El lenguaje audiovisual ha llegado a tal complejidad que ha veces se justifica por sí sólo. Hay veces en las que una escena no narra nada, sólo hay personajes andando por un pasillo, cruzando una sala de baile y entrando en un salón. Ni una palabra, ni tampoco se aporta ningún dato de interés al espectador. Como si de un clip musical se tratara, es un deleite para los sentidos. El amigo Tarantino incluyó esta maravillosa escena en Kill Bill vol. 1. Una fusión perfecta entre música e imagen gracias a un montaje, unos movimientos de cámara, una edición y una fotografía sobresalientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Las opiniones son libres, expresa la tuya libremente y sin ofender, por favor.