Nos guste o no, el trabajo es una parte fundamental de nuestras vidas. Excepto unos pocos afortunados, todos necesitamos un medio de ganarnos la vida. Es curioso que, en un país como el nuestro en el que la ausencia de trabajo es todo un problema (ya tragedia) nacional, se hayan hecho tan pocas películas sobre el paro. Los lunes al sol me parece una de las mejores aproximaciones patrias a este espinoso asunto. Quizás el cine social no haya tenido en nuestra filmografía el tratamiento que ha tenido en otras como la inglesa con el siempre incómodo Ken Loach. Pero aún me llama mas la atención que incluso se hayan hecho menos películas en nuestro país sobre el mundo laboral.
Como ser social que es, el ser humano tiende a relacionarse con sus iguales en cualquier situación y el mundo laboral no es una excepción. Una empresa es una gran familia que incluye a personas de muy distintos pelajes y en muy diversos roles. No todos podemos ser jefes, tampoco todos valdríamos para ello (aunque nos guste pensar que sí y que lo haríamos mucho mejor).
Casual day es una práctica importada de Estados Unidos (de dónde iba a ser) en la que los empleados de una empresa dedican un día (generalmente un viernes) a ir de excursión al campo para realizar distintas actividades fuera del ámbito laboral y así estrechar lazos y reforzar su idea de equipo. Partiendo de esta idea Max Lemcke realizó una estupenda radiogafía del mundo laboral moderno. En sus personajes podremos reconocer a personas que son habituales en casi cualquier empresa: el pelota, el implicado, el tiburón, el enchufado, el trepa, el resentido, el pringado, etc. Casual day no es una comedia al uso, tiene un trasfondo agridulce y las risas que provoca no están exentas de cierta amargura. A mí me vinieron algunas preguntas a la cabeza: ¿Realmente sirven para algo estas prácticas? ¿Se olvidan los roles laborales fuera de la empresa? ¿O sirven para extender los roles laborales al ámbito personal?
Tengo que reconocer que el film no empieza bien, la larga escena con Marta Etura me pareció un inicio muy poco acertado. Etura me parece una ctriz estupenda pero su escena me pareció que no está bien hilvanada con el resto de la historia. A partir de ahí, creo que pocas objeciones se pueden poner a la película. Este tipo de películas creo que son necesarias ya que hacen la función de reflejar una realidad de la que quizás muchos no seamos conscientes. Si además lo hace desde un punto de vista irónico, pues mucho mejor.
Con una idea interesante y un buen guión ya tienes mucho camino recorrido, sólo hace falta un buen plantel de actores. Por suerte, en Casual Day están todos perfectos en sus personajes. Yo me quedo con el maestro Juan Diego y su excelente reconstrucción del típico jefe que te está jodiendo y te lo vende como si te estuviera haciendo un favor. Se nota que en la elaboración de los personajes ha habido mucha observación. Impagable la escena entre Juan Diego y Malena Alterio. También Luis Tósar borda su personaje de tiburón de los negocios. Todo el elenco está francamente bien, incluso Arturo Valls consigue no pasarse en su eterno personaje de caradura (otro ser que siempre pulula por el mundo laboral).
Lo dicho, recomendable para todos aquellos que tienen (o alguna vez tuvieron) un trabajo.