viernes, 30 de diciembre de 2011

Drive




Ya desde el principio Drive nos deja las cosas claras, no es un film convencional. Los títulos de crédito de Drive parecen sacados de la serie Corrupción en Miami o una peli de los años ochenta con esas letras en rosa y esa música techno. Pero Drive no es un film de los años ochenta, aunque recree ese ambiente, tampoco es un film sobre persecuciones en coche (aunque se publicite como tal) ni es un film sobre gánsters de poca monta. Drive tiene todo eso pero no es un film que se pueda catalogar fácilmente, pero se podría definir como una peli de autor con envoltorio de peli de acción.

Drive nos presenta a un protagonista solitario y bastante parco en palabras perfectamente interpretado por Ryan Rosling. Un tipo que recuerda a esos héroes (o anti héroes) del cine negro clásico pero con aspecto actualizado (muy chula la cazadora con el escorpión). En un mundo frío y sin piedad, nuestro protagonista sólo obtiene algo de emoción a través de estas peligrosas persecuciones nocturnas que le obligan a esforzarse al máximo. Su cuya especialidad es huir, nada de echar raíces o sentirse cómodo en ningún lugar.

Pero el tipo tiene un corazoncito (vaya por donde) y era inevitable que una mujer se cruce en su camino y nuestro héroe empieza a no ser tan profesional. Hay que ser más frío que un témpano de hielo para no jugársela por Carey Mulligan. Los aletargados sentimientos entrarán en juego poniendo en peligro una existencia no demasiado excitante. Por supuesto, la cosa se complicará y nuestro héroe deberá aplicarse a fondo para salir de este agujero en el que se ha metido él solito.

Nicolas Winding Refn nos ofrece un pausado estilo narrativo y visual. Nada de grandes tiroteos o grandes persecuciones con decenas de coches reducidos a chatarra. Winding Refn opta por los silencios de los personajes y las frases no dichas antes que por las bravuconadas o las frases lapidarias. Las miradas y los silencios toman aquí el protagonismo mostrando unos deseos que pugnan por salir a la superficie. La relación entre Ryan Gosling y Carey Mulligan es una de las más contenidas del cine reciente. Apenas hay contacto físico entre ellos pero destilan una tensión casi insoportable. Dicha tensión se ve acrecentada por la música de un Cliff Martínez que más bien parece un imitador del Angelo Badalamenti más inquietante (y no es ésta la única coincidencia con el cine de David Lynch). Drive nos brinda momentos como el del ascensor o la escena final que son simplemente geniales tanto por su intensidad como por su plasticidad. Winding Refn sabe rodar pero debería dotar a sus historias de algo más de vida.
Definitivamente, Drive no es una película convencional, a los amantes de las pelis de carreras les parecerá lenta y a los amantes de las pelis de gánsters es posible que también les defraude. Los que busquen un buen cine negro de autor es posible que salgan satisfechos.

A mí me gustó pero no me pareció tan genial como dicen muchos.

6



jueves, 29 de diciembre de 2011

The black keys: Lonely boy

Llevo un par de semanas que no puedo dejar cantar y bailar como el tipo que sale en este video de The black keys. Su disco El camino es uno de los más excitantes de este 2011 que ya nos dice adiós.
 Sube el volumen y ponte a bailar.


lunes, 26 de diciembre de 2011

Immortals


Immortals es una de estas producciones épicas al estilo de 300 que tan de moda de han puesto en los últimos años. Muy mal está el cine actual si 300 crea escuela. Ya sabes: batallas, torsos desnudos, mucho abdominal, mucho cuerpo sudado y patadas a la mitología griega. La peli es un film palomitero dirigido por Tarsem Singh (The fall: el sueño de Alexandria) un director que pretende que cada plano de su cine te deje con la boca abierta, un poeta de la imagen. La unión del cine comercial con el peculiar estilo visual de Tarsem podría haber dado como resultado una obra maestra o un desastre. Lamentablemente, creo que está  más cerca de lo segundo.

El habitual y fascinante estilo visual de Tarsem está presente en este film, siendo lo más destacable. Desde su forma de componer los planos o los alucinantes diseños de vestuario de Eiko Ishioka (ojo al casco hecho de espadas o al casco de garra de cangrejo que luce el rey Hiperión), el film denota un esmeradísimo mimo estético que lo convierten en toda una experiencia visual.
Pero el guión de deja de ser la misma tontería de siempre, no tiene nada que valga la pena. Ni una línea de diálogo me parece que no huela a refrito de Troya, Furia de Titanes o la ya citada 300. Una vez más, la mitología griega ha sido usada de excusa para un blockbuster disfrazado de peli de calidad. El problema es que, con un guión tan poco original, todo el impresionante apartado visual llega a parecer ridículo. Ni la fotografía ni los diseños consiguen levantar el film ni darle un ápice de credibilidad, más bien todo lo contrario. Tarsem es un poeta de las imágenes pero no es un gran narrador, no sabe darle al film el ritmo y la intensidad necesarios. Tarsem sabe colocar  a los actores en el bello encuadre pero no sabe hacer que parezcan creíbles. La presentación de personajes no es acertada mientras las escenas de lucha carecen de vida. El film se hace previsible y aburrido. Immortals es un espectáculo visual vacío de contenido, un envoltorio de lujo para una manzana podrida.


Tampoco la elección de actores ha sido muy brillante. Henry Cavill (visto en Los Tudor y el nuevo Superman) se ha puesto cachas y pone empeño en parecer creíble como Teseo pero la cosa no acaba de cuajar. Tampoco nos creemos ya a un Mickey Rourke que lleva demasiado tiempo haciendo el mismo papel de pérfido villano con pintas de macarra. La verdad es que, con esa cara que se ha dejado, a pocos papeles más puede optar. Su carrera ya se hundió una vez y, a este paso, no será la última. También aparece en pantalla la guapa Freida Pinto como oráculo, no lo hace mal. también aparece el recuperado Stephen Dorff en un personaje que pinta bastante poco e intenta ser el contrapunto graciosillo pero no lo logra. Por su parte John Hurt cumple con la cuota del experimentado actor británico que da prestigio a la peli y se lleva un buen pellizco por 4 días de rodaje delante de una pantalla verde. Pero lo que realmente hunde la película es que nadie se cree a unos dioses del Olimpo con pinta de adolescentes imberbes que acaban de salir de un baile de disfraces. Ridículos.




Supongo que gracias a este encargo Tarsem se habrá llevado un buen cheque y se podrá financiar con total libertad creativa algún próximo proyecto. No hay mal que por bien no venga.


 
4,5

sábado, 24 de diciembre de 2011

Misión imposible: El protocolo fantasma


Tengo que reconocer que di por finiquitada esta franquicia tras la desastrosa segunda parte a cargo de John Woo. Pero he aquí que J.J. Abrams (Lost, Súper 8, Star trek) realizó una notable tercera parte que creo que ha servido de referente para esta cuarta entrega, la mejor de todas.


En El protocolo fantasma  los responsables de esta saga han acertado al continuar la línea de su predecesora, ambas son películas de puro entretenimiento, sin más pretensión que hacer pasar un buen rato al espectador a base de efectos especiales y situaciones límite. Y ambas logran su objetivo sin insultar la inteligencia del espectador.
Para esta nueva película se ha contado con el director Brad Bird, autor de buenas películas de animación como El gigante de hierro o Los increíbles (la película favorita de mi hija y la que más veces he visto en el último año). Bird se muestra como un tipo igual de hábil con los actores de carne y hueso que con los generados por ordenador. Realmente este tipo de cine no precisa de grandes interpretaciones sino de un buen ritmo y emoción. Ambas cosas tiene Misión imposible 4. El ritmo es endiablado, desde el primer minuto nos mete en una aventura vertiginosa que no deja al espectador ni un segundo de respiro, quizás algo se note la influencia de la saga de Jason Bourne en todo ello. La emoción necesaria está más que presente en escenas como la del hotel de Abu Dabi y todo lo que allí acontece, de lo mejor hasta ahora de toda la saga.

Los que le tengan paquete a Tom Cruise o a este tipo de cine seguirán sin verle la gracia a este película, pero yo la disfruté mucho. Para qué voy a negarlo. Es un tipo de pelis de acción y espionaje que ya sabemos todos lo que nos van a ofrecer, no dejan de ser un refrito de los films de James Bond (ya lo era la serie de televisión en la que se basa): gadgets, chicas guapas, espías, lujo, cochazos, persecuciones, etc. Pero la eterna fórmula sigue funcionando en las manos adecuadas. Es cierto que le sigo teniendo algo de tirria a Tom Cruise pero esta peli me parece muy superior a sus chorradas habituales como la olvidable Noche y día.
Algo que suma puntos a favor del film es el plantel de secundarios, el equipo que acompaña al agente Ethan Hunt me parece de lejos el más acertado de toda la saga. Simon Pegg, Paula Patton o Jeremy Renner  están correctos y creíbles en unos personajes bastante más definidos que en otras pelis similares (como la franquicia de A todo gas, por poner un ejemplo). También aparece Tom Wilkinson para dar algo de prestigio a la peli y Michael Nyqvist (de la saga Millenium) como un villano un tanto deslucido y acartonado, una pena que el villano no esté a la altura. Por cierto, me gustó mucho la aparición de la bella Léa Seydoux (Midnght in Paris, Robin Hood) en un breve pero importante papel (la verdad es que nadie se la cree como fría asesina a sueldo con esa carita angelical, pero queda tan mona en pantalla...), habrá que seguirle la pista.


Una vez más, se nota la mano de J.J. Abrams aunque sólo sea como productor. La fusión de entretenimiento y calidad que propone este tipo es lo que el cine de acción actual necesita. Si es así, hay saga para rato.

 Es sólo cine palomitero, disfrutadlo tal cual. Misión cumplida.

7

viernes, 23 de diciembre de 2011

Primer trailer de PROMETHEUS

Ya tenemos aquí el primer trailer oficial de la nueva película de Ridley Scott. Parece ser que es una precuela de Alien y narra lo ocurrido a los tripulantes de una nave que van a parar al planeta LV-426 en el que la Nostromo recogió a su letal octavo pasajero. En el trailer se puede ver la nave alienígena que lanza la señal de advertencia que da inicio al film original. Hasta han respetado la tipografía de los títulos de crédito originales. La verdad es que tiene muy buena pinta.
 Esperemos que Ridley Scott recupere el pulso perdido hace décadas y nos ofrezca un producto a la altura de las expectativas. Desde luego, será mejor que esas gilipolleces de Aliens contra Predators.


Marathon man (1976)


Hoy vamos a comentar otra película que me dejó impactado de crío y que he vuelto a ver recientemente. El impacto no ha sido el mismo tras casi 20 años pero sigue siendo un film recomendable: Marathon man.


En los años sesenta se produjo una interesante ruptura dentro del cine comercial, se produjo un cambio que se hizo evidente en la década siguiente. Los héroes ya no eran sólo tipos duros curtidos en mil batallas ni eran ya tan de una pieza. Los protagonistas evolucionaron hacia personas normales, de carne y hueso, metidas casi sin quererlo en unos líos horrorosos. Sólo así podemos explicarnos que un actor con el físico de Dustin Hoffman se convirtiera en una estrella. Hoffman era un gran actor pero no hubiera triunfado en los años 40 ó 50, su físico le hubiera impedido ser la estrella de ninguna película. Pero en los setenta Hoffman demostraba casi con cada película que era un gran actor a la hora de interpretar este tipo de personajes. No era un John Wayne o un Gary Cooper. Era un nuevo tipo de estrella.

En Marathon man Hoffman se mete en la piel de un joven universitario que corre maratones, sin comerlo ni sin beberlo se ve perseguido por unos hombres que le preguntan insistentemente: "¿Están a salvo?".
La interpretación de Hoffman es, como siempre en aquella época, memorable. Hoffman era un actor del método, es decir, para resultar creíble el actor debe experimentar física y psíquicamente las mismas sensaciones y emociones que el personajes. Lo que se llama meterse en la piel del personaje. No bastaba con decir el texto y simular sentir lo mismo que el personaje, había que ser el personaje durante el rodaje. Para las escenas de persecuciones del film Hoffman estuvo varios días sin dormir y su cansancio era real ya que corría por el set de rodaje para que su sudor y sus jadeos fueran reales. También puede que contribuyera a su desmejorado aspecto la época de fiestas nocturnas y excesos por la que estaba pasando el actor tras su divorcio.

Sin embargo, no olvidemos que en los setenta aún estaban en activo actores clásicos de la época dorada del cine. En concreto en Marathon man estaba Laurence Olivier interpretando al malo de la función, nada menos que un peligroso y sádico nazi fugado de la justicia (basado claramente en Josef Mengele). La interpretación de Olivier no puede ser más fría y contenida, nada de meterse en el personaje con una meticulosa preparación previa ni gestos exagerados. Olivier se limitaba a decir su texto con su habitual flema británica. Sin embargo, quedaba creíble y transmite una gran profundidad aunque estuviera pensando en el desayuno o en el ruido que hacía la cisterna del lavabo de su hotel. Su interpretación le valió un globo de oro.
El choque de estas dos formas de interpretar es evidente en Marathon man. Incluso se dice que Olivier en clara actitud paternalista llegó a recomendarle a Hoffman que se dejara de tanta preparación previa antes de rodar, bastaba con actuar.

 Marathon man es un film muy recomendable que ha envejecido bastante bien. Se hace ameno durante toda la larga presentación de personajes y en el último tercio se convierte en un thriller muy eficiente. La sabia mano de John Schlesinger logra que este film no se te olvide de por vida. Tal es la sensación de agobio y la angustia que provoca. Y no me refiero sólo a la famosa escena del interrogatorio. El ritmo y la tensión creciente del film son muy característicos de este buen cine de los años setenta. Desde luego, el buen hacer de actores como Roy Schenider o los citados Hoffman y Olivier le confiere un gran valor añadido.

Vale la pena recuperarla.






jueves, 22 de diciembre de 2011

George Gershwin: Rhapsody in Blue

Hoy recordamos un extracto de la película Fantasía 2000. La inolvidable música de George Gershwin se fusiona con las animaciones de la factoría Disney creando una pequeña obra de arte.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Trailer de El hobbit: un viaje inesperado

Aunque aún falta un año para el estreno de El hobbit, nuestro amigo Peter Jackson ya nos está poniendo los dientes largos con el primer trailer de su película. Tiene muy buena pinta. Es una delicia volver a encontrarse con personajes como Gandalf y Bilbo en La tierra Media. Tranquilos, que un año parece mucho tiempo pero pasa sin darte cuenta.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

El enigma de otro mundo (The thing from another world, 1951)


Ahora que se ha estrenado recientemente la precuela de La cosa, veo oportuno recuperar la primera adaptación de la novela Who goes there? de John N. Campbell: el clásico de cine de ciencia fición de 1951, El enigma de otro mundo.


En 1951 la segunda guerra mundial estaba aún muy reciente y acababa de nacer la guera fría. El telón de acero se había desplegado dividiendo a Europa en dos y había surgido una nueva potencia mundial: La URSS de Stalin. En 1950 el senador republicano Joseph Raymond McCarthy creó el Comité de actividades antiamericanas dando origen a una feroz caza de brujas. Todo el que fuera sospechoso de ser comunista o simpatizar con el comunismo sería perseguido por anti americano. Muchos profesionales del cine fueron vetados y apartados de su trabajo. El cine norteamericano resultante fue un reflejo de esta fobia anti comunista y en muchas películas de la época se puede ver una clara intención propagandística.

El enigma de otro mundo nos presenta una base científica norteamericana en la Antártida que se topa con un alienígena. Dicho alienígena es una planta de forma humanoide que se reproduce por esporas y se alimenta de sangre, básicamente es una planta vampiro espacial. No deja de ser intrigante pero es mucho menos amenazador que el ser que adopta la forma de los miembros de la expedición de la versión de Carpenter. Supongo que el presupuesto y la precariedad de los efectos especiales no permitieron trasladar a la pantalla esa característica del extraterrestre. El aspecto del alienígena y su forma de andar se parecen mucho al Frankenstein de Boris Karloff pero su vestimenta recuerda irremediablemente a la del ejército soviético de Stalin. Así, de forma casi subliminal, se introduce el elemento del miedo a una invasión comunista. La arenga a favor del ejército americano que suelta el periodista al final del film viene a corroborar nuestras sospechas de propaganda descarada de los parabienes de la América libre. También se puede ver una velada alusión a una posible invasión soviética en films como Ultimátum a la tierra o La invasión de los ladrones de cuerpos, en ambas los extraterrestres son mostrados como seres sin identidad propia ni sentimientos.
También veremos en El enigma de otro mundo otra constante del cine de la guerra fría como es el científico loco. El miedo a la guerra nuclear se tradujo en los años cincuenta en una serie de científicos capaces de poner en peligro a la humanidad gracias a sus experimentos. Films como La mosca, El hombre con rayos X en los ojos o El increíble hombre menguante son otros ejemplos de este cine de terror basado en experimentos científicos. En El enigma de otro mundo, el científico de turno no crea la amenaza pero quiere mantenerla con vida para su posterior estudio (algo que también aparecería en Alien) y está dispuesto a poner en peligro al resto de la expedición para conseguirlo. El científico ve al extraterrestre como un ser mucho más evolucionado que el ser humano, no tiene sentimientos que perturben su juicio por lo que su inteligencia ha podido desarrollarse mucho más. En un momento dado, el científico intenta dialogar con el humanoide apelando a la supuesta inteligencia superior de éste, pero es inútil. El extraterrestre no razona y sigue avanzando hacia su objetivo con determinación implacable.

El film es entretenido pero ha envejecido bastante mal, hoy día no causa terror alguno pero es divertido. No hay en ningún momento una tensión psicológica por el enfrentamiento con un ser de otro planeta, el tono general del film es bastante distendido, como si los personajes nunca acabaran de tomarse en serio la amenaza que les acecha. Incluso se permiten el lujo de hacer chistes y flirtear con una secretaria. No hay sensación de paranoia o pánico en el grupo, haciendo que el film sea inferior a la versión de Carpenter. Una de las contadas veces en las que el remake es mejor que el original.
Aun así, El enigma de otro mundo es un film disfrutable por los amantes de la ciencia ficción de los años 50.
Por cierto, el director Christian Nyby, no volvió a dirigir cine y desarrolló una prolífica carrera en la televisión dirigiendo episodios de series como Lassie, Bonanza, El gran héroe americano, Luz de luna o Canción triste de Hill Street. Se dice que Howard Hawks no sólo produjo el film sino que dirigió parte del metraje aunque no aparece acreditado como director.

martes, 13 de diciembre de 2011

Juego de tronos



Pues sí, amigos, Juego de tronos es una de las mejores series que se han realizado en los últimos años. No sólo tiene una factura técnica de lujo sino que goza de una trama adictiva a partir del segundo episodio.



Reconozco que a mí el primer episodio me dejó un poco frío y confuso. Intentar presentar a tantos personajes de tantos reinos en apenas 50 minutos no era tarea fácil y el primer episodio les quedó un poco apresurado. Pero la cosa se estabiliza en el segundo, los nombres de las casas reales nos empiezan a sonar y nos vamos familiarizando con el complejo mundo creado por George R. R. Martin. A partir del episodio sexto la cosa se anima de manera vertiginosa y la serie tiene momentos y diálogos antológicos, valga como ejemplo el inolvidable final de episodio noveno.

El universo creado por Martin recuerda irremediablemente (como La Tierra media ideada por Tolkien ) a la Europa medieval. Las intrigas palaciegas por el poder, los engaños y las traiciones os lo van a hacer pasar de lo lindo, os lo juro por la tumba de El rey loco. Pero hay que añadir que los diálogos son excelentes, ciertos pasajes de diálogo son de los más inteligente y sútiles que se ha visto en una serie de televisión en muchísimo tiempo.

De los personajes no voy a hablar mucho, sólo citar a mi favorito: Tyrion Lannister, el enano, uno de los personajes con más miga de la televisión mundial. Un tipo tan listo y con tan mala leche que dejaría llorando al mismísimo doctor House.

Sólo por los excelentes títulos de crédito ya vale la pena ver esta serie.

Para no perderos, os incluyo aquí abajo unos esquemas que os pueden ser muy útiles a la hora de iros familiarizando con las casas y los personajes de la serie:

Un consejo: no te la pierdas y no te encariñes con ningún personaje.

lunes, 12 de diciembre de 2011

La edad de la ignorancia (L'âge des ténèbres, 2007)

A Denys Arcand se le puede considerar una especie de Woody Allen canadiense. Sus films destilan un aire a comedia cínica que emparenta bastante con el director neoyorkino. Sus films más célebres son El declive del imperio americano (1986), Las invasiones bárbaras (2003, continuación de la anterior y por la que ganó un oscar a mejor película extranjera) o Jesús de Montreal (1989), pero hoy toca hablar de su última película La edad de la ignorancia.



La edad de la ignorancia es una comedia negra con tintes de amargura. Arcand es un hábil escritor que sabe perfectamente cómo transmitir a la pantalla aquello que nos quiere contar. A través de sus aparentemente divertidos diálogos y situaciones vemos la intención que oculta. Puede que el film se haga ameno y pueda verse como una mera sucesión de ensoñaciones y gags más o menos divertidos, pero el trasfondo es amargo, muy amargo.
El protagonista (un estupendo Marc Labreche) es un funcionario de mediana edad que se da cuenta que su vida se ha ido al garete. Su monótona existencia se le hace cada vez más insoportable. Su trabajo le aburre, su mujer le ignora y sus hijas no le hacen caso. Ni siquiera puede ya fumar en el trabajo. Además el mundo entero está bajo una ola de psicosis por la higiene y los contagios. La sociedad se ha vuelto paranoica. Su vida le ofrece muy pocos alicientes por lo que él decide refugiarse en sus fantasías. En dichas fantasías es un actor famoso que seduce bellas mujeres o un emperador romano que castiga a sus enemigos. Estas fantasías son realmente lo más divertido del film, están llenas de ironía. Además, cualquiera podría fantasear con Diane Kruger (quien se interpreta a sí misma y lo hace muy bien).

Pero llega un punto en el que los sueños deben dejar paso a la realidad, esconderse bajo un manto de irrealidad no soluciona los problemas, hay que afrontar que los sueños no se han cumplido. Se supone que llegados a una cierta edad la vida se ve con más sosiego y serenidad, con otra perspectiva, pero el protagonista no ha logrado madurar. No ha conseguido ser quien quería ser y ahora se ve más ignorante y confundido que nunca. Intentará cambiar la situación pero el mundo se ha vuelto loco a su alrededor, descubrirá que otra mucha gente se refugia en juegos y ensoñaciones aún más infantiles que las suyas.
La mayor diferencia entre Arcand y Allen es que el protagonista de Arcand no es un escritor de éxito que seduce jovencitas gracias a su intelecto privilegiado, ni es un tipo ocurrente capaz de salvar cualquier situación con sus ocurrencias . Es un señor maduro al que nadie toma en serio. Un cualquiera que ha visto que sus sueños de juventud se han esfumado. Quizás se parezca más al protagonista de American beauty, aunque ambas películas son muy distintas.

Realmente La edad de la ignorancia es un film bien escrito y bien interpretado. No maravilla pero se deja ver y hace pensar sobre hacia donde nos dirigimos como individuos y como sociedad.

6

p.d. 1: Como siempre, si podéis, debéis verla en versión original, en francés gana bastante.

p.d. 2: además de todo lo dicho, aparece cantando Rufus Wainwright, lo que añade varios puntos a la peli.


sábado, 10 de diciembre de 2011

In time


En una sociedad futura, el gen del envejecimiento se ha controlado, evitando el envejecimiento de las personas. Ya no existe el dinero y todas las transacciones se hacen a cambio de tiempo. Si tu tiempo se acaba, simplemente mueres.


El neozelandés Andrew Niccol es el director de Gattaca o El señor de la guerra (su mejor film hasta la fecha), el tipo no es un genio pero creo que puede dar más de sí. In time es un ejemplo de cómo una premisa interesante se puede echar por tierra debido a un mal desarrollo. Mucho plano bonito y mucha persecución pero poca miga. Yo hubiera preferido algo más de crítica social o de simples aventuras, pero In time opta por la vía del cine palomitero y ni siquiera lo hace decentemente. Al menos Niccol no es Michael Bay y no rellena el metraje a base de escenas de persecuciones imposibles copiadas de otras pelis suyas. Tampoco vale la pena pensar mucho en el guión de este tipo de cine, pero hay cosas que no pude pasar por alto. No es sólo que el guión tenga más agujeros que un colador sino que rellena esos agujeros con descarados plagios/homenajes a la saga de James Bond.

El film empieza bien pero rápidamente vemos que empieza a oler a 007: hoteles lujosos, coches caros, casinos, póker, una partida con el villano, chicas guapas en la mesa de juego y nuestro protagonista diciendo su nombre como si estuviéramos viendo Casino Royale. Demasiadas coincidencias y demasiada falta de imaginación. Luego la peli se convierte en el trillado juego del gato y del ratón acabando como todos suponíamos. Pocas sorpresas. Es cierto que no aburre pero no aporta nada nuevo ni sabe presentar de forma atractiva un argumento tan trillado. Esta historia en manos de Christopher Nolan podría haber sido algo grande.

Una pena. Lo de los traspasos de tiempo podría haber dado mucho juego, siendo las mejores escenas aquellas en las que deben recargar urgentemente. Opino que la analogía entre tiempo y dinero, las diferencias entre clases sociales y el hastío al que pueden llegar las clases privilegiadas son temas que se podrían haber explotado mucho más.
Ni siquiera los villanos dan miedo ni asco, simplemente son los villanos de turno. Sin un buen villano no puede haber peli buena de aventuras y aquí resultan bastante flojitos. Cillian Murphy (Sunshine, El caballero oscuro, Origen) intenta dar el pego como implacable perseguidor (o guardián del tiempo) pero con esa carita de niñato repelente es muy difícil que nos lo creamos. El tipo no es Tommy Lee Jones.
El protagonista es un tal Justin Timberlake que no hace mucho era un cantante de éxito y un fenómeno de fans, incluso creo que salía con la virginal Britney Spears (de eso debe hacer ya unos cuantos años). A mí su música nunca me gustó, lo prefiero como actor, que es malo pero molesta menos. En esta peli el tipo está correcto, es guapetón y el papel tampoco requiere ser Al Pacino. Me gustó mucho más en La red social.
La chica/florero del film no es otra que Amanda Seyfried (Chloe, Jennifer's body) quien sale guapa incluso con unos trajes ridículos y una peluca imposible, lo de interpretar no tocaba en esta peli. También aparece en pantalla brevemente Olivia Wilde.

Lo dicho, fácil de ver y mucho más fácil aun de olvidar. Sólo recomendable para los que necesiten urgentemente su dosis de ciencia ficción para reactivar su reloj y para los enamorados de los enormes ojos verdes de Amanda Seyfried o las fans de Justin Timberlake (si le queda alguna, que creo que ahora las adolescentes se pirran por otro Justin, un tal Bieber).
4,5

p.d. Que sí, que el Timberlake era un tipo que hacía canciones tan bodrio como la que os dejo aquí abajo. Lo único bueno del vídeo es la presencia siempre estimulante de Elena Anaya.


viernes, 9 de diciembre de 2011

13 asesinos (13-nin no shikaku)

En el Japón feudal, la paz se ve amenazada por los continuos abusos del hermanastro del shōgun,
Naritsugu.


13 asesinos es un remake del film japones del mismo título y se podría decir que viene a ser una especie de actualización de Los siete sumurais de Akira Kurosawa. Obviamente Takashi Miike no un director tan genial como Kurosawa pero empieza a ser un tipo a tener en cuenta. Tan pronto te hace films de puro gore (Ichi the killer) como pelis de yakuzas, alocados westerns o pelis de terror (Llamada perdida). Toda su obra parece tener un elemento indispensable: la violencia.

En 13 asesinos la violencia está presente, con ese título nos podemos hacer una idea, siendo un elemento fundamental del film. Pero es una violencia mucho menos salvaje que en sus primeras obras. Esta historia de samuráis que buscan acabar con el hermanastro del Shogun es la película de Miike más cercana al cine comercial. Es cierto que al principio tiene algún momento en el que parece que la obscenidad y la crudeza de lo mostrado va a ser insoportable para el espectador, pero no llega a tanto. Miike se muestra contenido en este film, que no amaestrado ni vendido al cine palomitero.
13 asesinos es cine de samuráis en toda regla: hay espadas, honor, harakiris (o sepuku), geishas, kimonos y alguna cosa más indispensable en este tipo de cine. Ya hemos dicho que su mayor influencia es la película Los siete samurais, pero también pueden verse similitudes con el film de Sam Peckimpah Grupo salvaje. Puede que la trama de unos samuráis enviados a una misión casi imposible no sea nueva y que el desarrollo tampoco rompa molde ninguno, pero la peli está rodada de lujo y es toda una delicia para los aficionados a este tipo de cine. Seguro que a Tarantino le habrá encantado.

Miike se toma su tiempo en presentarnos los personajes y el conflicto que afligía al Japón feudal. Hay que destacar la presentación del villano de turno, Naritsugu, uno de los más despreciables bastardos del cine reciente, básicamente debido a que es sádico por aburrimiento y para demostrar quien manda. A destacar también el acertado retrato de cada uno de los 13 asesinos. Cada uno se une a la misión por un motivo distinto: por honor, por justicia, por venganza, por dinero e incluso alguno lo hace por pura diversión.
El film avanza muy lentamente al principio, creando una tensión que desemboca en una batalla final de 45 minutos que deja al espectador a la par extasiado y exhausto. Si en la primera parte Miike se muestra como un director solvente, en la segunda parte se nos confirma como uno de los directores de cine de acción más hábiles del momento. La pelea entre los 13 samuráis y los doscientos soldados enemigos es simplemente antológica. Una gozada para el aficionado a las luchas de espadas y para todo amante del cine de acción. Miike no sólo rueda una batalla sino que la dota de una emoción y una tensión perfectas. ¿Te gustaron 300 o Kill Bill? No dejes de ver esta película, te alucinará. Y sin usar cables, ni efectos digitales, ni guerreros saltando por los aires.

No diré que la batalla se me hizo corta, pero sí diré que no me cansó y que pienso volver a verla unas cuantas veces más en mi puñetera vida. Desde El acantilado rojo de John Woo no veía una batalla tan apasionante ni tan bien rodada.
Buen cine de acción.




martes, 6 de diciembre de 2011

Un dios salvaje (Carnage)



Un niño golpea a otro con un palo, dicho asunto de críos provocará que sus respectivos padres se reúnan para hablar sobre la agresión.




Me gustan las películas de pocos personajes encerrados en un único espacio. Siempre que estén bien hechas, claro. Roman Polanski es uno de los pocos directores que domina a la perfección este tipo de películas. Ya en su primera película, El cuchillo en el agua (1962), sólo había tres personajes en un pequeño bote. Aún con unos medios tan escasos, Polanski creaba una tensión enorme a lo largo del film. Las ya lejanas en el tiempo Repulsión, El quimérico inquilino o La semilla del diablo forman lo que se denominó La trilogía del apartamento, debido a que casi la total integridad de estas películas se desarrollaban dentro de un apartamento. Mi favorita es Repulsión, Catheriune Deneuve en camisón luchando contra sus obsesiones, casi con un único personaje y sus miedos Polanski era capaz de crear una verdadera pesadilla. Años después Polanski volvió a hacer interesantes films con pocos personajes como La muerte y la doncella.
Ahora regresa a contarnos una historia de 4 personajes en un apartamento. En Un dios salvaje, Polanski se desenvuelve como pez en el agua si bien no alcanza las cuotas de maestría de las obras antes citadas. Controla los tiempos y el ritmo narrativo, logrando que el interés del espectador no decaiga en ningún momento pero no apasiona. Ha sido hábil a adaptar él mismo el texto en el que se basa en colaboración con la autora de la obra teatral, la francesa de origen judío sefardí Yasmina Reza y se inclina más por la ironía y el humor negro. Polanski hace una vez más de la necesidad una virtud y usa hábilmente los pocos recursos que tiene a mano; me parecieron excelentes el uso de los reflejos en los espejos o de los objetos (las flores, lo libros, el móvil, etc). También juega a su favor que el film no llega a los 80 minutos,un exceso de metraje podría haber sido fatal. La idea no es mala pero no daba para 2 horas.

Tanto el texto original como la adaptación buscan sacar a la superficie todo aquello que intentamos ocultar a los demás. Las dos parejas protagonistas se encuentran en una situación incómoda y deciden ponerse unas máscaras, pretendiendo ser otras personas que no son, dando su mejor cara. Pero el discurrir de la conversación y el uso del alcohol harán aflorar sus verdaderas personalidades, sus miedos y sus frustraciones. Quizás no exista la pareja feliz ni los padres perfectos. Entiendo que a muchos la película pueda parecerles una simple tontería de cuatro personajes hablando sin parar y sin llegar nunca una conclusión clara, pero para mí fue un verdadero disfrute el ver cómo se va desmoronando poco a poco el muro la corrección política y aflora el verdadero animal que todos llevamos dentro. Por muy evolucionados y civilizados que nos creamos, no dejamos de ser animales dispuestos a defender a nuestros hijos y a lo que consideramos nuestro. Entiendo que ése es el objetivo final del texto.
Una película así de arriesgada y pretenciosa se debe basar en un buen guión y en unas buenas intepretacones. Ambas cosas están presentes en Un dios salvaje. El guión se hace ameno y no aburre mientras que los actores dan la necesaria naturalidad y credibilidad al texto. Tanto Jodie Foster como Kate Winslet son dos de las emores actrices de las últimas décadas y aquí demuestran una vez más su habilidad para meterse en la piel de los personajes. Ambas están perfectas. Los actores también cumplen a la perfección, Christoph Waltz (Málditos bastardos) creo que está también estupendo en su papel de cínico padre de familia, su personaje es el más sincero de todos desde el principio, no oculta nada, va de frente y por ello resulta el más antipático aunque sea el más sincero. Igualmente John C. Reily está creíble aunque quizás su personaje sea el que permita menos lucimiento de los cuatro. La elección de los actores me parece inmejorable. En el guión hay de todo, desde escenas divertidas a otras muy tensas con enfrentamientos entre todos los personajes entre sí, aun así nunca una escena me pareció forzada o inverosímil. Pero me esperaba algo más, la verdad. Al film le falta algo, para acabar de cuajar.
No es una obra maestra (como se dice por ahí), ni es de lo mejor de Polanski, pero es un film recomendable.


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domingo, 4 de diciembre de 2011

Amanecer, parte 1 (Breaking dawn, part 1)




Uf, la cuarta entrega ya de esta insufrible y pastelosa saga sobre el amor entre una sosa adolescente humana y un soso vampiro. La primera era mala, la segunda era muy mala y la tercera era mala. La cuarta no podía ser menos.


Lo único bueno de esta película es que el final está cada vez más cerca. Los avispados de Hollywood han adaptado en dos películas el último libro, así se sacan unos cuantos cientos de millones más de recaudación. Es una jugarreta bastante sucia, la verdad, pero ya les dió resultado con el último libro de Harry Potter, con la excusa de que es muy largo, nos sacamos dos pelis en vez de una. El error se repite con esta saga y también se repite el tedio.
Esta primera parte de Amanecer es un aburrimiento tremendo, así de simple. Lo de la boda y la luna de miel se podría haber narrado en 10 minutos pero se estira hasta casi una hora, había que alargar la cosa para que diera para dos películas. Durante todo ese rato el film es tan obvio y soso que es todo un insulto para el espectador. Por muy adolescente que seas y muy guapos que te parezcan los protagonistas, deberías de darte cuenta que no pasa nada de interés en la pantalla. Sí hay una boda muy sosa, unos invitados muy sosos, un banquete muy soso (¿qué toman los vampiros en el banquete?) y una luna de miel de lo más triste. Entiendo que quieran vender la banda sonora pero tanta cancioncilla me saturó bastante.

Pasada la hora de metraje, la cosa se anima algo y el director Bill Condon (Dioses y monstruos, Kinsey, Dreamgirls) demuestra que es un buen artesano e imprime algo de ritmo y tensión a la historia, logrando que el film sea aceptable en su tramo final, pero ya es muy tarde. Yo sólo esperaba que la cosa acabase cuanto antes.

¿Los actores? Tan mal como de costumbre, en esta peli ni siquiera creo que salgan guapos. Kristen Stewart sigue poniendo cara de lela y mostrando sus dientes, aunque parece que está aprendiendo a reprimir su impulso de mesarse el pelo, bien por ella. Robert Pattison siguen tan inexpresivo como siempre y siento informaros que Taylor Lautner no enseña los abdominales. ¿Los efectos especiales? Cochambrosos, se sigue notando mucho que los lobos son digitales, no creo que a los fans de la saga les importe.
Venga, ya sólo nos queda una.

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p.d.: Ya sé lo que estáis pensando ¿Que porqué sigo viendo las pelis de esta saga si son tan malas? Me lo pide mi señora esposa, eso sí que es sacrificarse por amor y no lo de estos vampiros.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Un método peligroso (A dangerous method)

Un método peligroso se centra en la relación entre el padre del Psicoanálisis, Sigmund Freud, y uno de sus más aventajados discípulos y posterior revisionista de sus teorías, Carl Jung. El caso de la joven rusa Sabina Spielrein servirá para ponerlos en contacto, mientras el caso de otro paciente, Otto Gross, servirá para tambalear los cimientos de su amistad y mucho más.


David Cronenberg sigue siendo un director que bucea en los aspectos más oscuros del ser humano. Puede que en sus films recientes ya no haya vísceras ni sangre como en sus inicios, ahora no provoca asco sino que provoca cierta inquietud moral en el espectador ( o lo intenta). Sus temas y obsesiones de siempre (a saber: sexo, muerte, violencia) siguen vigentes pero ya no son mostrados tan explícitamente como antes. Ahora parece buscar el origen de todo ello, Cronenberg se ha domesticado pero aún es peligroso.
El film es formalmente tan académico que casi parece obra de otro director. Cronenberg no se sale por la tangente y rueda eficientemente un complejo guión lleno de constantes referencias a términos de psicoanálisis que quizás sean un poco duros de digerir para los no iniciados. Como aficionado a la psicología, el film me gustó por la cantidad de temas que trata y la forma tan pulcra de hacerlo, pero como aficionado al cine me pareció lento y falto de brío. No basta con basarse en un interesante hecho real ni exponer complejas teorías, hay que saber darle forma de película, moldear todo ello para hacerlo interesante a ojos del espectador. El reto era enorme y Cronenberg no consigue darle el ritmo adecuado a la historia. Así como Freud estudió la mente humana usando sólo métodos científicos, rechazando la magia y la superstición, Cronenberg nos presenta un film frío, aséptico, sin alma. Supongo que a Freud le hubiera encantado esta peli.

Hablando en plata, el film se hace algo pesado y denso. Es tan frío que se deja ver pero no sirve para aprender gran cosa de la psique humana ni se le coge cariño a ninguno de los personajes. Ni la historia de amor engancha ni la película se hace apasionante en ningún momento. Se sigue con interés sólo por las excelentes interpretaciones de los actores mientras el espectador espera que surga algo que haga que la trama se ponga interesante.
Una pena, creo que con este punto de partida se podría haber hecho un gran film. El guión apunta cosas muy interesantes de la relación entre Jung y Freud pero no profundiza en ninguna. En el film se ven escenas en las que retrata cómo el discípulo contradice al maestro, el criterio de autoridad, el paso de la admiración a la negación, la fijación por Freud por explicar el sexo como el origen de todos los problemas mentales, el antisemitismo que afloraba en Europa a principios de siglo XX; así como episodios psicóticos, conductas sádicas, etc; todo ello muy interesante y pocas veces representado de forma fría y analítica en un film, sólo Cronenberg parece atreverse a ello. Pero le falta garra.

Cronenberg sí acierta de pleno con el retrato del joven Carl Jung que desea aplicar los métodos de Freud y seguir explorando los secretos de la mente humana. Jung se debate entre la admiración por su maestro y su propias conclusiones, entre el amor a su esposa e hijos y el amor prohibido por una paciente, entre sus creencias y la ciencia, entre la moral imperante y sus deseos. El film se podría ver como el proceso de evolución y la toma de decisiones de un joven, en definitiva: el paso a la madurez. Nadie ha hablado aún de la felicidad.

Pero al espectador no iniciado todos estos elementos le parecerán confusos y poco interesantes. Quizás sí se logre hacer que alguien se aficione a la psicología, pero dudo que el gran público esté interesado, la verdad. ¿Qué sentido tiene estudiar la mente humana cuando puedes ver Sálvame deluxe y olvidarte hasta de tu propia existencia?

¿Qué decir de los actores? Pues que están todos francamente bien, Keira Knightley está en su mejor interpretación, por momentos parece que se va a exceder con los gestos y esa forma de desencajar la mandíbula pero nunca llega a ocurrir. Incluso su extrema delgadez le sienta bien a su personaje. Viggo Mortensen compone perfectamente un Freud arrogante y seguro de sí mismo, quizás demasiado. Por su parte, Michael Fassbender está muy bien como Carl Jung. También Vincent Cassel da el pego como Otto Gros, a pesar de que aparece poco en pantalla.

Así pues, Un método peligroso es un film fallido y falto de alma, sólo recomendable para aficionados a la psicología.

jueves, 1 de diciembre de 2011

The Who + Tina Turner: Acid Queen

Recientemente ha fallecido Ken Russell, uno de los directores británico más personales de los años 60 y 70. Como homenaje sirva esta temazo del film TOMMY dirigido por Russell en 1975 y basado en el disco homónimo de The Who. Todo un alegato contra las drogas.