lunes, 5 de abril de 2021

El horror: Vuelve Ella baila sola

Lo siento. Me sale del alma y así tengo que decirlo. Me horroriza enormemente que Ella baila sola vuelvan a los escenarios. No tengo nada en contra de las integrantes originales del grupo (tampoco con las que vinieron después) pero no puedo con sus canciones. Para mí, el colmo de la ñoñería y la pedantería tiene un nombre: Ella baila sola


 Para los que tuvieron la suerte de no sufrir sus canciones sonando insistentemente en las radio formulas allá por 1996, Ella baila sola fue un duo formado por 2 chicas jóvenes: Marta Batía (la rubia) y Marilia Andrés (la morena). Una cantaba por alto y la otra por bajo. La combinación de sus voces resultaba agradable al oyente medio ávido de canciones sin mucha complicación. Sus letras no eran las propias de cualquier joven atolondrada por las hormonas: hablaban de hastío en las relaciones, de rupturas y de eso que ahora llaman empoderamiento. Con apenas una guitarra y sus voces Ella baila sola pasaron de tocar en el Retiro a ser número 1 en los 40. No es que no hicieran canciones bonitas ni tuvieran cierto talento, su problema fue el éxito masivo que tuvieron. Un éxito a todas luces desproporcionado y que provocó una polarización en la juventud de la época. O las amabas o las odiabas. Yo estaba en el segundo grupo. No solamente por su música, era sobre todo por la aplastante maquinaria de propaganda a la que sus cancioncillas eran sometidas.

 Tras el éxito de un tal Alejandro Sanz, las casas discográficas descubrieron el filón de los jóvenes cantantes nacionales. Así pues, las discográficas se lanzaron como locas en busca de nuevos talentos con los que encandilar a la juventud. De ahí surgieron grandes dolores de oídos como La oreja de Van Gogh, Amistades peligrosas o Café Quijano. Todavía duermo con la luz encendida pensando que cualquiera de estos grupos pueden aparecer por sorpresa en mi habitación interpretado sus grandes éxitos. Ella baila sola vendieron nada menos que cinco millones y medio de discos en todo el mundo. Eran otros tiempos. Tuvieron singles que, a base de repetirlos hasta la saciedad, se convirtieron en auténticos hits aunque no pasaran de canciones de hoguera para campamentos de colegios de monjas: 'Lo echamos a suertes', 'Cuando los sapos bailen flamenco' o 'Amores de barra'. Sudores fríos me entran al recordar estas bellas canciones. El monstruo mediático devoró inmisericordemente a aquellas ilusionadas jóvenes y las regurgitó convertidas en estrellas del pop patrio, un rol en el que nunca me dieron la impresión de sentirse cómodas.

Se dice que su relación personal se deterioró pronto y acabaron como el rosario de la aurora. Se dijo que no se hablaban, que grababan sin verse y que incluso las fotografías del dúo se hacían por separado y luego se juntaban sus imágenes con photoshop. Vaya usted a saber.  También se comenta que su contrato les obligó a entregar discos y hacer giras juntas aunque no se soportasen. The show must go on, girls. Vender tu alma al diablo nunca sale barato y menos si en vez de con sangre firmas el contrato con gaseosa. También escuché rumores de que una gran estrella del rock internacional tenía mucho interés en lanzar la carrera en solitario de una de ellas. Probablemente sean todo rumores infundados. Lo indiscutible es que tras su separación en 2001, hemos vivido muy tranquilos sin sus perennes tonadas sonando a todas horas en las emisoras. Cierto que Marta (la rubia) siguió usando el nombre del grupo con otra compañera y que Marilia (la morena) hizo su carrera en solitario. Pero el éxito que antes las adoraba, ahora simplemente las ignoraba. La bestia tenía otras víctimas a las que convertir en famosos durante 15 minutos para luego dejar tirados: los triunfitos. Pero esa es otra historia.

Ahora se anuncia el regreso de Ella baila sola a los escenarios y con sus dos componentes originales en ese cementerio de elefantes de lujo llamado Starlite Festival. Esta resurrección me sorprende tanto como el regreso en falso de Extremoduro. En ambos casos me parece que estamos ante un claro ejemplo de todo por la pasta. Está visto que no hay herida regada durante 20 años con bilis hirviendo que un buen cheque no pueda curar. Que les pregunten a Guns N' Roses o Héroes del Silencio, por citar solamente a 2 grupos que han visto las afrentas entre sus miembros diluidas en dinero. Les deseo lo mejor.

1 comentario:

Adri87 dijo...

Eres muy duro, no sé si es una ironía o lo dices en serio, pero me parece que te has pasado 7 pueblos con las pobres chicas.