El guión de Fernando Navarro y Lluís Quílez consigue meternos en la trama casi desde el minuto 1 y ya no nos suelta. Me gustó la presentación de los personajes de los presos (todos ellos bastante creíbles) y el compromiso del protagonista con el reglamento. Como todo buen thriller, se guarda algunos ases en la manga y los va soltando cuando hace falta. Una vez que empieza la acción, la película te agarra y ya no te suelta. Tanto los diálogos como el ritmo están francamente conseguidos y lograron que no me planteara algunas incongruencias. Sí, el guión tiene algunos agujeros en el último tercio que no lastran el film ya que el ritmo vertiginosos no te deja ni un respiro para plantearte nada. Ya lo decía Hitchcock: Dios nos libre de los verosímiles. Vale, que sí, que algún detalle queda un poco forzado (que no voy a relatar para no destripar la trama) pero Bajocero funciona a las mil maravillas. Creo que la verosimilitud de las interpretaciones hace que pasemos por alto ciertos detalles que, probablemente, de otra manera no nos hubiéramos creído. Tanto Javier Gutiérrez como Luis Callejo están excelentes. Pero... nos dejamos al villano, algo imprescindible en todo thriller que se precie. Aquí tenemos a un Karra Elejalde que cambia de registro y sale bastante bien parado. Lo cierto es la percepción de su personaje cambia a partir de cierto momento, pasando de implacable asesino a... no puedo desvelar más. Es esa manera de hacer que cambien las ideas preconcebidas sobre los personajes otro aspecto que me gustó de la historia.
Y llegamos al final, un final que unos odiarán y otros adorarán y nos lleva a la gran pregunta ¿Tú que hubieras hecho en la misma situación? Yo reconozco que me gustó aunque peque un poco de previsible (al menos a mí me lo pareció). Es que uno a visto mucho thriller en su vida y soy muy fan de David Fincher. Ahí lo dejo.
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