lunes, 1 de noviembre de 2010

Perez-Reverte contra el ejército de las Nancys pedorras


Hay que ver lo bien que escribe el académico Arturo Pérez- Reverte y lo bien que se expresa. Además está en todo su derecho de pensar que Moratinos ha sido un ministro blandengue. También tiene derecho a ser un rendido admirador de las grandes gestas con las que el ejercito español ha jalonado su historia. Sí, señor. En casi todos sus excelentes libros hay una enérgica defensa de los soldados españoles. Por muy rufianes que fueran, siempre eran temibles en combate y fieros como ninguno. Igualmente sus libros destilan un total desprecio por los ineptos dirigentes de tan temible ejército (algo que también es aplicable a los dirigentes actuales, sean del partido que sean). No hay más que leer cualquier libro de la excelente saga de Alatriste para darse cuenta de ello.

Pero los tiempos cambian y ya no tenemos un vasto imperio que mantener y defender. Ya no hay guerras de religión en Europa, ni armadas invencibles, ni emperadores, ni tercios de Flandes, ni barcos que portan oro desde las Américas. Se acabó, kaput, finito, C’est fini, se acabó lo que se daba.

¿Para qué diantres queremos un ejército hoy en día? ¿Para invadir Francia? Mal nos iba a ir. ¿Para recuperar Holanda? Peor.¿Para instaurar la democracia en Cuba a base de cañonazos? ¿Para reconquistar nuestras antiguas posesiones en América? ¿Reconquistamos el Sahara? No me jodas. Pues si hay conflictos por el mundo y los soldados españoles pueden ir a echar una mano… pues que vayan y ayuden. ¿O preferimos que se queden en los cuarteles esperando a que nos invada alguna maligna potencia extranjera? Igual aparece Bin Laden tomando vinos en la cantina de un cuartel. Lo veo poco probable. Por cierto, Bin Laden sigue sin aparecer. Ya nadie se acuerda de él, pobrecito, los Estados Unidos se van de Afganistán y al colega no hay quien lo encuentre.

Hombre, si te mandan a un país en conflicto a ayudar a la población construyendo puentes, escuelas o repartiendo alimentos… es posible que pises una maldita mina (de fabricación española) o te pille un fuego cruzado con el ducados a mitad de fumar. Es una terrible realidad que hay que afrontar. Quizás sea el nuestro un ejército de la Señorita Pepis o de Nancys pedorras, como dicen algunos, pero los tiempos han cambiado. Los países ya no se dedican al enfrentamiento abierto a la primera de cambio y los ministerios de guerra se cambiaron el nombre a ministerios de defensa tras la segunda guerra mundial.

Quizás la postura de un ministro de exteriores o de defensa se nos aparezca como blanda y sin bemoles. Pero hoy se intenta primero la vía diplomática antes que la proeza bélica. Ya no quedan caballeros como los de antes, que te retaban a duelo por una mirada o decir que te has marchado como un mierda. De los que sí quedan son cafres (hasta las cejas de armas y drogas) dispuestos a abordar un barco o a secuestrar un convoy de ayuda humanitaria. La vía militar (mandamos a Stallone y sus mercenarios a que machaquen a los malos) tampoco es hoy tan efectiva, queda feo en las noticias. Que le pregunten a Putin (adalid de la democracia made in Russia), entrar a saco y disparando sólo provoca más muertes entre los rehenes. Pero tu honor y tus genitales salen intactos, eso sí. Poco consuelo para los familiares de las víctimas.

Lamentablemente, las madres de los soldados caídos seguirán llorando la pérdida de sus hijos, como es lógico y comprensible. También Pérez-Reverte seguirá añorando esa España de grandes imperios y grandes conquistas, esa España que ya no existe.

4 comentarios:

Kinezoe dijo...

A mí cada vez me gustan menos las salidas de tono de Pérez-Reverte. Este hombre pierde el norte... Se pueden decir las cosas perfectamente sin necesidad de ser ofensivos, como tú lo has dicho, por ejemplo. Me da a mí que se lo tiene un poco creído. Lástima, se quedó anclado en la guerra, en su guerra...

Eduardo dijo...

Pues a mí me parece bien que alguien hable como un bestia de vez en cuando en esta sociedad de blandos. Lo de que no se debe insultar... todo el mundo es insultable. Más un ministro.
Lo del ejército, siempre he sido partidario de una supraestructura europea.
Lo de no necesitar de un ejército en absoluto, me parece naif. Y lo de negociar como primera y última medida... pues recordar a Chamberlain o, por no ser tan repetitivo, a Molotov, que también salió escaldado. El mundo sigue siendo el que ha sido siempre.
Y lo que decía Bob Dylan dejó de tener sentido casi al mismo tiempo que Cohn Bendit y Fischler se sentaron en el parlamento de la UE.
Dixi.

Luis Cifer dijo...

Para mí Perez-Reverte es un gran escritor (no sólo de libros, sus artículos son memorables) pero tiene un código ético y moral más propio del siglo de oro. Me parece que es un rara avis que hay que preservar, personajes así son necesarios aunque tenga unas salidas de tono bastante peculiares. Sus cabreos pueden acabar siendo tan míticos como los de ese otro gran hombre de las artes que fue Fernando Fernán Gómez o el famoso "a la mierda" de Labordeta en el parlamento.

Mister Lombreeze dijo...

Pérez-Reverte se repite. Todo lo que no sean tipos duros que se desayunan un sol y sombra por las mañanas, somos nenazas. Creo que se le ha ido la rosca y se le nota más por lo que dice que por cómo lo dice, que coincido con Eduardo en que tampoco es para tanto.

Algunos de sus artículos de El Semanal hacen gracia, otros dan vergüenza ajena, como aquél en el que nos echaba la bronca por usar bermudas en verano.
Se ha creído su personaje. Ser demasiado políticamente correcto da cosa, pero pasarse de auténtico, también.