lunes, 27 de abril de 2015

El dulce porvenir (The Sweet Hereafter,1997)


 Atom Egoyan es un director con una sensibilidad muy especial. Sus primeras películas versaban sobre sentimientos tan universales como el amor paterno pero eran tratados con una sutileza y una delicadeza sin igual. Tras Exótica, Egoyan nos presentó esta no menos notable película.


¿Como continuar con tu vida tras la pérdida irreparable de un hijo? ¿Cómo  puede sobrevivir una comunidad que ha perdido a todos sus niños? Un desgraciado accidente de autobús en el que perecen todos los niños de un pueblo de Canadá le sirve a Egoyan para mostrar las complicadas relaciones entre los habitantes de la población.



 Al inicio del film vemos al personaje de Ian Holm (El señor de los anillos, Alien) atrapado en un tren de lavado, no es una escena que aparentemente nos diga mucho ni parece aportar nada de interés a la trama posterior. Sin embargo, sirve para hacernos a la idea de cómo se siente el personaje, es un hombre atrapado que no puede avanzar en la vida. Su hija aún vive pero la ha perdido irreparablemente y su  existencia no tiene ya ningún sentido excepto, quizás, evitar que otras personas se sientan tan desamparadas como el.  Por eso se dedica a paliar (aunque sea económicamente) el dolor de las familias que han perdido a sus hijos. Sin embargo, ¿contra quién debe ir dirigida la demanda?. En un acto de pura desesperación, las familias y el abogado se embarcarán en un viaje en busca de los responsables de un desgraciado accidente que quizás no tuviera responsable alguno. Quizás todo se debió a la mala suerte o a un cúmulo de casualidades. La base del caso es francamente débil pero la familias deciden aferrarse a algo por improbable que sea. Desean que su tragedia tenga un responsable, un sentido. La vida no puede golpearte de esa manera sin más.

  Los intereses de los abogados, los relatos de las familias y el dolor se entrecruzan configurando un film único y excepcional, que dice mucho más de lo que parece y deja en la mente del espectador un buen puñado de escenas memorables. Quizás ello se deba a que los personajes están muy bien desarrollados, todos tienen matices y están sujetos a múltiples interpretaciones. Ninguno parece ser de una sola pieza, todos tienen algo que ocultar y ninguno esta exento de culpa.
 Escenas como la de el accidente (realmente aterradora sin llegar a mostrar nada), el diálogo en el avión o la narración del incidente de la picadura de araña están tratadas con una extrema delicadeza. Son de esos momentos en los que uno sabe que el cine se ha creado precisamente para momentos así. Para emocionar y sacar lo mejor de nosotros mismos.
 No es difícil suponer que el autobús siniestrado simbolizaba el futuro del pueblo, en él iban a la escuela todos los niños del pueblo. Tampoco nos cuesta demasiado suponer las motivaciones de la única superviviente a la hora de negarse a colaborar con la demanda. Egoyan no juzga a sus personajes, sólo muestra sus actos sin intentar justificarlos, dejando que sea el espectador quien saque sus propias conclusiones. 

Una película totalmente recomendable.

7,5

sábado, 25 de abril de 2015

Crítica concierto de Pink Tones en Zaragoza el 24/04/2015


 Nunca he sido partidario de los grupos tributo. La mayoría de ellos me dan bastante grima, no me convencen las imitaciones ni las recreaciones en directo de los grandes grupos de la historia del rock. Sin embargo, he de reconocer que lo que hacen Pink tones no es una imitación sino más bien una celebración ejecutada con absoluto respeto y total maestría.

 Pink Tones no se andan por las ramas, nada de imitaciones físicas ni un repertorio asequible para el gran público que sólo conoce Money o Another brick in the Wall. Pink tones es un grupo de y para fans acérrimos de Pink Floyd. Esos fans que quieren oír en directo temas como Echoes. Pink tones se recrean en la época más progresiva de Pink Floyd. No hay temas de la época de Syd Barrett y sólo sonó un tema de la era post Roger Waters (la excelente High Hopes). Obviamente el último disco (el olvidable The endless river) fue totalmente ignorado. Pink Tones se centran en la época dorada de uno de los mejores (sino el mejor) grupo de la historia del rock. Lo cual obliga a tener una perfección técnica envidiable a la hora de afrontar el casi inimitable sonido de Pink Floyd. Por  imposible que parezca, Pink tones lo logran. Su calidad musical es indiscutible, casi tanto como su respeto por los originales que interpretan.

  Lo de Pink tones es interpretar fielmente y de manera asombrosa algunas de las mejores y más complejas composiciones de la música popular de los últimos 50 años. Hay que estar muy seguro antes de atreverse a interpretar en directo un disco entero como Wish you were here (1975) o temas de Animals (1977) amén de tener los bemoles de interpretar temas como The great gig in the sky y salir más que airosos. El nivel musical de todos los miembros del grupo es sobresaliente y muy superior al de cualquier grupo que triunfa actualmente en las radioformulas. El grupo funciona como una máquina perfectamente sincronizada que ejecuta impecablemente un repertorio de lo más complejo y variado. Todo ello acompañado de proyecciones, rayos láser e incluso un muñeco hinchable (que esta vez se lució bastante menos ue en su anterior visita al mismo teatro). Pink tones entienden perfectamente la fusión entre música e imagen que siempre ha sido una de las constantes en la carrera de Pink Floyd y así plantean sus shows de 3 horas.
Pink tones dejaron para el final los temas más célebres de The Wall, el disco que significó el final de Pink Floyd como grupo, lo que vino después no puede compararse a los logros anteriores del grupo. En un final apoteósico sonaron como Another brick in the Wall, Run like hell y Confortably numb. 

 Lo único negativo que puedo decir de la noche mágica del pasado viernes fue el agobiante calor que por momentos se hizo casi insoportable en el teatro de las esquinas. Parece ser que el aire acondicionado no funcionaba o no había presupuesto. Por suerte, el calor no nos aguó la fiesta, pero a punto estuvo. A ver si los responsables de El teatro de las esquinas toman nota. Una sala de conciertos no es una sauna.

 Vale que Pink tones no son Pink Floyd y no son los compositores originales. Pero, sinceramente, no creo que hoy por hoy nadie (ni siquiera Waters y Gilmour por separado) interprete el repertorio de Pink Floyd con mayor pasión y perfección técnica. Como bien dijo un extasiado colega al salir del concierto y salvando las distancias: “Ha sido como ver a la Filarmónica de Viena interpretar a Mozart”. Pues eso.

sábado, 18 de abril de 2015

Primer Trailer de Batman v Superman: Dawn of Justice


Aún falta bastante para su estreno en 2016 pero ya tenemos el primer trailer del esperado primer encuentro cinematográfico de los super héores más míticos de la editorial DC: Batman y Superman.
Zack Snyder dirige esta película que ha generado unas expectativas enormes y alguna controversia como la elección de Ben Affleck como Bruce Wayne.  El film es una secuela de El hombre de acero y parece que Superman se ha establecido en el imaginario colectivo como un dios al que muchos idolatran y otros temen. ¿Puede Superman convertirse en un tirano? ¿Hay alguien que le pudiera hacer frente? Un enfoque original que nunca se había tratado en el cine. También me ha gustado mucho que la apariencia de Batman se parece mucho a la de The Dark Knight returns, la sensacional novela gráfica Frank Miller. Esa armadura y ese encuentro al final son calcados al ideado por Miller. En fin, que la cosa promete y mucho (a pesar de Ben Affleck y el relleno de su traje).

Torrente 5: Operación Eurovegas


 Santiago Segura sigue siendo el tipo más listo del cine español y el que mejor sabe vender su cine. No es el que tiene más talento (o al menos no lo ha demostrado todavía) pero es innegable que sabe darle al público lo que quiere.
El problema es que ya son 5 películas de Torrente y la cosa ya no hace tanta gracia. Ya sabemos a lo que nos enfrentamos y la capacidad de sorpresa se reduce drásticamente. La caspa y la grasilla pueden tener su gracia durante un tiempo, sin embargo ya toca recoger velas y dar por finiquitada la franquicia más exitosa del cine español. A otra cosa, mariposa.

 Segura parece entender esta entrega como una enésima sucesión de cameos y gags (unos más afortunados que otros pero en general bastante menos logrados que en la entrega anterior). Segura se repite y, lo que es peor, esta vez su humor no ha estado a la altura. No ha querido ser tan escatológico y su película no resulta tan graciosa (mala cosa cuando para hacer reír tenemos que usar el caca, culo, pedo, pis). Supongo que los fans de Segura encontrarán esta quinta entrega adorable y una muestra más de un estilo inequívoco pero yo debo reconocer que me aburrí. A mí me resultó tan flojita como la tercera entrega.
  Ni el hilo argumental del robo a lo Ocean's Eleven, ni la crítica social a la situación del país están bien desarrollados. Lo de ver una España en el futuro fuera de Euro y con una Cataluña independiente podría haber dado mucho juego, pero se queda en meros apuntes. Tampoco actores como Carlos Areces o Julián López se mueven un ápice de sus personajes de sobra conocidos. Todo resulta manido y acartonado (aún más) en esta entrega. Una pena, con lo que me divertí yo con la cuarta.
 Quizás se deba a que a mí Jesulín de Ubrique me resulta bastante menos gracioso que Paquirrín (siendo ambos personajes por los que no siento ninguna atracción, más bien todo lo contrario). Pero si hasta sale la mujer del torero y hay una coña con su ex. Tampoco ayuda la estructura repetitiva del film (una imitación cutre de Misión imposible y James Bond). Además, meter con calzador a innumerables amiguetes hace que la historia se resienta y no discurra con la necesaria fluidez. Al film le falta chispa y esos momentos desternillantes de anteriores entregas.  Reconozco que sólo me reí con el gag del camión de butano, la verdad es que Florentino Fernandez está sembrado. El resto de la peli apenas me sacó una sonrisa. Por ejemplo, la aparición de Andrés Pajares y Fernando Esteso juntos en escena después de tantos años me resultó totalmente decepcionante. No es que uno esperara gran cosa (qué menos que una risa) pero los diálogos no están a la altura. Leñe, esta pareja de canallas nos ha hecho reír a varias generaciones de españoles y uno se esperaba algo mejor de Santiago Segura. Pero no. Esteso resulta de todo menos gracioso y Pajares tampoco tiene unas líneas de diálogo que puedan a hacer sombra a las de su época dorara a finales de los 70 y principios de los 80. El tiempo pasa para todos y hay que reconocer que esta saga empieza a oler a rancio más de lo que ya lo hacía en sus inicios.

 Es curioso volver a encontrarse con Neus Asensi o Chus Lampreave como si Segura quisiera cerrar el círculo que inició con el primer Torrente. Una especie de despedida con mirada a los orígenes. Amén.
¿Qué pinta Alec Baldwin en este engendro rebosante de caspa? No tengo ni idea, quizás a su mujer española le gustara esta saga y le hiciera gracia colaborar, la verdad es que no está en uno de sus mejores papeles. Al menos se esfuerza en que se le entienda en castellano.

 Torrente 5 es una mera excusa para enlazar cameos y gags por lo general bastante escasos de gracia.

viernes, 17 de abril de 2015

Nuevo teaser de 'Star Wars VII: El Despertar de la Fuerza'

Qué queréis que os diga, a mí me ha encantado este segundo trailer de El episodio VII: El despertar de la fuerza. Tiene muy buena pinta y parece que entronca muy bien con lo mostrado en las trilogía original. Esa frase de Luke Skywalker sobre la fuerza en su familia, ese casco de Darth Vader y ese "Chewie, we're home" de Harrison Ford (otra vez en la piel de Han Solo) me han puesto el vello de punta. El estreno está previsto para el 18 de Diciembre.


La pregunta que yo me hago es ¿alguien va a echar de menos a George Lucas?. Sinceramente, creo que Lucas acabó siendo un problema para esta franquicia. Por mucho que fuera su creador, las últimas entregas no estuvieron a la altura de la trilogía original. No creo que sea casualidad que la mejor película de la saga (El Imperio Contraataca) no estaba dirigida por él y los episodios I, II y III resultaron decepcionantes en su conjunto. Confío en que J. J. Abrams no nos decepcione y sepa darle a estas nuevas películas el toque necesario para hacer nuevos seguidores y contentar a los que vimos las originales de niños.

miércoles, 15 de abril de 2015

La señal (The signal)


 Cada cierto tiempo aparece en escena un nuevo talento que muchos tratan de encumbrar como el enésimo salvador de la ciencia ficción. Incluso hay quien le llama el nuevo Kubrick o el nuevo Spielberg (jua jua jua, me parto). Más nos vale desconfiar de estos que echan las campanas al vuelo antes de hora. Algo parecido a ocurrido con William Eubank, director de La señal, una mala película en la que algunos han creído ver la mano maestra de un tipo con talento.

 A mí La señal me pareció que tiene un inicio prometedor pero que pronto sufre un importante parón narrativo del cual ya no se repone en todo el metraje. Vale que en la ciencia ficción está todo visto pero lo del reciclaje hay que saber hacerlo. Lo que no se puede hacer es alargar hasta la hora y media una historia que no da para más de 25 minutos. Lo que podría haber sido un corto bastante prometedor se alarga hasta convertirse en un soporífero ladrillo. Una pena.

 El joven director William Eubank se queda en un quiero y no puedo, sus intenciones son buenas pero le han fallado las ideas y la forma de plasmarlas. No consigue en casi ningún momento dar el ritmo y el tono adecuado a su historia. Su film resulta aburrido y confuso durante casi todo el metraje. Tanto que cuando la cosa se pone interesantre ya es demasiado tarde, mortalmente tarde. Ya no consigue atraer nuestra atención. Nos importa un bledo lo que les ocurra a los personajes, sólo queremos que acabe el film de una maldita vez. El supuesto misterio que se esconde tras los blancos muros de la película nos da absolutamente igual sólo queremos que se acabe esta estupidez.

 El film se hace demasiado lento y cuando se pone interesante o hace a base de una mezcla de géneros que me resultó bastante indigesta. Lo de mezclar géneros puede estar muy bien y siempre es saludable, pero cuando es el último recurso para salir de un guión que se ha metido en un callejón sin salida...
 Al final se opta por la típica y forzada sorpresa final que me resultó excesivamente pillada por los pelos. Vamos, que no hay quien se la crea. A mí se me quedó cara de "¿Tanto misterio para esto?"
 Puede que el film tenga algún destello prometedor (el citado inicio, la señora mayor,) pero me resultaron insuficientes para mantener la trama a flote. Todavía más cuando las escenas de acción me parecieron (una vez más) copiadas de las de Matrix.

 En cuanto a los actores, aparece ese mal actor que es Laurence Fishburne con su eterna cara de tipo duro. Vamos, que sigue interpretando a Morfeo 15 años después. La verdad es que aquí su presencia casi se puede interpretar como un guiño a la trilogía de Matrix, con la que esta película bebe más de lo deseable. El resto de los actores no me gustaron, la verdad. Sería del sueño que me entró.

 Resumamos, que no vale la pena alargarse mucho más. The signal es un film sin personalidad propia que pica de muchos sitios y al final no se acaba de decidir por nada. Fallida. Los que esperan al nuevo talento de la ciencia ficción deberán seguir esperando.

4




sábado, 11 de abril de 2015

Mini Mansions: Vertigo

 Vamos con otro de los discos del año, Mini Mansions y su The great pretenders. Este tema me parece sencillamente genial.

Fast & Furious 7 (A todo gas 7)


Es una pena que la crisis económica redujera drásticamente la moda del tunning en nuestro país. Era impagable ver a esos veinteañeros que se gastaban una fortuna en maquearse el coche para ser los tipos más molones del barrio. Era un poema verlos con sus equipos de música saturados de graves, esa música horrible, esos tubarros, esas luces de neón, esas llantas del hiperespacio y esos alerones inverosímiles. Quedaban tan extravagantes que hasta me resultaban simpáticos. Nunca he rendido culto al automóvil ni es un mundo que me apasione especialmente. Entiendo que para muchos su vehículo es una prolongación de su personalidad y tal, pero para mí es sólo un medio de transporte.

 Partiendo de este punto, creo que queda claro que no soy muy aficionado a esta saga de The fast & the furious que parecía destinada inicialmente a los aficionados al tunning y las carreras. Siempre me resultaron demasiado obvios su estética de videoclip y sus planos a cámara lenta de chicas ligeras de ropa moviendo las carnes, pero la saga me ha ido ganando con las sucesivas entregas. Estas pelis son tan conscientes de su propia falta de pretensiones que han acabado siendo una parodia de sí mismas. Esa falta de pudor las hace bastante disfrutables. Son malas y no intentan ocultarlo. Sigo sin recomendarlas cuando hablamos de buen cine, pero entiendo perfectamente su éxito y no puedo negar que son ideales para desconectar el cerebro y pasar un buen rato, sin más. Algún moderno que se cree molón por usar palabras en inglés diría que es un guilty pleasure, yo diría que son esas películas que sabes que son malas pero te entretienen a rabiar. No hay que buscarles la más mínima lógica ni coherencia a la trama, tampoco procede pedir que respeten las más elementales leyes de la física ni contengan unos diálogos decentes.

 Esta saga nació siendo una macarrada para tuneros y ha terminado siendo un puro divertimento de acción y fantasmadas. Nada que objetar, es un cine que tiene su público (cada vez más numeroso) y no hay que pedirle peras al olmo. Para ponernos transcendentales y sesudos ya tenemos otro tipo de cine.

Esta imagen resume bastante bien a la franquicia Fast & Furious
 Esta séptima entrega tuvo que superar la muerte de Paul Walker a mitad del rodaje (paradójicamente en un accidente de coche, al final va a resultar que esto del cine es una gran mentira) teniendo que modificar el guión para adaptarse a esta nueva situación. También se optó por sustituir a Walker por dos de sus hermanos en las secuencias que le faltaban por rodar. Por increíble que parezca (y gracias a los efectos digitales) la cosa ha quedado casi perfecta y la peli no se resiente sino que incluso gana enteros con el homenaje final a Walker. Si no supiéramos que Walker murió en 2013, no hubiéramos notado nada. Toda la peli es un tributo a este actor. La verdad es que el final de esta última entrega (¿alguién se cree realmente que es la última?) me resultó incluso emotivo.
 Esta séptima entrega no deja de ser más de lo mismo pero elevado a la enésima potencia. Más fantasmadas a mayor velocidad. Parece que al final esta saga ha evolucionado hasta ser una versión hasta las cejas de ácido de Misión imposible. No hay pirueta que les resulte imposible a Toretto y sus colegas. Al diablo con la gravedad y las leyes de la física. Toretto y cía no son los putos amos, son los putos dioses de la velocidad y el absurdo. Pero si Toretto ha pasado de ser un enemigo público a salvar al mundo, leñe. No existe mayor redención en el cine moderno y sin apenas mover un músculo de la cara.

 Lo del guión es una mera anécdota, una excusa para enlazar escenas espectaculares y carentes de toda lógica. No vale la pena buscarle el más mínimo sentido. ¿Informáticas con cuerpos de escándalo? ¿Terroristas africanos campando libremente en sus helicópteros por L.A.? ¿Coches que dan 300 vueltas de campana y sus pasajeros salen sin un rasguño? La verdad es que yo sigo echando de menso un poco más de verosimilitud en los guiones. Incluso tenemos un McGuffin de lo más ridículo (el ojo de Dios, ni más ni menos, que resulta ser un simple pen drive) y un villano interpretado (es un decir) por Jason Statham. Lástima que el guión sea tan zafio y no haya sabido sacar más jugo a un villano que prometía bastante y se queda en muy poco. Sigue habiendo muchas odas a la familia y se intenta enlazar con las anteriores entregas en un intento de finalizar la saga. Pero todo el tono crepuscular que despide el film (ese manido rollo de volvemos del retiro para un último golpe) no hay quien se lo crea ni a quien le importe.


 En cuanto a la dirección, James Wan es el tipo que ha insuflado nueva vida al cine de terror con éxitos como Saw, Insidious o Expediente Warren y se incorpora a esta saga dándole un giro todavía más espectacular. Wan es todo un referente del cine comercial moderno, no es que sea ningún genio pero sabe rodar y crear tensión en el espectador. Aquí se adapta a las constantes de la franquicia de forma perfecta potenciando sus puntos fuertes. Nada que objetar a su forma de rodar y el ritmo anfetamínico que imprime a las escenas de acción, era lo que todo el mundo esperaba.

 En cuanto a las actuaciones, poco que añadir, todo está como siempre. Hay mucho muro de piedra hinchado de esteroides diciendo frases lapidarias. No podemos pedirle a Vin Diesel que amplíe su limitado campo de registros ni pretender que esa mole de músculos que es The Rock se ponga a recitar a Góngora. Estos tipos saben lo que se les da bien (el gimnasio e ir de guays) y se limitan a darle al público lo que éste espera de ellos. Tampoco Michelle Rodríguez ofrece nada nuevo que no hubiéramos visto ya en su eterno personaje de macizorra mal encarada pero con corazoncito. Por cierto, casi me  parto de risa al saber que su personaje se llama Leticia Ortiz. En cuanto a Elsa Pataky, se ha cortado el pelo y sale poco.

 Lo dicho, adrenalítica despedida a Paul Walker que no defraudará a sus seguidores.



jueves, 9 de abril de 2015

Fargo


 La excelente miniserie Fargo no se basa exactamente en el film de 1996 de los hermanos Coen sino que se ubica en el mismo universo de la película y lo expande. Los Coen no han dirigido ni escrito esta serie, se han limitado a ser productores ejecutivos, recayendo la labor de escribir el guión en Noah Hawley (Bones). Por suerte, Hawley ha respetado fielmente el espíritu de la película. En la serie reinan esa ironía y humor negro muy de los Coen, valga como ejemplo que Fargo es el nombre de una ciudad que apenas sale en todo el metraje aunque se la cita varias veces en cada episodio. Igualmente, el paisaje nevado de esa América interior es casi un protagonista más de la historia.

 Obviamente, tendremos unos anodinos personajes en mitad del estado de Minnesota en pleno invierno cuya existencia se verá alterada por una oleada de violencia.  La casualidad es fundamental en la trama. Un hecho fortuito pondrá en contacto a Lester Nygaard (Martin Freeman), un gris empleado de una agencia de seguros, con un peligroso asesino a sueldo llamado Lorne Malvo (Billy Bob Thornton). Este encuentro casual desencadenará una serie incontrolable de acontecimientos que dan forma a esta magnífica serie. Ahí reside otra constante de Fargo: la causalidad. Todo tiene un motivo y cada hecho tendrá sus consecuencias, algunas totalmente imprevisibles. Como si de una fila de fichas de dominó se tratara, las piezas irán cayendo sin cesar para deleite del espectador.
 Los estallidos de violencia dentro de las anodinas comunidades de Bedmidji y Duluth  sobrepasarán a sus agentes de policía, más acostumbrados a poner multas de tráfico y recoger animales que a lidiar con implacables asesinos a sueldo. Como en el film de los Coen, no todos los agentes de policía de la serie están dispuestos a jugarse la vida por hacer cumplir la ley. ¿Vale la pena jugarse la vida por un coche robado o un exceso de velocidad?. Al contrario que en la mayoría de obras de ficción, los agentes de la ley de Fargo no son policías de raza, sabuesos que persiguen incansablemente el crimen hasta el final. Son más bien ciudadanos que acaban siendo policías por inercia o por que no les quedaba otra salida laboral. Muchos policías de la serie son meros funcionarios acomodados en sus puestos de trabajo. La ola de violencia que se cierne sobre sus tranquilas poblaciones les sobrepasa ampliamente, Por suerte, tanto en la serie como en la vida real, no todos son así. La pareja formada por los agentes Molly Solverson (Allison Tolman) y Gus Grimly (Colin Hanks) no son grandes sabuesos pero no están dispuestos a mirar hacia otro lado.


  Si los agentes de la ley no están muy motivados que digamos, este hecho se une a la aparición de un frío asesino en serie. Lorne Malvo (Billy Bob Thornton) es un personaje de esos que dejan huella y le valió el globo de oro a Thornton. Sus frases y su forma de pensar le definen casi mejor que sus propios asesinatos. Para Malvo el ser humano es sólo un depredador más dentro del reino animal. Su filosofía de vida su puede definir en dos frases: "Te has pasado la vida pensando que hay reglas, pero no las hay" y "No hay santos en el reino animal, sólo desayuno y cena". Malvo tiene claro que la única manera de sobrevivir es matando a todo aquello que puede ser un peligro. Malvo es un depredador nato. Comer o ser comido, no hay otra opción.


 El otro personaje clave es Lester Nygaard, el tipo que desencadenará la tormenta. Algo tan mundano como el ruido provocado por una lavadora será el detonante de toda una tragedia. Martin Freeman (Sherlock, El hobbit) compone perfectamente una vez más a este tipo de personajes superados por la situación y en los que puede acabar encasillado. La evolución de su personaje será quizás la trama más sorprendente de la serie. Nygaard es un marido ninguneado por su mujer ("Si hay alguien capaz de volarse la cabeza con un arma descargada, ése eres tú" le viene a decir su amada esposa) que irá sorteando obstáculos para sobrevivir. La influencia de Malvo se hará evidente cuando ambos personajes se utilicen mutuamente para conseguir sus fines. Muy a su pesar, Nygaard dejará de ser un perdedor para empezar a convertirse en el hombre que siempre soñó ser.
 Curiosamente, los personaje se presentan en parejas casi siempre: Malvo y Nygaard, la pareja de policías, la pareja de asesinos a sueldo enviados desde Fargo y la pareja de agentes del FBI, etc Todas ellas más que interesantes y disfrutables en 10 episodios apasionantes.

 Fargo no es una serie perfecta, algunas piezas no acaban de encajar perfectamente y tiene algunas bajadas de ritmo, pero sí es totalmente disfrutable. Aunque yo prefiera por poco True detective, reconozco que Fargo es altamente adictiva. Haz la prueba, a ver si eres capaz de ver el excelente primer episodio y aguantarte las ganas de seguir con la serie.

domingo, 5 de abril de 2015

Little hurricane: Crocodile Tears


Aprovechando que Little Hurricane van a  estar de gira por nuestro país este mes de Abril, os dejo esta canción. Los de San Diego hacen un sucio blues rock de lo más estimulante.

jueves, 2 de abril de 2015

Liberty (1929)

Vamos con otra joya del cine mudo a cargo de Laurel y Hardy.

Cenicienta


 El británico Kenneth Branagh es el paradigma de prometedor director con talento que acaba siendo engullido por la industria para hacer películas sin personalidad alguna. Su carrera incluye excelentes adaptaciones de Shakespeare como Enrique V, Hamlet o Mucho ruido y pocas nueces así como buenas películas como Los amigos de Peter o En lo más crudo del crudo invierno. Incluso se ha atrevido a adaptar a Shakespeare en un musical (Trabajos de amor perdido) o adaptar La flauta mágica de Mozart a la gran pantalla. Sin embargo, estas rarezas deben haberle resultado poco rentables y el bueno de Branagh parece en los últimos tiempos dispuesto a venderse al mejor postor aceptando encargos en los que la personalidad y talento del director no se vislumbran por ningún sitio. Sólo así podemos entender que aceptara dirigir Thor y esta Cenicienta que nos ocupa.

 Vayamos al grano, Cenicienta no es una mala película pero le falta alma. Se nota que está rodada con el piloto automático y que no había libertad ninguna por parte de Disney para retocar la historia que todos conocemos de sobra. Esta Cenicienta es el clásico de Disney de toda la vida pero rodada con actores de carne y hueso. No hay ninguna innovación destacable ni se han movido un ápice de la versión animada. Una lástima. No es que me hayan gustado las recientes interpretaciones de clásicos infantiles como Caperucita roja, Blancanieves o Maléfica, pero al menos en las citadas películas se había innovado algo (aunque los resultados no fueran los esperados). No hay nada novedoso en esta Cenicienta, todo es tal y como todos esperábamos. Disney no está para modernizaciones de sus clásicos. Una pena, sobre todo si pensamos que Disney no creó el cuento de Cenicienta aunque sí lo instaló en el imaginario popular con su adaptación animada de 1950.

Yo me aburrí bastante durante la proyección debido a que todo ocurre tal y como uno se espera. Faltan esa pizca de humor o ironía que no estuviera en el clásico animado. Sólo hay muy leves modificaciones (como el color de la piel de algunos personajes para rellenar cuota de actores afroamericanos) y algún chiste un tanto fuera de lugar, todo lo demás es lo que ya conocíamos más que de sobra. La misma vieja historia de siempre contada sin demasiadas ganas. Tocaba volver a ver a la malvada madastra, a las insoportables hermanastras, el hada madrina, el baile y lo del dichoso zapato de cristal.
 Puede que el film esté bien rodado y todo el apartado técnico esté sobresaliente (lógico si pensamos en la cantidad de pasta que se han dejado), pero todo ello no consigue levantar este muermo de película. Todo es tan típico que me dejó indiferente. Fíjate que por momentos deseé que esta versión la hubiera dirigido Tim Burton, al menos hubiera sido curioso ver cómo fusionaba su estilo visual con esta historia.

 Ni siquiera los actores me resultaron convincentes. No me gusta Lily James como actriz ni la considero tan guapa, Por cierto, resultaba muy difícil haberle decolorado las cejas?. Tampoco Richard Madden me pareció un príncipe a la altura (quizás se deba a que para mí siempre será un Stark) Ambos están correctos pero todo era tan obvio que no pude evitar aburrirme con su historia. Ni siquiera me gustó mi adorada Cate Blanchett en su papel de madastra, me resultó un personaje bastante poco elaborado, creo que se lo podrían haber trabajado mucho más para darle nuevos matices no vistos en otras versiones. Pero no ha sido así. Blanchett derrocha estilo y se ve que se lo ha pasado en grande llevando esos trajes de villana de cuento. Pero su personaje deja bastante que desear, como el resto del film, vamos. Ni siquiera el hada madrina resulta simpática o especialmente graciosa. La verdad es que Helena Bonhan Carter está bastante insufrible y su hada madrina no hace ni la mitad de gracia ni resulta tan entrañable que la de la versión animada.

 Debo añadir que a mi hija de 6 años sí le gustó la película, ya sabemos que a los niños les encanta ver miles de veces la misma historia.

 Cenicienta es una innecesaria adaptación de un clásico animado, totalmente prescindible si tienes más de 10 años.

4

miércoles, 1 de abril de 2015

Foxcatcher


  La anterior película del director Bennet Miller, Moneyball, no estaba mal pero tampoco era ninguna maravilla, pasable. Creo que le di un 5. Tampoco su film Capote me produjo ninguna sensación, me dejó bastante frío más allá de la excelente interpretación de Philip Seymour Hoffman. Ahora Miller regresa con otra historia sobre deporte, Foxcatcher.

 Foxcatcher habla de deportistas olvidados tras ganar una medalla de oro en las olimpiadas. Los éxitos deportivos no garantizan poder pagar la hipoteca. Lo privado suple las carencias de lo público. Grandes atletas que no son nada fuera de su deporte y no se les reconoce su esfuerzo, son héroes nacionales que pronto son olvidados, máxime en deportes minoritarios que no arrastran masas ni generan grandes beneficios.

 Pero más que de deporte, Foxcatcher trata el tema de las relaciones familiares. Mientras Mark vive bajo la sombra de su hermano e intenta escapar de ella y demostrar que puede triunfar por si mismo, el personaje de John du Pont vive en una jaula de oro bajo la sombra de su madre de la que no ha podido independizarse. Ni todo el dinero del mundo pueden librarse de los juicios y el desprecio de su madre. John intentará por todos los medios llevar su propia vida y demostrarle a su madre que puede triunfar por sí solo. Los traumas familiares de Mark y John entrarán en conflicto al entrar en juego Dave, el hermano de Mark. El film establece un curioso triángulo en el que parece que todos buscan el mismo objetivo (ganar la medalla de oro en las olimpiadas) pero por motivos distintos. Quizás el film se resienta algo del abrupto final (como El Francotirador de Eastwood), pero la historia real tuvo el final que tuvo (y no voy a desvelar).

 La película tiene una peculiar mirada de los personajes. A mi el estilo narrativo frío y distante de Bennett Miller me pareció un tanto desesperante. Es una historia bizarra contada de forma sobria, demasiado sobria y solemne. Tanto que está a punto de sepultar el drama bajo su distante y gélida forma de contar la historia.

 Hay que destacar la asombrosa transformación física de los protagonistas. Mark Ruffalo y Channing Tatum parecen auténticos luchadores profesionales y están en los mejores papeles de su carrera. Por su parte, Steve Carell realiza un excelente trabajo a pesar de las prótesis y el maquillaje. Un gran trabajo de contención actoral, sin histrionismos ni muecas sobretodo si pensamos que la carrera de Carell se ha desarrollado en la comedia.

 En resumen, una película aceptable que no me acabó de entusiasmar.

5'5