martes, 24 de marzo de 2015

Loreak


 Loreak es un tratado en toda regla sobre la ausencia y la soledad. Tras la muerte accidental de Beñat su madre, su esposa y una compañera de trabajo que apenas le conocía intentan sobrellevar su ausencia por motivos bien distintos. 

 La mayor baza de Loreak es su acertada presentación de unos personajes femeninos totalmente verosímiles y cercanos, de carne y hueso.  Unos personajes con los que no podemos evitar sentir cierta empatía y en los que reconocemos actitudes de nosotros mismos. Mujeres que ya no se comunican con sus seres queridos, que han caído en una rutina sin alicientes y se sienten solas, muy solas. Me gustó el retrato de las tres mujeres protagonistas, todas creen conocer al fallecido pero quizás cada una de ellas sólo tuvo acceso a una parte de la personalidad de éste. Quizás nadie conoció a Beñat ni nadie sea capaz de completar el puzle que su muerte provocó.

 Loreak es una película aparentemente sencilla que transmite sentimientos complejos apoyándose en una factura técnica excelente. Con un ritmo narrativo excesivamente pausado (yo casi me duermo varias veces) el guión dosifica sabiamente la información que muestra al espectador. Me gustó el retrato de las tres mujeres protagonistas, todas creen conocer a Beñat pero quizás cada una de ellas sólo tuvo acceso a una parte de la personalidad de éste. Quizás ninguna conoció al verdadero Beñat o nadie sea capaz de completar el puzle de una personalidad ajena. Me gustó el hecho de que apenas se nos muestre a Beñat, el personaje que origina toda la trama y al que todos los personajes intentan entender. Pero Loreak parece decirnos que es imposible entender qué pasa por la mente de los demás, incluso a veces se nos hace muy difícil entendernos a nosotros mismos.


 No hay en Loreak apenas flashbacks ni molestas voces en off, la narración es sincera y sentida. Nada de trucos. A pesar de su atractiva propuesta, la película me resultó aburridilla. No hay en su guión ni una sola línea de ironía o humor. Todo es tan triste y tan gris como un día de lluvia en San Sebastián. Loreak peca de aburrir al espectador. A la trama le falta fluidez y ritmo. Las cosas pasan demasiado despacio. Si el espectador no consigue acostumbrarse al ritmo especialmente lento del film, se le puede hacer eterno.
 A mí me da igual que la película esté rodada en euskera, me parece muy bien que los personajes hablen en su idioma. Llevo toda la vida viendo cine subtitulado en inglés, francés o chino y ahora no me voy a rasgar las vestiduras por ver una película en vasco. Por cierto, a pesar de estar muy ubicada en un entorno muy concreto, el film huye de todos los tópicos sobre vascos (esto no es Ocho apellidos vascos) convirtiéndose en una historia casi universal.


   Atractiva propuesta de buen cine aunque demasiado lenta para mi gusto.



1 comentario:

Hemos Visto dijo...

La tengo pendiente, y la verdad, he visto algunas películas de osé Mari Goenaga y me encantan por la fuerza que trasmiten.
Ya podrían muchos aprender de él (y la mayoría seguramente se rasgan las vestiduras por estar grabada en Euskera).

Hemos Visto