jueves, 1 de diciembre de 2016

The Neon Demon


Recuerdo que juré no volver a ver ninguna película del pedante y aburrido Nicolas Winding Refn tras ver Sólo dios perdona . Al final, me ha podido el morbo y he vuelto a picar el anzuelo. La culpa es mía, lo sé, pero la historia prometía.

Una joven modelo recién llegada a Los Ángeles descubre los sinsabores de la profesión. Una preciosísima fotografía y una cuidada puesta en escena prometían un estimulante espectáculo visual. Y ahí es donde no defrauda el amigo Nicolas Winding Refn, que ahora le da por firmar NWR. The neon demon es todo un disfrute audiovisual. Esos colores saturados de la fotografía de Natasha Braier se fusionan de forma magistral con la música de Cliff Martínez provocando una experiencia sensorial muy poco habitual en el cine actual. Los títulos de crédito me parecieron simplemente fascinantes, lo mejor de la película. El resultado resulta hipnótico durante buena parte del metraje, pero uno acaba dándose cuenta de que le están tomando el pelo. The neon demon no es una película, es un caro vídeo clip de 2 horas.
The neon demon viene a ser la sublimación de todo lo que Nicolas Winding Refn (o NWR) nos ha ofrecido hasta la fecha. Es un film salvaje y libre de toda cortapisa, un rara avis que no teme combinar géneros en busca de su propia personalidad. Obviamente, Nicolas Winding Refn no anda escaso de personalidad o, mejor dicho, de ego. Sin embargo, el castillo de naipes que construye a base de un apartado técnico fascinante se va al carajo gracias a su exasperante falta del ritmo y su incapacidad narrativa. A NWR le importa un bledo contar una historia, eso está pasado de moda. Refn busca crear sensaciones en el espectador, sensaciones que van de la fascinación inicial a la repulsión pasando por el hastío. Por algo es seguidor de Jodorowsky. Reconozco que el film tiene aciertos visuales y en algunos momentos casi creí que estaba ante un film realmente importante, pero todo se quedó en nada. Una vez más, Nicolas Winding Refn nos aburre con sus lentos travelings y sus eternos silencios mientras es incapaz de que sus escasos diálogos espanten el tedio. Quizás sea injusto por nuestra parte valorar The neon demon como una película y no como una experiencia.

Entiendo su fascinación por el lado más turbio de la moda. Le compro la idea de la sociedad excesivamente pendiente de la imagen y ese terrible culto al cuerpo. La belleza es un arma de doble filo. Que los hombres son todos unos machistas obsesos sexuales (vamos, unos cerdos) y que la sociedad ha convertido a las mujeres en meros objetos sexuales tampoco lo ha descubierto este señor. Millones de mujeres viven bajo la tiranía impuesta por la sociedad machista que les obliga a maquillarse ocultando sus defectos o desviaciones de unos cánones de belleza inalcanzables. Cánones creados por la moda y la publicidad. Millones de mujeres viven mostrando su mejor cara, una que no es realmente la suya, en busca de agradar a los demás y no a sí mismas. Ya sabemos que la belleza es efímera pero da poder, todos quieren poseer la belleza y muchos estarían dispuestos a cualquier cosa por conseguirlo. Que sí, que el mundo de la moda está lleno de vampiros sin escrúpulos. Ya lo sabemos todos. Profundas reflexiones que bien merecen una película y que NWR ha sido incapaz de desarrollar. O quizás nunca fue esa su intención, quizás solamente pretendiera hacer un interminable vídeo musical.
The neon demon muta del aburrimiento al asco en un giro final que pretende sorprender y realmente nos deja indiferentes. La belleza depende del ojo del observador, otra obviedad de Refn se toma de forma literal y sin sutilezas. NWR se queda en la superficie y no profundiza, su película está vacía, no hay nada tras su fantástica apariencia. Ni siquiera resulta tan perturbador cuando intenta provocar, escenas como la de la ducha y el depósito de cadáveres me resultaron totalmente gratuitas. Debo destacar alguna frase que pretende ser trascendente y resulta ridícula tipo ” La belleza no lo es todo, es lo único” o “No quiero ser como ellos, ellos quieren ser yo”. Tampoco el reparto transmite la más mínima empatía ni convicción en sus interpretaciones. Elle Fanning está preciosa pero transmite menos que un clavo oxidado. Lo mismo se puede decir del resto del reparto. Por cierto, no sé qué pinta Keanu Reeves en ese papel que podría haber interpretado cualquier otro actor.
A mí me da por pensar que Nicolas Winding Refn pretendía hacer una obra de arte que dividiera la historia del arte (quien sabe de la humanidad) en dos. Un hito que sirviera para contabilizar el tiempo transcurrido desde su estreno así como ahora contamos en occidente el tiempo desde el nacimiento de Cristo. Pero sus pretensiones no van acompañadas de su talento, ni de lejos. Su film se hace pretencioso y aburrido como pocos. Tras esa pasmosa y electrizante puesta en escena no hay nada. Como si de una preciosista metáfora del mundo de la moda se tratara, The neon demon es un elaborado envoltorio para un gran vacío. No hay nada bajo la superficie, únicamente una historia simplona mil veces vista.

Si valoramos The Neon Demon como un vídeo clip, resulta demasiado largo. Si lo valoramos como un tratado sobre la moda y la belleza, resulta ridículo por su obviedad. Y si lo valoramos como película de terror resulta totalmente vacía.

1 comentario:

Mister Lombreeze dijo...

Tienes que valorarla como lo que yo creo que es: un cuento para adultos de los que te leen cuando te vas a dormir.