Tadao Miyazaki es hijo de Hayao Miyazaki (La princesa Mononoke, El viaje de Chihiro, El Castillo ambulante), el gran maestro del cine de animación japonés que lleva más de 30 años ofreciéndonos historias animadas que rebosan imaginación.Ahora Tadao ha tomado el testigo de su padre y Cuentos de Terramar es su primera película.
Como viene siendo habitual en este tipo de cine, la película se toma su tiempo en presentar a los personajes, quizás el arranque sea demasiado lento pero cuando la acción comienza se adentra en un torbellino imparable.
Me gustaron los personajes, mucho más complejos de lo habitual en las pelis de animación. Hay secretos, miedos y conjuros que los amenazan, forzándolos a tener comportamientos difíciles de explicar. El malvado, un mago realmente andrógino, es de lo mejor de la función, un ser que desea vivir eternamente, cueste lo que cueste. Sobra decir que no es un guión para niños pequeños.
Los decorados de las ciudades están muy trabajados y son un cruce de estilos artísticos europeos: del Románico al Renacimiento. Las escenas de acción están muy bien planificadas y enmarcadas en el entorno, por momentos parece que se han rodado con actores reales.
Técnicamente la peli es una maravilla, no es de extrañar si pensamos que el estudio Ghibli está detrás. La música de Tamiya Terashima es igualmente genial.
No llega a cotas tan altas de como las películas antes citadas, quizás le falla el ritmo, por momentos se hace pesada. También deja muchas cosas sin explicar, no olvidemos que está basada en la serie de libros de la escritora norteamericana Ursula Kroeber Le Guin, dejando las puertas abiertas a nuevas entregas.
No es de lo mejor del estudio Ghibli pero es un buen comienzo para la nueva generación de los Miyazaki. Recomendable para los amantes del anime japonés.
7
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