martes, 6 de agosto de 2013

A puerta fría


 La próxima vez que trates mal a un comercial (reconozco que yo suelo hacerlo) piensa que también es una persona y que está intentando ganarse el pan como todo hijo de vecino. Puede que a nuestros ojos sean unos pesados con la sonrisa más falsa del mundo, pero es su trabajo.



 Al lío, A puerta fría es una buena película sobre el mundo de los comerciales y hasta dónde son capaces de llegar por vender. Puede que sepan que el producto que venden sea una puta mierda, pero su deber es venderlo a toda costa. La competencia es feroz y no lugar para los perdedores.

 Si para mantener este inestable y suicida sistema llamado Capitalismo debemos comprar sin parar, es evidente que alguien tiene que producir y alguien tiene que vender lo que se produce. Ahí es donde encajan los comerciales. Ellos podrían ser la metáfora de un sistema en profunda crisis que intenta sobrevivir a duras penas, el consumo se ha estancado y todo el sistema amenaza con desmoronarse.  
 El comercial encarnado por Antonio Dechent es un veterano comercial que no pasa por su mejor momento, se ve viejo e inútil (no sabe idiomas y las nuevas tecnologías se le resisten) en un mundo implacable que no deja tiempo ni para recobrar el aliento. Una vez fue el mejor pero esos tiempos ya quedan lejos. La feria que se celebra en un hotel durante un fin de semana será su oportunidad de salvar sus ventas. Para ello deberá usar sus mejores armas para lograr que el director de una gran compañía extranjera (Nick Nolte) le compre sus productos. Pero esta empresa le llevará a asociarse con una bella azafata y ambos pondrán en juego mucho más de lo que en principio estaban dispuestos a arriesgar. El mundo es un lugar mezquino y cruel en el que siguen dominando las bajas pasiones.


 El retrato del mundo comercial de esta película no puede ser más despiadado. No hay piedad y el ganador se lo lleva todo. Me gustó el guión de Xavi Puebla y Jesús Gil Vilda parece estar sacado de la observación directa de la forma de funcionar de este tipo de vendedores. Su diálogos desprenden una verosimilitud  que se ve certificada con el buen hacer de todo el elenco actoral.

 Me gustaron mucho los actores, creo que todos componen unas interpretaciones sólidas y creíbles. Me gusta mucho el saber hacer de Antonio Dechent y creo que aquí está en su mejor papel. Tambien María Valverde demuestra una vez más que es una joven a tener en cuenta, no sólo una cara bonita. De Nick Nolte sólo puedo decir que viendo el film me entró la duda de si estaba interpretando o realmente es así en la vida real. La escena del tipo andando por el pasillo del hotel hacia su habitación es un fantástico ejemplo de cómo un actor puede llenar la pantalla sin decir una sola palabra.

 En un momento dado, un personaje se pregunta cuando se fue todo al carajo, quizás siempre supimos que el sistema estaba condenado pero a nadie nos importó mientras nos fue bien.

7

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