martes, 19 de febrero de 2013

Grupo 7


Tengo que reconocer que mi corazoncito cinéfilo para los premios Goya de este año estaba con grupo 7. Mi favorita no era Blancanieves ni la excelente Lo imposible. Al final, de las 16 estatuillas a las que era candidata Grupo 7 sólo se llevó los 2 merecidos premios a los actores secundario (Julián Villagrán) y revelación (Joaquín Núñez), ambos excelentes. Me supo a poco, muy poco.

Grupo 7 es un thriller policíaco a la española. Un film de policías y traficantes a la vieja usanza de series tipo Corrupción en Miami (muy de moda en los años en los que se sitúa la acción de Grupo7 ) pero entre las calles de la ciudad de Sevilla pre Expo 92.
Ahora todo nos parece muy lejano, pero hace 25 años este país estaba asolado por la epidemia de la heroína mientras intentábamos demostrar al mundo que éramos capaces de ser un país moderno. Lamentablemente ha pasado el tiempo y ahora vemos que todo aquello era un sueño, pero fue bonito mientras duró. Para construir ciertos sueños hace falta mucho trabajo de campo y de eso se encarga el Grupo 7, de limpiar de droga el centro de Sevilla. Una Sevilla mostrada sin contemplaciones, en ruinas, inundada de descampados y poblados infestados de yonquis. Una Sevilla que se prepara a marchas forzadas para un evento que quizás no sirva para nada (como así parece que fue). No está exenta la cinta de cierta crítica social hacia las autoridades y la desaforada obsesión por las obras faraónicas de dudosa utilidad y rentabilidad.

 Al grano, el film se me hizo ameno y me gustó mucho. La trama de este grupo de policías y su lucha contra ese enemigo imbatible que es el narcotráfico está muy bien rodada. Asimismo, el retrato de los personajes me pareció muy conseguido. No sólo presenta unos personajes en una situación concreta sino que sabe darles vida y les hace evolucionar mediante unos diálogos perfectamente creíbles (algo poco habitual en nuestro cine). Por cierto, nada en el film es blanco o negro, todo tiene matices. Los buenos no son perfectos y tienen múltiples aristas que al espectador le gustaría pulir: son impulsivos, violentos, están frustrados, beben demasiado y mienten.

 El trabajo tras la cámara de Alberto Rodríguez (7 vírgenes, After) es espectacular, sabe dotar de una adrenalina muy especial a las escenas de persecuciones y tiroteos mientras es capaz de conseguir momentos íntimos con una pasmosa facilidad. Gran trabajo el de este director que merece ser reconocido desde ya como uno de los mejores de este país en cuanto a dirección de actores. Para muestra un botón: Antonio de la Torre está fantástico en un personaje contenido que se expresa a base de silencios. Pero yo me quedo con la pareja formada por Joaquín Núñez y Estefanía de los Santos (perfecta en su papel de Kaoba), la intensidad de sus escenas me parecieron lo mejor que se ha visto en el cine español en este año. También me gustó mucho Inma Cuesta, ya viene siendo habitual.

Mis mayores dudas sobre el film recaían en la capacidad del ídolo de masas adolescentes Mario Casas para resultar creíble como duro policía. Para mi sorpresa, debo admitir, y no me duelen prendas en hacerlo, que el muchacho está más que correcto, quizás su personaje no vibre con la intensidad de los secundarios pero no desentona. Al menos, no es sólo una cara bonita, de eso ya vamos sobrados en el cine español.

Recomendable.

7

Una lástima que no se llevara más premios. Como a los protagonistas del film, los premios no han hecho justicia con esta película y no la han tratado como se merece.

1 comentario:

Anónimo dijo...

grandes personajes los secundarios y gran película, muy superior a blancanieves, esos goya que no hay quien se los crea...