viernes, 11 de septiembre de 2009

ANTICRISTO (Antichrist)


Tengo que reconocer que Lars von Trier es uno de mis directores favoritos. Para muchos es un pirado o un timador y para otros un genio. Es cierto que su cine es a veces hermético y difícil de asimilar pero el danés siempre ha demostrado unas innegables ganas de provocar. Ya desde el movimiento Dogma 95 que lideró en los años 90, en el que propugnaba un retorno a los orígenes del cine a través de 10 normas básicas, Von Trier no ha dejado nunca indiferente a nadie.


Su cine puede ser irreverente (Los idiotas), formalmente experimental (Dogville), exasperante (Rompiendo las olas) o musical (Bailar en la oscuridad), pero siempre es innovador. Las ganas de Lars de criticar a la sociedad y sus duras convicciones morales y religiosas se nos presentan de forma abrupta, con escenas muy duras y/o desagradables pero efectivas. Aún recuerdo los últimos minutos de Bailar en la oscuridad: unos dolorosos e interminables minutos de angustia. Pocas veces lo he pasado tan mal viendo una peli.

Ahora Lars nos ofrece una nueva vuelta de tuerca a sus obsesiones de siempre: religión, culpa y sexo. Tras un prólogo formalmente perfecto en blanco y negro, Von Trier nos sumerge en una pesadilla que cada vez se torna más insoportable. El dolor y el vacío existencial que sufre la pareja protagonista acaba traspasando la pantalla y el film se convierte en una experiencia bastante dura. Avisados estáis: no es un film fácil de ver. Poco a poco la pareja se va convirtiendo en una amenaza para sí mismos. La creciente tensión y los extraños presagios nos hacen pensar que algo no va bien. Anticristo no es un film fantástico ni de terror pero tiene ciertos toques de ambos géneros. Tiene escenas que aterran sólo con un plano fijo de un bosque y unos ruidos terribles (al más puro estilo David Lynch). El film consigue que la naturaleza nos inquiete mucho más que ese intento fallido de Shyamalan con El incidente.
Pero en Anticristo la amenaza no viene del exterior. El enemigo está dentro de nosotros o, mejor dicho, nosotros somos el enemigo o, mejor dicho aún, el enemigo duerme con nosotros.


Las relaciones de pareja se convertirán en una tortura psíquica y física. A mí me sacó de quicio la serenidad del personaje de Willem Dafoe, en contraposición con el dolor de su esposa (genial Charlotte Gainsbourg). Sus personajes podrían interpretarse como la eterna lucha entre la razón (o la ciencia identificada con el marido) y los sentimientos (o la superstición identificada en la esposa). Ella somatiza su dolor y sufre lo indecible mientras su marido se obstina en tratarlo todo de forma racional. Pero las premoniciones y visiones serán visibles por ambos, por lo que nadie está a salvo.

Es cierto que puede parecer que el film identifica a la mujer con el mal (o lo irracional), pero no es nada nuevo, ya en la Biblia se identifica a Eva con el pecado, es ella la que trae la perdición al paraíso ofreciendo la manzana a Adán. Otras muchas expresiones religiosas van por el mismo camino. Von Trier sólo se hace eco de esa visión maléfica de la feminidad. Podríamos debatir y hablar durante horas de la ingente cantidad de referencias religiosas y metafóricas de la peli, cada persona que ve el film saca sus propias conclusiones, pero no creo que lleguemos a ninguna totalmente satisfactoria.
Lars rueda lo que le da la gana y cómo le da la gana, une imagenes bellísimas con momentos de auténtica bestialidad, su cine es así. Si tiene que mostrar unos genitales, pues los muestra (sus padres eran nudistas por lo que mostrar el cuerpo humano tal y como es no le supone ningún problema). Si tiene que mostrar violencia, pues la muestra (al fin y al cabo forma parte de nuestra naturaleza, como el sexo). Si tiene que escenificar un sueño precioso, pues lo muestra. Los convencionalismos y lo políticamente correcto no tienen mucho sentido para Lars. Sabe que provocará reacciones encontradas pero no parecen preocuparle, al contrario, parecen divertirle. Hace bien.

Desde luego el film no es perfecto y peca de pretencioso y crudo en muchos momentos. Yo destacaría las imágenes oníricas y/o surrealistas del film, a veces unidas a momentos realmente desagradables, me recordó al Jodorowsky más desatado.

Sólo por su valentía y sus ganas de provocar (algo que siempre hay que valorar entre tanto remake y tanto efecto especial sin alma) me parece que este film áspero y brutal vale la pena.

7
Si eres de los que buscan cine para pasar el rato y olvidarte de las penas, huye de esta película, siempre te quedarán Transformers y GIJoes.


6 comentarios:

Damián de Haedo dijo...

Yo a veces cuando el cine se vuelve tan radical no sé hasta qué punto sólo se busca provocar. Aunque eso tampoco tiene nada de malo. Tendré que verla para juzgar.
Ah, y bien por poner la canción de Genesis.
Un abrazo.

Nanu dijo...

Che me dieron mas ganas de verla esta pelicula, la tengo que conseguir.
Che, vi la de Carretera perdida...¡Increible!
Saludos

Angel "Verbal" Kint dijo...

Una película interesante, sobre la que aún voy reflexionando...
vale la pena verla....y sobretodo ver como algunos han utilizado argumentos ridículos para cargársela.

Mister Lombreeze dijo...

A mí no me gusto la peli, su tufo católico me echa para atrás. No soy fan de von Trier, creo que su cine es un fraude.
Pero la reseña me ha encantado.

Unknown dijo...

POr un instante me he visto tentado de verla, porque me gusta el Von Trier hasta "bailando en la oscuridad" inclusive, no me atrevo a verla esta en concreto, no quiero perder la imagen que tengo de este realizador controvertido. Pero he de reconocer que me ha intrigado su reseña

Unknown dijo...

Alguna vez admire a Von trier, ahora me parece un provocador frio, un manipulador vacuo; un abel ferrara sin alma (lo que es decir mucho)