Parece ser que, por fin, algo se mueve dentro del marchito panorama del cine español. Las mortecinas carreras de veteranos directores consagrados al tedio y la repetición como Alex de la Iglesia, Bigas Luna o Vicente Aranda va dejando paso a nuevas propuestas. La llegada de directores como Juan Carlos Fresnadillo, Rodrigo Cortés o los hermanos Pastor, viene a demostrar que el necesario recambio generacional es ya un hecho. A estos nuevos valores en alza (que deben buscarse las castañas muchas veces fuera de nuestras fronteras) hemos de sumar el de Kike Maíllo, quien, con su primera película, demuestra que es posible hacer cine de ciencia ficción en este país.
Pero Eva es la primera película de Kike Maíllo y la cosa le ha quedado bastante bien. Si tenemos en cuenta que es su primer largo y la complejidad de los efectos especiales que incluye, podemos afirmar que su arriesgada propuesta ha salido razonablemente bien. Sólo en su primera película Maíllo ha arriesgado más que muchos otros directores de nuestra filmografía empeñados en rememorar una y otra vez la guerra civil. Maíllo se decanta por la ciencia ficción, género que parecía exclusivo de Alex de la Iglesia y sus bufonadas, pero desde un punto de vista más adulto. Eva no aporta nada realmente novedoso al mundo de la robótica en el cine pero es un film digno. Tiene buenos efectos especiales (por fin una película española en la que los efectos no cantan) pero no deja que la historia se vea eclipsada por los mismos.
Maíllo demuestra buenas maneras y un buen oficio a la hora de presentar personajes y desarrollar una trama, pero ésta se nos antoja un poco endeble. Realmente esta historia es un triángulo amoroso ambientado en un nevado futuro no muy lejano. El film se centra en los personajes dejando de lado otros temas que se podrían haber desarrollado dando empaque al conjunto (la inteligencia artificial, qué constituye una personalidad, etc), pero no da todo lo que promete. Al final sabe a poco y su historia se nos antoja algo previsible (sobre todo si al inicio del film nos cuenta lo que va a pasar). Son fallos perdonables si consideramos que es su primera película. El mayor fallo del film es que nunca te acabas de creer a algunos personajes ni algunas situaciones. Yo nunca me creí a Daniel Brühl (este chico empieza a ser un lastre en todo lo que hace) ni a Alberto Ammann (otro que tal), ambos forman la pareja de hermanos más inexpresiva del cine español. Tampoco la niña Claudia Vega me acabó de resultar convinvente. Sí me gustaron los habitualmente excelentes Marta Etura y Lluís Homar (quien se llevó merecidamente el Goya por su papel de robot). Quizás la asignatura pendiente de Maíllo sea la dirección de actores.
Como era de esperar, Maíllo rinde tributo a grandes películas del género como Blade runner o 2001 (por cierto nunca pensé se pudiera bailar que el Space Oddity de Bowie ), aunque también a Inteligencia Artificial o al propio Asimov y su Yo, robot.
Resumiendo, que ya me vale, Eva no es un film perfecto, tiene buenas maneras, pero el resultado final se resiente de una historia no bien resuelta y de algunas interpretaciones bastante flojas. Se queda en un loable y meritorio intento de hacer algo distinto, aunque fracase.
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