miércoles, 30 de julio de 2014

Under the skin


Ya desde sus peculiares títulos de crédito con la línea de ensamblaje nos damos cuenta de que no estamos ante un convencional film de ciencia ficción.

 Ocurre que Under the skin pretende ser una mirada distinta sobre la ciencia ficción pero, como les pasa a muchos modernos, acaba imitando a obras del pasado.  Under the skin bebe bastante de The man who fell on earth, aquel extraño y desconcertante film de Micholas Roeg en el que David Bowie (¿quién mejor que él?) interpretaba a un extraterrestre camuflado entre los terrícolas. No estamos ante un remake sino ante films con premisas similares cuyos desarrollos no dejan de ser muy parecidos.
 Aquí Jonathan Glazer se centra en el aprendizaje de camuflaje entre los humanos y la selección de las víctimas de nuestra particular viuda negra encarnada por una hierática Scarlett Johansson. Su film tiene una visión original y pretende mostrarnos cómo sería vista la diversidad humana por unos extraterrestres para los que sólo seríamos alimento.

 La cosa no tiene un mal punto de partida pero pronto nos damos cuenta de que el ritmo puede ser un problema. El ritmo del film inquieta y fastidia. Apartes iguales. Hallazgos como la escena de la primera víctima (a mí me dejo fascinado esa densa agua negra) se alternan con tediosas escenas de Scarlett conduciendo que no aportan absolutamente nada. Tampoco la insidiosa música contribuye a que nos sintamos a gusto viendo esta película, convirtiéndola en una desasosegaste experiencia. Supongo que los amantes de las rarezas y los films de culto (entre los que suelo incluirme) encontrarán deliciosa esta película, pero esta vez a mi esta rareza me ha dejado bastante frío.

 El personaje de Scarlett Johansson usa su atractiva apariencia (a pesar de ir vestida de la forma más ordinaria posible) para atrapar a varones humanos (que casi todos parecen ser unos cerdos) con el propósito de alimentarse. Sin embargo, nuestra inexpresiva protagonista pronto empezará a preguntarse cosas sobre la raza humana y su condición. Nuestra protagonista tiene una misión que cumplir pero sus dudas la harán abandonarla y experimentar por su cuenta. Al abandonar su misión romperá el protocolo preestablecido y será perseguida por sus antiguos compañeros. A pesar de la simpleza de la trama, Glazer opta por una estructura narrativa tan pausada y repetitiva (sólo rota por algunos momentos impactantes) que a unos fascinará y a otros aburrirá mortalmente. Es este un claro ejemplo de película en la que es más importante el cómo se cuenta que el qué. 

 Lamentablemente, Jonathan Glazer cuenta muy poco y lo hace de forma pesada y aburrida. Por momentos parece un publi-reportaje de Escocia mezclado sin demasiado acierto con una sucesión escenas de Scarlett conduciendo sin parar.
 Aviso para navegantes: a quienes piensen ver esta película pensando en las escenas de desnudo de Scarlett Johansson, debo decirles que no pierdan el tiempo. No vale la pena ver este ladrillo sólo por unos segundos de desnudo que son fácilmente localizables en internet. Se aburrirán sobremanera y cuando lleguen a las escenas en cuestión se darán cuenta que no son nada eróticas o morbosas, más bien todo lo contrario. 

Under the skin es una ciencia ficción distinta, bizarra y mundana. Una historia de extraterrestres muy alejada de los tópicos habituales pero que no consigue evitar la sensación de haber perdido el tiempo con esta, a priori, interesante propuesta.

 Parafraseando a mi amigo Mada: "Sugerente, lenta, hipnótica, sexual, incómoda, redundante, fascinante, aburrida, trascendente y ambigua".

5

viernes, 18 de julio de 2014

The notorious Bettie Page



¿No conoces a Bettie Page? Seguro que has visto alguna foto o dibujo suyo cientos de veces. Incluso seguro que conoces a modelos y estrellas de todo tipo que imitan el estilo de la pin-up más famosa de la historia. No hay más que echar un vistazo a Dita von Teese o la Clara de Noche dibujada por Jordi Bernet para darse cuenta que la sombra de Bettie Page  era y es muy alargada. Su reinado se extiende durante 6 décadas, desde mediados de los años 50 hasta la actualidad.
Clara de noche, claramente inspirada en Betti Page.

Bettie Page (1923-2008) nunca llegó a tener la popularidad de Marilyn Monroe o Jane Mnasfield, pero no desmerecía nada en cuanto a belleza. Bettie no fue una estrella propiamente dicha, nunca llegó a realizar su sueño de ser actriz (parece ser que su talento se limitaba a posar para fotografías eróticas). Su popularidad se limitaba a las revistas de fetichismo, bondage y lencería de mediados de los años 50. Fue la modelo  erótica más famosa y recordada de esa época, incluso llegó a aparecer en Playboy.  Su flequillo (usado para disimular su prominente frente) creó un estilo que aún perdura.

Bettie Page y su mítico biquini de leopardo
 En cuanto a su vida personal, la infancia y la adolescencia de Bettie no fueron fáciles. Como en el caso de Mariyln Monroe, la belleza exterior hizo que se le viera sólo como un objeto. Sin embargo Bettie decidió dejar de ser una víctima y acabó sacando beneficio de su exuberante apariencia (al menos durante el tiempo que se dedicó a ser pin-up). Usó su belleza como trampolín hacia la interpretación (como otras muchas estrellan han hecho y siguen haciendo hoy día) pero Bettie no pasó nunca al cine convencional. Sus sueños se truncaron y la persecución a la que se vio sometida le persuadieron a dejar la vida de pin-up.
 
 Tras abandonar la vida de pin-up Bettie se convirtió en una ferviente activista católica. (ironías del destino) y decidió vivir su vida alejada de los focos y las sesiones fotográficas. Al cabo de unos años fue diagnosticada de esquizofrenia y pasó una temporada en un psiquiátrico. Finalmente pudo llevar una vida tranquila y disfrutar de un reconocimiento que, si bien nunca fue masivo, sí fue muy entusiasta. Se dice que en sus últimas décadas de vida, una ya anciana Bettie Page concedía pocas entrevistas pero nunca se dejaba fotografiar para no desvirtuar su icónica imagen. No te preocupes, Bettie, nosotros siempre te recordaremos en tus mejores momentos, llena de vida y rebosando juventud.
Gretchen Mol como Bettir Page
 Al lío, The notorious Bettie Page es un film para televisión que la cadena HBO realizó en el año 2005 sobre la vida de Bettie Page. Quizás el film no sea todo lo apasionante que la historia requería, pero sirve para conocer al personaje. No es una mala película para televisión pero creo que podría haber estado mucho mejor, sobretodo viviendo de una cadena como HBO. No sabemos qué pensó Bettie Page de este telefilm, ni siquiera sé si lo llegó a ver

 Lamentablmente, The notorious Bettie Page narra de forma bastante rutinaria y sin demasiado brillo cómo del corazón de la puritana América surgió la modelo erótica más famosa de la historia. Sí se muestra de forma aceptable su evolución desde una inocente chica de pueblo hasta ser una modelo de fotografía erótica, pero a la historia le falta el nervio para hacer apasionante la historia. Tampoco la convulsa década de los 50 del siglo XX está bien representada, se dan por sentadas demasiadas cosas que quizás un espectador norteamericano sí sepa pero quizás aquí se pasen por alto a muchos espectadores, sobretodo a los más jóvenes (Guerra fría, la caza de brujas del senador McCarthy, etc). La delicada línea entre la pornografía y el erotismo así como los resquicios legales para conseguir publicar este tipo de fotografías burlando a la censura podían haber dado mucho más juego.
Las inocente fotografías que levantaban ampollas hace 60 años
 Como bien viene a decir un personaje en el film "El comunismo nunca derrotará a América pero la pornografía es un mal que reside en el corazón mismo de la nación". Quizás sea un poco exagerado, pero algo de razón no le faltó. El comunismo no pudo con América pero la pornografía ocupa el 80% de los contenidos de internet y es un negocio que mueve miles de millones de dólares. Más dinero que otros pasatiempos típicamente norteamericanos como el basket y el baseball juntos.
 Lo que más llama la atención del film es la inocencia y candidez con la que Bettie se introduce en el mundo de la fotografía erótica, ella no parece ver nada malo en ello. Ella sólo posaba, exponiendo su cuerpo a los demás, nada más ni nada menos. El pecado como, la belleza, reside en el ojo que observa. Obviamente, las puritanas autoridades de la época no lo veían así.

 La actriz Gretchen Mol, vista en Boardwalk empire, compone una Bettie bastante acertada, creíble dentro de su inocencia y con un parecido físico muy conseguido una vez teñida de morena y con el famoso flequillo de Bettie, aunque no consigue igualar la belleza del original. También aparecen intérpretes más que solventes como Lili taylor.
 Resumiendo The notoious Bettie Page es un telefilm correcto, sólo eso, que desaprovecha en buena medida la oportunidad de explotar todas las posibilidades que el personaje y su época ofrecían. Aún así, es recomendable para los quieran acercarse al mito de Bettie Page.





miércoles, 16 de julio de 2014

Godzilla


 Gareth Edwards ya demostró con Monsters que poseía una particular visión del cine de catástrofes. Ahora da el salto a las grandes superproducciones y se enfrenta ni más ni menos que al reto de adaptar al gran monstruo por antonomasia: Godzilla.

 Pongámonos en antecedentes, Godzilla es todo un mito en japón. No olvidemos que Japón sufrió la detonación de dos bombas atómicas en 1945. En la serie de películas que se iniciaron en los años 50, Gozdilla fue despertado de su letargo y mutado en un monstruo gigante por la radiación generada en dichas detonaciones nucleares. Para los japoneses Godzilla vino a ser la representación de la amenaza nuclear. Los americanos originaron el monstruo. En la terrible adaptación yanqui perpetrada por Roland Emmerich, Godzilla debía su origen a las pruebas nucleares francesas en Mururoa de mediados de los años 90. Como podéis observar, la cuestión es echarle la culpa a otro. Y ahora, tras los recientes acontecimientos de Fukushima, parecía el momento ideal para retomar esta metáfora del terror a la radiación nuclear.


 Por suerte, este Godzilla de 2014 está a años luz de aquella bazofia de 1998 del impresentable de Roland Emmerich, muy probablemente una de las mayores basuras con forma de película de la historia reciente (y mira que hay de dónde elegir). Lo de Edwards es otra cosa, con unos efectos especiales asombrosos nos pretende entregar un film de catástrofes equilibrado y emocionante. Para ello nada mejor que 200 millones de dólares y un director joven pero con experiencia en películas de monstruos en las que éstos se ven muy poco.

 Este Godzilla pretende ser un blockbuster épico y emotivo, al estilo del Batman de Nolan o El hombre de acero. Hay luchas de monstruos y destrucción masiva pero todo está puesto al servicio de la historia y los personajes. Tanto que cuando realmente empiezan las tortas entre los monstruos, éstas apenas se ven. A mí me gustó mucho cómo se evita deliberadamente mostrar claramente a los monstruos para crear mayor tensión, pero supongo que a muchos fans del cine de grandes cataclismos les habrá decepcionado. Esto no es Pacific Rim (por suerte), el enfoque es totalmente distinto, siendo en este Godzilla mucho más humano. Esta es una película  de personas que intentan sobrevivir en medio de una catátrofe generada por unos monstruos gigantes, no es un film sobre monstruos gigantes, su papel es secundario en la trama. Los monstruos son la amenaza, pero no son lo principal del film. Cabe destacar que, al menos, Godzilla vuelve a ser bueno y no el villano de la función.

 En este Godzilla se nota mucho respeto por el original japonés, se hacen varios homenajes a ese tipo de films e incluso se ha respetado bastante el diseño original del monstruo, que no por entrañable resulta más creíble. La verdad es que no resulta verosímil un monstruo con esas pintas (que está muy gordo, vamos). En el original japonés era un señor con un disfraz, pero ahora se lo podrían haber currado algo más. En ese aspecto están mucho más trabajados los Mutos, los malos de la función.

 Hay fallos garrafales, sí, como era de esperar en este tipo de películas, del tipo: os pillamos en un área prohibida y os llevamos al centro de control sin motivo. Así mismo hay explicaciones científicas realmente bochornosas (monstruos que se alimentan de radiación), sólo les faltaba venir de otra dimensión a través de una brecha submarina. Si estamos ante un film de aventuras y ciencia ficción, se le pueden perdonar los fallos de verosimilitud. Lamentablemente, conforme avanza la película ésta se hace algo previsible y aburrida. Cuando finalmente vemos claramente a los monstruos destrozando ciudades pueden ser demasiado tarde para muchos espectadores. No fue mi caso. Afortunadamente, el drama humano evita caer en lo absurdo (a pesar de que hay demasiada casualidad) y en lo previsible (aunque todos sabemos el final casi nos convencen de que no va a ser así ).
 Un toque que definitamente demuestra que no estamos ante un blockbuster para adolescentes lo podemos encontrar en la escena del salto desde el avión. Es una escena que crea gran confusión en el espectador, a lo que contribuye indudablemente el espeluznante Réquiem de Györgi Ligeti ya usado por el maestro Kubrick en la parte final de 2001. Podían haber enfocado esta escena como la típica de acción con la típica música de este tipo de películas, pero han optado por la solución más arriesgada.
 Por cierto, tampoco hay ni rastro de patriotismo barato en el film. Parece que nuestras plegarias han sido oídas.
Este bicho al final me va a caer bien.
 Quizás el mayor problema del film sean sus dos horas de duración y que el actor principal sea un tipo tan flojito como Aaron Taylor-Johnson. En el film hay un buen reparto pero la mayoría de ellos no están aprovechados. Sirva como ejemplo la pareja formada por Juliette Binoche (¿qué hace esta señora en esta película?) y Bryan Cranston (Breaking bad) que tiene una de las escenas más emotivas de la película al inicio del film y luego aportan más bien poco. Lo mismo se puede decir de Ken Watanabe y Sally Hawkins (otra excelente actriz que se ha pasado a los blockbusters por el cheque), ambos personifican una pareja de científicos con bastante poca química entre ellos, por cierto. La guapa Elizabeth Olsen cumple con su personaje de abnegada esposa del héroe.

 Resumiendo, un épico y digno blockbuster que va de más a menos pero que salva los muebles muy dignamente.

6

lunes, 14 de julio de 2014

Santa sangre (1989)


 Como siempre que nos acercamos a un film del chileno Alejandro Jodorowsky, debemos hacerlo con las debidas precauciones. No estamos ante un film convencional ni apto para todo tipo de sensibilidades.

 Una vez puestos sobre aviso, Santa sangre tiene más de giallo (subgénero de terror italiano que triunfó especialmente en los años 70 y cuyo mayor exponente fue el director Darío Argento) que de surrealista ejercicio de agitación de conciencias.  Jodorosky filma el guión de Claudio Argento, hermano de Darío Argento y productor del film. La puesta en escena de algunos crímenes y los litros de sangre falsa la acercan al giallo. Aunque el guión no era suyo, Jodorowsky afirma que Santa sangre es una de sus películas favoritas ya que pudo dirigir a todos sus hijos (Adan, Teo y Axel) y ni siquiera se reservó un pequeño papel para sí mismo venciendo así su narcisismo (¿?).  Jodorowsky se las arregló para transformar esta historia ajena en algo propio. En Santa sangre sigue habiendo elementos que parecen sacados de su surrealista y catártica manera de entender el cine: amputados, enfermos mentales, enanos y cruedad extrema. Tampoco podemos obviar la influencia de films de Todd Browning como La parada de los monstruos (Freaks) o Garras humanas (The unknown).

 Fénix (nombre de ave mitológica con la capacidad de renacer de sus cenizas) es un joven que vive en un psiquiátrico viviendo como si fuera un pájaro. Vive encaramado a un árbol y se niega a comer comida cocinada, por el contrario prefiere comer un pez crudo. Fénix fantasea con ser un pájaro que sobrevuela la ciudad de México hasta llegar al circo en el que se crió y en que se originó todo el trauma que lo marcó de por vida.
 Fénix es el hijo de Orgo, un norteamericano lanzador de cuchillos que regenta un circo llamado Gringo y lleva un águila tatuada en el pecho. No pueden ser más obvias las referencias a la cultura yanqui. Por su parte, la madre (Concha) es la líder de una secta (La santa sangre) que venera a la santa Lirio, una joven colegiala que fue brutalmente violada y mutilada. Su templo se ubica en el lugar del martirio de la santa donde brotó un lago de sangre. Cuando el representante de la autoridad eclesiástica va al lugar de los hechos para comprobar in situ el culto, descubre que todo es falso. Este hecho nos rebela el tiránico carácter de la madre y su capacidad de influir en otras personas. Fénix ama a su madre pero debe aceptar que no está en su sano juicio y que su influencia no es positiva. Lo mismo se podría decir de su narcisista padre y su tendencia hacia las relaciones extra matrimoniales.

Fénix sufre la trágica experiencia en la que su madre (Concha) castra a su padre (Orgo), tras lo cual él la mutila salvajemente con sus cuchillos para acabar suicidándose. Por si fuera poco, Fénix también debe soportar la pérdida de Alma, su amor platónico, una niña sordo muda que parece ser la única que le comprende. Normal que tales experiencias marquen para siempre la psique del muchacho.

  Fénix se sobrepone a su trauma proyectando sus deseos y frustraciones, lo que le lleva a crear una realidad a su medida. Las múltiples interpretaciones de las relaciones paterno filiales son evidentes: un padre irresponsable y adúltero que tatúa a su hijo su mismo tatuaje en el pecho para convertirlo en un hombre a su imagen y semejanza (por cierto, se dice que Jodorwsky tatuó realmente a su hijo ese tatuaje en el pecho). Por otro lado Fénix se viste en un momento dado como su padre y también lanza cuchillos como él, aceptando esa parte de sí mismo.

 Sin embargo, quien domina en su mente es la madre, una madre castradora (nunca mejor dicho) y brutal que obliga a su hijo a eliminar todo atisbo de deseo sexual eliminando los objetos de deseo. Para ella, el sexo es un catalizador de tragedias. Tras el trauma su madre le necesita y juntos se complementan (otra constante del cine de Jodorowsky), juntos forman una persona completa bajo el control de su madre.

 La madre es la representación de todo la malo (odio, ira, egoísmo, dominación), mientras Alma es la representación de todo lo bueno (bondad, amor, vida). Esas representaciones de lo bueno y lo malo se proyecta sobre las mujeres, por lo que Fénix parece tener una ambigua relación con ellas. Por un lado le atraen, pero por otro lado su madre le obliga a matarlas con sus manos ya que ella no puede hacerlo. El padre (Orgo) acaba triunfando finalmente al lograr que su hijo se transforme en él (incluso se viste como él en una escena). Sólo al final, en la mente de Fénix se volverá a restablecer un equilibrio cuando acepte la influencia de Alma (lo positivo) eliminando para siempre de su mente la figura de su madre.

 Si os ha parecido una trama bizarra y truculenta, no puedo culparos. Ya os he dicho que no es una cinta para todo tipo de estómagos. Lamentablemente, el ritmo decae bastante cuando el film se convierte en una mera sucesión de asesinatos. Llegados a ese punto, sabemos lo que va a acabar pasando con los personajes, por suerte, la cosa retoma el interés hacia el final con algún giro realmente notable y una puesta en escena simple pero efectiva.

 Como hemos apuntado otras veces, Jodorowsky es un director interesante por la simbología de sus películas pero técnicamente muy pobre. Se le nota poco versado en el ritmo cinematográfico y el estilo narrativo. Su cine adolece de esa falta de calidad tras la cámara (él mismo reconoce que no es buen director ) y sus nulas nociones sobre el montaje. Si bien no ha aportado nada notable técnicamente hablando al cine, su influencia ha sido decisiva en directores posteriores como Nicolas Winding Refn y su Sólo Dios perdona ( film que bebe directamente de Santa sangre en más de un aspecto). También se puede ver cierta influencia en Enemy, en todas estas películas la figura de la madre es representada como un elemento represor de la psique del hijo.

Por cierto, me gustó mucho la banda sonora de Simon Boswell, una bizarra combinación de folclore y música de film de terror.
 Resumiendo, Santa sangre es un inclasificable cruce entre pelicula de terror psicológico y pesadilla surrealista.

martes, 8 de julio de 2014

El cielo protector (The Sheltering Sky, 1989)


Bernardo Betolucci es uno de esos directores que me aburren mortalmente. Por mucho que la crítica lo haya alabado en las últimas 5 décadas, a mí me sigue pareciendo un director presuntuoso y aburrido como pocos. Puede que su cine tuviera su momento en los intelectuales y convulsos años setenta pero, visto desde la perspectiva que da el tiempo, hoy resulta aburrido y vacío.

Valga como ejemplo el film que hoy nos ocupa, El cielo protector. El film adapta la novela de Paul Bowles publicada en 1949. El problema de esta película no es la historia sino el ritmo excesivamente lento que le imprime el director, su tendencia a alargar escenas que no aportan nada así como su manía de no desarrollar los personajes. En 133 minutos da tiempo de mucho, pero Bertolucci parece sólo interesado en recrearse la bella fotografía de Vittorio Storaro y en la romántica música de Ryuichi Sakamoto. Ambas son excelentes (lo mejor del film con diferencia) pero no consiguen evitar el desastre.
Bertolucci se muestra una vez más incapaz de hacer atractiva su narración, su film avanza muy lentamente y el viaje interior que se supone que vive la sofisticada pareja protagonista se nos antoja un tedioso viaje hacia la nada. Bertolucci también se perdió en las dunas del Sáhara y no supo conducir su película hacia ningún oasis para el espectador. No se profundiza en la relación de la pareja protagonista ni en su pasado ni en cómo ha llegado su relación a estar tan deteriorada.  Al menos,  el peculiar triángulo amoroso con su compañero de viaje sí me parece que está bien desarrollado aunque no ocupe muchos minutos de pantalla.
 El buen hacer de la pareja formada por John Malckovich y Debra Winger no es suficiente para que sintamos la más mínima empatía por esta pareja de acaudalados norteamericanos que viajan por el norte de África sin nada planeado. Son una pareja de snobs que nunca acaban de caer bien al espectador debido al muro infranqueable que Bertolucci impone a sus películas, nunca uno acaba de entender realmente las motivaciones de los personajes. Puede que su vida aburguesada en Nueva York les haga buscar emociones viajando a otros países que piensen que un nuevo aire pueda salvar su relación. En mi opinión, el viaje interior no está  bien reflejado, más bien se podría decir que hasta casi el final no hay ni rastro de la supuesta evolución interior inherente a todo viaje. La relación de pareja no evoluciona, aunque ambos hagan cosas  a escondidas del otro, nada parece perturbar su cordial convivencia. Sí se evidencia el rol dominante del marido (Malckovich) y la dependencia de su esposa (Winger), pero no hay una gran evolución. Cuando la enfermedad hace aparición y la cosa se complica, es cuando la esposa se encontrará totalmente desamparada en un entorno hostil y subdesarrollado, el viaje de placer se convierte en tragedia.  Será ella la que decida dejarse llevar por ese cielo protector del título hacia donde éste decida dejarle. Atrás quedará el pasado de lujo y la seguridad de la vida moderna en el primer mundo. Es entonces cuando el film gana algo de interés, pero la pesada narrativa de Bertolucci se encarga de hundir la nave.
Por una vez, Bertolucci se muestra bastante comedido en cuanto a las escenas de sexo, que las hay pero sin llegar al nivel de El último tango en París o Soñadores. Ni por ésas consiguió plasmar el mundo interior de los personajes. Así también lo debió entender Paul Bowles, a quien tampoco le gustó el resultado final a pesar de haber participado en el film como actor (aparece en el film como el señor mayor en la taberna y hace las veces de narrador). La complejidad psicológica de su novela está totalmente ausente en la película, que queda reducida a una sucesión de bonitas imágenes sin apenas trasfondo. A parte de la música y las hermosas imágenes del desierto, yo destacaría la escena de la desesperada búsqueda del hotel por las callejuelas. Es una escena que me gustó mucho por la fotografía y por el temor y desesperación que transmite. Es en esa escena cuando tanto la protagonista como el espectador nos damos cuenta de que se avecina una tragedia. Quizás abandonar la metrópoli en busca de aventuras no fuera una buena idea.

 Lamentablemente, en su tramo final a Bertolucci parecen importarle un bledo los personajes y se dedica a mostrarnos sin cesar escenas de dunas y folclore de la zona durante interminables minutos. Todo muy bonito e interesante pero aporta más bien poco a la historia, a mí sólo logró irritarme y me dio la sensación de que el film se alargaba innecesariamente. Por momentos parece un documental poco afortunado sobre el norte de África.

Lo dicho, un film fallido.

Love of lesbian: Mal español


 Seguimos con buenos grupos en castellano (que alguno hay). Esta vez toca Love of lesbian y este temazo. Ojito a la letra, todo un crisol de irónicas puñaladas a la clase política de este país. ¿Habrá vuelto la canción protesta?




domingo, 6 de julio de 2014

La doncella (Hanyo,1960)



 El director surcoreano Kim Ki-young dirigió en 1960 este film que esta considerado como una obra maestra del séptimo arte por buena parte de la crítica internacional. Tanto es así, que no hace mucho se puso en marcha una iniciativa comandada por Martin Scorsese para restaurar las maltrechas copias que quedaban del film.

  La doncella es un film desconcertante cuyos continuos giros argumentales lo transforman en una experiencia bizarra para el espectador. Primeramente, tenemos a un profesor de música que da clase a las trabajadoras de una fábrica. Una inocente carta de amor dirigida al profesor será la pieza que desencadenará una incontrolable sucesión de acontecimientos. La apacible vida familiar del profesor y su esforzada esposa se verá poco a poco perturbada al aceptar como doncella a una joven de inciertas motivaciones.

 El inical juego de seducción entre la joven y el profesor desembocará en un peculiar trío amoroso que convertirá en un infierno la vivienda familiar. Las normas sociales y el qué dirán tendrán una notable importancia en el comportamiento de los personajes, no olvidemos que estamos ante un film oriental. Las pasiones, las consecuencias de los actos y el miedo al escándalo forzará a la familia a dejarse chantajear emocionalmente por la doncella, pasando la criada a ser quien verdaderamente mande en la casa.  Este letal juego de dominación y venganzas recíprocas irán abocando irremediablemente la película hasta una tragedia.


 A mí me gustó mucho cómo están resueltas la mayoría de las escenas y la forma del director de moverse dentro del reducido espacio de la casa, pasando ésta a ser un personaje más de la trama. Igualmente prodigioso me pareció el uso de objetos como el piano, la máquina de coser o el frasco de veneno. Cada elemento tiene sus importancia dentro de la trama, pasando un vaso de agua a ser un potencial peligro mortal.

En el apartado actoral, todos los actores están geniales, destacando el triángulo formado por el profesor, su esposa y la criada. Yo destacaría también a los niños de la familia, sus personajes están mucho mejor desarrollados que en la mayoría de películas, siendo piezas clave de la trama y la relación entre los dos hermanos es realmente singular.



 En un constante y perverso juego con el espectador, el film nos va sumiendo en una atmósfera casi irrespirable. La doncella es un thriller psicológico perfecto, que funciona con la precisión de un reloj suizo. A pesar de su ritmo pausado el interés no decae nunca y  el espectador se ve atrapado por este denso drama familiar. Pensemos que este film inició un subgénero que luego han seguido muchas otras películas en décadas posteriores y casi nunca igualando sus méritos.

 Quizás el único pero sea su final, muy probablemente no sea del agrado de todos los espectadores y seguro que más de uno se siente estafado. El film sólo pretende ser una llamada de atención, una fábula moralizante revestida de amarga tragedia. La verdad es que dan ganas de pensárselo dos veces antes de dejar entrar a una persona a tu casa.


 A pesar del ingente trabajo de restauración, el film adolece de deficiencias técnicas: negativos en mal estado y fallos como ver a los operadores de cámara reflejados en las ventanas. Fallos totalmente perdonables que no ensombrecen el resultado final.

   A pesar de estar inmersos en la era digital, no es fácil encontrar copias en castellano de este film (dudo mucho que la censura de la época dejara estrenar esta historia) ni siquiera con subtítulos en castellano. Haced un esfuerzo por encontrarla y os aseguro que no os arrepentiréis. 
Muy recomendable.

8

miércoles, 2 de julio de 2014

El carnaval de las almas (The carnival of souls, 1962)



Hay películas de las que uno ha leído o ha oído hablar en muchas ocasiones y que nunca había tenido oportunidad de ver. Cuando, al fin, te pones a ello (gracias a las nuevas tecnologías) te puedes llevar una decepción enorme o descubrir una joya. Nunca se sabe, cada persona es un mundo, pero yo recomiendo encarecidamente el intento.

El carnaval de las almas es un film de terror de 1962, la única película que dirigió el también actor Herk Harvey, tal fue el fracaso de su opera prima que nunca más volvió a dirigir. El carnaval de las almas se basa muy libremente en un relato corto de Lucille Fletcher, que también se adaptó en un episodio de The twilight zone llamado el Autoestopista. En el relato una joven es acosada por un autoestopista.
La película se inicia con un accidente automovilístico en el que el coche en el que viajan tres amigas cae a un río desde un puente. Tras varias horas bajo el agua, sólo una de ellas sale del río misteriosamente ilesa.Tras el accidente la protagonista deja atrás toda su vida anterior y no parece querer relacionarse con nadie. Aparentemente nada ha cambiado pero ya nada será igual. Consigue trabajo como organista en una iglesia de otra ciudad, pero no tiene fe, para ella sólo es un trabajo. De camino a su nueva ciudad de residencia queda extrañamente fascinada por un antiguo parque de atracciones y empieza a experimentar unas aterradoras visiones. La figura de un misterioso hombre (interpretado por el director) parece perseguirla allá donde va.
Obviamente, ni su nueva casera ni su interesado vecino ni un doctor comparten sus visiones. En un momento dado ocurre algo aún más insólito y perturbador: nadie parece verla ni oírla. Como si se hubiera vuelto invisible o hubiera desaparecido, nadie se percata de su existencia. Es como si las barreras entre el mundo de los vivos y el de los muertos se volvieran cada vez más difusas. Es como si los muertos la reclamaran para sí, como si desearan que volviera al lugar del que pertenece.
Poco a poco el film se va convirtiendo en una auténtica pesadilla para el espectador, principalmente esto se debe a la molesta música de órgano de Gene Moore. La música confiere al film un halo de pesadilla que no se logra en base a efectos especiales ni grandes decorados. El desasosiego de la protagonista se contagia al espectador, que por un lado desea resolver el enigma y por otro lado desea que cese de una maldita vez la molesta música del dicho órgano. 
 Por cierto, el uso de la música pocas veces me ha parecido tan enervante mientras que nunca un maquillaje tan barato ha resultado tan efectivo.
El film fue un fracaso en su día pero con el tiempo se convirtió en toda una película de culto del género de terror. Es todo un clásico en la noche de Halloween de las televisiones americanas. El espectador moderno puede encontrarla tremendamente agobiante y/o aburrida a pesar de sus escasos 78 minutos. Tiene aciertos innegables y se adelantó varias décadas a su tiempo pero vista hoy día su ritmo lento y su música son bastante irritantes. Supongo que ése era el objetivo.No podemos juzgar un film así con los ojos del siglo XXI, los múltiples hallazgos de este film nacen de su escasez de medios y de la originalidad de su propuesta. Las fantasmagóricas apariciones se parecen mucho a las que podemos ver en films recientes como El sexto sentido o Insidious (por citar sólo dos ejemplos). También la influencia de las escenas de la protagonista perseguida por los extraños seres del parque de atracciones es un referente para La noche de los muertos vivientes de George A. Romero. La innovadora idea de un protagonista que no sabe o no acepta su destino ha sido desarrollada posteriormente en films como El sexto sentido o La escalera de Jacob.
 Incluso David Lynch le debe bastante a esta película en el plano visual y temático en films como Cabeza borradora (esos sonidos, esos planos en blanco y negro), Carretera perdida (la dualidad y la segunda oportunidad) o Mulholland Drive (la chica que sufre un accidente de coche y vive una realidad paralela).

Obviamente, este film no nos va a producir hoy ningún escalofrío ni terror, más bien será una experiencia irritante. No nos va a quitar el sueño pero hay que reconocerle su mérito. 

martes, 1 de julio de 2014

Vetusta Morla: Golpe maestro


¿Quién dijo que no me gusta el pop en castellano?


Temazo de Vetusta Morla con una magnífica letra que habla claramente de la sangrante situación política de este país llamado España y del despertar del pueblo.
El día que David Bisbal haga un tema tan épico, comprometido y crítico como éste, me haré fan del andaluz.