martes, 26 de marzo de 2013

warrior


Tengo que reconocer que estas películas de artes marciales me parecen totalmente desfasadas, como de otra época. Me encantaban cuando era crío pero ahora no me aportan nada. Por ello me acerqué a este film con bastante precaución, (el póster promocional tampoco auguraba nada bueno). Sólo me animó la presencia de Nick Nolte (en su eterno personaje de borracho) y Tom Hardy (madre mía que deltoides luce aquí este muchacho). La participación de estos dos actores parecía darle algo de empaque a un conjunto que desde lejos desprendía un tufillo a testosterona y barata propaganda yanqui.

Sin embargo, Warrior no es lo que parece a simple vista, por una vez, es mejor. La historia de estos dos hermanos separados hace años, el drama de su familia y cómo vuelven a encontrarse no dista mucho de la típica historia del sueño americano que tanto gusta a los yanquis. Sin embargo, el director Gavin O'Connor consigue teñir la historia de una inusitada emoción que se contagia irremediablemente al espectador. Le da un toque similar al cien independiente americano, con drama familiar incluido, que hace que no sea el típico film de patadas. Yo no esperaba nada de este film, como mucho ver un par de buenas peleas, pero acabé emocionado y de pie dando palmas en el salón de mi casa. Así de contagioso es este film de artes marciales.

El mayor acierto del film es irse saliendo de los cánones del género logrando sorprender al espectador que busque algo más que patadas (que también las hay). El tratamiento de los personajes es bastante más profundo que lo que suele ser en este tipo de films, todos tienen una motivación, todos evolucionan ( o lo intentan) y todos resultan bastante creíbles e interesantes a ojos del espectador, incluido el no aficionado al cine de artes marciales. Ni siquiera hay un villano malísimo al que haya que vencer y humillar, sí hay una meta a conseguir que parece imposible. Como en toda peli de artes marciales y boxeo que se precie los combates son adrenalíticos y los buenos lo pasan francamente mal. Incluso el espectador se debate más de una vez entre quien es su favorito para ganar la competición. Así de estimulante es este entretenido film.
Me gustó bastante Joel Edgerton (La cosa, La noche más oscura) aquí hace algo más que de secundario y está francamente bien tanto en las escenas dramáticas como en las de peleas. Por su parte, Tom Hardy impresiona por su físico y por su peculiar personaje. De Nick Nolte poco puedo decir, no defrauda y menos en un personaje tan parecido a sí mismo, incluso fue candidato a un Oscar. También aparece en pantalla la guapa Jennifer Morrison (House) en plan florero (siempre en ropa de cama y tal) pero al final su personaje acaba teniendo su miga (es que nada es lo que parece inicialmente en este film).

 No hay que obviar que, a pesar de todo, tiene algunos momentos un poco sonrojantes y pasados de moda, más propios del cine de los ochenta, con los marines aplaudiendo en plan patriota o el luchador ruso. Pero si dejamos a parte la testosterona, los deltoides hiperdesarrollados y el patriotismo, el film logra emocionar y plantea la peliaguada cuestión de qué diferencia a un héroe de un traidor. ¿Se pueden ser ambas cosas a la vez?

Entretenida.

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domingo, 24 de marzo de 2013

Viaje a Darjeeling (The Darjeeling Limited, 2007)


Las películas de Wes Anderson (Life Acuatic, Los Tennenbaum) son bastante especiales, o las amas o las odias. Yo las definiría como personajes estúpidos en situaciones absurdas. Viaje a Darjeeling es un claro ejemplo, vamos a destriparla a gusto.

 Yo nunca sé si Wes Anderson se está riendo del espectador o de los personajes, aunque supongo que ambas cosas son posibles y más que probables. La película que nos ocupa no es una excepción: Ni es una comedia, ni es un drama, ni una peli de viajes, es una película de Wes Anderson. Un autor tan peculiar como Woddy Allen pero sin nada de su talento. El guión es original (tampoco mucho: tres hermanos idiotas van en busca de su madre, como en Marco pero en la India) pero totalmente estúpido y vacío de contenido. Ni cuenta nada interesante, ni hace reír ni siquiera te hace pasar un buen rato. Se deja ver (si tienes un buen día) y punto. ¿Qué pretendía el bueno de Wes Anderson? No sé. ¿Narrar la sensación de abandono de unos hermanos treintañeros con pocas luces? ¿El vacío de las opulentas vidas de los occidentales? Puede, pero todo eso se puede hacer de muchas maneras. Tampoco es necesario que nos emocione o nos cambie la vida, pero Anderson nos deja fríos (o dormidos) con esta película.

 El trío protagonista es simplemente penoso, creo que ni los actores entendieron el significado de esta película, suponiendo que lo haya. Los actores que forman el trío de hermanos están con cara de panoli todo el rato. Ni Adrien Brody, ni Owen Wilson (al que le tengo bastante manía) ni Jason Schwartzman (otro que tal) consiguen que sintamos la más mínima empatía por sus absurdos personajes.
Cabe destacar la aparición del director Barbet Schroeder como mecánico, un guiño que aporta poco al film pero resulta curioso si sabes quien es. Realmente este film parece hecho para Anderson, sin pensar en el público, quizás sea una continua sucesión de guiños que sólo él y unos pocos elegidos son capaces de encontrar y verles la gracia.


 Algo bueno ha de tener esta película: los paisajes, la música y la fotografía son muy bonitos. También hay que destacar que sólo dura 90 minutos, así que si cometéis el error de ver esta tontería sólo perderéis hora y media de vuestro precioso tiempo. Háganme caso, huyan de esta pérdida de tiempo a no ser que sus gafas de pasta les hagan ver el sentido a este cúmulo de idioteces. Venga, vale, mejor ver esta peli que a Falete tirándose a una piscina (saltando a la piscina, quería decir), pero con Falete seguro que te ríes algo más.

 El film se proyectaba con un corto Hotel Chevalier que sirve de prólogo. El corto es otra completa estupidez que ni aporta anda ni entretiene, sólo exaspera a pesar de su reducida duración. Tuvo cierta polémica por contar con un desnudo de Natalie Portman, pues vale, sigue siendo un truño.


 Al final te queda la sensación de haber visto una película a la que no le has visto la gracia por ningún sitio.

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domingo, 17 de marzo de 2013

Bernie


Hay historias tan increíbles de deben ser ciertas. Así reza el slogan publicitario de este film y no le falta razón.

 Nunca he creído en Dios ni en divinidad ninguna. Lo intenté durante años, me crié en un colegio de curas, pero nunca conseguí tener la más mínima fe. No me arrepiento de ello, pero sí reconozco que siento cierta envidia por las personas que sienten una verdadera fe y desprenden una especie de aura de felicidad y buen rollo a su alrededor. No sé si conocéis alguna de estas personas de las que hablo, me refiero a estas personas que se les nota felices y movidos por un fin superior, su vida tiene un sentido y un propósito del cual carece la de aquellos que pensamos que tras esta vida no hay nada. Al pensar que todo obedece a un plan divino estas personas ven un sentido a todo lo que sucede y parece moverles una eterna alegría. Nunca sabré si es una pose o si tal alegría vital es verídica, pero si es una pose está realmente conseguida. De una de estas personas va Bernie.


 Bernie se basa en una historia real ubicada en lo más profundo de la Texas rural. Bernie narra la historia de un hombre entregado a Dios y a su comunidad, un hombre intachable de fuertes principios religiosos y morales. Pero un hombre al fin y al cabo. Por mucho que lo intentemos, todos tenemos un límite, un punto en el que aflora nuestro lado más salvaje, un punto en el que los valores dejan de tener sentido y nos puede nuestro lado animal.
 El interesante director Richard Linklater (Antes del atardecer, Fast food nation, A scanner darkly, Escuela de rock) elabora un correcto estudio sobre un personaje real tan contradictorio que no deja a nadie indiferente. Mediante los testimonios reales de los vecinos que conocieron a Bernie van desgranando la personalidad de tan peculiar personaje. Cada vecino tiene su opinión y aporta una luz distinta sobre Bernie. Quizás nadie conozca realmente al verdadero Bernie, no puede haber nadie que sea tan buena persona (o sí). El mezclar testimonios reales a modo de documental con la dramatización de los hechos le da al film un peculiar ritmo. Si sumamos un humor negro impagable obtenemos una experiencia más que recomendable.

 Pero Bernie tiene otra baza en un enorme Jack Black que demuestra que es un gran actor capaz de salirse de su encasillamiento de niño malo. En Bernie deja de lado sus típicas muecas (alguna le sale cuando canta) y nos ofrece toda una lección de contención, el cambio de registro le ha sentado muy bien. También me gustó Matthew McConaughey quien parece que le cogió gusto al acento sureño. También la veterana Shirley MacLaine está soberbia como vieja arpía. Vaya pareja más curiosa la formada por Jack Black y la McLaine.


 Bernie es un film correcto, bien hecho y muy bien ambientado en la américa más puritana. Recomendable.
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De regalo os dejo con la maravillosa canción que da inicio al film (el karaoke ha sido añadido por algún fan que se aburría). Uno de los momentos musicales de los últimos años (con permiso de Anne Hathaway y su Dream I dreamed de Los Miserables). Qué grande es Jack Black. Venga todos a cantar y a sentir el gozo de un nuevo día...

Hablando claro sobre los Oscars


A mí no me pagan por escribir bien o mal de ninguna película ni tengo interés comercial ninguno, así pues, escribo lo que me da la gana y no le debo pleitesía a nadie. La ruina económica me da una libertad que muy rara vez se da en los medios escritos y mucho menos en los televisivos. Así pues, me dispongo a dar mi más sincera opinión sobre los premios Oscar.


Este año, seamos claros de una vez, no había grandes películas, casi se podría decir que casi no ha habido ni siquiera buenas películas. Ha habido películas correctas y poco más. Nada de obras maestras ni películas que pasarán a la historia dentro del cine norteamericano. Casi se diría que ha sido un año para olvidar, este año no habría que haber hecho ceremonia de los Oscars, no había el nivel suficiente. Pero la máquina de hacer dinero no se para nunca, ni siquiera cuando no tiene sentido premiar tanta mediocridad. El hecho de que Argo se haya llevado el Oscar a mejor película ya nos dice mucho de cómo está el panorama. Argo no es un mal film, que conste que me gustó en su día, pero no merece pasar a la historia como la mejor película del pasado año. Esta siendo habitual en los últimos años que películas correctitas se han alzado con la preciada estatuilla a mejor película, ¿Alguien se acuerda de Shakespeare in love o Crash? Probablemente nadie se acuerde de Argo dentro de 10 años.  Pero ya sabemos que hay muchos intereses en juego. Hubo un tiempo en el que ganar un Oscar era realmente meritorio, había mucha competencia. Me refiero, por ejemplo, a las décadas de los 40  y los 50. Las ganadoras a mejor película de esos años son verdaderas joyas que ochenta años después siguen estando vigentes. Comparar esos clásicos con las películas actuales es desolador. Tampoco las décadas de los 60 ó 70 se quedaron cortas, era otra cosa, más experimental y social, pero de innegable calidad. Pero la calidad del cine ha caído en picado en las últimas dos décadas. Mucho efecto especial, mucho consumo rápido y aún más rápido olvido. Pero los Oscars siguen dando premios. Ya sabemos que en el reino de los ciegos, el tuerto es el rey.
Con el cine actual por los suelos, los Oscars no hacen más que constatar el paupérrimo nivel del cine norteamericano a base de premiar a chicas guapas e incongruencias varias:

¿Tiene sentido que Ben Affleck no estuviera nominado a mejor director y sí lo estuviera Argo como mejor película? Pues no, no tiene ningún sentido. Sólo se puede explicar por una manía a Ben Affleck, el tipo es un ladrillo como actor y parece que genera muchas envidias, pero como director sabe elegir muy bien sus proyectos y sabe llevarlos a buen puerto, sin ser tampoco un genio. Desde luego, Ang Lee le da mil vueltas. Pero que ni siquiera estuviera nominado es bastante chocante. Es como premiar a la mejor tarta y no al cocinero que la ha hecho.

¿Por qué había tantas películas nominadas a mejor película? Uno de esos extraños cambalaches que hacen los de Hollywood para compensar y que todas las productoras se vayan contentas a casa, que es de lo que se trata en definitiva. A repartir toca, sobre todo en un año tan flojo como este 2012. La recaudación de un film sube mucho si es candidata al Oscar a mejor película, mejor nominar a 8 que sólo a 3. Este año había verdaderas atrocidades a mejor película como Bestias del sur salvajes (aburridilla) y The master (aburrida). Yo prefería Los miserables aunque sólo fuera por sus primeros 25 minutos y Anne Hathaway.

 Aunque mi favorita, sin duda, era La vida de Pi. Nunca tuvo la más mínima opción, seamos serios, ya sé que es fácil hablar cuando el toro ya ha pasado, pero: ¿Cómo le iban a dar el Oscar a mejor película a una película dirigida por un chino que adapta el libro de un canadiense que va sobre la historia de un hindú? Vamos, hombre. Además, un film que versa sobre la gran mentira de todas las religiones no es del agrado del lobby judío que controla Hollywood desde hace décadas. Le damos el de director y poco más. El premio gordo se lo damos a un film que habla sobre nosotros mismos y la gran mentira que es el cine, así, rizando el rizo. Le damos el Oscar a mejor película a Argo que habla sobre una película que nunca existió. Así de chulos somos.

¿Cómo puede ser que Amour sea candidata a mejor película extranjera y también a la mejor película? Se es extranjero o se es nacional, pero no las dos cosas. ¿Ocurre que Amour es tan buena que merece ser yanqui? ¿Existe la doble nacionalidad entre las películas? No hay quien entienda a estos de Hollywood. Estaba claro que sólo le iban a dar el premio a mejor película extranjera, una categoría siempre considerada menor, y no tenía opciones a mejor película. Pero el film del siempre polémico Haneke es de ese tipo de películas que tanto gustan a la academia y que tratan el tema de una enfermedad terminal desde un punto de vista políticamente incorrecto. Como Mar adentro o Million dollar Baby (ambas con Oscar, qué casualidad), Amour aboga por la eutanasia, por acabar con el sufrimiento de un ser querido. Es una opción que levanta ampollas en la puritana América pero que Hollywood por algún motivo siempre premia. Quizás algún poderoso lobby tenga intereses en ello.

¿Cómo puede ser que canciones míticas de la saga de James Bond nunca ganarán un Oscar? Inexplicable. Ni Goldfinger, ni Live and let die, ni We have all the time in the world, ni Diamonds are forever, nada de nada. La saga de 007 siempre ha sido ninguneada por los Oscars, probablemente se deba a que es una franquicia británica. Ahora tocaba hacer un homenaje para celebrar el 50 aniversario de 007 y tenían que darle un Oscar para reparar la injusticia cometida durante 5 décadas. Cantó 
en la ceremonia Shirley Bassey, con 75 años sobre sus cuerdas vocales dejó claro, a pesar de los años y los nervios, que la diva aún tiene cuerda para rato. Adele se llevó el Oscar a mejor canción por Skyfall, una canción flojita que no está a la altura de las del gran maestro John Barry y que intenta imitar su estilo y su sonido sin lograrlo, pero este año tocaba. También le regalaron el premio a mejor fotografía (aunque fuera compartido).

¿Siempre dan el premio a la actriz más guapa? No, no siempre, a veces se lo dan a Meryl Streep. Siempre queda mejor y viste más que una chica joven y guapa reciba un galardón. Dárselo a una señora de 80 años no queda glamuroso. También gusta mucho dar el premio a una guapa que hace de fea. Sino de qué iban a tener una estatuilla modelos metidas a actrices como Nicole Kidman, Julia Roberts, Halle Berry, Charlize Theron o Angelina Jolie. Había que convertirlas en estrellas y no hay plataforma de lanzamiento mejor que un Oscar. Casualmente, todas se olvidaron de actuar tras recibir el premio. Otro caso paradigmático de actor que se olvida de actuar cuando recibe un Oscar es el de Nicolas Cage, pero este señor da para varias entradas. Yo me alegro que este año ganara Anne Hathaway, que además de guapa sabe actuar.

¿Dan el premio al mejor actor según el personaje histórico? Daniel Day Lewis ya tiene tres Oscars en su haber, el tipo se los merece pero otros muchos también. A veces uno tiene la sensación que premian al personaje y no al actor, Abraham Lincoln se merecía un Oscar. Y punto. El día que hagan un biopic sobre Martin Luther King o Lance Armstrong seguro que también se lo llevan los actores que los interpreten. Es que a los yanquis les encanta el tema de regodearse en su historia y sus héroes (aunque tengan los pies de barro).
El mejor documental lo ganó Searching for the Sugar man, estoy de acuerdo, me gustó y me parece muy interesante la historia de Sixto Rodríguez, un tipo que le da un nuevo significado al término artista maldito.

Floja cosecha la de 2012, un año casi para olvidar.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Siete psicópatas (Seven Psychopaths)


Creo que dejé claro que Escondidos en Brujas no me gustó nada. Ahora Martin McDonagh vuelve con Siete psicópatas y tengo que decir que tampoco es ninguna maravilla, aunque sí mejora algo respecto a su predecesora a pesar de volver a contar con las cejas de Colin Farrell.

Siete psicópatas sigue una vez más la estela del cine de Tarantino: personajes excéntricos, diálogos que no parecen venir a cuento, historias entrelazadas, gángsters, humor negro y mucha violencia. Pero McDonagh se olvida que él no es Tarantino y carece de su toque mágico. McDonagh no tiene esa facultad de hacer un cine moderno y fascinante a base de reciclar a diestro y siniestro. Parece como si McDonagh estuviera en una crisis creativa, no se le ocurría nada y parió esta tontería sin pies ni cabeza, la adornó con mucha confusión, buenos actores y ya está: tienes un film que pretende ser de culto pero no lo consigue. Se deja ver, algo que no pasaba con su anterior obra, el film empieza muy bien y tiene buenos momentos de humor negro pero su desarrollo es muy decepcionante. McDonagh no consigue hilvanar sus historias y darle al conjunto una mínima coherencia. Se pierde en los diálogos absurdos y el juego del gato y el ratón para llevar al espectador a ninguna parte. Vamos, que se parece más a Amor a quemarropa que a Pulp Fiction.

 Ya desde la prometedora escena inicial se nota la intención de sorprender pero no logra mantener la atención del espectador. Los continuos giros del guión pierden pronto su efecto y dejan de resultar un aliciente para pasar a ser un lastre. El film se me hizo aburrido a pesar del espectacular reparto (lo mejor del film).
Obviamente, el más flojo es Colin Farrell y sus cejas saltarinas. El resto del reparto están bien pero acaban cayendo en el encasillamiento (Sam Rockwell hace años que repite su eterno personaje de rarito) y la sobreactuación ( Woody Harrelson). Al menos, el carisma de Christopher Walken y Tom Waits les hace mantener el tipo, ellos dos y sus personajes son lo único salvable de este despropósito.
Hace 20 años esta peli hubiera sido toda una revolución, un clásico instantáneo, pero hoy... fallida.



martes, 12 de marzo de 2013

Michael Clayton (2007)


Allá por el año 2007 la carrera de George Clooney empiezaba a ser interesante. Alternaba taquillazos (Ocean’s 11) con películas más pequeñas pero mucho más jugosas (Siryana, El buen alemán, Buenas noches y buena suerte). Michael Clayton pertenece a este segundo grupo.

La verdad puede ser arreglada”, gran frase que recuerda la frase de Joseph Goebbels de "una mentira mil veces repetida se transforma en verdad". También es aplicable ese dicho de "Todo depende de color del cristal con el que se mira". Todo es relativo y más aún cuando los poderosos mienten y ocultan la verdad. George Clooney es Michael Clayton, un solucionador de problemas que limpia los trapos sucios de sus poderosos clientes. Un barrendero que limpia las miserias que las grandes empresas van generando pero que es incapaz de poner en orden su propia existencia. Interesante paradoja de la vida. Mientras intentamos mantener en orden y bajo control nuestra vida laboral, descuidamos nuestras relaciones sentimentales y afectivas. Así es el sistema, exige grandes sacrificios y que nadie se salga de lo establecido.
Pero una ficha se mueve dentro del perfecto puzzle que forma el sistema y ni siquiera Michael Clayton es capaz de borrar todas la huellas. Él mismo pasará a ser parte del problema. Sus técnicas de engaño y ocultación de la verdad no servirán de nada cuando sus clientes le consideren una amenaza. Es entonces cuando se producirá una feroz lucha que a mí me provocó un par de preguntas. ¿Hasta donde están dispuestos a llegar los poderosos para mantener su poder? ¿Se puede luchar contra el sistema?


 No sólo el personaje de Clooney es interesante, por la peli desfilan ejecutivos inseguros, abogados esquizofrénicos y demás seres que nos hacen pensar que el sistema tiene los pies de barro. Al fin y al cabo, son personas tan inseguras, débiles, egoístas e inestables como cualquiera de nosotros ( o más).  El poder no garantiza la honestidad ni la integridad, más bien todo lo contrario. Ya en el año 2007 (un año antes de la crisis) esta película lanzó una clara voz de alarma contra los dirigentes del sistema económico, financiero y legal en el que estamos inmersos (lo queramos o no).

Tras sus guiones para la saga de Jason Bourne, Tony Gilroy debutó en la dirección con este recomendable thriller que mereció mejor suerte. La verdad es que pasó un poco inadvertido y creo que es un film que vale la pena descubrir. Quizás su desarrollo pueda parecer un poco lento o el inicio sea algo confuso pero el film va cogiendo ritmo poco a poco hasta llegar a un final excelente. Sin grandes escenas de acción ni persecuciones a toda velocidad, Gilroy consigue mantener al espectador en vilo y con la sensación de haber visto un film diferente.

Michael Clayton cuenta con unas interpretaciones excelentes, tuvo 3 actores propuestos justamente para el Oscar (incluido el propio Clooney), yo destacaría a los siempre solventes Tom Wilkinson y Tilda Swinton siendo ésta la única que se ganó un Oscar de los 7 a los que optaba el film.

Recomendable

7


martes, 5 de marzo de 2013

Escondidos en brujas (In Bruges, 2008)



Tras un desastroso trabajito, dos asesinos a sueldo deben desaparecer de Londres durante una temporada. Su jefe les recomienda que se escondan en la bella ciudad belga de Brujas.

Hay películas que te las venden como si fueran una comedia y cuando las ves no consigues verles la gracia por ningún lado. Esto es lo que me ha pasado con Escondidos en Brujas. Pienso que han intentado hacer una comedia negra diferente pero les ha salido una peli bastante sosa y sin apenas gracia. Se nota que en algunos momentos se esfuerzan por hacer reír y que pases un buen rato pero no lo consigue. Salvo en un par de ocasiones (la nota del teléfono y los americanos en la torre) apenas me arrancó una sonrisa. Reconozco que un par de veces miré el reloj para ver cuánto faltaba para el final.  Los chistes a costa de disminuidos físicos no me hacen gracia y el resto de las situaciones son de lo más soso. Además, temas como la culpa y la redención creo que no están bien tratados.

El guión es original pero no tiene chispa ninguna. Es muy complicado hacer una comedia con temas como el asesinato o el suicidio. Esta historia en manos de Woody Allen o Billy Wilder nos podría haber dado un film divertido lleno de humor negro. Aunque el dramaturgo Martin McDonagh lo ha intentado, creo que ha fracasado. Ha intentado ofrecer una especie de parodia del cine negro convencional, pero se ha quedado en una mala imitación a la europea del cine de  Tarantino y Woody Allen. No puedo dejar de citar que el film tiene uno de los finales más absurdos que recuerdo. No puedo contar nada pero los últimos 15 minutos se hacen eternos a la vez que dan vergüenza ajena.

Los actores hacen lo que pueden en esta historia imposible: Colin Farrell está fatal con su eterna expresión de apenado y arqueando las cejas que parece que tienen vida propia y se le van a escapar de la cara de un momento a otro. Este tipo da el pego en pelis de acción tipo Desafío total, pero cuando se pone serio no da la talla, ya era el peor con diferencia de El sueño de Casandra pero aquí no sabe por dónde se anda. Brendan Gleeson está correcto.  Ralph Fiennes tiene un papel que debería asustar pero resulta ridículo, su interpretación es histriónica y exagerada,  parece una parodia de Gary Oldman.

Lo mejor del film es la guía turística que nos ofrece por los monumentos de Brujas. El resto es totalmente prescindible y olvidable. Aburrida.

3,5