lunes, 21 de febrero de 2011

Balada triste de trompeta




 Siempre me han dado miedo los payasos. Su maquillaje tan exagerado y sus enormes pies me han asustado más que divertido. Pero siempre me han dado más miedo las películas de Alex De la Iglesia, un tipo que cuando le dejan suelto se le va la pinza y te arrea unas tontadas monumentales. Así es normal que no tuviera ninguna gana de ver Balada triste de trompeta. Pero parece que este país se ha divido otra vez en las dos Españas, entre los que aman esta película y los que la odian. Una división infranqueable que amenaza con romper las bases mismas de nuestra convivencia incluso más que en 1936. Así pues, he visto Balada triste de trompeta.


Alex de la Iglesia casi siempre me decepciona, sus films suelen ser buenas ideas mal desarrolladas que acaban siempre en unos insustanciales y sangrientos fuegos artificiales. Además resulta que el tipo se cree Hitchcock y tiende a abusar de los finales con los personajes en las alturas, algo que está ya muy visto. Además no sabe desarrollar las ideas, se va por el lado gore (el fácil) en vez de por la tensión psicológica o las emociones. Su cine no ha madurado ni parece que ya sea capaz de madurar.

 Supongo que esta historia nació durante una digestión pesada o una resaca de anís viendo en Cine de barrio una película de Raphael (gran cantante, estoy dispuesto a batirme en duelo con quien afirme lo contrario, armas a elegir). Sólo así se puede uno explicar semejante disparate. El amigo Alex se reinventa la historia de este país llamado España y hace con ella una bufonada de las suyas, su particular La parada de los monstruos. Una astracanada llena de locura y sangre. Especialmente chirriante me pareció todo el prólogo, ese Santiago Segura a machetazos en la guerra civil española, ni es veraz ni es divertido. Verle gritar ¡Venganza! a su hijo me pareció lamentable. Tampoco el chiste de la mujer barbuda tiene ni pizca de gracia (igual no era un chiste), tampoco el fusilado que grita ¡Viva el circo! tiene ningún sentido, este tipo de situaciones les quedaban redondas a Rafael Azcona y Berlanga, pero De la Iglesia está a años luz (por detrás). Una ayudita en el guión le hubiera hecho mucho bien.


 El problema radica en que la idea no es mala (ni nueva, ya Muertos de risa partía de una premisa parecida ¿no?) pero no da para toda una película. Los primeros 50 minutos (si exceptuamos el prólogo) son bastante correctos, De la Iglesia nos presenta acertadamente a los personajes de un circo y las tensiones que existen dentro del mismo. Pero no sabe mantener el pulso narrativo ni explora suficientemente el triángulo amoroso entre los dos payasos y la chica. Enseguida todo se tuerce hacia lo grotesco y lo zafio. El guión desbarra de lo lindo y todo lo bueno construido en la primera parte del film acaba en una eterna traca final llena de sinsentidos. Toda la parte final me resultó forzada e increíble. La trama no avanza mientras los personajes corren de un lado a otro sin venir a cuento. La peli se transforma en una parodia del cine de superhéroes tipo Darkman o el Batman de Tim Burton, nos cuenta el origen del héroe y del villano (la transformación física de cada uno de ellos, la confección del traje, la adquisición de los poderes, etc). Por momentos parece una adaptación ibérica de El fantasma de la Ópera o El fantasma del Paraíso. Demasiadas referencias y poco talento.

Aún así Alex De la Iglesia ofrece algunas buenas escenas aisladas (la presentación de la chica, la familia typical spanish) pero la cosa hace aguas en un mar tan enloquecido como sus personajes. Por cierto, me parece muy forzado decir que los dos payasos son la metáfora de las dos Españas, no le veo el sentido. ¿Era necesario meter a Franco en la trama? ¿Por qué suben realmente a lo alto los personajes de este film? Porque Alex no sabe cómo terminar su película, necesita un clímax para dar algo de emoción a un guión que lleva 45 minutos dando tumbos y aburriendo al personal. Lamentablemente, el clímax en las alturas (en el Valle de los caídos ni más ni menos) no funciona.

¿Los actores? Pues en general muy bien en la parte que tienen que actuar y muy pasados cuando el guión se va de madre. Lógico. Cuando la historia de amor ambientada en un circo se vuelve una peli de Tim Burton todos los actores parecen Johnny Depp, gesticulando más de la cuenta. El pobre Carlos Areces llega a hacer el ridículo en más de una ocasión, con lo que me gusta a mí este tipo. Antonio De La Torre está excesivo durante todo el metraje y Carolina Bang demuestra tener una mirada muy poderosa aunque saca más partido a su canalillo. Por el film aparecen también decenas de estupendos actores del cine español (de Sancho Gracia a Terele Pávez), todo un elenco de secundarios desaprovechados en este esperpento.

¿Te pueden premiar en Venecia con una astracanada de este calibre? Sí, si el presidente del jurado es Tarantino, que de tonto tiene más bien poco y supo ver las similitudes con su cine (recicla y vencerás). ¿Se puede hacer un film tan excesivo y que le guste a toda la crítica? Sí, se puede, el film tiene muy buenas ideas pero no las sabe desarrollar suficientemente.

Visto lo visto, lógico que mi sentido común me previniera de ver esta estupidez que es Balada triste de trompeta. Espero que me entendáis.

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7 comentarios:

Rudu dijo...

Estoy de acuerdo contigo, yo incluso le hubiera dado aun menos puntuación.
Para mi gusto la película es mala, se pasa la mayor parte de la misma sin contarme nada interesante y la otra parte contandome poco.
Reconozco que el maquillaje es brutal, pero poco más de bueno me ofrece esa película la verdad.

Un saludo

Un saludo

JuanRa Diablo dijo...

Aún no he visto la película pero una vez más he disfrutado leyendo tu crítica.
Y creo que somos legión los que un payaso nos inspira más miedo que risa

Miguel Artiaga Maciá dijo...

La ambientación y el trabajo visual de Álex de la Iglesia es brutal. La banda sonora de Roque Baños imponente. Pero hay mucho fallo narrativo, muchas lagunas en la trama, escenas gratuitas y demasiado caos en general.

Muy buena crítica. Cuando veas un payaso, desconfía.

Anónimo dijo...

El cine español siempre contando la misma historia sobre la guerra civil. Deberían pasar página de una vez, que no significa olvidar.

Angel "Verbal" Kint dijo...

Suscribo mucho de tu crítica, especialmente el hecho de que la película muestra una serie de escenas aisladas interesantes, pero sin estar bien hilvanadas.
De la Iglesia tiene esa tendencia a mostrar las deformidades físicas como imagen de las "deformidades" internas...no sabe mostrar las dobleces de sus personajes sino es afeándolos

Anónimo dijo...

Es una verdadera pena , que un tipo como tu , que sabe tanto de cine no haga una película .Estoy seguro de que tu película sabría mantener una calidad excepcional de principio a fin. En fin..es una pena que mientras un tipo que sabe tanto de cine ..se dedique a criticar otra películas, mientras que otros que según tu saben tan poco , estén realizando lo que a ti tanto te gustaría..CINE.

Luis Cifer dijo...

Pues sí que es una pena, la verdad. Pero yo sólo expreso una opinión. Te remito a los comentarios vertidos por otro anónimo (o quizás el mismo) en el post sobre Al servicio secreto de su majestad:

http://criticasdeluiscifer.blogspot.com/2010/10/al-servicio-secreto-de-su-majestad-on.html