viernes, 13 de febrero de 2015

The babadook


 No nos dejemos llevar por las apariencias, Babadook va de una madre sola con un hijo con problemas que entra en contacto con un ente malvado que les hará la vida imposible pero no es una película de terror al uso. Es más, estamos una vez más en una casa grande con suelo de madera, ruidos nocturnos, puertas, sótanos, etc pero no estamos ante una película de terror convencional.

La debutante Jennifer Kent escribe y dirige esta película. Se nota que hay una mujer tras la cámara, creo que ya era hora que las mujeres aporten su propia visión al cine de terror. Su film se centra más en la madre que en el niño, lo que le da un refrescante enfoque al film. Es la madre la que tira de la película, un personaje que no ha superado una gran pérdida y que intenta rehacer su vida sin lograrlo. Una mujer real, de carne y hueso, que se esconde bajo las sábanas en vez de enfrentarse al peligro. No es una heroína al uso, es sólo una madre superada por el stress y frustración. No hay en este film una figura masculina que represente al héroe que viene a salvar a la desvalida damisela (algo que está ya muy visto) o algo mucho menos prosaico como ayudarla de las tareas domésticas.

 Al igual que en Tenemos que hablar de Kevin, Babadook viene a decirnos que no hay nada más terrorífico que la rutina diaria al cuidado de los hijos. Olvidaros de fantasmas y pariciones varias. No hay mayor maldición que las cargas familiares. El verdadero monstruo está dentro de nosotros mismos. Si perdemos el control es cuando ese monstruo interior se apodera de nosotros haciendo que cometamos las mayores locuras. El villano de Babadook es mucho más terrible que un fantasma o un ser de otra dimensión, está en nuestro interior nosotros  y no podemos acabar definitivamente con él. En ese aspecto me recordó a Intruders aunque con resultados bastante mejores.

  Más allá de los manidos sustos y efectos de sonido que tanto abundan en el cine de terror de los últimos 30 años, Babadook crea una insana atmósfera que se va haciendo asfixiante conforme avanza la trama.


 Me resultaron estimulantes ciertas referencias sexuales, algunas casi subliminales (la grieta en la pared tiene una forma peculiar) así como el original uso de las sombras. Me gustó mucho la expresionista imagen del villano, casi sacado de El gabinete del doctor Caligari. Como buena principiante, Kent rinde tributo a sus influencias. En este caso rinde homenaje al cine mudo de Tod Browning, Georges Méliès y el aragonés Segundo de Chomón.

 Sin embargo, pasada la hora de metraje Kent parece no saber hacia donde dirigirse y pasa a centrarse en lo directamente terrorífico. Deja de lado el terror psicológico para caer en cierto efectismo cercano al cine de James Wan (Saw, Insidious, El expediente Warren). La peli pierde algo de originalidad y fuelle pero el final vuelve a dignificar todo el conjunto.

 Debo destacar la genial pareja de esforzados actores que interpretan a la madre y el hijo. Essie Davis que plasma magistralmente la degradación psíquica y física de su personaje. Por su parte el niño Daniel Henshall compone uno de los niños más perturbadores del cine de terror desde El sexto sentido. La escena en el coche es estremecedora únicamente por su mirada.

Una interesante opera prima de terror.


5'5

3 comentarios:

Esteban dijo...

Me parece una gran idea lamentablemente mal desarrollada. La idea de que el terror reside dentro de nosotros y no fuera es excelente pero la película no lo deja del todo claro, no se logra explicar...y menos con ese final !

Saludos!
Esteban
http://politocine.blogspot.com

Unknown dijo...

La verdad es que tengo muchas ganas de verla,ya te contaré.

MenteLectora dijo...

Precisamente lo que me llama la atención de la película es que no es lo típico. Con lo que me gustan las de terror, estoy harta de las que salen últimamente, algo malas. Aunque está no tiene pinta de dar miedo, sí que parece interesante.