Toda buena marca ha de tener su logotipo para diferenciarse y distinguirse de los competidores. A veces ocurre como en el fútbol, la mejor defensa es un buen ataque. Piensa en los logos de las marcas de coches, no sólo hacen referencia a un único producto sino a toda una gama de productos de la misma marca. Se supone que todos los productos de la misma marca destilan la misma calidad. Una calidad que sus competidores no pueden ofrecer. El logo los identifica.
Pensemos ahora en logotipos como el de la Coca-Cola. Las letras blancas sobre fondo rojo son quizás el logo más reproducido de la historia. Todos lo identificamos de inmediato. Da igual que el producto no sea ni blanco ni rojo ni que ya no lleve coca(ína).
De hecho, en origen, ni siquiera era un refresco. La Coca-Cola fue inventada en 1885 por el farmacéutico John Pemberton como medicina para aliviar el dolor de cabeza y las náuseas. Básicamente esra una mezcla de hojas de coca y semillas de cola. Más tarde pasó a venderla en su farmacia por 5 centavos como refresco.
En 1886 la fórmula fue adquirida por el empresario Asa Griggs Candler quien la comercializó como refresco a gran escala, Pemberton le había vendido la famosa fórmula secreta por 2.300 dólares de la época. Había nacido The Coca-Cola Company.
Las campañas publicitarias convirtieron a la bebida en una de las más consumidas del siglo XX y en bebida comercial más popular. Es entonces cuando, gracias a la publicidad, la marca traspasa al producto y se convierte en una idea, un estilo de vida, un concepto mucho más grande que una simple bebida refrescante.La importancia de la publicidad es tal que incluso Santa Claus cambió de atuendo (del verde al rojo) tras una campaña publicitaria de Coca-Cola. Algunos no lo saben pero San Nicolás (conocido también como Santa Claus o Papá Noel) es un personaje inspirado en un obispo cristiano de Anatolia (Turquía) que vivió en siglo IV y era normalmente representado vistiendo de verde.
La campaña publicitaria que Coca-Cola encargó al pintor Hadbon Sundblom en 1931 acabó de fijar la imagen que todos tenemos de Santa Claus (un señor mayor, gordete y bonachón que viste de rojo y blanco, los colores de la Coca-Cola). Ya nadie osa pintar a Papá Noel de verde. La publicidad entra arrasando en la cultura popular y la modifica, pasando a formar parte de ella.
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