giros argumentales.

 Siendo los secundarios una de las bazas del cine de Reitman, aquí destaco el personaje del hijo y cómo están abordados los problemas típicos de su edad: la relación con su madre, la inseguridad, la influencia de los amigos, los primeros amores. También su peculiar compañera de colegio me resultó un personaje bastante refrescante, muy alejado de los estereotipos de jóvenes que solemos ver en las películas americanas.

Reitman nos ofrece una estimulante historia sobre personas atrapadas y segundas oportunidades.
 A pesar de lo obvio de la trama y cierto tufillo romántico, el film se me hizo ameno y me entretuvo.

6,5

3 comentarios:

Esteban dijo...

A mi me gustó pero claro, algo forzada la trama (tampoco muy original) y en el tramo final se me volvió algo eterna, a 20 minutos del término ya quieres el desenlace (que se ve hacia donde va).

Lo mejor, las actuaciones. Kate Winslet es como Julianne Moore, lo que toca lo llena de talento y gracia.

Saludos!
Esteban
http://politocine.blogspot.com

Anónimo dijo...

a mi me gusto mucho, muy llevadera y entretenida.

Anónimo dijo...

Winslet es de otro mundo, ella solita lleva el film a buen puerto