miércoles, 29 de septiembre de 2010

Melissa Auf der Maur: Out of our minds

Tras estar en los años noventa como bajista en grupos como Hole o Smashing Pumpkins, la canadiense Melissa Auf der Maur inició su carrera en solitario hace unos años. Este épico tema pertenece a su segundo disco. No es que el vídeo sea gran cosa pero tiene un extraño aire a David Lynch que, unido a una pegajosa melodía, me tienen sorbido el seso últimamente.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Carancho



El carancho es un ave rapaz, como el personaje de Ricardo Darín, quien abandona su eterno papel de buena persona que tan buenos resultados le ha dado en films como El hijo de la novia, Luna de Avellaneda o El secreto de sus ojos. Carancho es un film de cine negro, negrísimo, a la argentina. Nos presenta una sociedad vertebrada por la picaresca y la mentira. Concretamente se centra en los accidentes de tráfico y el turbio negocio que se mueve alrededor.

Los personajes del film están atrapados en una terrible realidad, el convivir diariamente con los accidentes y sus consecuencias les proporciona una dolorosa visión del mundo. Un mundo insoportable del que intentarán escapar. De eso va este film. de personas que intentan escapar de la realidad que los ahoga. Personas heridas, aisladas, que huyen de sí mismos y de una cotidianeidad marcada por la sangre y la muerte. No esperes encontrar en esta película diálogos ingeniosos o chistes existencialistas, no es el tipo de cine argentino que estamos acostumbrados.

La excelente dirección de Pablo Trapero es muy fría y nada agradable para el espectador. Te sumerge en un infierno de frías oficinas, ambulancias y hospitales, convirtiendo el film en una experiencia casi dolorosa. Trapero es un buen realizador, consigue complicados planos secuencia realmente espectaculares y todas las escenas tienen una veracidad casi documental. Especialmente realistas son las escenas de la sala de urgencias, las palizas y los accidentes de coche.
El conjunto resulta demasiado duro y hermético. Trapero crea una atmósfera asfixiante que no deja respiro al espectador. No hay ni un ápice de humor ni humanidad en esta historia, resultando casi imposible simpatizar con los personajes. Ningún secundario es simpático ni entrañable, todo es sórdido en el film. Cuando llega el final (magnífico plano secuencia) uno no puede dejar de pensar que por suerte sólo es una película y no tenemos que vivir en un mundo así.
A mí Ricardo Darín me ha gustado (como siempre), su cambio de registro me parece todo un acierto. Igual de acertada está Martina Gusman (a la que yo no conocía) quien borda un papel muy extremo a base de miradas y silencios.

Resumiendo, un drama amargo y violento.

6,5

viernes, 24 de septiembre de 2010

Machete


Que no te pille de sorpresa, Machete es la última macarrada de Robert Rodríguez. Ni más ni menos. Un film que no debe ser tomado en serio en ningún momento, ni siquiera sus autores han cometido el error de hacerlo. Machete era inicialmente el trailer de un film que no existía y que acompañaba al programa doble Grindhouse, pero finalmente ha acabado existiendo.

Rodríguez sigue homenajeando al cine de serie B de décadas pasadas, si bien su película no es mejor que las películas a las que emula. Cumple todos los requisitos del cine de justicieros vengadores pero no aporta nada nuevo, consciente de que el espectador los reconoce: el héroe parco en palabras pero excelso en violencia y atractivo, las chicas guapas/florero, el secundario que ayuda al héroe y durará poco, el villano hombre de negocios, el político corrupto, los sicarios. Nada en esta historia debe tomarse en serio, es sólo una broma.
Incluso la crítica a las leyes de inmigración estadounidenses queda bastante risible debido a la zafiedad de los personajes, todo es tan exagerado que pierde toda efectividad como crítica social y se queda en mera anécdota.

Al contrario que su amigo Tarantino, Rodríguez no pasa de la mera imitación y no le otorga a su film la más mínima dignidad. Tarantino sabe hacer buenas películas con elementos copiados directamente del cine de serie B (Kill Bill sería un buen ejemplo) pero Rodríguez no parece interesado en ello. Sólo recrea un cine que añora y que, por suerte, no creo que vuelva.

Lo mejor del film es su poca vergüenza y su descaro. Rodríguez sabe que su guión es malo (muy malo) pero le da igual, el guión de este tipo de pelis era una mera excusa para enlazar escenas de acción y desnudos. En ese sentido Rodríguez no defraudará a sus fieles; el film tiene violencia extrema tan pasada de rosca que resulta hasta divertida y algún desnudo que otro. Señor Rodríguez: Yo he echado de menos algo más de sexo, la verdad, a ver si solucionamos el tema en las anunciadas futuras entregas.

Es un innegable acierto tener a un grupo de actores tan variopinto (como poco) reírse de sí mismos en este guión lleno de guiños: Me gustó especialmente ver a Robert Deniro auto pariodándose o volver a encontrarnos con el olvidado Don Johnson.
Lo de contar con Steven Seagal (más gordo y acartonado que nunca) no deja de ser otro guiño más, el tipo sigue siendo tan inexpresivo como un cubito de hielo. Casi tan inexpresivo es Danny Trejo, pero el tipo es más simpático.
Por su parte las guapas Lindsay Lohan (qué bien le queda el hábito), Michelle Rodríguez (qué bien le queda el parche) y Jessica Alba (qué bien le queda todo) tienen unos bochornosos papeles como los floreros típicos de este cine. Me resultó especialmente delirante el discurso de Jessica Alba a los inmigrantes ilegales, toda una parodia de las vergonzantes arengas yanquis.

Una caricatura, un pasatiempo para los que añoran la serie B.
5

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Que se mueran los feos



Que se mueran los feos no es una gran comedia, eso ya no existe. La comedia es un género muy difícil que no está logrando renovarse, cayendo demasiadas veces en la zafiedad. Al menos, Que se mueran los feos es un digno intento de comedia rural española. Quizás se nota demasiado que su director Nacho G. Velilla ha sido director de series como 7 vidas o Aída. Los fans de estas series disfrutarán bastante del film. Como ya pasó con su primer largo (Fuera de carta) Velilla trabaja sobre un guión de formato televisivo y se apoya en el incombustible Javier Cámara y otros actores salidos de la pequeña pantalla para ofrecernos un entretenimiento más que
solvente.

Es cierto que la película es irregular, avanza a trompicones, tiene situaciones fallidas, algunos actores están sobreactuados (Hugo Silva) y otros desaprovechados (Juan Diego) e incluso tiene momentos de vergüenza ajena (esa canción del final… parece sacada directamente de los momentos más bochornosos del cine yanqui). Pero hace reír. Los momentos dramáticos no acaban de casar bien con los cómicos pero funciona. A pesar de la poca cohesión del guión, la cosa funciona, a ratos, pero funciona.

Si una comedia te hace reír a pesar de los evidentes errores de bulto, creo que hay que admitirlo. También tiene virtudes que la hacen merecer un visionado. En especial creo que vale la pena por la habitual buena labor de Javier Cámara, verdadero pilar sobre el que se sustenta el film. Cámara, tras La torre de Suso o Fuera de Carta, se perfila como el protagonista ideal para una comedia, aunque creo que es un gran actor en todos lo terrenos. Si en los años sesenta Alfredo Landa originó el Landismo, Cámara lleva camino de crear su Camarismo (salvando las distancias). También la televisiva Carmen Machi demuestra ser una actriz cómica impagable, si bien su actuación no se aleja mucho de lo visto en Aída, ambos forman un buen tándem cómico que es igualmente efectivo en las escenas dramáticas.

El resto de personajes forma un reparto coral bastante irregular. Ya he dicho que hay personajes algo forzados (poco convincentes) y otros podrían haber dado mucho más juego. El guión intenta dibujar un divertido retrato de una sociedad rural en el pirineo aragonés pero no lo acaba de conseguir y cae en los tópicos de siempre. Triunfa en los gags aislados pero como film se sostiene a duras penas. Sólo el buen hacer de los actores principales salva ciertas escenas (el funeral, los ensayos, la canción del final) mientras en otras se nota que falta espontaneidad. Quizás su mayor fallo sea la dirección (o elección) de ciertos actores, lo que acaba lastrando el conjunto.

Pero te ríes.

5,5

lunes, 20 de septiembre de 2010

Habitación en Roma


La última propuesta de Julio Medém era bastante atractiva y arriesgada (como casi siempre). Dos jóvenes mujeres se encuentran en la ciudad de Roma y deciden pasar la noche en la habitación de hotel de una de ellas. Allí desnudarán sus cuerpos y sus almas, dejando a un lado sus iniciales miedos y recelos. Las protagonistas ven la oportunidad de escapar de su realidad cotidiana por una noche, sólo eso. Serán felices por una noche fantaseando con ser otras personas e imaginando cómo sería una hipotética nueva vida juntas. Por unas horas intentarán dejar atrás el dolor y las ataduras de su existencia.

La idea (basada en el film En la cama del chileno Matías Bize, que no he visto por lo que no puedo comparar) es interesante y cuenta con la habitual e impecable puesta en escena de su director. Médem se muestra seguro en la dirección, realizando unos complicados planos y demostrando que es un estupendo realizador. Médem sabe perfectamente dónde y cómo colocar la cámara y dota a su film de una fotografía excelente dando toda una lección de estilo.

Pero, si técnicamente Médem es más que solvente, su cine se está volviendo cada vez más hermético y a mí me cuesta cada vez más entrar en su mundo. Habitación en Roma más parece una obra de teatro que conserva las antiguas tres unidades de acción, tiempo y lugar. Tiene un ritmo pausado, más cercano al teatro clásico que al cine moderno. Médem despliega todo su arsenal de imágenes oníricas, metáforas y referencias clásicas pero lo que narra no nos interesa demasiado.

Hay muy poco destacable más allá del posible morbo de ver a dos hermosas mujeres desnudas durante casi todo el metraje y de la complejidad técnica del film. Médem se la juega una vez más, cosa que le honra, pero no siempre los experimentos salen bien. La poética transcendencia (casi mística) con la que Medem trata ciertas escenas me pareció pedante y cursi. Casi sonrojante. Si no consigues conectar con el pausado ritmo del film y el cada vez más pedante universo de su autor, sus 103 minutos se te pueden hacer eternos. A destacar el inadecuado abuso de las canciones como mero tránsito entre los diálogos. Yo acabé harto de tanta cancioncilla.

Una pena que Médem se recree tanto en la estética y en la supuesta transcendencia de la trama. Los diálogos no están mal pero no acaban de atrapar al espectador, el irregular guión pierde fuelle por momentos y la trama decae, perdiendo el interés rápidamente. No hay ningún elemento que nos incite a ver el desenlace del film (totalmente previsible). Como diría Hitchcock, falta el McGuffin.

Con prácticamente dos actrices como único elenco, el peso del film recae en ellas y creo que son lo mejor de la película. Elena Anaya y Natasha Yarovenko están muy bien (en todos los sentidos), sus arriesgadas interpretaciones me gustaron bastante. Todo lo contrario que el de Enrico Lo Verso, no sé si su personaje intenta ser una proyección de todo lo masculino (y malvado) del universo pero me pareció bastante forzado. Nawja Nimri aparece en pantalla pero es una mera anécdota.

Un film aburrido y pretencioso que tiene poco que contar y además lo hace de forma manierista. Yo no entré en su juego y me aburrió.

4,5

domingo, 19 de septiembre de 2010

Homenaje a José Antonio Labordeta

Hoy ha fallecido José Antonio Labordeta, maestro, escritor, cantautor, político y , sobre todo, aragonés.
Nunca me compré un disco suyo ni tampoco fui a verlo a ningún concierto. No era mi estilo. Pero le cogí mucha simpatía ya que gracias a él descubrí que un país cabe en una mochila, que los lugares olvidados merecen descubrirse y que ningún esfuerzo es en vano si la causa es justa.
Hasta siempre.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Robert Johnson: Sweet home Chicago


Robert Johnson (1911-1938) es considerado el abuelo del Rock and Roll. Su estilo de cantar y tocar la guitarra es un claro precursor del Blues y el rock modernos. Sólo grabó 29 canciones en vida y sólo se conservan 2 fotos suyas. Obviamente la calidad de las grabaciones es bastante mala y no dejó videos.



Su vida está llena de leyendas, se dice que tocaba tan bien el blues debido a que se encontró con el diablo en un cruce de carreteras y le vendió su alma a cambio. Murió a los 27 años y se dice que le envenenó una ex novia, otros dicen que fue un marido celoso. No hubo autopsia, por lo que nunca lo sabremos.

Lo que sí se sabe es el inmenso legado que dejó, entre sus seguidores se encuentran gente como Led Zeppelin, Bob Dylan , Eric Clapton, Keith Richards o Jimi Hendrix. Ahí es nada.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

HIERRO


En su primer film Gabe Ibañez se arriesga con un thriller psicológico con tintes de terror partiendo de un aterrador hecho: la desaparición de un hijo.

Técnicamente la película es casi impecable, a pesar de ser una ópera prima está muy bien rodada y muy bien fotografiada. El tipo promete. Me gustó mucho el uso de ciertos elementos digitales (los pájaros, la espuma del mar) que logran un efecto muy inquietante. Lamentablemente, al final del film hay otro elemento digital mucho menos conseguido y que canta bastante (en todos los sentidos), echando a perder un poco el tono del film.

Me desconcertó cierta fijación del director por los años setenta, por el pasado. Tanto los vestidos, los coches o la decoración de las casas tienen un evidente toque retro que descoloca bastante. Durante buena parte del film uno no sabe en qué década trascurre la acción. Sólo la aparición de los teléfonos móviles nos da una idea más exacta de cuando está ubicada la película.

El envoltorio del film es más que satisfactorio pero el contenido deja algo que desear. El guión flojea en algunos momentos y hace aguas irremediablemente. Durante varios minutos el interés decae siendo incapaz de atrapar al espectador, quien pierde el interés y no lo recupera hasta casi el final. El guión es incapaz de engancharnos a la desesperada búsqueda del hijo de la protagonista. Algo muy sutil que no es fácil de conseguir y en este caso así ocurre. La acción tarda en ponerse interesante y durante mucho tiempo la trama va como la protagonista, perdida y sin rumbo. Peor aún, usa trucos baratos para intentar entretener al espectador (algún desnudo gratuito, la mirilla de la puerta) y tapar la inconsistencia de la historia. Para cuando el film se centra, nos intenta sorprender con uno de estos giros finales tan habituales últimamente pero que están ya muy vistos. Una pena.

Elena Anaya sobrelleva muy bien sobre sus hombros el peso del film, consiguiendo salir indemne de las difíciles escenas que su personaje de madre desesperada conlleva. Buena actuación de Elena, quien demuestra que es algo más que una cara bonita (que también).

Lástima que la interpretación de Elena Anaya y la atmósfera no sean suficientes…
4

lunes, 13 de septiembre de 2010

The Runaways



Descubrí a Floria Sigismondi en aquel perturbador video clip de Marilyn Manson “The beautiful people”. La inquietante atmósfera de pesadilla de este video hizo que la contrataran gente tan interesante como The White Stripes, The Cure o David Bowie. La excéntrica fotografía de su trabajo en el video clip no parece haberse trasladado a su primer largo, hubiera sido demasiado asfixiante. Lo que sí destila su película sobre las Runaways es su pasión por la música rock.


Es cierto que hemos tenido otros biopics mejores en los últimos años sobre grupos de rock, mi favorito sigue siendo Control, el biopic sobre Ian Curtis (Joy Division) que fue el debut del fotógrafo Anton Corbijn. Este de las Runaways se puede ver y entretendrá sobretodo a los amantes de la música de los setenta, el Glam rock y el punk. La banda sonora está plagada de temas de Bowie e Iggy Pop, lo que le da Sigismondi la oportunidad de demostrar que el videoclip es lo que mejor se le da. Pero cuando se centra en los personajes es cuando flojea algo, son algo planos y esquemáticos. Nunca llegamos a identificarnos realmente con las miembros del grupo. Por supuesto, en la peli hay mucho rock, algo de sexo y mucha droga (no podía ser de otra manera) pero algo le falta para atrapar al espectador.


Sigismondi cumple en su debut pero su historia no transmite el entusiasmo que los amantes del rock andamos buscando. Quizás se deba a que la historia de las Runaways no es tan excitante como se pretende y no hay mucho donde escarbar. Al fin y al cabo, sólo eran unas quinceañeras jugando a ser estrellas del rock. Sin pensármelo mucho, se me ocurren unos 15 grupos de rock cuya historia haya sido mucho más interesante. Por cierto, Lita Ford aparece muy poquito.

Lo mejor del film (aparte de los números musicales) creo que es la ambientación en la época, como fotógrafa Sigismondi ha cuidado cada detalle para transportarnos a la época: cada traje, cada peinado, cada maquillaje, cada tachuela y cada plataforma están perfectamente copiados de los originales de la época.


También cabe destacar el crecimiento físico e interpretativo de Dakota Fanning, esta chica ya no es una promesa, su recreación de la delicada Cherrie Currie es genial. Por su parte, Kristen Stewart (Crepúsculo) está bastante mejor que en la saga de los vampiros (no era muy difícil) y da el pego como una rebelde Joan Jett, eso sí, no puede evitar mesarse el pelo por muy cardado que lo lleve.

6

sábado, 11 de septiembre de 2010

Bajo cero (Frozen)



Hablé hace poco sobre estas películas de jóvenes en apuros y los posibles motivos por los que nos gustan tanto. Pues bien, he visto ya Frozen y no he quedado decepcionado. No esperaba más que me hicieran pasar un buen mal rato sin insultar mi inteligencia. Objetivo logrado.

Adam Green ha escrito y dirigido un film sencillo, sin grandes trucos ni presupuestos desorbitados. Con apenas 4 actores con diálogo y poco dinero ha realizado un film bastante correcto. Algo tan simple como tres jóvenes atrapados en un telesilla. La aparente sencillez y debilidad de esta premisa argumental se torna en fortaleza conforme el film se va desarrollando. Frozen (me gusta mucho más el título original que Bajo cero) no defrauda y veremos a nuestros protagonistas pasarlas realmente mal intentando escapar de una muerte segura. No peca de sensiblera, ni de vendernos humo, ni de prometer mucho y no entregar nada. Frozen te da unas buenas dosis de angustia, te lo prometo. No es una gran película, ni lo pretende, pero es sincera (hasta donde puede serlo) y está correctamente filmada.

Supongo que su hora y media de duración y la facilidad con la que el espectador se mete en la helada piel de los protagonistas son bazas fundamentales del film. Los jóvenes no son especialmente repelentes ni sabihondos, tampoco son unos héroes. Son sólo tres jóvenes normales metidos en un horrible problema por una cadena de errores y casualidades.

No puedo contar mucho del argumento, la verdad, pero os podéis imaginar por donde irán los tiros. Sí os puedo contar que la película no aburre nunca y tiene un ritmo adecuado para este tipo de historias. Cuidado: alguna escena te dejará helado. Si eres sensible, mejor te abstienes de verla.
Los actores : me quedo con Emma Bell, por una vez la chica me pareció bastante creíble dentro de este tipo de cine. Por su parte Shawn Ashmore y Kevin Zegers están bastante justitos, quizás debido a que sus diálogos no son gran cosa.

Recomendable si eres aficionado al ski (es broma) o te gusta este tipo de cine.

5,5

viernes, 10 de septiembre de 2010

jueves, 9 de septiembre de 2010

Centurión


Neil Marshall es un director británico que intenta hacer un cine que pueda competir con las grandes producciones de Hollywood contando con mucho menos presupuesto y a base de escenas sangrientas. Suyas son Dog soldiers, The descent (su mejor película, con una primera media hora muy decente) o Doomsday. Marshall suele partir de buenas ideas, sabe rodar y ofrece unos entretenimientos aceptables pero se le va la mano con la hemoglobina, olvida las interesantes premisas argumentales y acaba ofreciendo vacíos espectáculos sangrientos. Vamos, que parece un alumno macarra de Ridley Scott.

Centurión es otro ejemplo de todo ello, es un violento film de aventuras ( o de romanos) con alguna escena bastante conseguida y un ritmo que no decae nunca (algo es algo). Pero, por algún motivo, no deja de tener un halo a serie B británica en ningún momento. A pesar de los costosos planos aéreos y los bellos paisajes, nunca nos llegamos a tomar en serio la película. Igual es lo mejor, si te olvidas de las patadas a la historia (alguna personaje parece vestida de forma totalmente anacrónica) y las mutilaciones, puedes pasar un rato entretenido entre vísceras y vertiginosos movimientos de cámara.

Es inevitable que films como Gladiator o 300 hayan creado escuela (lamentablemente), Centurión es uno de esos films que sigue la estela de otros que rompieron el hielo, intentando aprovecharse de su éxito. No hay nada novedoso dentro de la película pero puede servir perfectamente para pasar un ratito si no nos ponemos exigentes. El guión no es gran cosa pero entretiene con tanta persecución y tanta pelea, lástima de la mencionada fijación del director por las vísceras.

Michael Fassbender está bastante correctito, a mí parecer no le falta carisma para hacer de héroe, sólo necesita una historia mejor. También sale la guapa modelo Olga Kurylenko (Quantum of Solace) quien, por suerte, no dice ni una palabra en la peli pero nunca llega a aterrarnos lo que debiera.

4,5

Robin Hood


Ridley Scott sigue demostrando que no se merece la fama que tiene y que lleva 30 años viviendo de rentas. Empezó su carrera muy bien con tres grandes películas (Los duelistas, Alien y Blade runner) pero con el paso del tiempo pasó de ser un joven maestro a un viejo mediocre que sólo se preocupa por la estética de sus films. Su carrera entró en un claro declive en los años 90 aunque el (desorbitado) éxito de Gladiator le puso otra vez entre la élite de directores.

Pero el tiempo pasa y el cine de Scott sigue siendo tan vacío como siempre. Ni siquiera entretiene a pesar del mucho dinero invertido: mucho plano aéreo, mucho jinete y mucho decorado echados a perder por un director incompetente. Como ya pasaba en El reino de los cielos, Scott coge un interesante momento histórico y lo desperdicia totalmente.

Su Robin Hood es un film aburrido, lo peor que se puede decir de una peli de aventuras. Por muy bien que estén los actores (la dirección de actores nunca le ha preocupado mucho a Ridley Scott, la verdad) no pueden hacer nada por levantar a un film cuyo flojo guión y cuya pésima dirección le hunden en la miseria. Tampoco basta con unos impresionantes paisajes y la habitual fotografía: si sólo quiero paisajes, me compro una postal. Por cierto, el guión es un despropósito moralista que me recordó demasiado a ese film con Richard Gere y Jodie Foster: Sommersby. Mala cosa.

Scott se olvida de la aventura tradicional del arquero de Nottinghan y nos narra el origen de la leyenda, algo que nadie necesitaba. Entiendo que hayan querido explorar territorios nuevos, pero no aportan nada interesante al personaje, al contrario. Las conspiraciones palaciegas carecen de interés y la historia de amor nunca acaba de ser creíble. Nos hace perder el interés de lo que ocurre en pantalla y desear que las dos horas y media pasen rápido.
Ni el buen hacer de Russell Crowe, Cate Blancket, William Hurt y Max Von Sidow logra levantar esta historia innecesaria, aburrida y sin ningún pulso narrativo.

Además, no creo que haga falta, a estas alturas del partido, volver sobre Robin Hood. Ya ha habido suficientes aproximaciones al personaje, algunas realmente excelentes: Robin y Marian, la de Errol Flynn, la de Douglas Fairbanks. Incluso la de Kevin Coster me parece mejor, al menos era entretenida.

Un film totalmente prescindible.

3,5

sábado, 4 de septiembre de 2010

La fuente de la vida (The fountain, 2006)


A mí que me perdonen, ya sé que esta película se llevó muchos palos en los festivales en los que presentó y que es un film maldito y poco conocido, me da igual. A mí me gusta. Reconozco que no es un film fácil ni adecuado para todos los estómagos, pero si quieres tontaditas fáciles de digerir te ves la última chorrada hollywoodiense estilo Crepúsculo.

La fuente de la vida es un film tan ambicioso como su director, Darren Aronofsky (El luchador, Réquiem por un sueño), quien se atreve a mezclar en una sola película elementos tan dispares como el drama intimista, la aventura histórica, la ciencia ficción, el surrealismo y la filosofía. Ahí es nada.
Un proyecto muy arriesgado y formalmente impecable, donde Aronofky ah intentado demostrar que el cine es la suma de todos los artes. Es un film poético, lleno de referencias que aparecen cíclicamente en el film (el anillo, los círculos, el árbol), una obra de arte visual, tiene una gran música de Clint Mansell y una historia bastante emocionante.

¿Y de qué va? En distintos momentos históricos el film nos narra la búsqueda de la salvación del ser querido y la imposibilidad de aceptar su inevitable pérdida. El concepto común a varias religiones de el árbol o fuente de la vida sirve aquí para vertebrar la historia. Ya he dicho que no es un film fácil, habla de enfermedad y muerte, pero también deja cierta esperanza (cosa rara viniendo de quien viene). Por otro lado, las historias se entrelazan entre sí aunque no dejan de ser la misma. En diversos momentos se puede hacer demasiado metafísica o filosófica para el espectador acostumbrado a las historias de chico busca chica. Pero vale la pena echarle un ojo.

Aronofsky se rebela aquí como un director muy preocupado por la imagen, quizás demasiado, logrando que cada plano se quede grabado en nuestra memoria, pero dejando al final una extraña sensación de espectáculo hueco.
El problema es el crisol (o refrito) de diversas religiones no acaba de cuajar y el elemento zen desentona bastante con el resto del film. Aronosky nos presenta un torbellino de ideas que acaba resultado algo confuso y vacío. Además, ciertos imperdonables anacronismos (al más puro estilo peli de Tom Cruise) nos hacen pensar que igual no se documentó lo suficiente sobre la España del siglo XVI.
En cuanto a los actores, me parece excelente que Hugh Jackman (Lobezno) y Rachel Weisz (Ágora) se se la jueguen en proyectos tan arriesgados como éste y demuestren que saben actuar.

Resumiendo... un paso en falso dentro de la filmografía de su autor pero aún así... interesante.

7

viernes, 3 de septiembre de 2010

Los Tudor: entretenimiento didáctico

Ayer en la televisión pública asistí a uno de esos espectáculos gloriosos que la televisión nos brinda de vez en cuando. Me refiero a uno de esos momentos sublimes que justifican sobradamente la existencia de esa caja (habitualmente) tonta que nos demuestran que tras ella hay (a veces) gente inteligente. Uno de esos momentos que te hacen amar las series de televisión.
Por que no sólo de cotilleos baratos y platós repletos de idiotas gritando se alimentan nuestros ojos catódicos. A veces la televisión sirve tanto para entretener como para enseñar, en una misión pedagógica muy loable. A veces nos enseña que si hoy hablamos un determinado idioma o profesamos una determinada religión, puede deberse a los caprichos de la historia o a los problemas de alcoba de los gobernantes de hace 5 siglos. La HISTORIA (algo fundamental para entender nuestro presente) está rellena pasajes muy interesantes poco conocidos y que son un material estupendo para series y películas. Algo a lo que los anglosajones saben sacar partido, quizás deberíamos aprender de ellos.

Ayer asistí a la degradación moral de un personaje histórico como el rey de Inglaterra Enrique VIII, en primera fila y acompañado de una producción de lujo. Con un ritmo pausado pero seguro, la serie Los Tudor nos ha mostrado la evolución de un joven e idealista rey hasta convertirse en un déspota, un monstruo egoísta. Un personaje capaz de cambiar el rumbo de la historia por el amor de una mujer, un hombre capaz de ejecutar a sus amigos, enfrentarse a su conciencia, a las potencias euopeas, al Papa y a Dios mismo. Todo por el amor de una mujer.
Pero dicho amor no duró mucho y ayer pudimos ver cómo se pierde el favor de un rey, cómo la joya más preciada se convierte en un estorbo, cómo todo por lo que has luchado carece finalmente de valor.
Gran tragedia con toques clásicos la de Enrique VIII, un claro ejemplo de que la realidad supera a la ficción.

No os preocupéis , hay serie para rato. Aún van por la segunda mujer y no olvidemos que tuvo seis.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Gainsbourg (Vida de un héroe)


La irreverente figura de Serge Gainsbourg bien merece una película. Tras el biopic sobre Edith Piaf nos llega esta historia sobre otro mito de la música francesa del siglo XX. A mí me sigue fascinando este personaje hecho a sí mismo, un gran músico, un tipo realmente feo que tuvo como amantes a las mujeres más bellas de su época.

A mí me gusta la obra musical de Gainsbourg por lo que sólo por el buen puñado de canciones reflejadas en el film creo que ya vale la pena su visionado. Además el film no es un biopic al uso, por el film aparecen las fobias y el alter ego de Gainsbourg en forma de grotescos seres que le acompañan durante casi toda la cinta, dando a la película un acertado aire surrealista. La evolución desde el tímido chico judío de la Francia ocupada al sarcástico conquistador agitador de la moral francesa me parece bastante conseguida.

Pero es la primera película de Joann Sfar y quizás haya querido ser demasiado ambicioso con un proyecto tan grande. Ha realizado un film que destila admiración y afecto hacia el personaje pero no logra transmitirlos al espectador, dejándolo un poco frío. Además sus 130 minutos son excesivos.

Quizás también se centre demasiado en los orígenes del personaje más que en sus extravagantes y jugosos años finales, no aparece la divertida anécdota con Withney Houston. Sí aparecen los escándalos producidos por algunas de sus canciones: “Les sucettes” para la adolescente France Gall, la genial “Je t'aime moi non plus” o su versión de La Marsellesa. Pero el autor supone que el espectador ya los conoce (algo que probablemente no sea así fuera de Francia) y no centra demasiado en ellos, por lo que el espectador no francófono puede quedar algo confundido.

En cuanto a los actores, Eric Elmosnino encarna magistralmente a un Gainsbourg muy creíble, recreando perfectamente sus gestos y su evolución personal. Laetitia Casta hace de Brigitte Bardot, no sale mucho y el evidente parecido físico ayuda mucho a sus limitadas dotes interpretativas. Por su parte, Jane Birkin está correctamente interpretada por la actriz Lucy Gordon, una joven promesa que se suicidó dos semanas después de acabar el rodaje.

Recomendable si eres fan de Gainsbourg y su música o si quieres conocerle. El resto…

6