domingo, 2 de marzo de 2014

Her

Spike Jonze (Donde viven los monstruos, Cómo ser John Malkovich, El ladrón de orquídeas) es un director al que siempre hay que tener en cuenta. Es un culo inquieto, un visionario que busca constantemente historias que se salgan de lo convencional. Los resultados de sus películas son irregulares, no siempre da en el clavo, pero sus intenciones siempre son encomiables.

En Her, Spike Jonze escribe y dirige una inteligente y sutil historia que nos habla sobre la soledad en la sociedad actual. No es sólo la historia de un tipo que se enamora de una computadora, sino que va mucho más allá y nos habla de la terrible soledad que se va apoderando poco a poco de esta sociedad tan tecnológica. Cada día estamos más interconectados y enredados (nunca mejor dicho) en redes sociales pero nos sentimos más solos. Hay menos contacto real (físico y/o emocional) con nuestro entorno. Toda nuestra tecnología no puede curar los dolores del alma. De todo ello va Her, un film que parte de una premisa más que atractiva y que está perfectamente desarrollada por Jonze. Puede que hoy nos parezca algo bizarro que alguien se acabe enamorando de un sistema operativo pero no me extrañaría que algo así esté pasando ya mismo, conozco algunas personas que adoran su móvil hasta límites más allá de lo saludable. Cuando las relaciones personales se basan  más en el medio y no en el fin, puede que algo esté fallando.
 Joaquin Phoenix interpreta magistralmente a Theodore, un tipo solitario que está intentado superar una ruptura emocional y que paradójicamente se dedica a escribir cartas de amor para otras personas (una especie de Cyrano de Bergerac moderno). Su trabajo consiste en falsificar las emociones de otros. El mundo que Jonze nos presenta es un lugar aparentemente afable y hermoso, muy limpio y moderno, pero en el que la gente es incapaz de comunicarse y expresar sus sentimientos. Parece como si en la era de la información no hubiera hueco para los sentimientos reales. Más que para comunicarnos, los avances informáticos nos aíslan de los demás.



Es cuando Theodore entra en contacto con este nuevo sistema operativo (con la sugerente voz de Scarlett Johansson, prohibido terminantemente ver este film doblado) cuando descubre a la compañera perfecta. La relación romántica entre Theodore y Samantha (que así decide llamarse dicho sistema operativo a sí mismo) es narrada por Jonze de una de las maneras más imaginativas de los últimos años. Las escenas sexuales entre ambos están tratadas con gran delicadeza y sutileza, Jonze funde en negro la imagen dejando a la imaginación todo el trabajo.

Puede que Samantha sea intuitiva, capaz de evolucionar y aprender, sin embargo, nunca tendrá un cuerpo físico. Parece que cierta fisicidad será siempre necesaria en las relaciones humanas. Sin embargo, Theodore decide engañarse para seguir adelante y no será el único. No olvidemos que Theodore no es perfecto, no es una máquina que se adapta a la personalidad de la otra parte y está condenado a repetir los mismos errores que le han hecho fracasar en el pasado.

Jonze rueda con su peculiar manera habitual, nada es casual y todo elemento visual tiene su significado (ya sea la imagen de un búho atrapando al protagonista o el decorado de un ascensor). Por si fuera poco, Jonze sabe sacar lo mejor de sus actores. Joaquin Phoenix está perfecto aunque es Scarlett Johansson la que se lleva la mejor parte a pesar de no salir ni un segundo en pantalla. Sólo a través de la voz es capaz de transmitir una sensualidad y una proximidad para las que su presencia física podría haber sido un impedimento. Un acierto de Jonze el no mostrar a esta actriz, la imaginación siempre es más estimulante que la realidad. También me gustaron Amy Adams, Rooney Mara y Olivia Wilde que vienen a representar a las mujeres reales en la vida del protagonista, todas muy diferentes entre sí.


 Her es una recomendable metáfora sobre la soledad que plantea preguntas interesantes aunque quizás no aporte respuestas o no fuera ésa su intención. Una vez más, Jonze invita a la reflexión y considera al espectador suficientemente inteligente como para llegar a sus propias conclusiones. Esperemos que no se equivoque.


7


1 comentario:

Anónimo dijo...

muy buena y poética, algo lenta en su parte final pero destacable. De lo mejor del año.