jueves, 29 de marzo de 2012

Intruders



Vaya, la filmografía de Juan Carlos Fresnadillo pierde fuerza con cada nueva entrega. Tras Intacto y 28 semanas después, nos llega Intruders, su tercera película y su peor trabajo hasta la fecha.

No creo que el problema sea del director, es más creo que esta endeble historia de terror se sostiene apenas en pie gracias a la labor de Fresnadillo, quien hace lo que puede con esta historia que no tiene ni pies ni cabeza. El film tiene una atmósfera inquietante, algún buen susto y un puñado de buenas escenas. Pero la historia no se sostiene. Sin una historia es imposible hacer una buena película. Es como contratar a David Lynch para dirigir un programa de Sálvame.
El problema del guión es que nunca el espectador consigue entrar en la historia. No es creíble. Vale que hemos visto muchas películas de terror cuya premisa era directamente irrisoria, pero todo es perdonable si el espectador pasaba miedo (aunque sea con los manidos trucos de siempre) o, al menos, pasaba un mal rato. Nada de eso ocurre en Intruders.

Las 2 historias que se narran no acaban de interesar al espectador, quien asiste a un buen montón de escenas que parecen no llevar a ningún sitio. Cuando la cosa se pone algo interesante, ya es demasiado tarde, nuestro interés se ha esfumado. Y cuando ambas historias se relacionan, el film está a punto de acabar. Hablemos claro, Intruders es un loable intento de hacer algo distinto con los medios de siempre y en un género tan trillado como el terror, pero no ha salido bien. El terror de esta historia está tan cogido por los pelos (o con pinzas) que nunca acaba de cuajar. Lo de los terrores nocturnos y los monstruos escondidos en el armario está muy visto, tampoco el enfoque psicológico a lo Hithcock favorece mucho a sustentar este endeble argumento. Tampoco la inevitable sorpresa final consigue el efecto esperado (se ve venir desde lejos). Vamos, que el film te mata antes de aburrimiento que de miedo.

De los actores, destacar que Clive Owen está tan inexpresivo como viene siendo habitual en él y que Carice Van Houten sigue buscando cualquier escusa para salir sin ropa. Lo mejor me ha parecido la joven Ella Purnell (esta chica dará que hablar en unos años, tiempo al tiempo). Los patrios Pilar López de Ayala, Daniel Brühl y Héctor Alterio no me creí a ninguno de ellos, especialmente fuera de lugar está Brühl como sacerdote.

Resumiendo, el aficionado al terror tendrá algún sustillo (nada del otro mundo) y una buena atmósfera pero este torpe guión no lleva a ningún sitio, a pesar del buen hacer de Fresnadillo.



martes, 27 de marzo de 2012

Primavera, verano, otoño, invierno... y primavera (Bom, yeoreum, gaeul, gyeowool, geurigo, bom, 2003)



¿Una película puede cambiar tu vida? No sé si ésa era la intención que Kim Ki-duk tenía en mente cuando realizó Primavera, verano, otoño, invierno... y primavera pero conozco alguna persona a la que le hizo plantearse muchas cosas.

Kim Ki-duk es uno de esos directores que provocan pasiones encontradas, o los amas o los odias. No hay término medio. Yo a veces lo amo y otras lo odio, con esta película lo amo. El tipo tiene un lenguaje propio y muchas veces sus propuestas son tan extremas y arriesgadas que cuesta entrar en su universo. El cine de este autor está lleno de ideas taoístas y budistas que nos pueden parecer exóticas en estas latitudes pero no por ello son menos ciertas. La obra de Kim Ki-duk emparenta también con buena parte del cine coreano y su curioso sentido de la redención: Las culpas deben expiarse (normalmente de forma violenta), no basta con arrepentirse. Kim Ki-duk nos habla del amargo camino hacia la felicidad a través de la búsqueda del conocimiento interior y el rechazo a toda posesión material.

Primavera… es un film visualmente hermoso pero con un perturbador mensaje. Puede que el espectador occidental se cuestione muchas cosas tras ver esta película (o puede que le aburra soberanamente y no entienda nada de nada, hay gente para todo). Muchos no entenderán cómo se puede vivir en mitad de un lago, el sentido de las puertas o el sentido de ciertos actos de los personajes. Yo sólo os pido que le deis una oportunidad a esta pequeña joya en forma de película.



Kim Ki Duk nos propone una historia aparentemente simple pero llena de matices. La vida de un anciano y un niño en una casa en mitad de un lago no parece muy apasionante. El niño aprenderá las enseñanzas del sabio maestro, aprenderá a observar y a respetar, a ser paciente y a no dejarse llevar por las pasiones. Pero el niño se convertirá en un adolescente y ya nada será tan fácil. El aislamiento del mundo se verá interrumpido por la aparición de una bella joven que huye del mundanal ruido. La vida en armonía con la naturaleza y los bellos paisajes dejarán paso a los demonios que inevitablemente acechan a la condición humana. El deseo y el apego a las personas y /o lo material entrarán en claro conflicto con las enseñanzas del maestro.
Como en todo el cine de Kim Ki-duk, el microuniverso que plasma en su película se puede interpretar como una metáfora de la vida. Los hechos narrados en el film son fácilmente extrapolables. Nada está puesto al azar, todo tiene un significado. Para llegar a maestro no basta con estudiar, hay que vivir y experimentar lo aprendido. Hay que conocerse a sí mismo. Para vivir en paz es necesario conocer el fracaso y la ira, completando así el ciclo vital. Las estaciones cambian, el tiempo pasa y el alumno se convertirá en maestro.
¿Pensamientos demasiado profundos para una película? No lo creo. Puede que el mensaje del film se atragante a algunos espectadores, pero creo que la mayoría entenderán fácilmente el mensaje del film.

La vida es un ciclo continuo, todo cambia y se transforma. No se pierdan esta gran película.

8


domingo, 25 de marzo de 2012

John Carter


John Carter es un personaje creado por Edgar Rice Burroughs (autor también de Tarzán) allá por 1911. Cien años después los de Disney nos traen una versión de sus aventuras en Marte con la intención de reventar las taquillas.

La cosa no pintaba bien desde el principio, las novelas de Burroughs están llenas de aventuras, pero la Disney no parecía la productora más indicada. Disney ha edulcorado mucho las andanzas de John Carter en busca de un taquillazo para todos los públicos al estilo de Piratas del Caribe, Tron: Legacy o El príncipe de Persia. La cosa les ha salido bastante mal y Disney ha anunciado que probablemente pierda unos 150 millones de euros con la película. Parece ser que Marte no tiene suerte en la taquilla. En el caso de John Carter, era de esperar: al final el público se ha cansado de caras aventuras sin imaginación y hechas como churros. No basta con efectos especiales y el 3D, el público demanda algo más.

Para dirigir este engendro contrataron a Andrew Stanton (director de maravillas digitales de Pixar como Bichos, Buscando a Nemo o Wall-E) pero la cosa no ha funcionado. Stanton no ha sabido sacarle provecho a este penoso guión lleno de tópicos y sin ninguna sangre en las venas.


Puede que hace 100 años las aventuras en Marte de John Carter fascinaran a los lectores, pero una película sobre sus aventuras en el año 2012 resulta bastante anodina. Hemos visto llegar el hombre a la luna y demasiadas imágenes del Marte real. También nos hemos criado con mucha ciencia ficción de serie B como para que esta historia nos sorprenda. Ése es el problema de esta película, no sorprende en absoluto, desde el principio sabemos qué va a pasar. En toda la trama no hay ni una sola sorpresa, todo resulta tan repetitivo y aburrido que yo casi me duermo. Ni siquiera hay suficientes escenas de acción ni éstas aportan nada de interés. No hay unos villanos realmente interesantes ni unos secundarios entrañables y/o graciosos (más bien todo lo contrario) y los golpes de humor son inexistentes. Los niños se aburrirán y la presencia de Lynn Collins no es suficiente como para que los adultos ahuyenten el aburrimiento. Un horror.

Otra losa insalvable que recae sobre esta peli es Taylor Kitsch, un chico muy guapo y macizote pero francamente malo, su John Carter parece más emparentado con los sosos vampiros de Crepúsculo que con los héroes clásicos de la ciencia ficción. Otros actores de prestigio más que probado como Ciarán Hinds o Mark Strong dan la sensación de haber estado perdidos en el set de rodaje vestidos de drag queens y sin enterarse de qué iba la peli. Al menos Willem Dafoe tiene la suerte de que su personaje es digital y no se le reconoce.

Mala, mala, mala. Aquí y en Marte.

P.d. siempre nos quedarán las maravillosas ilustraciones del personaje que realizó el maestro Frank Frazetta. Mucho más sugerentes que este bodrio de peli.




sábado, 24 de marzo de 2012

Tenemos que hablar de Kevin (We need to talk about Kevin)



Como padre, uno de mis mayores temores es no saber educar a mis hijos y que éstos se conviertan en unos seres crueles y egoístas. Es un temor fundado que supongo que cualquier padre o madre siente. Programas como Hermano mayor o Supernanny no contribuyen demasiado a la tranquilidad de los padres, más bien todo lo contrario. We need to talk about Kevin va un paso más allá y nos narra la historia de una madre superada ampliamente por la personalidad de su hijo.

La directora Lynne Ramsay ha sido la encargada de adaptar la novela de Lionel Shriver a la gran pantalla. Ramsay se cree un genio y decide darle un toque arty a su historia a base una preciosa fotografía y una narración no lineal. La fotografía me gustó bastante, ya desde el inicio, con unas impresionantes imágenes de la Tomatina de Buñol (por cierto, yo prefiero cien veces el Cipotegato de Tarazona), observamos la importancia que el color rojo va a tener a lo largo del film. Pero lo de la narración desordenada me pareció un error. Ramsay mezcla constantemente recuerdos llegando a exasperar al espectador.

Este desorden narrativo provoca una desorientación y confusión en el espectador que hace que te cueste bastante entrar en la película. Tampoco las cancioncillas metidas con calzador ayudan a meterse en la historia, más bien todo lo contrario, yo tardé bastante. El estilo de la directora casi echa por tierra los aciertos de la novela. Hasta pasada media hora el film no se estabiliza, empezamos a atar cabos y dejamos de asistir a escenas que no comprendemos. Ramsay se guarda los hechos clave de la historia y nos los va soltando con cuenta gotas. Es entonces cuando el film empieza a ganar enteros.

 El film aborda el tema de la maternidad desde un punto de vista nada edificante. La maternidad no es un camino de rosas, tiene momentos muy hermosos pero también momentos muy duros, hay que renunciar a muchas cosas de tu vida para hacer hueco a tus hijos. Me pareció especialmente aterradora la escena en la que la protagonista encuentra descanso en el ensordecedor ruido producido por unas obras en la calle, sólo así consigue algo de paz al dejar de oír el llanto de su bebé. Desquiciante.
 Me pareció muy bien llevado el tema de los roles en la familia, el padre del film (John C. Reily) no quiere problemas, es demasiado permisivo y le consiente demasiado a su hijo. Será la madre quien intente reconducir la conducta de su hijo pero quedará como una verdadera mártir. Ramsay identifica a la madre con la primera víctima de un hijo con tintes psicóticos. 


 We need to talk about Kevin es interesante por la cantidad de preguntas que plantea, aunque lo haga de forma deslavazada y no resuelva ninguna: ¿Cuándo estamos preparados para tener un hijo? ¿Lo estamos alguna vez? ¿Es preferible abortar a tener un hijo no deseado? ¿Cómo educar a un hijo? ¿Cómo distribuir los roles dentro de la pareja? ¿Cómo escapar al chantaje emocional que los hijos ejercen sobre los padres? ¿Cómo actuar frente a una enfermedad mental? ¿Realmente un par de hostias bien dadas sirven de algo? ¿Hasta dónde son los padres responsables de los actos de los hijos? ¿Y la escuela? ¿No hay manera de detectar y prevenir el drama originado por un enfermo mental?

 Todos estos complejos temas aparecen el film, pero lo que realmente sustenta esta película es Tilda Swinton (qué físico más raro tiene esta señora y qué gran actriz es). Aquí realiza un trabajo inmejorable, quizás el mejor de su carrera, lleno de matices. Imposible que cualquier padre o madre no se identifique con su personaje en algunos momentos del film. Impresionante.

Esta historia podría haber sido fácilmente carne de telefim pero la genial interpretación de Tilda Swinton y las preguntas que plantea son lo que la sacan de la mediocridad. Lástima que su directora se crea muy moderna.

6


miércoles, 21 de marzo de 2012

The black Keys: Howlin' for you

Aquí os dejo con este video de The black Keys y su tema Howlin' for you perteneciente a su LP Brothers de 2010. El divertido vídeo a modo de falso trailer de una cutre película me parece de lo más acertado. El tema y la estética recuerdan irremediablemente a ese cine de serie B que Tarantino y Robert Rodríguez han vuelto a poner de moda: ambiente fronterizo, chicas sexys en busca de venganza, personajes peculiares, coches rápidos y mucha violencia. Quien sabe, quizás acabe convirtiéndose en una película como ya pasó con Machete.



lunes, 19 de marzo de 2012

El extraño viaje (1964)


 En un pueblo de la España de los años sesenta, la monotonía es únicamente interrumpida por el baile que se organiza cada sábado. Lo que los vecinos no sospechan es que se está fraguando un terrible crimen.



Un crimen ocurrido en el pueblo murciano de Mazarrón inspiró a Luis García Berlanga un argumento para esta película que acabaría siendo dirigida por Fernando Fernán Gómez: El extraño viaje.
En muchos aspectos esta bizarra película se adelantó a su tiempo, pensemos que se rodó en 1964. La aparente tranquilidad de un pueblo y las tensiones que subyacen bajo la superficie no era algo que se viera habitualmente en el cine patrio de los años sesenta. La censura no permitía que historias sobre la España negra salieran a la superficie, de hecho, el film fue prohibido y no se estrenó hasta 6 años después de su rodaje. Las películas folclóricas de Conchita Velasco y Manolo Escobar representaban mejor la España que el régimen franquista quería mostrar. Pero El extraño viaje se centra en esa otra España, la España negra, la que salía diariamente en El caso criminal pero que nunca asomaba a la gran pantalla.


Rodada con un presupuesto ridículo y en un tiempo récord, El extraño viaje es una de las mejores películas del cine español. Tiene el costumbrismo y el esperpento de la mejor literatura del siglo XX. El retrato de la  España rural no puede ser más certero y negro, negrísimo: los vecinos del pueblo son cotillas, fisgones, envidiosos, entrometidos y charlatanes. No resulta difícil reconocer a personajes reales que existen en todos los pueblos de este país. Sólo los personajes más jóvenes parecen escaparse de este prototipo de cotilla ibérico. Quizás aún haya esperanza para ellos. El choque cultural queda patente en la impagable escena del baile, los modernos carteles publicitarios (estamos en los sesenta, la época dorada del art-pop) contrastan con las caras de los asistentes al evento. Me gustó mucho el momento cuando todos los varones se quedan embobados viendo bailar a una bella joven del pueblo. El baile refleja perfectamente el contrate entre esas dos generaciones y esas dos Españas. En una sola escena y casi sin palabras Fernán Gómez cuenta  mucho más que muchos otros directores en toda su filmografía.

Una vez emplazada la historia en un lugar y un tiempo concretos, Fernán Gómez nos introduce magistralmente en la casa de los hermanos Vidal. Como si de una película de terror se tratara, el cuadro costumbrista se transforma en una película de terror gótico estilo Hammer: con puertas que chirrían, truenos y rayos. En este lúgubre lugar (muy cercano físicamente al baile pero con un ambiente muy distinto) viven los hermanos Vidal. Los tres forman una extraña familia de solterones. Tanto Paquita (Rafaela Aparicio) como Venancio (interpretado por el director de culto Jess Franco con el nombre de Jesús Franco) son  de carácter aniñado, asustadizos y caprichosos a partes iguales. Ambos viven sometidos a los designios de la hermana mayor Ignacia (Tota Alba). Las escenas dentro de la casa con estos tres actores resultan de un fuerte patetismo. Los dos hermanos menores sospechan que su hermana trama algo.

Por otro lado, uno de los músicos del baile (Carlos Larrañaga, galán por excelencia del cine patrio) entabla una relación con una muchacha del pueblo (Tina Canalejas) y tienen previsto casarse. Pero esta situación se verá alterada por un terrible crimen. El film da otro giro, del terror gótico pasa al thriller policial. Y no puedo contar mucho más. Las envidias, las rencillas y los recelos aflorarán una vez más dando lugar a especulaciones y falsas acusaciones.


El punto fuerte de la película son las interpretaciones. No por algo Fernán Gómez era uno de los grandes actores de nuestra escena y en su filmografía como director se nota. Sus actores consiguen estar creíbles sin caer nunca en el ridículo, cosa harto difícil en algunos momentos de la trama.
Por cierto, Jesús Franco fue elegido para hacer de hermano de Rafaela Aparicio debido al parecido físico entre ambos. Franco no fue nunca un buen director (por muy de culto que sea considerado por muchos) ni tampoco fue un buen actor, pero aquí está perfecto en su pusilánime personaje. También la citada Rafaela Aparicio borda su personaje, logrando no resultar risible sino patética (que hay una importante diferencia). A destacar también el memorable bailecito de Sara Lezana.

 El extraño viaje es una película que merece ser descubierta, una de las mejores películas de el cine español. Una apuesta muy personal y arriesgada que sigue siendo uno de los mejores retratos de esa España negra de la cual aún salen a flote algunos restos de vez en cuando.

Recomendable.


domingo, 18 de marzo de 2012

Otro trailer de PROMETHEUS

La verdad es que este nuevo trailer (esta vez en castellano) me ha gustado bastante menos que el primero. Cuenta demasiadas cosas y más que una precuela (o lo que sea) de Alien parece ser que Prometheus pueda ser una mala copia de 2001. Lo de ir en busca de una civilización extraterrestre me parece ya un poco trillado.Vaya decepción de argumento, esperemos que Ridley Scott sepa sacarle partido.


sábado, 17 de marzo de 2012

Le Havre


Le Havre es una ciudad francesa situada de la alta Normandía a orillas del Canal de la Mancha. Pero Le Havre es también la localización de la última película de Aki Kaurismäki de la cual toma prestado el título.

Yo entendí esta película como un cuento de hadas moderno, se pueden sacar muchas interpretaciones distintas pero yo me decanto por la teoría de que Kaurismäki desarrolla un cuento infantil ambientado en una ciudad portuaria.
No hay grandes héroes en este film (el protagonista es un anciano limpiabotas y su escudero es un inmigrante ilegal chino), tampoco hay princesas encerradas en un castillo (más bien ancianas en un hospital), tampoco hay dragones ni caballeros negros (aunque sí haya un policía vestido de riguroso negro que persigue a nuestros protagonistas), sí hay un joven que emprende una larga aventura hacia la tierra prometida (aunque lo haga escondido dentro de un contenedor en un barco). Ni siquiera las estrellas de rock son jóvenes rebeldes. Kaurismäki juega con los elementos típicos de las historias infantiles y los mezcla hábilmente con el problema de la inmigración. No es que trivialice con el drama ni edulcore la dura realidad sino que busca un enfoque distinto. Para dramas sociales ya tenemos al bueno de Ken Loach.
Tampoco Kaurismäki se ciñe a un único género, al inicio del film nos ofrece un pasaje propio del cine de espías y posteriormente nos ofrece una larga interpretación de una canción rock. Kaurismäki es un autor libre que poco tiene que ver con el cine que se hace actualmente.


Tanto el apartado visual como la ambientación del film nos inducen a pensar que la historia ocurre en un tiempo indefinido: los coches parecen antiguos y las casas no son nada glamurosas, sólo el hecho de la oleada de inmigrantes nos coloca en un tiempo no muy lejano del presente. Supongo que así Kaurismäki consigue ese aire de irrealidad que dota al film de una curiosa personalidad. Es una irrealidad que podría semejarse a la de Jean-Pierre Jeunet en films como Amélie o Micmacs, pero mucho más cercana a la cotidaneidad, sin tanto artificio visual. Kaurismäki elabora un sincero canto a la gente llana del pueblo, esa gente que no entiende de leyes ni de fronteras. Ese pueblo llano que se reúne en bares destartalados a charlar o a jugar a las cartas, a esa gente mayor que sobrevive con muy poco y no teme arriesgar lo poco que tiene por ayudar a los que lo necesitan aún más que ellos. El verdadero villano del film es el estado, que con sus leyes y sus normas resulta un problema para los protagonistas. Con estos elementos Kaurismäki consigue no convertir el film en un una comedia o un drama (fácilmente podría haber sido cualquiera de ellos), huye de ambos extremos por igual logrando un film atípico y personal.

Quizás otra gran baza del film sean las interpretaciones de los actores, muy veraces toda ellas. Fácilmente podrían haber caído en el ridículo o la caricatura, pero no ocurre nada de ello.

Lo dicho, un personal cuento moderno que hará que el espectador crea en la raza humana durante 10 minutos tras ver la película. ¿Que si hay un final feliz? Tendréis que verla para saberlo.

viernes, 16 de marzo de 2012

Suicidios comerciales 2 - Mike Oldfield: Amarok




¿Puede un artista sabotear su propia obra? Pues sí. A veces un artista edita un disco sólo para fastidiar a la discográfica y/o para finalizar un contrato opresor.


Mike Oldfield triunfó de forma estratosférica en 1973 con su primer disco, el mítico Tubular Bells, así se inicaba su andadura con el excéntrico empresario Richard Branson. Tubular Bells era el primer disco que Richard Branson editaba en su flamante nueva compañía de discos Virgin (Branson ya tenía una cadena de tiendas de música y años después fundaría hasta una aerolínea que actualmente vende pasajes al espacio). Con el tiempo la relación entre Oldfield y Branson se había enfríado, parece ser que Branson le había dado total libertad creativa a Oldfield pero siempre le estaba demandando una segunda parte de Tubular Bells. Oldfield, por su parte, editaba lo que le dana la gana, incluso en los ochenta dejó algo de lado sus largas composiciones (o suites) y logró unos cuantos singles de éxito como Moonlight shadow o To France. Pero las ventas de sus discos habían decaído irremediablemente y Branson le exigía otro éxito superventas como Tubular bells.

En 1990 la relación entre ellos era francamente tensa y Oldfield deseaba irse de Virgin, pero aún debía editar un par de discos más con la compañía de Branson.  En 1990 publicó Amarok, un disco formado por un único corte de 60 minutos de música ininterrumpida, frenética y fascinante. Creo que es uno de los discos más variados e inspirados de Oldfield, los continuos cambios de ritmo y la multitud de estilos diferentes lo convierten en una de sus mejores obras. Pero Oldfield añadió altibajos en el volumen y unos ruidos disonantes que aparecen sin venir a cuento cuando menos te lo esperas.  Era como su Oldfield hubiera añadido estos elementos sobre su música para asustar al oyente y que éste no comprara el disco. Tal era el cabreo con Branson que añadió un código en morse que dice "Fuck off RB", más claro, agua. Incluso añadió una nota en la contraportada del disco que deja aún más claras sus intenciones: "Este disco puede ser peligroso para la salud de los mentecatos con oídos de trapo. Si usted sufre de esta dolencia consulte rápidamente a su médico." 

 
Otro problema añadido para la compañía era que resultaba imposible encontrar un pasaje lo suficientemente largo como para editarlo como single. El disco es tan cambiante que ninguna melodía es lo suficientemente obvia o duradera como para poder tatarearla hasta que no la escuchas varias veces. No hay ningún momento comercial ni ningún éxito de radio fórmulas. El disco precisa de muchas escuchas para pillarle el punto (os juro que acaba fascinando), pero no hay éxitos instantáneos.

Branson se empeñó en publicar el disco (estaba obligado por contrato) con el nombre de Tubular Bells 2, Oldfield se negó en redondo y se publicó con el nombre de Amarok. No se sabe muy bien lo que significa el título, puede ser lobo en el idioma esquimal o I am a rock en clara referencia a la tozudez de Oldfield en su lucha por la libertad creativa.
 El disco no tuvo promoción ninguna por parte de la discográfica, siendo el disco menos conocido y menos vendido de Oldfield. Una pena. Creo que es una de las aventuras sonoras más arriesgadas y excitantes del amigo Oldfield. Un gran disco no apto para las masas.


P.d.: Al año siguiente Oldfield editó su último disco para Virgin: Heaven's open. La primera cara estaba formada por canciones cantadas por el propio Oldfield y la segunda era un tema instrumental al estilo de Amarok (con ruidos y voces disonantes). Finalizado el contrato, Oldfield le dio a su nueva compañía (Warner) lo que le había negado a Branson: un nuevo éxito masivo con Tubular bells 2, Tubular bells 3, Millenium Bell y hasta un Tubular bells 2003.

miércoles, 14 de marzo de 2012

El Padrino (The Godfather, 1972)


Cuando parecía que el cine de gángsters había pasado de moda hacía varias décadas, llegó un joven italo-americano de 31 años llamado Francis Ford Coppola a realizar la obra maestra del género. El Padrino es, así de claro, una de las mejores películas de la historia y hoy se cumplen 40 años de su estreno.

Basada en el genial libro de Mario Puzo, El Padrino fue la película que colocó a Coppola en el Olimpo de los directores y puso en el mapa a ese gran actor que era Al Pacino. También sirvió para que Marlon Brando ganara un Oscar. El Padrino sólo ganó 3 premios de la academia, siendo Cabaret la gran triunfadora de la noche. Pero da igual los premios que ganara o no ganara El Padrino, es un gran film y punto.



La novela de Mario Puzo había vendido 21 millones de ejemplares y los derechos fueron comprados por el mítico productor Robert Evans para los estudios Paramount. Como director se barajaron varios nombres pero el elegido fue el joven Francis Ford Coppola. Coppola había fundado  con su amigo George Lucas la productora American Zoetrope en 1969, siendo THX1138 (dirigida por Lucas) su primera producción. Pero el film de Lucas fue un completo fracaso y casi llevó a la ruina a la pequeña productora de los dos amigos. Coppola necesitaba dinero y aceptó encargos como el de escribir el guión del film Patton (por el que ganaría un Oscar en 1971) y el de dirigir El Padrino. La película iba a ser inicialmente una película pequeña sin demasiada personalidad, una más de gángsers, pero Coppola se fue integrando en el proyecto y acabó dándole un nuevo sentido. El encargo se convirtió en algo personal.

Coppola colaboró con Puzo en la elaboración del guión, otorgando a cada escena un papel de un color determinado, obviamente las escenas violentas eran de color rojo. Con este sencillo sistema Coppola y Puzo lograron un guión con un ritmo sobresaliente, perfectamente estructurado y armonizado. También eliminaron los constantes saltos temporales de la novela, con este cambio se perdió algo del elemento sorpresa pero se ganó en estilo narrativo y coherencia.
Coppola supo trasladar el universo mafioso creado por Puzo a unas imágenes sobresalientes, que sintetizaron lo esencial de la novela e incluso mejoraron algunos pasajes gracias a una fuerza visual apabullante. Todo el apartado técnico es sobresaliente, destacando especialmente la música de Nino Rota, la fotografía de Gordon Willis, el montaje y la dirección artística.

Coppola resultó no ser un director tan fácil de controlar como pensaron los productores (de hecho, estuvo a punto de ser despedido del rodaje varias veces). El presupuesto se disparó, los enfrentamientos con Gordon Willis eran continuos y los productores no estaban dispuestos a consentir las excentricidades del conflictivo Marlon Brando. Pero Coppola se sobrepuso  a todos los contratiempos y entregó esta obra maestra del cine. Coppola demostró que era inmejorable a la hora de dirigir actores, planificar escenas y crear una tensa calma que explota violentamente. El Padrino y Coppola crearon escuela, una clase magistral de estilo y narración cinematográfica.
 Con El Padrino el cine moderno (nacido en los años 60) llegó a su mayoría de edad. Era un cine con un fuerte contenido crítico, un cine formalmente perfecto pero que no gustaba de finales felices ni dejaba un regusto agradable en el paladar del espectador. Los buenos ya no siempre ganaban en el cine. El padrino es una amarga radiografía de los felices y prósperos años de la post guerra. El film refleja un país hecho de inmigrantes en el que muchos creaban sus propias normas al margen de la ley (como bien se encarga de recordar Don Vito Corleone al principio del film). Una sociedad en la que las influencias y los sobornos estaban ya al orden del día.
 Por cierto, siempre se ha especulado mucho si el personaje de Johnny Fontane estaba directamente inspirado en Frank Sinatra. La verdad es que ambos eran cantantes de origen italiano muy bien conectados con la mafia y que lograron un Oscar por su interpretación en un film bélico (Sinatra lo obtuvo en 1953 por De aquí a la eternidad). Tales coincidencias son muy sospechosas. ¿Puede la mafia presionar para que un actor consiga un papel? No me extrañaría lo más mínimo. ¿Puede hacer la mafia que un actor gane un Oscar? Visto lo visto, yo diría que sí.


No podemos dejar de mencionar que escenas como la de el caballo, el asesinato en el restaurante, la paliza o el atentado en el coche se quedan marcadas a fuego en la memoria del espectador. También pasaron a la historia frases como "No es personal, sólo negocios" o "Le haré una oferta que no podrá rechazar" Un film inolvidable.

El padrino tiene también mucho de tragedia griega y de Shakespeare, los grandes temas son universales. Don Vito tiene algo de Rey Lear (un poderoso rey que afronta el final de su vida mientras sus tres hijos se pelean por el trono). El personaje de Michael (hijo de Don Vito) no quiere participar en los turbios negocios de su familia ni mancharse las manos de sangre. Michael ha vuelto a casa convertido en un héroe de la Segunda Guerra Mundial y desea alejarse de su familia. Los negocios familiares no van con él. Sin embargo, una guerra entre familias le obligará a tomar partido. Michael conocerá el amor escondido en Italia y lo perderá de forma violenta a manos de sus enemigos, no se puede confiar en nadie. Michael sufre una transformación y dejará de ser el joven idealista, dándose de bruces con la sangrienta realidad. Por motivos estratégicos, Michael será el más indicado para asestar el golpe de gracia a la familia rival, convirtiéndose en todo aquello que repudiaba y odiándose a sí mismo para siempre. Michael será el heredero que nunca quiso ser. Conocerá el poder y la soledad del hombre en la cima.

De ejemplo de la grandeza de esta película podríamos poner muchos momentos pero me quedo con la escena final. Michael está en su despacho (su salón del trono) con varios colaboradores tratando unos asuntos. Tras mentir a su esposa sobre la naturaleza de sus negocios, ésta sale a prepararle una copa esperando que él le devuelva una mirada o un gesto de complicidad. Por respuesta sólo recibe una puerta que se cierra. En un único gesto, Coppola expresa la tremenda distancia que separa a ambos esposos. No hace falta nada más. Michael ha sido absorvido por los negocios de la familia sacrificando así su matrimonio y su vida. La historia se repite una vez más. Pero la familia es lo primero.


sábado, 10 de marzo de 2012

Un lugar donde quedarse (This must be the place)


 Cheyenne, una antigua estrella de rock de los años ochenta, vive retirado y aburrido. A pesar de tener casi 50 años aún se viste, se pinta y se peina como hace 30 años. La repentina enfermedad de su padre le sacará de su apatía.

 Que uno de mis actores favoritos (Sean Penn) se base en uno de mis cantantes favoritos (Robert Smith de The Cure) para componer un personaje era algo algo que no me podía perder. Penn se basó en la forma de vestir y peinarse (e incluso moverse) de Robert Smith para componer su personaje pero también en las gafas de Bono y en la forma de hablar de Ozzy Osborne. Pero quedarnos sólo con la apariencia del personaje creo que no sería justo, el film es mucho más.

 Cheyenne no ha madurado, se esconde tras su estrafalaria apariencia para no mostrar sus miedos y sus inseguridades. Lleva un peinado imposible e incomodo y se maquilla sin motivo aparente. Vive traumatizado por los errores del pasado y su terrible incapacidad para afrontar los problemas. La fama y el dinero le dieron la excusa perfecta para vivir en una burbuja hecha a su medida. Pero ya va siendo hora de madurar.
La repentina enfermedad de su padre (con el que lleva 30 años sin hablarse) le obligará a salir de su cascarón y reencontrarse con sus raíces judías. También le proporcionará una misión para su mísera existencia. El film se convierte en una curiosa road movie por la América profunda. Y ya sabemos que toda road movie es en realidad un viaje interior. Las experiencias y las personas que conocerá en el viaje le irán transformando.

 Opino que esta historia hubiera podido ser algo realmente importante y está cerca de conseguirlo sino fuera por que se hace pesada a ratos. A mí me recordó en algunos momentos a Una historia verdadera o Into the wild (dirigida por el propio Sean Penn) pero esta peli está a punto de no ser creíble. Las pintas del protagonista podrían provocar situaciones divertidas pero Sorrentino evita deliberadamente casi todo atisbo de comicidad y se decanta por el patetismo. La escena en la que Cheyenne baila en su habitación de hotel al ritmo de The passenger de Iggy Pop es ciertamente patética. Quizás algo más de ironía le hubiera hecho mucho bien al film.

 El guión está lleno de guiños y referencias musicales de los primeros años ochenta, incluso aparece David Bryne interpretándose a sí mismo. Pero las referencias al mundo del rock no son suficientes para hacer interesante una película. El ritmo podría haber sido algo más ágil, la peli se hace pesada en algunos momentos (la quietud del protagonista contribuye bastante) y la narración es en general un tanto confusa.

Quizás la arriesgada interpretación de Sean Penn caiga en el ridículo en algunos momentos, su forma de hablar puede resultar irritante y la excesiva fragilidad de su personaje dificulta que sintamos empatía por él. Por su parte, Eve Hewson (la hija de Bono de U2 ) queda creíble en un papel no muy alejado de su vida real.

No sé, me aburrió un poquito en algunos momentos a pesar de que el tema me parece interesante. Le doy un
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viernes, 9 de marzo de 2012

Suicidios comerciales 1- John Lennon y Yoko Ono: Unfinished Music No.1: Two Virgins.



Hay cientos de páginas y blogs que hablan de música maravillosa y los grandes clásicos del rock, del pop, del heavy y hasta de música clásica. Grandes obras de grandes artistas. Pero a mí me apetece hablar de cuando esos mismos grandes artistas se salen por la tangente y entregan obras inclasificables o, simplemente, salidas de tono. Pequeños suicidios comerciales o rabietas que parecen querer acabar con el status de estrella de su autor. A veces la libertad creativa va en contra de las ventas millonarias y unos pocos se arriesgan y deciden publicar lo que realmente les viene en gana sólo por que el cuerpo se lo pide, sin importar las consecuencias comerciales o la merma de popularidad. Una jugada que cada vez es más difícil en un mercado controlado por una agonizante industria discográfica.

Hoy empezamos la andadura con John Lennon y su particular suicido comercial: Unfinished Music No.1: Two Virgins.

En 1968 The Beatles habían formado su propio sello discográfico Apple (en el cual se inspiraría Steve Jobs para el nombre y el logo de su célebre empresa), siendo el primer disco que editaron la banda sonora Wonderwall music de George Harrison. Su segundo lanzamiento fue este Unfinished Music No.1: Two Virgins.  No se sabe en qué estaba pensando Lennon cuando grabó este disco pero es muy probable que lo hiciera bajo los efectos de algún alucinógeno.
 El disco es una aburrida e inconexa sucesión de sonidos de pájaros, loops y ruidos a cargo de Lennon mientras su inseparable musa Yoko Ono improvisaba la parte vocal (hay que ver el daño que ha hecho esta señora a la música). Los cortes del albúm no pueden llamarse canciones, son improvisaciones sin ningún sentido. Ganas de provocar.
El disco no fue ningún éxito, lógicamente, y parece que Lennon lo concibió como una patada hacia todos aquellos fans de The Beatles que le idolatraban. Desde luego, el disco no se parece en nada a lo que Lennon había hecho dentro de The Beatles, si exceptuamos la paranoia de Revolution 9. Supongo que Ono le convenció de que ése era el camino a seguir: música experimental. ¿Ya he dicho que esta mujer ha hecho mucho daño a la música?.


Lennon declaró en esa época que en el futuro no haría falta saber cantar o tocar música para hacer un disco. Todo se podría crear con la tecnología usando el estudio como si de un gran instrumento se tratara. Algo de eso, o bastante, ya se usó en los discos de The Beatles pero el experimento Two virgins fue lo más radical que nunca hizo Lennon (y de lo menos inspirado).

Si el contenido del disco fue todo un shock, lo que realmente levantó ampollas fue la portada. La foto de Lennon y Ono desnudos fue todo un escándalo. El disco se distribuyó con una funda marón que dejaba ver sólo las caras. Lennon dijo que lo que realmente molestó a la gente era que en la foto salían dos ex drogadictos en baja forma (¿?). A mí, personalmente, no me molesta el desnudo de la portada, me molesta que el disco fuera sólo una broma de mal gusto aunque Lennon estaba en su derecho de editar lo que quisiera.



Reconozco que lo he escuchado, parcialmente, sólo una vez. Aún tengo pesadillas con la voz de Yoko Ono y estuve meses sin poder dormir con la luz apagada. Supongo que hay que ir muy fumado para verle el sentido al disco. Avisados estáis.

P.d.: ¿Hubo un Unfinished Music No.2? Pues sí, lamentablemente.

miércoles, 7 de marzo de 2012

El gato con botas (Puss in boots)



La franquicia de Shrek huele a ciénaga hace tiempo, la única buena era la primera entrega (aunque no salía el personaje de El gato con botas). Decididos a seguir explotando a la gallina de los huevos de oro, los avispados de Dreamworks  han decidido que el gato con botas es un personaje lo suficientemente atractivo como para soportar el peso de un film entero basado en sus andanzas. La idea no era mala, el personaje con la voz de Antonio Banderas era de lo más salvable de las últimas entregas de Shrek.

Sin embargo, la historia de este felino con botas de cuero no ha sido desarrollada de forma eficiente. El carisma de Banderas no es suficiente, se necesita una buena historia y unos secundarios que apuntalen la película. Es ahí donde la película flojea. La animación por ordenador me gustó mucho más que el resto de películas sobre Shrek y las escenas de acción están muy logradas, pero el guión es bastante previsible y carece de buenos golpes de humor. A mí no me arrancó ninguna risa, como mucho alguna sonrisa aislada. A mí hija tampoco le hizo mucha gracia. El guión incluye temas como la amistad traicionada, la venganza y la redención que no son muy adecuados para los mas pequeños y tampoco resultan especialmente divertidos para los adultos. La verdad es que El gato con botas es más un film de aventuras para todos los públicos que una comedia destinada a los más pequeños.

 Por cierto, no le pillo el punto al acento de Banderas con este personaje Esa mezcla de andaluz y latino queda bastante simpática pero no conozco a nadie que hable así en ningún lugar del mundo hispanoparlante. Vale, ya sé que me pongo demasiado quisquilloso, que la historia transcurre en un mundo de fantasía y que no hay que buscarle ninguna lógica ni parecido con la realidad, pero el acento me parece un error y más viniendo de un malagueño. Supongo que Banderas ha creado un acento a base de coger matices de distintos lugares, seguro que a los anglosajones les hace mucha gracia pero a mí me resultó chirriante.

No basta con el carisma de Banderas o Salma Hayeck y una buena animación en 3D, hace falta una buena historia. A falta de ella, pues rellenamos el metraje con escenas de baile con la música a todo volumen que está muy de moda en el cien de animación. Pues vale. Tampoco hay unos villanos interesantes que hagan que la peli se siga con interés. Los tiempos de las malvadas madrastras y las brujas de Disney han quedado muy atrás. Ahora los villanos se redimen en un acto heroico, no mola.

Al final El gato con botas no ganó el oscar a la mejor película de animación, normal, Rango es mucho mejor

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lunes, 5 de marzo de 2012

28 Semanas después (28 weeks later, 2007)



El canario Juan Carlos Fresnadillo (director de la recomendable Intacto) dio el salto al cine internacional de gran presupuesto cuando aceptó el encargo de la segunda parte de 28 días después.

Tengo que reconocer que 28 días después no me gustó demasiado. Era una peli más de zombies, como hemos visto cientos, pero a la inglesa y dirigida por un Danny Boyle (Sunshine, Slumdog millionaire, 127 horas) que parecía haber perdido el norte. Lo más novedoso del film original era que la acción se desarrollaba en Londres y que los malditos zombies (o infectados) corrían de lo lindo por la campiña inglesa. No eran el típico zombie torpe y lento que popularizó George A. Romero en 1968 con La noche de los muertos vivientes.

 Volviendo a la peli que nos ocupa, la verdad es que Fresnadillo salió bien parado del envite y su película es más entretenida y angustiosa que la primera (eso es lo que se espera de una zombies, no??). Tiene escenas bastante aterradoras (esos planos de Londres vacío, esas persecuciones en campo abierto, el metro a oscuras) y la peli se ve con interés. Por momentos parece que estamos ante la obra de un director mucho más experimentado. Sólo el brutal arranque del film me parece muy superior a la mayoría de películas de terror de los últimos 20 años.


 Al formar parte de una franquicia, la peli debe tener elementos de su sucesora: sustos predecibles, cámara al hombro y escenas tan rápidas que no te enteras de nada. No puede ir más allá de los cánones fijados en la película original pero me parece un film mejor resuelto. La tensión y el ritmo de esta secuela le hacen muy superior a la original. Los giros del guión y la introducción de elementos como la mentira y la culpa me parecen bastante interesantes. Pelis de epidemias y zombies hemos visto muchas (demasiadas), por lo que siempre es de agradecer que se introduzcan algunos elementos nuevos. Lamentablemente, hacia el final la cosa se desmadra más de la cuenta y mucho de los construido se va a pique en pos de la orgía de sangre y caos que toda peli de este género debe tener, una pena.



Los actores cumplen, a destacar Robert Carlyle y un joven Jeremy Renner que saltaría al estrellato unos pocos años después con En tierra hostil (The hurt locker).

 Para ser una peli de encargo, Fresnadillo cumple sobradamente. Eso sí, la peli sólo es recomendable para los aficionados a este género.
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jueves, 1 de marzo de 2012

Le Voyage dans la Lune (1902)


Seguimos con escenas imprescindibles de los orígenes del cine. Aquí os dejo el film de Georges Méliès El viaje a la luna de 1902. Todo un prodigio de imaginación que ya tiene 110 años y que ha sido recientmente homenajeado por Scorsese en su film La invención de Hugo.


De regalo, un estracto del mismo film en el que cada fotograma fue coloreado a mano. La música pertenece al proyecto de banda sonora que han elaborado para este film el grupo francés Air.