Luces rojas es el tercer largometraje de Rodrigo Cortés (Buried). Esta vez Cortés nos adentra en el mundo de lo paranormal o, mejor dicho, de los fraudes paranormales.
Ya hace unos años que la serie Expediente X fue un éxito mundial narrando las aventuras de los agentes Mulder y Scully investigando sucesos paranormales. El slogan del póster que Mulder tenía colgado en su despacho era "I want to believe". El póster que tiene colgado el personaje de Sigourney Weaver en Luces rojas dice "I want to understand". Ahí radica la diferencia, Luces rojas intenta arrojar algo de luz y razón sobre lo paranormal sin dejar de ser un thriller más que estimable. No podemos tomarnos el film totalmente en serio, no es un documental sobre sucesos paranormales, es puro entretenimiento. Rodrigo Cortés tiene el mérito de basarse en personajes reales fácilmente reconocibles para elaborar su propio espectáculo, nunca olvidemos que es una película pero algunos datos que arroja son bastante esclarecedores sobre el tipo de trucos que usan todos estos iluminados. La lucha entre la fe y la razón es el motor del film, la firme convicción de unos científicos de que no hay nada más allá de la ciencia les lleva a desenmascarar a timadores y farsantes que se aprovechan de la desesperación y el dolor de la gente. Siempre ha habido farsantes pero ahora es más fácil demostrar que sus trucos se pueden reproducir sin ningún poder paranormal.
Si el tema es muy interesante, Cortés sabe crear la atmósfera y la tensión necesarias, logrando un film que es pura diversión. Incluso nos hace dudar de nuestras creencias, jugando con lo que creíamos saber.
Lamentablemente, tras una presentación de personajes y un desarrollo estupendos, en la recta final el film pierde fuelle. Cortés opta por la vía Shyamalan (craso error) y el clímax del film no está a la altura de lo esperado. Parece que era necesario introducir efectos especiales, mucho ruido y un giro inesperado a toda costa (cosa que yo considero del todo innecesario en este caso) para terminar la película. Al igual que los charlatanes a los que intentan desenmascarar los protagonistas, Cortés crea una gran distracción para desviar la atención del espectador y éste no se dé cuenta de lo endeble de su argumento. A pesar del forzado final, opino que el film es recomendable aunque sólo sea por ser valiente e intentar arrojar algo de luz sobre estos temas.
La presencia de Sigourney Weaver y Robert DeNiro como los dos grandes antagonistas (aunque nunca lleguen a verse las caras) suma enteros al film. Ambos están en sus mejores papeles desde hace bastantes años. Especialmente memorable me parece la interpretación de Weaver. ¿Está el personaje de Robert DeNiro basado en Peter Popoff y Uri Geller? Lo veo más que evidente, incluso dobla cucharas. ¿Está basado el personaje de Weaver en James Randi? También lo creo. Del resto del reparto me quedo con Cillian Murphy (Sunshine) que está bastante bien a pesar de que no me sigue gustando su carita de niño. Por su parte, Leonardo Sbaraglia (Intacto) está convincente como iluminado.
A mí se me quedó grabada una frase del personaje de Sigourney Weaver que puede servir como resumen "Hay dos tipos de iluminados: los que realmente creen tener algún poder y los que creen que no podemos detectar sus trucos, ambos se equivocan". No se equivoquen y disfruten de esta buena película (a pesar del final).
6,5
3 comentarios:
Una película muy buena e hipnótica, aunque sigo pensando que la mejor obra de este director es Concursante.
pues no he visto concursante, la apunto y la comentamos en breve.
Fenómenos paranormales serán el tema central de esta producción, que además de destacar por su historia cuenta con un reparto de calidad. Entre los actores, la participación de Leonardo Sbaraglia es la que más me agradó, un actor que siempre logra excelentes personajes. Sin duda, es una cinta que vale la pena revisar.
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