En 1958 Orson Wells demostró una vez más su enorme talento con el film Sed de mal. Ya desde su inicio el film es una maravilla. Aquí os dejo sus títulos iniciales en los que un único plano secuencia rodado con una grúa y acompañado por la música del genial Henry Mancini es todo lo que necesita Wells para hacer una escena magnífica llena de ritmo y tensión. Wells inicia el film de una forma directa, mostrando una bomba que es introducida en el maletero de un coche y el recorrido de éste por las calles. El espectador no sabe cuando va a explotar la bomba, ni el motivo, ni quien es la víctima ni quien es el asesino. Todo un prodigio de narración fílmica.
1 comentario:
Por muy célebre y celebrada que sea esta escena, nunca está de más volver a verla. Es un prodigio de la técnica cinematográfica. La música de Mancini la complemente a la perfección.
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