sábado, 28 de noviembre de 2009

PLANET 51



Los habitantes de un pacífico pueblo de un planeta lejano reciben la inesperada visita de lo que para ellos es un extraterrestre.


No deja de ser curioso que una peli de animación con 80% del capital español (casi 60 millones de dólares) se estrene en Estados Unidos de forma masiva. Tampoco es normal que se haya contratado al guionista de Shrek (Joe Stillman) e incluya aportaciones de guionistas de Los Simpson y voces de actores famosos. Así pues cabría pensar que esta película iba a ser una pequeña maravilla, o al menos, divertida.

Planet 51 empieza con muy buen pie y apunta buenas maneras, ahí se ve la mano de los guionistas antes citados. Toda la primera parte me pareció muy lograda con ese homenaje descarado a toda la ciencia ficción de los años 50 y a clásicos del cine de extraterrestres como Alien o E.T. En especial el perro-alien me parece un personaje muy divertido y nos brinda los mejores gags de la cinta. También algún chiste suelto está muy gracioso (los corchos).

Hay un elogio de los años 50, su forma de vida, su cine y su música. Una época en la que la gente iba al cine y compraba tebeos masivamente. En el planeta 51 hay coches voladores pero no hay descargas ilegales. Como dice un personaje, los 50 fueron ingenuamente felices, luego todo se complicó en las décadas posteriores. Precisamente hay un personaje rival del protagonista que parece sacado de la década de los 60, como adelantado a su tiempo, un hippie con melenas, furgoneta Volkswagen y guitarra.

Pero luego el desarrollo es demasiado pobre y falto de ideas, el globo se desinfla a marchas forzadas y cae en los tópicos de siempre. Veremos secundarios graciosillos, científicos locos, militares malísimos que se redimen y sicarios muy tontos. Incluso personajes como los padres del protagonista o los villanos quedan sin desarrollar, siendo meros estereotipos. Una verdadera lástima.

Todas las posibilidades que se podrían haber explotado por el choque de culturas entre los dos planetas son apenas apuntadas, yo creo que podrían haber dado lugar a situaciones muy cómicas. Además, ningún personaje muestra un verdadero interés por comprender o entender a los extraterrestres, dando una impresión bastante simple. Yo reconozco que casi me duermo hacia el final.

Técnicamente la película está bien, correcta. La animación digital no aporta grandes novedades pero se ve con agrado si bien no maravilla ni destaca por su imaginación y/o virtuosismo. Lamentablemente, Pixar sólo hay una. Por cierto, cierto personaje se parece demasiado a Wall-e.

En la versión original se oyen las voces de Jessica Biel (aunque su personaje es idéntica a Jessica Alba), Justin Long, Gary Oldman, Seann William Scott y John Cleese. Vale, también pone su voz el penoso Dwayne Johnson (The rock), pero por suerte no se le ve en pantalla, recemos para que le pille el gustillo a lo de doblar personajes aminados y deje de salir en películas. Todo un lujo de reparto (me refiero a que seguro que no fue barato contratarlos) que se echa a perder por una historia tan poco elaborada.

Decepcionante.

4,5

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Hazme reír (Funny people)

George Simmons es el rey de la comedia pero una mala noticia le hará plantearse su existencia. Tiene fama y dinero pero está solo.


A mí me gustan las películas sobre cómicos y sus miserias. Me acuerdo de Lenny, la genial película de Bob Fosse con Dustin Hoffman sobre el padre de los monólogos, Lenny Bruce. También me gustó mucho El rey de la comedia de Scorsese con Jerry Lee Lewis, que era una ácida reflexión sobre los cómicos y su obligación de ser graciosos a toda costa. Desde luego Funny people bebe algo de estas dos pelis pero con el toque propio de su autor. Judd Apatow, responsable de Virgen a los cuarenta, nos trae una extraña comedia que se queda a medio camino entre la sátira y la comedia romántica sin acabar de encajar en ninguna de las dos categorías.

Primeramente el guión se centra en las miserias de las estrellas hollywoodienses actuales, sus comedias estúpidas y sus monólogos en convenciones de redes sociales. Igualmente la fama y sus consecuencias del personaje principal están tratadas de forma bastante ácida. No parece que Apatow sienta mucho apego por estas estrellas de la comedia.

Estrellas como el mismo Adam Sandler que interpreta aquí a un personaje muy parecido a sí mismo, auto parodiándose de forma muy gratificante. A mí me ha parecido el mejor y más complejo papel de Sandler en toda su carrera, es cierto que hace reír mucho cuando está encima de un escenario pero fuera puede resultar bastante patético y manipulador. No es un personaje habitual dentro de una comedia, pero ya he dicho que Hazme reír tampoco es una comedia habitual.
Por otro lado tenemos a los jóvenes cómicos llenos de ilusión que admiran al gran George Simmons y anhelan la fama y el dinero de éste. Fama y dinero que Simmons desprecia. La casualidad pondrá en contacto ambos mundos haciendo que las escenas cómicas se alternen con otras algo menos optimistas.

Tiene momentos de buena comedia moderna: hay monólogos muy divertidos (el de Tom Cruise, facebook), cameos divertidos (Eminem, James Taylor), chistes soeces a porrillo y situaciones muy cómicas (el médico sueco). Sandler y Seth Rogen (¿Hacemos una porno?) demuestran que no sólo son grandes nadadores en las aguas de la comedia, sino que saben mantenerse a flote en otras aguas teñidas de cinismo y cierta amargura. Por su parte, Jonah Hill (Supersalidos) sigue explotando su innegable potencial para la comedia.

Durante casi todo el metraje Judd Apatow no pierde el norte y nos entrega una tragicomedia muy lograda, pero lamentablemente no consigue mantener el rumbo durante las 2 horas y media que dura. Quizás ese sea el problema, quiere abarcar demasiado (comedia alocada, crítica a la fama, comedia romántica, drama) haciendo al film un poco pesado y disperso. Dos horas y media son demasiadas para una comedia.

La última parte (en plan comedia romántica) se nos hace bastante innecesaria y lastra a todo el conjunto. No se hace aburrida pero hace bajar el nivel y sobra. Además Leslie Mann (mujer de Judd Apatow en la vida real) no me convenció demasiado y Eric Bana está bastante histriónico siendo el más flojo del reparto con diferencia. Es una pena que un film que mantenía un tono muy acertado se eche a perder en este último tramo.

Resumiendo, un buen intento pero que se dispersa demasiado dejando un peculiar sabor agridulce.

5

lunes, 23 de noviembre de 2009

2012



Me comentan que soy muy previsible. Que es muy fácil saber qué voy a decir de cada película. No hay cosa que me fastidie más que ser previsible, la verdad. Por eso decidí enfrentarme a 2012 sin ningún tipo de prejuicio sobre su director y su cine. Error.


Intenté ver 2012 como si de un adolescente ávido de cine de aventuras se tratara. Pero ni aún así logré disfrutar de la peli. Nunca esperé de esta peli nada de originalidad ni imaginación ni habilidad narrativa ninguna, sólo me conformaba con que fuera una peli mínimamente digna y entretenida. Segundo error. Tengo que reconocer que me aburrí en algún momento y me dio la sensación de que me estaban tomando por tonto a los cinco minutos.

Uf, es que no hay que olvidar que Roland Emmerich es el responsable de Independence Day, Godzilla, El patriota, El día de mañana, 10.000, Soldado universal o Stargate. Uuff, mal cuerpo se me ha puesto sólo de recordarlas. Emmerich, seamos sinceros, nunca debió salir de su Alemania natal, debería estar rodando películas X amateur o haberse dedicado a fabricar salchichas picantes con su amigo Michael Bay. Pero parece ser que sus películas recaudan bastante dinero, así que los lumbreras de Hollywood le siguen dejando repetir una y otra vez su patético discurso. Ése es el principal problema de Hollywood, está en manos de directivos
que sólo saben de cifras e inversiones pero saben muy poco de contar historias.
Igual es que yo estoy muy mayor, pero 2012 no me pareció ni mejor ni peor que las películas (o bodrios) de su director antes citadas. Es igual de mala. No aporta nada que no hubiéramos visto antes. Las constantes del cine (por llamarlo de alguna manera) de Emmerich siguen estando presentes: catástrofes ridículas, monumentos desmoronándose, total desprecio por otras culturas que no sean la norteamericana, patriotismo trasnochado, elogio a la familia tradicional, un heroico presidente americano, casualidades que no hay quien se las crea y grandilocuentes efectos especiales.
Por la pantalla corren de un lado a otro siempre a punto de perecer actores de la talla de John Cusack, Amanda Peet, Thandie Newton, Oliver Platt, Danny Glover y Woody Harrelson, quienes creo que intentan dar credibilidad a sus personajes pero a Emmerich no le importan los personajes ni sus conflictos internos. Sólo le interesan los efectos especiales y destruir monumentos. Ni siquiera se ha preocupado de meter una chica sexy para hacer más llevadero el film.

Realmente 2012 parece por momentos estar hecha con trozos de las pelis de catástrofes de hace años. Tiene terremotos, inundaciones, aterrizajes forzosos e incluso barcos a punto de hundirse. Intenta ser la película definitiva de catástrofes y se queda definitivamente en un catastrófico intento de ser una película.
Han intentado condensar en un único film todo el cine de aventuras. Mucha ambición pero tras las anodinas escenas de destrucción y los efectos especiales se esconde un terrible vacío de ideas. La repetición de clichés y estereotipos pueden llegar a exasperar a cualquier espectador mayor de 13 años. Todo es tan premeditadamente espectacular y estúpido que te acabas saturando a mitad de película. Hay tantas casualidades que no te las crees por mucho cine de aventuras que quieras tragarte. Añádele que los personajes no se nos antojan creíbles ni interesantes en ningún momento y tendrás un espectáculo vacío de fácil digestión y ningún provecho.

Al final va a resultar que Emmerich y yo somos muy previsibles. Él, al menos, está forrado.

3,5


sábado, 21 de noviembre de 2009

EL FUERA DE LA LEY (The Outlaw Josey Wales, 1976)


El otro día en una animada conversación cinéfila de sobremesa uno de los contertulios osó a sabiendas lanzar una afirmación que nos puso a casi todos los pelos de punta: en su opinión, las películas antiguas de Clint Eastwood no son tan buenas. Son films divertidos pero no son las maravillas que todo el mundo parece creer hoy en día. En general a mí esta afirmación me parece algo descabellada pero luego se soltó sobre la mesa una bomba atómica que me hizo caer fulminado: El fuera de la ley no era más que un western del montón. Y por ahí sí que no paso.


Entiendo que las películas de Clint Eastwood como actor son míticas por diversos motivos. Los western de Sergio Leone eran pura diversión y desmitificación de un género que a finales de los sesenta ya empezaba a dar signos de cansancio. Leone con su peculiar estilo (imitado hoy en día por muchos incluido Tarantino) y gracias a la música del gran Ennio Morricone creó grandes momentos del cine con unas historias rodadas en Almería con dinero italiano. Los spaghetti western fueron todo un hallazgo, quizás eran excesivos en muchos momentos o se tomaban demasiadas libertades estilísticas pero es innegable que son un entretenimiento puro. Momentos como el duelo final con el reloj en La muerte tenía un precio (1965) son grandes momentos del CINE con mayúsculas.

El cine sobre el Oeste americano que había imperado en las décadas anteriores daba paso a una nueva generación de directores que nos daban una visión mucho más pesimista del género. Ya no había galanes apuestos ni héroes de una pieza. El mundo estaba cambiando, ya no estaban los límites entre el bien y el mal tan definidos como en años anteriores. Supongo que la guerra de Vietnam y toda su repercusión social propiciaron un giro hacia un cine más adulto, menos idealizado. Directores como Sam Peckimpah o el mismo Leone nos presentan un Oeste violento, sucio, polvoriento (o inundado de barro) lleno de personajes ruines y cobardes.
El western crepuscular de Peckimpah tuvo en Grupo Salvaje o La balada de Cable Hogue sus máximos exponentes. Los limpios y aseados héroes de una pieza interpretados por John Wayne, Gary Cooper o James Stewart daban paso a otro tipo de héroes (o antihéroes) bastante más ambiguos que Clint Eastwood encarnó como nadie.

También Eastwood desarrolló una carrera en Norteamérica principalmente a las órdenes del siempre eficiente Don Siegel. Con Siegel (autor también de la maravillosa La invasión de los ladrones de cuerpos, 1956) Eastwood rodó westerns como la divertida Dos mulas y una mujer (1970) o la magnífica El seductor (1971), siendo esta última una clara referencia del cine que Eastwood desarrollaría posteriormente. Pero también hicieron junto policíacos como La jungla humana (1968) y sobretodo Harry el sucio (1971).
Los films de Siegel eran muy buenos, testigos del paso del cine clásico al moderno, eran los sesenta y setenta, no son todos obras maestras pero son muy superiores a cualquier film de acción o thriller de hoy día. En nuestra memoria quedará para siempre Harry el sucio, sus frases lapidarias y su peculiar forma de machacar a los malos. Es cierto que un tufillo fascista y machista rodea al personaje pero eso le hace aún más carismático.

Eastwood parecía ser sólo un actor con muy buena planta y cara de duro, pero pronto aprendió a rodar de la mano de Siegel y Leone (no son malos maestros, la verdad) y empezó a desarrollar un cine más que interesante a la vez que comercial. La cualidad de unir calidad y comercialidad es desde luego uno de las principales logros de Eastwood. Una peli en la que aparezca el nombre de Eastwood nunca aburre, ni un segundo, de muy pocos actores o directores se puede decir lo mismo. Y menos si consideramos su extensa de su carrera.

En sus primeros films como director Eastwood nos presenta el género que mejor conocía: el western, pero con una peculiar mirada. Su quinto film como director fue El fuera de la ley (1976). Pieza central de una cuatrilogía sobre el western con Infierno de cobardes (1973), El jinete pálido (1985) y Sin perdón (1992). Igualmente su carrera como director ha ido in crescendo con otros géneros con resultados sobresalientes como Escalofrío en la noche, Million dollar baby, Mystic River, El intercambio o Gran Torino (por citar sólo unas pocas).

Cuando vi El fuera de la ley de pequeño (sí, en Sábado Cine) me dejó alucinado. Era una peli sucia, oscura, pesimista pero con un cierto mensaje optimista al final. Primeramente Josey Wales no es del bando de los buenos. Es un personaje marcado por la tragedia y el odio, un hombre que se enrola en la guerra en busca de los yanquis asesinos de su familia. Pero la guerra termina y él no ha encontrado a los asesinos y además está en el bando perdedor. Los malos perdieron la guerra pero los que la ganaron quizás no fueran tan buenos. Una situación nada fácil pero Josey Wales no se rinde fácilmente. Con todo en contra y sin nada que perder, iniciará una huida hacia delante que dejará todo un reguero de sangre a su paso.

Eastwood construye aquí uno de sus mejores personajes, que no dejan de ser siempre el mismo con pequeñas variaciones. La cicatriz de su cara, el sombrero, sus muletillas, el sonido de las espuelas a cada paso y la continua manera de mascar y escupir tabaco convierten al personaje en todo un icono, un mito del cine. A pesar de ser un famoso renegado, Wales ya no mata si puede evitarlo (da la oportunidad de huir a sus oponentes) pero no tiene remordimientos si lo hace (de forma bastante cruel).

En la tenaz persecución que se establece en su busca Wales conocerá multitud de personajes: indios, tramperos, ancianos, mujeres, cazadores de recompensas y rufianes de todo tipo. Pero sobretodo parias de la sociedad. Los marginados que no tienen cabida en el nuevo orden nacido tras la guerra se irán uniendo a Wales en su huida. En la caravana de repudiados de Wales se formará una especie de comunidad, un mundo aparte de la abusiva ley de los triunfadores. Como si de Jesucristo se tratara, Wales se rodea de los marginados de la sociedad y los dirige hacia un mundo mejor (aunque el camino esté lleno de espinas).

Es ahí donde El fuera de la ley, aparte de ser un film entretenido como pocos y técnicamente brillante, adquiere una dimensión casi épica. Más que un western crepuscular yo diría que es un western mesiánico. En un mundo que se derrumba y sin valores, serán los marginados de la sociedad los que busquen un lugar aparte para vivir. Wales apuesta por vivir a su manera sin seguir las estrictas normas de una sociedad hipócrita (algo que Eastwood ya trató en Infierno de cobardes).

¿Escenas que hacen grande a esta película? Así a bote pronto se me ocurren una cuantas. El encontronazo frontal de Wales con 4 de sus perseguidores en un pueblo o la del cazador de recompensas al que le dan la oportunidad de olvidarse del asunto y volver a casa con su familia (y él toma la decisión equivocada) me parecen escenas memorables y a la altura de los mejores westerns de la historia. Por otro lado secundarios como el jefe indio o el perro son sencillamente entrañables. Es cierto que tenemos que aguantar a la compañera sentimental de Eastwood por esas fechas, la inevitable Sondra Locke, pero no lo hace nada mal.

Yo, desde luego, no creo que sea un film del montón, sino uno de los mejores westerns de la historia. O al menos, uno de mis favoritos y de otro muchos bloggeros con mejor criterio que el mío.

Y encima el film tiene moraleja. Como se dice al final del film, morir no es forma de vivir.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Infectados (Carriers)


El debut de los hermanos Alex y David Pastor nos sitúa en un mundo en el que la raza humana casi se ha extinguido debido a un virus mortal. Cuatro jóvenes viajan hacia el mar intentando mantenerse con vida cumpliendo unas estrictas normas.



La peli parte de un punto bastante parecido al de la reciente Zombieland, con la que comparte más de un aspecto. Pero Carriers no es una comedia ni un film de terror al uso. En la peli no hay zombies ni ansias de comer carne humana. Por supuesto hay buenos momentos de tensión y algo de violencia pero no es el típico film de terror de terror protagonizado por jóvenes. Hay infectados y peligro de contagio pero no es 28 días después ni nada parecido. Los hermanos Pastor deciden salirse por la tangente y nos entregan un interesante film que sorprende gratamente. La película se centra en los personajes y en sus conflictos internos más que en las situaciones de peligro (que también las hay).

Me gustó la contraposición de caracteres de los dos hermanos. El hermano dominante parece tenerlo todo bajo control con su fuerte personalidad, mientras el hermano pequeño está siempre en un segundo plano, su débil personalidad no parece ser de mucha ayuda. Los personajes femeninos están algo menos desarrollados aunque no llegan en ningún momento a ser meros floreros (aunque las chicas no son nada feas).

Hay momentos muy tensos y escenas bastante impresionantes sin necesidad de derramar litros de sangre ni pegar apenas un tiro. El estilo del film es muy sobrio, no se centra en lo desagradable y evita caer en lo lacrimógeno. Han optado por la vía psicológica frente a la del terror, cosa que es de agradecer. La peli tiene un ritmo pausado, creando una tensa calma que nos hace intuir que algo terrible puede pasar en cualquier momento. Además la excelente fotografía le da un aspecto bastante alejado a lo que solemos ver en este tipo de películas.
Como en toda peli buena sobre contagios, el grupo protagonista descubrirá que el mayor peligro puede venir de dentro de ellos mismos. Las situaciones extremas sacarán lo peor de cada uno. Por mucho que un colectivo se cierre sobre sí mismo y se aísle del exterior… la peor amenaza reside en su interior.
Tanto el guión como la dirección de los hermanos Pastor me parecen más que correctos, sobre todo teniendo en cuenta que es su primera película. Hubiera sido muy fácil hacer una tontería de serie Z con chicas monas ligeras de ropa corriendo delante de zombies. Pero los Pastor demuestran tener algo más de cerebro y han sabido vender su proyecto en Estados Unidos sin perder el control del mismo. Esperemos que sigan por este camino.

Carriers es un buen film que gustará a los amantes del cine de infectados e incluso a los que no disfruten con este género.

6,5




lunes, 16 de noviembre de 2009

Pandorum

En el año 2153 dos tripulantes de una nave espacial despiertan de su hibernación sin recordar nada. La nave parece estar vacía.


Tengo que reconocer que me encantan las pelis de ciencia ficción sobre naves espaciales en problemas. Esos espacios enormes y a la vez claustrofóbicos me resultan de lo más estimulante. Alien creó escuela y muchas otras peli s han tirado por ese camino. Pandorum es una de ellas. El problema es que desde Alien han pasado ya treinta años y hemos visto mucho cine, mucha falta de imaginación y mucha mala copia. Pandorum no deja de ser un intento fallido de buen cine de ciencia ficción y terror pero que se queda a medio camino. Un intento que empieza con muy buen pie, con unos personajes sin memoria en un medio hostil, un planeta tierra superpoplado, pasajes oscuros y momentos de agobio. Pero todo lo que promete se disuelve como un azucarillo en agua con el transcurso de las escenas.
Lo que podría haber sido una interesante pesadilla de terror psicológico o una correcta peli de serie B se convierte en un film de acción bastante olvidable. Supongo hubiera sido mejor que esta peli nunca se hubiera estrenado en salas comerciales, su destino ideal son los pases por cable en la noche de Halloween. A mí me recordó bastante al film The descent, que tiene un arranque muy bueno y momentos de mucho agobio pero que luego cae en picado hacia el aburrimiento por la inclusión de unos orcos que destrozan el film. Igualmente Pandorum recuerda a Horizonte final, resultando un pastiche bastante poco original. Pero no podemos esperar otra cosa si los resposables de Pandorum son los mismos de esa oda al encefalograma plano que son las pelis de Resident Evil.

La dirección del alemán Christian Alvart (responsable de Expediente 39, peli que no me apetece nada ver) es de lo más simplona y falta de ideas. Aunque Alvart tiene a su favor que con un guión así es difícil llevar la cosa a buen puerto. Pero el tipo no demuestra nada, parece que la peli la ha dirigido el piloto automático en estado de embriaguez. No hay escenas que destaquen por su originalidad ni por su brillantez técnica ni nada que nos haga pensar que este tipo sabe rodar.
Yo hubiera tirado por la vía de la tensión psicológica, olvidándome de unos malos bastante penosos y unas peleas que no aportan nada a la trama. Además cumple la estúpida norma de meter a una chica mona (o jamona) con escote insinuante. Pero ojo, que la chica no es florero, que es científica y una experta en lucha cuerpo a cuerpo. Que me parto de risa.

Tampoco las pobres actuaciones de Cam Gigandet (Crepúsculo) o Ben Foster (El tren de las 3:10 a Yuma) aportan mucho a unos personajes bastante planos. Por su parte Antje Traue se dedica a salir guapa y a sudar la camiseta por exigencias del guión. El pobre Dennis Quaid intenta darle algo de prestigio a la cosa pero ni por ésas consigue quitar el tufillo a serie B. Con pelis así de flojas nunca recuperará el status perdido.
Así pues, Pandorum es una peli recomendable sólo para los que necesiten urgentemente ver una peli de ciencia ficción, por mala que sea.
3,5

domingo, 15 de noviembre de 2009

Babylon A.D.


En un futuro cercano, un ex mercenario recibirá el encargo de llevar a una joven a Nueva York.

Si el propio director de una película reniega de ella y la pone a parir… te puedes esperar cualquier cosa. A mí Mathieu Kassovitz me parece un director correctito (Gothika, El odio) y un actor simpático (siempre será el novio de Amèlie). Pero en Hollywood las cosas no están para andarse con medias tintas y filosofadas europeas.
Dice Kassovitz que su adaptación de la novela Cyber-punk de Maurice G. Dantec ha sido masacrada en la sala de montaje y que han convertido a su peliícula en una estúpida peli de acción que parece una mala copia de la serie 24. Tiene razón.

No entiendo cómo Kassovitz se ha dejado engañar por los tiburones de Hollywood. Debía pensar que le iban a permitir gastarse millones de dólares en una sesuda reflexión sobre el futuro de la raza humana. Error. Hollywood da acción para los adolescentes, que son los que van en masa al cine a dejarse el dinero. Las reflexiones sesudas europeas no dan taquilla. El intento de Kassovitz seguro que era loable pero ha pecado de ingenuo. Todo autor debería tener pleno control sobre su obra, es cierto, pero no vivimos en un mundo ideal.
Cuando veas que un film ha sido dirigido por Alan Smithee, debes saber que el director no está de acuerdo con el resultado y deseaba desvincularse del mismo. Firmar con un pseudónimo es su única pataleta posible. Pienso que Kassovitz debería haberlo hecho en vez de ir rajando en contra de su película. Pero quizás ni siquiera le dejaron firmar con pseudónimo. Quien sabe.

La película estrenada (a espera de que dentro de unos años editen en DVD su director’s cut) no es tan mala como el mismo Kassovitz dice: sin ser nada del otro mundo, es el típico film de acción con algo más de miga de lo que suelen entregarnos los ejecutivos de Hollywood. Se puede ver pero nada más, ni disfrutas ni te clava al asiento. Tiene escenas bastante más dramáticas y duras (el submarino) de lo que suele verse en las pelis de Michael Bay (Transformes y basura similar) pero no aporta nada nuevo.

La mano del director y su enfoque social se intuyen en toda la cinta. Pero el hachazo del montaje deja muchos personajes sin desarrollar y se centra en la acción más simplona ¿qué puedes esperar si el actor principal es Vin Diesel? Su mejor papel lo hizo en Salvar al soldado Ryan y se lo cargaban enseguida.
El resto del reparto está bastante flojito: Mélanie Thierry es preciosa pero no tiene ni idea de interpretar y Michelle Yeoh es más creíble dando patadas que rezando. Las estrellas del cine francés Gérard Depardieu y Charlotte Rampling están por el cheque (amén de que sus personajes queden totalmente desdibujados)
A mí la peli me recordó a Hijos de los hombres, pero es bastante peor. Aquella película no tenía acción metida con calzador, ni modelos metidas a vírgenes, ni artes marciales, ni se quedaba a medio camino entre Transporter, Blade runner y el Quinto elemento. No sé cuanto dinero recaudó Hijos de los Hombres (ni me importa) pero supongo que dentro de unos años será recordada como una muy buena película. Babylon A.D., no.

4

viernes, 13 de noviembre de 2009

Synth Britannia: documental de la BBC sobre los sintetizadores

Recientemente la BBC ha emitido un elaborado y casi exhaustivo documental sobre el impacto de los sintetizadores en la cultura de Gran Bretaña ( y por ende del resto del mundo). Gracias al documental (dividido en 10 partes) asistimos al nacimiento del techno de finales de los años 70 y al techno pop que triunfaba en los 80. Gente como Kraftwerk, Brian Eno, Walter Carlos, The human League, New order, Gary Numan, OMD o Depeche mode se pasea por el documental contando el nacimiento y auge de un estilo musical. No tiene desperdicio.



miércoles, 11 de noviembre de 2009

La huérfana (Orphan)

Tras perder a su tercer hijo antes del parto, un matrimonio decide adoptar a una niña. Pronto descubrirán que quizás su elección no ha sido la más acertada.

Las pelis con niño malvado (o cabrón) siempre nos han dado mal rollo. Desde El pueblo de los malditos, La profecía o Quien puede matar a un niño siempre nos ha perturbado que algo tan inocente como un niño se nos antoje perverso. Este un subgénero tuvo cierto apogeo hace unos años, incluso en los noventa tuvo cierto revival. Ahora parece que la cosa vuelve a renacer con pelis como La huérfana. Sin ser ninguna maravilla, la peli se ve con interés y, si bien no aporta nada nuevo al género, al menos es un film bastante digno.

Primeramente llama la atención que la peli usa sin pudor todos los tópicos del género: madre con pasado problemático, padre poco comprensivo, niña con discapacidad y secundario de color que no durará mucho. Pero lo que salva al film para mí es el personaje de la madre y la convincente interpretación de Vera Farmiga (Infiltrados, El niño del pijama a rayas), a mí me gusta cómo actúa esta chica. No es una modelo incapaz de articular palabra ni una diosa de la interpretación pero me gustan sus personajes y cómo los aborda. Su papel interpretado po Sandra Bullock o Demi Moore podría haber echado por la borda toda la peli. Ella es lo más interesante del film por encima de la niña maléfica. Por cierto que la niña Isabelle Fuhrman es todo un descubrimiento y logra inquietar bastante. Por su parte Peter Sarsgaard da el pego como el padre de familia.

El tratamiento de los personajes es bastante correcto y consigue mantener el interés aunque sus dos horas se podrían haber recortado algo. El ritmo es el adecuado aunque todos sabemos desde el principio que a la niña le pasa algo, que no sólo es rarita, es mala. Un elemento a favor es el tratamiento de la relación de pareja y los conflictos que sabiamente la niña introduce en la familia. Todas las intrigas y tejemanejes de la niña son lo mejor de la peli, poco a poco irá sacando a flote todos los trapos sucios de una familia aparentemente ideal.

El guión va montando el puzle ante nuestros ojos y se guarda algún as en la manga. Eso sí, cuando la niña se pone en plan realmente malvado (algo inevitable en este tipo de pelis) es cuando pierde algo de fuelle ya que no acaba de explotar la vena sádica/psicótica del personaje. Sabe a poco. Yo hubiera preferido un giro más macarra, con más violencia, incluso hubiera llevado más al límite la unidad familiar. Pero hubiera tenido serios problemas con la calificación por edades.
En cuanto a la dirección del catalán Jaume Collet-Serra (La casa de cera), me pareció correcta y efectiva. Incluso en alguna escena demuestra un oficio más propio de un veterano, la escena en el parque infantil me sorprendió gratamente, nunca pensé que un tobogán diera tanto juego. Por otro lado a veces cae en lo tópico, pero no olvidemos que estamos ante una peli de género y debe ceñirse a los cánones del mismo.

Pues eso, una peli correcta recomendable para los amantes de los niños cabrones.

5,5


lunes, 9 de noviembre de 2009

El imaginario del doctor Parnassus (The Imaginarium of Doctor Parnassus)


El imaginario del doctor Parnassus es un cochambroso espectáculo ambulante que recorre las calles de Londres en busca de público. Todo cambia cuando casualmente encuentran a un hombre colgando de un puente.


Las películas del estrafalario Terry Gilliam siempre son especiales. No es director que suela plegarse a los deseos de la industria ni tan siquiera del público. Gilliam rueda sus historias como le da la gana. Son míticas las largas y difíciles gestaciones de sus films. A veces no consigue financiación o la tragedia parece cebarse con él o debe ceder en algunos aspectos a mitad de rodaje para lograr llevar a buen puerto la película. Esta vez el destino quiso que Heath Ledger (el inolvidable Joker de El caballero oscuro) muriera en pleno rodaje sin haber terminado sus escenas, con lo que todo el film corrió un serio peligro de nunca finalizarse. Pero Gilliam superó el golpe y logró acabar el film usando algo que le sobra y que generalmente escasea en el cine actual: imaginación.

Y es que El imaginario del doctor Parnassus es todo un canto a la imaginación. Es un film extraño lleno de curiosos personajes, un film visualmente espectacular y con mensaje. Yo disfruté mucho de esta película y para mí es ya una de las mejores del año y un clásico más a añadir a la fascinante filmografía de su autor. Ya desde sus inicios en los Monty Python, los viajes en el tiempo (12 monos, Los heroes del tiempo ) o la confusión entre realidad y ficción (Miedo y asco en Las Vegas, Brazil, El rey pescador, Tideland) siempre son temas recurrentes en la filmografía de Terry Gilliam y no faltan tampoco esta vez.
En El imaginario del doctor Parnassus Gilliam nos ofrece un espectáculo audiovisual apabullante. El mundo real está lleno de trastos, cachivaches y basura que le confieren un aspecto desolador. El carromato es casi un personaje en sí mismo, igualmente los objetos tienen mucha importancia (la flauta) y los vestidos de los comediantes son destartaladamente geniales. El mundo imaginario es incluso más cautivador, formando parte del imaginario visual propio del autor. No olvidemos que Terry Gilliam y Tim Burton son de los pocos directores que tienen un estilo visual propio y fácilmente reconocible. Esta vez Gilliam sublima su estilo elevándolo hasta cotas insospechadas. Escenas como la del baile entre espejos, el templo o las escaleras hasta el cielo son de las más cautivadoras en años.

Pero no sólo hay imágenes surrealistas, Terry Gilliam no nos ofrece un espectáculo vacío (nunca lo ha hecho). La historia está abierta a múltiples interpretaciones y segundas lecturas. Es una historia sin fin, tan larga como el tiempo, la eterna lucha entre el bien y el mal, entre la realidad y la fantasía. El film es un homenaje a los contadores de historias y los magos que entretienen a la sociedad aportando un soplo de esperanza aunque sea falsa. El mundo siempre los va a necesitar.


Los personajes me cautivaron desde el principio: el sabio inmortal que vive como un vagabundo, el fiel enano cascarrabias, la bella joven que sueña con llevar una vida normal, el ahorcado sin memoria, el joven actor enamorado, todos los personajes están perfectamente dibujados.

Las interpretaciones también están a una gran altura, empezando por Christopher Plummer, simplemente genial en un papel siempre a punto de quebrarse. Lo cierto es que Plummer da todo un recital interpretativo (ayudado por ingentes cantidades de maquillaje). Igualmente me sorprendieron la modelo de extraña belleza Lily Cole y el desaparecido Heath Ledger. Ambos están muy bien y hacen creíbles a sus peculiares personajes.
Ya he comentado que la treta para que no se note la falta de Ledger está muy bien conseguida y las actuaciones de Jude Law o Johnny Depp son más que correctas. Sólo me falla algo Colin Farrell que me pareció demasiado histriónico. Aunque el que más me gustó fue Tom Waits como Mr Nick, un personaje que se ajusta como un guante al cantante del inframundo. Es impresionante oír la rota voz de Waits en los irónicos diálogos con Plummer. Me resultaron especialmente interesantes.

Resumiendo, es una buena película y una experiencia muy recomendable.

7,5


P.d.: Por cierto, lo peor del film es que un sábado a la sesión de las 19:50h en versión original subtitulada sólo estábamos 2 personas en la sala.

domingo, 8 de noviembre de 2009

G.I. Joe


No sé qué me ha pasado, igual era la gripe A o las ganas de ver algo divertido tras los lloros que me asaltaron en Agora, el caso es que me decidí a ver G.I.Joe. Pensé: desconecto el cerebro y me lo paso lo mejor que pueda. Sabía de antemano que el director era Stephen Sommers, el criminal que tiene en su haber idioteces como La Momia 1 y 2 (puag) o Van Helsing (repuag), pero me la jugué. Qué demonios. Sin riesgo no hay emoción.

Y el tiro me salió mal, muy mal. Las adaptaciones de cómics, series de televisión, videojuegos no suelen producir buenas pelis, aunque hay excepciones como El caballero oscuro, Star trek o Spider-man. Pero las adaptaciones de juguetes ya suelen ser para echarte a temblar.


El problema de esta peli es que el guión es rematadamente malo y falto de ideas. Todo es tan tópico y está tan visto que parece una peli de Cine de barrio (bueno, no nos pasemos, las que presenta Carmen Sevilla suelen ser bastante mejores). El guión parece una mala copia de la peor peli de James Bond: una perversa organización secreta, los malos millonarios, gadgets, la chica mala, la chica buena (aunque las dos están de buen ver), incluso el final es calcado al de Moonraker (1979).


En G.I Joe los lumbreras de Hollywood se han dicho: ponemos a chicas monas, escenas de acción y unos malos con dinero y ya tenemos una peli. Vamos, que el guión no hay por donde cogerlo. Con lo barato que es contratar a un buen guionista. Aunque… ¿quién necesita a un guionista teniendo a Sienna Miller moviendo sus caderas entre explosiones…?


Incluso han metido al típico personaje graciosillo de color y alguna modelo de relleno para alegrar la vista a los chicos y algún torso masculino para contentar a las chicas. Desde luego que Karolina Kurkova no sabe lo que es actuar, al menos delante de una cámara. De Sienna Miller casi se puede decir lo mismo pero está tan guapa de morena moviendo las caderas con esos tacones y ese traje negro tan ajustado… que casi se nos olvida lo penosa actriz que es.


También aparecen por este engendro actores de cierto calibre como Dennis Quaid (haciendo el ridículo) y Jonathan Pryce (yendo directamente a por el cheque en el típico papel de presidente americano). Incluso podemos añadir que la peli cuenta con dos breves aportaciones actorales a cargo de dos grandes ladrillos como Brendan Fraser y Arnold Vosloo, viejos amigos del director desde La momia.


Hombre, con la cantidad de dinero invertido es de suponer que los efectos estarían bien, pues no te creas, muchas naves y decorados cantan de lo lindo, pero da igual, Sienna es real (creo).

¿Y escenas de acción? Pues sí que las hay, bastantes y bastante largas, para aburrir. Parecen una mala copia de Matrix reloaded (que ya tiene guasa la cosa) y Star Wars pero sin apenas emoción, una fantochada de cuidado rodadas sin ritmo ni gracia ninguna. Sólo la que ocurre en París tiene cierto interés.

Pues eso, que la peli se me ha olvidado entera mientras escribía, toda menos Sienna de morena caminando moviendo las caderas en ese traje negro entre explosiones. ¿El resto de la peli? Ya no me acuerdo, te lo juro.


2 (Por las caderas de Sienna)



P.d.: A mí los muñecos de G.I. Joe no me gustaban de crío debido a que cuando me acercaba a ellos en cualquier tienda me asaltaba un terrible hedor a patriotismo norteamericano rayano en el fascismo. Un patriotismo que en los años 80 con Reagan y Rambo puede que tuviera su gracia, pero ahora…


viernes, 6 de noviembre de 2009

[•REC] 2

Rec 2 arranca justo tras el final de la primera parte, usando distintas grabaciones para explicarnos lo que ocurre dentro del edificio puesto en cuarentena.


Pues una pena, todo lo que me gustó de Rec parece haberse diluido en esta innecesaria segunda parte. Ya lo siento, pero es así. Sigue habiendo movimientos de cámara mareantes, broncas, nervios, tensión y ataques inesperados en esta segunda parte pero no hay nada nuevo interesante. En REC se apuntaban muchas cosas y otras muchas se dejaban a la imaginación del espectador, pero ahora Balagueró y Plaza las han desarrollado y no siempre (casi nunca, mejor dicho) de forma satisfactoria.


De primeras, el factor sorpresa ya no existe. Lógico. REC nos cogió por sorpresa pero ahora el edificio ya nos lo conocemos y (encima) los adorables vecinos ni aparecen (suponiendo que alguno hubiera quedado con vida). La forzada introducción de nuevos personajes no está muy lograda y lastra bastante el film. Por cierto, esos jóvenes que se cuelan en el edificio quedan muy poco naturales.
REC 2 recoge el testigo de la primera pero lo lleva a terrenos ya muy vistos convirtiéndose en una peli de genero más. Hay referencias/homenajes a El Exorcista o a La noche de los muertos vivientes que no creo que fueran estrictamente necesarios. El giro religioso que toma la trama no me parece el más acertado, la verdad. Que está ya muy trillado eso del cura con la cruz hablando en latín. Me gustaba más cuando la gente se transformaba simplemente en infectados. Cuando explicas el origen de las cosas se pierde el misterio. Balagueró y Plaza nos han llevado a un terreno que no me ha gustado. Han combinado dos subgéneros dentro del cine de terror que no acaban de cuajar del todo, dando como resultado un engendro algo indigesto. Al menos no se han pasado a los efectos especiales por ordenador.


Por supuesto, hay escenas bien rodadas y la peli se ve sin problemas e incluso genera sobresaltos entre la audiencia como pocas cintas de terror lo hacen actualmente. Pero se le ve el truco, ya no impresiona como la primera y la repetición de situaciones y lugares comunes lleva al filma una sensación de deja vu, ya visto.



Incluso hacia el final intentan sorprender al espectador con la reaparición del personaje de Manuela Velasco pero ya es tarde. La sensación de tedio ya se ha apoderado de nosotros e incluso en la sala se oye alguna risa. Tanbien me molesta el truco barato de preparar la cosa para una tercera entrega (era inevitable, amigos, esto del cine es un negocio, de capa caída pero nogocio).


Sinceramente, me parece que el film fracasa y acaba dando la impresión de que te están tomando el pelo.



4,5

jueves, 5 de noviembre de 2009

Mi vecino Totoro (となりのトトロ, Tonari no Totoro, 1988)

Mei y Satsuki se trasladan con su padre a una casa en el campo para estar más cerca del hospital en el que se encuentra su madre. Allí descubrirán unos seres sobrenaturales con los que, tras la sorpresa inicial, entablarán una amistad.

De Hayao Miyazaki ya hemos hablado en alguna ocasión y creo que nunca me cansaré de repetir que me parece un autor imprescindible dentro del cine de animación y del cine en general de las últimas décadas. Su influencia ha sido enorme no sólo dentro del anime japonés sino en gente como Pixar, los títulos de crédito finales de muchos de sus films han servido de inspiración evidente para Pixar. Sin ir más lejos, Disney se encarga hace años de distribuir internacionalmente las películas del japonés. E incluso El viaje de Chihiro le arrebató el Oscar a Monstruos S.A.

Con Mi vecino Totoro Miyazaki rompió barreras y empezó a desarrollar las claves de lo que luego sería su cine posterior: ecologismo, pacifismo e infancia. Mi vecino Totoro es aún una historia bastante simple, alejada de la complejidad de films como La princesa Mononoke, la citada El viaje de Chihiro. Se puede decir que Ponyo en el acantilado fue un cierto retorno a temas infantiles. A pesar de cierta deuda argumental con Alicia en el país de las maravillas, Miyazaki sabe crear un universo arrebatador. Los personajes de las dos hermanas (y en especial la hermana pequeña, Mei) provocan una enorme ternura y logran que el espectador se encariñe con ellas sin remedio. Igualmente secundarios como el tímido niño Kanta o su abuela están muy bien definidos con leves pero concisas pinceladas. Por ejemplo, Kanta es un niño que se muestra enfadado y receloso hacia las niñas pero más parece que es por timidez que por otra cosa, e incluso puede ser debido a que está enamorado de Satsuki. Pero Miyazaki nunca lo aclara, es el espectador quien debe sacar sus propias concusiones. Tampoco se especifica el año exacto en el que transcurre la acción ni la enfermedad de la madre, pero tampoco son difíciles de deducir.

Por otro lado, los seres sobrenaturales no son los típicos chistosos cantarines al estilo Disney. Los Totoros (que son tres y no uno) son unos espíritus del bosque con forma de conejo, siendo el más grande un tipo bastante perezoso que no dice ni una sola palabra en toda la peli pero aún así se hace entrañable. Tan entrañable y carismático que acabó siendo el logotipo de los estudios Ghibli de Miyazaki. Otro personaje que tiene una gran importancia aunque sale poco es el Gatobus, un claro ejemplo de los personajes de Miyazaki, seres mágicos nacidos directamente de la naturaleza. Seres que aparecerán en todas sus películas posteriores.

Miyazaki imprime al film un ritmo perfecto además del dibujo claro y aparentemente sencillo que ya era la marca de la casa. Por momentos me pareció estar viendo un episodio de Heidi o Marco.

Aparte de ser una maravilla técnica, Mi vecino Totoro es todavía hoy capaz de sorprender y emocionar a niños y mayores.

8



miércoles, 4 de noviembre de 2009

PAGAFANTAS

¿Quién no ha hecho el idiota por una chica?

No suelo ser aficionado a las comedias actuales, normalmente caen en el mal gusto y la escatología más ramplonas. Hay excepciones, por supuesto. Los colegas que habían visto Pagafantas me la recomendaron encarecidamente ya que, según ellos, te ríes de lo lindo con esta peli. Y tienen toda la razón. Yo me lo pasé muy bien con esta comedia que no tiene mayor pretensión que entretener. Entretener a costa de las desventuras de un joven enamorado de una chica que sólo lo ve como amigo. Igual es porque me recordó a ciertas experiencias vitales mías (tengo que reconocer que me vi a mí mismo reflejado en el protagonista) o por lo que sea pero me lo pasé muy bien.

El director vasco Borja Cobeaga, director del programa Vaya semanita de la televisión vasca y nominado al Oscar en 2007 por su corto Éramos pocos, demuestra una vez más su buen hacer para la comedia. No sólo utiliza actores del programa sino que el humor fresco e irreverente del mismo también está presente en el film.

El guión no es ninguna maravilla pero funciona, a trompicones pero funciona. La peli no deja de ser una sucesión de gags más o menos logrados (evidenciando el origen televisivo) que te hacen reír a carcajadas varias veces.
Tampoco te esperes lo que no es. No es un guión perfectamente hilvanado a lo Woody Allen ni los personajes van evolucionando ni nada por el estilo, pero te hace disfrutar que es lo que uno espera de una comedia. Tiene gags un tanto fallidos (el de El puma), algunas escenas que no acaban de estar bien resueltas y transiciones un poco forzadas. Pero por otro lado tiene golpes realmente hilarantes como el del karaoke, los peinados o la persecución nocturna. Mención aparte se merece toda la coña con Enrique Bunbury.

Supongo que la aparición de actores de Vaya semanita o Muchachada nui le da la frescura necesaria a la película. En cuanto a los protagonistas, Gorka Otxoa sigue bordando su eterno papel de joven pardillo y Sabrina Garciarena me parece todo un descubrimiento.
Yo me quedo con los recuperados Óscar Ladoire y Kiti Manver, la vis cómica de estos dos actores es un valor añadido al film. Igualmente la intervención de la gran María Asquerino (gran escena la del pasillo al estilo de El resplandor) le añade puntos al conjunto.

Lo dicho, no es alta comedia pero funciona, vaya si funciona.
5

lunes, 2 de noviembre de 2009

T Rex - Children Of The Revolution

Otro héroe del glam de los años 70, El tristemente desaparecido Marc Bolan y sus T-Rex hacían temazos tan geniales como este Children of the revolution. Aquí lo vemos en una grabación acompañado por Elton John y Ringo Starr.

AGORA


En la Alejandría de finales del siglo IV después de Cristo conviven varias religiones en un crisol a punto de estallar.


Hay que agradecerle al amigo Amenábar que siempre se complique la vida intentando cambiar de género y contando historias que se salen de lo habitual dentro del cine español. Sólo por eso Amenábar ya se ha ganado mi respeto hace años. Que luego vienen muchos directores consagrados tipo Vicente Aranda o Bigas Luna (son los dos primeros nombres que me vienen a la cabeza) y te hacen la misma película que nos llevan contando hace 30 años pero con más desnudos innecesarios.

Amenábar no sólo es valiente sino que se mete en unas producciones realmente complejas con cientos de escenarios, vestuario complejo, escenas por ordenador y extras por un tubo. A la complejidad técnica tenemos que sumar una incluso mayor, encontrar una historia que valga la pena. Y la historia de Hipatia de Alejandría vale la pena.


Entiendo que Amenábar y su colaborador habitual Mateo Gil se hayan tomado ciertas licencias y anacronismos lógicos dentro del guión (que no voy a desvelar) Ocurre en todas las pelis históricas y no creo que sea un gran fallo que estropee el film. Lo que sería un fallo sería gastarse 50 millones de euros en una mala película, pero tampoco es el caso.
Ágora es más que brillante técnica y artísticamente hablando, llegando por momentos a fascinar. Pero Amenábar no se ha dejado llevar por los grandes presupuestos ni las escenas grandilocuentes y sabe llevar la historia con miradas y con gestos (bueno… y con alguna pedrada).
Con unas interpretaciones bastante ajustadas, Amenábar sabe sacarle todo el partido a la historia e incluso se atreve a sacarle una reflexión que resulta muy actual incluso hoy en día: los fanatismos no generan nada bueno.
Amenábar desconcierta al espectador con unos planos que van bajando desde el espacio hasta Alejandría y viceversa, dando a entender que los problemas que allí se vivieron son universales y que este planeta sólo es un puntito en el universo, no el centro del mismo.


La historia de Hipatia podría ser la de otros muchos que han luchado por la razón frente al fanatismo religioso o de cualquier tipo. Muchos alegaran que esta película va en contra de las religiones o especialmente en contra del cristianismo, yo creo que va en contra de la incultura y la cerrazón, vengan de donde vengan.


Es cierto que el desarrollo del film no es perfecto, hay ideas que no se desarrollan suficientemente, sólo se apuntan, como por que Hipatia no es ni quiere ser cristiana. Tiene alguna leve bajada de ritmo y algunos pasajes se pueden hacer innecesarios o demasiado largos. A veces las disertaciones sobre astronomía se nos pueden antojar ridículas frente a los problemas que aquejaban a Alejandría o puede que algunos personajes queden algo desdibujados.

Pero es innegable el saber hacer de Amenábar como director, la escena final es simplemente sobrecogedora (he llorado, lo admito, lapidadme si queréis). Igualmente la escena del pie es tan sutil y hermosa que es digna de un gran director. Un director que sabe construir personajes sin perderse en espectáculos vacíos, los moldea y los hace evolucionar obligando al espectador a posicionarse a favor o en contra. Pero siempre con matices, nada es totalmente negro o blanco. La evolución del personaje del esclavo Davo me pareció especialmente bien llevada.

Quizás el mayor problema del film sea una Rachel Weisz demasiado inexpresiva (o algo fría a veces) que no trasmite en ciertos momentos toda la pasión que debiera. Yo me quedo con Ashraf Barhom (Paradise now, La sombra del reino) y Max Minghella que bordan unos personajes llenos de contradicciones.


7,5