La tercera película sobre el dios del
trueno es de lejos la mejor y la más divertida de todas. Ya no hace falta
presentar al personaje ni ubicarlo en el universo Marvel. Para esta tercera
película han optado por seguir el ejemplo que tan buenos resultados les dio Guardianes de la galaxia. Vía libre a la comedia, la ironía y la auto parodia.
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lunes, 6 de noviembre de 2017
jueves, 19 de septiembre de 2013
Star Trek: En la oscuridad (Star Trek: Into Darkness)
J.J Abrams regresa una vez más al universo de Star Trek en esta su segunda película basada en las aventuras de la tripulación de la mítica nave Enterprise.
Yo pasé un rato muy agradable y debo reconocer que me lo pasé de lo lindo. Si bien es cierto que esta vez Abrams ha sido menos fiel a los personajes originales y los ha desarrollado/deformado bastante en busca de una espectacularidad y un afán de aventuras que no poseía la saga original. Pero estamos hablando de un reboot, un nuevo origen adaptado a los tiempos que corren.
Ya desde la escena inicial, se nota que Abrams ha tenido como guía la saga de Indiana Jones más que las películas originales. Creo que esta vez Abrams va en busca de un nuevo público, no sólo el aficionado al universo Star Trek. Al menos, no abusa de los efectos especiales ni del montaje acelerado. Es cierto que algunas escenas de acción rozan lo inverosímil más allá de lo que era de esperar en esta saga, ya sabemos que Star Trek siempre fue una serie de ciencia ficción un poquito más científica que Star Wars. Todo es pura fantasía pero se presentaba de forma más verosímil. Aquí Abrams rompe con esta línea y se lanza al puro espectáculo, hecho que ha levantado ampollas en los fans más acérrimos.
Esta vez Krik es más temerario, mujeriego y gamberro de lo que jamás hubiéramos pensado, mientras sus conflictos con Spock son mayores que nunca. También la relación de éste último con Uhura nunca había sido mostrada tan abiertamente como en este film. Entiendo que los más puristas se sientan traicionados con el tratamiento y el desarrollo que Abrams hace de sus personajes, es inevitable que esto ocurriera. Siempre pueden volver a visionar las películas originales. Pero estamos en 2013 y un proyecto como la primera película de 1979 probablemente hoy acabaría en la papelera de cualquier directivo y nunca vería la luz. El público quiere ciencia ficción y aventuras bien hechas y eso es lo que entrega esta película.
Todos los actores están correctos en sus personajes, Zachary Quinto no logrará nunca que nos olvidemos de Leonard Nimoy (que hace un cameo) ni de su personaje en la serie Héroes, pero resulta convincente. Del resto del reparto me quedo con Simon Pegg y el recuperado Peter Weller (el inolvidable e inexpersivo actor de Robocop). Creo que merece ser destacado el personaje de Benedict Cumberbatch, su villano es uno de los mejores de los últimos años: tan inteligente como ambiguo.
Pues eso, un perfecto vehículo de evasión y entretenimiento.
lunes, 31 de diciembre de 2012
Dredd
Que sí, esta nueva versión de El Juez Dredd no es tan mala como la de Stallone, pero no es lo que yo esperaba, la verdad. Adaptar este violento cómic de culto no era tarea fácil, puedes quedarte corto buscando la corrección política y gustar al gran público (la vía Stallone) o puedes ser fiel al material original y hacer un film poco comercial. Aquí parece que no supieron qué opción seguir y han optado por el camino de en medio llegando a ninguna parte.
Dredd no es una mala película pero no es lo suficientemente gamberra, le falta esa mala baba políticamente incorrecta del cómic original. La historia no acaba de cuajar, cae en demasiadas situaciones de sobra conocidas y aburre por momentos. Dredd es un cabrón, sí, casi tanto como los villanos a los que juzga y elimina (todo en uno) pero la película se limita a un juego del gato y el ratón dentro de un enorme bloque de edificios. No hay una trama suficientemente elaborada ni se saben desarrollar las situaciones. Más parece un remake de La jungla de cristal que una adaptación del Juez Dredd. Se ha sido bastante fiel al cómic pero no han sabido ir más allá del mero homenaje, contando una historia bastante simplona que explora bastante poco el sucio y cruel mundo del personaje. Parece que han mirado demasiado la taquilla y han rebajado bastante la carga de sexo y violencia del cómic, demostrando una preocupante estrechez de miras.
La dirección de Pete Travis (En el punto de mira) no aporta nada novedoso y se limita a copiar el estilo visual de la ya lejana Matrix. Tampoco es capaz de dotar a la historia de la tensión necesaria. Realmente la acción no es novedosa ni especialmente violenta (mucho efecto digital de cabezas explotando pero que no impresionan. Quizás la colorida y estridente fotografía pensada para el 3D no fue una buena idea, sobre todo si pensamos que algunos decorados y efectos se ven un poco cutres.
El casting es otro problema añadido al film. Karl Urban es un actor bastante penoso, para qué vamos a andarnos con rodeos, aquí está correcto gracias a que no se quita el casco en toda la película, aún así me parece que exagera el famoso rictus de cabreo del personaje incluso más de lo que lo hizo Stallone en la primera versión. Tampoco Olivia Thirlby (hay que ver lo que se parece esta chica a la insufrible Lady Gaga) me acabó de convencer, su papel de mutante psíquica ocupa mucho metraje y realmente no aporta mucho. Tampoco los villanos están a la altura, Lena Headey (300, Juego de tronos) está muy guapa hasta con cicatrices pero no resulta una malvada a la altura del personaje, sólo al final se muestra realmente fría y peligrosa.
A mí me supo a poco.
4,5
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