viernes, 26 de diciembre de 2014

Los pingüinos de Madagascar


Tras ser secundarios de lujo en la saga de Madagascar y tener su propia serie de televisión, Los pingüinos se merecían su propia película en pantalla grande.

 Reconozco que me he tragado varias veces todos los episodios de la serie animada de Los pingüinos de Madagascar, un spin-off en forma de serie que me resultó de lo más estimulante. No sólo les encantaba a mis hijos sino que a mí también me divertía bastante. Como era de esperar, los de Dreamworks han acabado realizando un largometraje sobre tan entrañables personajes.
Siguiendo las directrices del cine de animación actual, esta película cumple sobradamente con su intención de entretener a los más pequeños de la casa y a sus papás. No aporta nada que no hayamos visto ya en su recomendable serie televisiva ni va más allá de lo esperado. Es un divertimento para disfrute de toda la familia. Nada que objetar.

Se ve sin problemas. Quizás haya perdido la oportunidad de desarrollar un poco más a los personajes pero parece que la trama estaba puesta al servicio de la espectacularidad. Es necesario un final espectacular con grandes explosiones y música disco. Al menos tiene un buen ritmo, no aburre nunca ni a niños ni a mayores. Tiene un buen sentido del humor apto para niños y adultos que tan buenos resultados ha dado a Dreamworks.

El director Simon J. Smith (Megamind) ofrece un entretenimiento digno que va perdiendo algo de fuele conforme avanzan los minutos. Quizás la trama no daba para hora y media. Yo, sinceramente, prefiero a los pingüinos en su formato televisivo.

 Lamentablemente no se ha aprovechado el tirón de los personajes secundarios. Yo eché de menos las payasadas del Rey Julien y a sus súbditos Mort y Maurice. Me parecen unos personajes a los que se les puede sacar mucho partido. Por cierto, no entiendo pequeñas incoherencias entre la serie animada y el film como son el cambio del nombre de algunos personajes (Private pasa a llamarse Soldado) y el cambio de voz de Skipper (quien aquí pasa a llamarse Jefe). Supongo que estas pequeñas incoherencias no son achacables al film sino más bien a problemas externos contractuales.
Un film amable de ligero visionado que no deja poso alguno (ni en niños ni en mayores).

5'5

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