Tengo que reconocer que estas películas de artes marciales me parecen totalmente desfasadas, como de otra época. Me encantaban cuando era crío pero ahora no me aportan nada. Por ello me acerqué a este film con bastante precaución, (el póster promocional tampoco auguraba nada bueno). Sólo me animó la presencia de Nick Nolte (en su eterno personaje de borracho) y Tom Hardy (madre mía que deltoides luce aquí este muchacho). La participación de estos dos actores parecía darle algo de empaque a un conjunto que desde lejos desprendía un tufillo a testosterona y barata propaganda yanqui.
Sin embargo, Warrior no es lo que parece a simple vista, por una vez, es mejor. La historia de estos dos hermanos separados hace años, el drama de su familia y cómo vuelven a encontrarse no dista mucho de la típica historia del sueño americano que tanto gusta a los yanquis. Sin embargo, el director Gavin O'Connor consigue teñir la historia de una inusitada emoción que se contagia irremediablemente al espectador. Le da un toque similar al cien independiente americano, con drama familiar incluido, que hace que no sea el típico film de patadas. Yo no esperaba nada de este film, como mucho ver un par de buenas peleas, pero acabé emocionado y de pie dando palmas en el salón de mi casa. Así de contagioso es este film de artes marciales.
El mayor acierto del film es irse saliendo de los cánones del género logrando sorprender al espectador que busque algo más que patadas (que también las hay). El tratamiento de los personajes es bastante más profundo que lo que suele ser en este tipo de films, todos tienen una motivación, todos evolucionan ( o lo intentan) y todos resultan bastante creíbles e interesantes a ojos del espectador, incluido el no aficionado al cine de artes marciales. Ni siquiera hay un villano malísimo al que haya que vencer y humillar, sí hay una meta a conseguir que parece imposible. Como en toda peli de artes marciales y boxeo que se precie los combates son adrenalíticos y los buenos lo pasan francamente mal. Incluso el espectador se debate más de una vez entre quien es su favorito para ganar la competición. Así de estimulante es este entretenido film.
Me gustó bastante Joel Edgerton (La cosa, La noche más oscura) aquí hace algo más que de secundario y está francamente bien tanto en las escenas dramáticas como en las de peleas. Por su parte, Tom Hardy impresiona por su físico y por su peculiar personaje. De Nick Nolte poco puedo decir, no defrauda y menos en un personaje tan parecido a sí mismo, incluso fue candidato a un Oscar. También aparece en pantalla la guapa Jennifer Morrison (House) en plan florero (siempre en ropa de cama y tal) pero al final su personaje acaba teniendo su miga (es que nada es lo que parece inicialmente en este film).
No hay que obviar que, a pesar de todo, tiene algunos momentos un poco sonrojantes y pasados de moda, más propios del cine de los ochenta, con los marines aplaudiendo en plan patriota o el luchador ruso. Pero si dejamos a parte la testosterona, los deltoides hiperdesarrollados y el patriotismo, el film logra emocionar y plantea la peliaguada cuestión de qué diferencia a un héroe de un traidor. ¿Se pueden ser ambas cosas a la vez?
Entretenida.
1 comentario:
al ver la foto de la entrada he temido que este blog se habia convertido en un blog gay, veo que no ha sido así. me apunto la peli.
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