Hay películas que en su día fueron todo un escándalo pero que el tiempo pone en su sitio. Con la suficiente perspectiva que nos dan los 37 años transcurridos desde su estreno, se puede decir sin ningún problema que no era para tanto.
La historia de una señora que reconoce en el portero de noche de un hotel al oficial nazi que la torturó hace años no es una mala premisa. Tras la repulsión inicial, entre ellos se establece una turbia relación sado maso que fue lo que realmente levantó ampollas en los años 70. Ella se ha convertido en una señora burguesa, esposa de un afamado director de orquesta, y él se esconde de como portero de un hotel mientras intenta eludir a la justicia con la ayuda de otros nazis reciclados.
Cuando el inevitable encuentro se produce ambos caen inmersos en una relación casi tan tortuosa como lo fue durante la Segunda Guerra Mundial. Pero ella no deja de ser un testigo de lo ocurrido, un posible peligro para su torturador. Aunque él no quiera reconocerlo, ella es un peligro potencial.
Es cierto que hay escenas escandalosas pero todo resulta bastante forzado y light, como buscando provocar pero sólo lo justo. Estas escenas más explícitas o morbosas no tienen hoy día ningún valor destacable, sólo resultan aburridas. Mi escena preferida es la de la canción, la imagen de Charlotte Rampling ataviada con unos pantalones, unos guantes negros, unos tirantes y una gorra fue usada para promocionar el film, todo un acierto publicitario pero un engaño para los espectadores, tal atuendo sólo parece en una escena de apenas 2 minutos. Supongo que los españolitos que en su día cruzaron a Perpiñán para ver esta película quedarían bastante decepcionados, el film no es erótico, sólo es aburrido.
Yo nunca me acabé de creer las motivaciones de los protagonistas, la verdad. Entiendo que en otras manos esta peculiar historia podría haberse hecho mucho más creíble. Cavani no profundiza en los personajes, su estilo es muy frío e impenetrable, casi tanto como el rostro de Charlotte Rampling.
Además, la película es un tostón de cuidado, lenta y aburrida hasta decir basta. Ese es su mayor fallo. Liliana Cavani se muestra como una directora osada (o que sólo buscaba el escándalo) al mostrar a una mujer que decide entrar una vez más en el juego de su torturador. Pero la osadía debe ir de la mano del talento para realizar una buena película. También fueron osados los que hicieron Holocausto Caníbal o A serbian film al ir más allá en lo explícito pero por ello no son mejores cineastas (palabra que quizás les venga muy grande). Hace años vi otra película de Liliana Cavani llamada La piel y me dejó muy impresionado, hay escenas que aún tengo grabadas en mi memoria. Pero de Portero de noche sólo recordaré el aburrimiento que me provocó su visionado y la gélida belleza de Charlotte Rampling.
De Dirk Bogarde sólo puedo decir que sus películas me parecen casi todas un aburrimiento supino y que no me gusta nada como actor. Su aire de aristócrata venido a menos le quedaba muy bien a este personaje pero hacia el final naufraga con todo el film.
No sé si es una enferma historia de amor demasiado compleja para mí o sólo una pérdida de tiempo, pero me inclino por lo segundo.
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3 comentarios:
La verdad es que el cine erótico de los años 70 era muy muy aburrido. Incluso las pelis de Russ Meyer me parecen bastante aburridillas. En los 80 y noventa la cosa mejoró con 9 semanas y media e Instinto básico. Pero la cosa se acabó, ahora con internet la gente ya no va al cine a ver gente desnuda.
así como ud menciona su critica me parece demasiado "light". Esta película no es un simple aburrimiento
No sé de donde sacaron que esta es una película erótica, es en realidad una visión descarnada y sin anestesia de las consecuencias de los funadmentalismos políticos, la tortura y la destrucción psicológica de las víctimas, un "juego de monstruos" como lo define el protagonista en un momento. Le diría que la vea de nuevo
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