Títulos de crédito con música de jazz, letras blancas sobre fondo negro, una gran ciudad, personajes adinerados y neuróticos que no paran de hablar. No cabe duda, estamos ante un film de Woody Allen. Esta vez Allen nos entrega un film sobre la inmadurez y la inseguridad.
Todos los personajes de este típico microuniverso Alleniano están incompletos. Todos anhelan algo o alguien que no poseen. Ya sea la chica de la ventana de enfrente, montar su propia galería de arte, publicar una novela de éxito, aparentar ser más joven o sólo volver a ser felices. Todos los personajes buscarán satisfacer sus deseos mediante métodos más o menos lícitos. Será en vano excepto para aquellos que pongan su fe en lo absurdo, es como si Allen nos dijera que cualquier cosa vale si te hace feliz, que es de lo que realmente se trata en esta vida. Un mensaje común a su anterior film, lo que nos hace pensar que el cinismo de Allen se acrecienta con la edad. Allen nunca tuvo mucha fe en la religión o el matrimonio pero ahora tampoco parece creer en la familia o la amistad. Por otro lado, el film emparenta también con la estupenda Match point no sólo por su ambientación en Londres (donde surge el Allen más pesimista) sino por el comportamiento de algún personaje.
De todo el habitual crisol de personajes me quedo con el típico escritor bloqueado (correcto Josh Brolin), esta vez no tan locuaz como de costumbre, y con la madre abandonada que decide refugiarse en el más allá con tal de tener esperanza (excelente Gemma Jones). Los diálogos entre ambos me parecieron de lo mejor del film. También el personaje de Anthony Hopkins tiene bastante miga. Por otro lado, Antonio Banderas me sigue sin gustar aunque le dirija Woddy Allen, tampoco Freida Pinto me parece gran cosa, aunque es muy guapa.
Esta historia podría haber sido un dramón o una comedia, pero Woody tira por el camino de en medio y nos ofrece una comedia agridulce. El tono y el ritmo del film es de comedia pero las situaciones no son graciosas. Hay bastantes diálogos que podrían haber sido desternillantes (los citados entre el escritor y su suegra) pero Allen los carga con un dramatismo que los vacía de todo humor. Parece como si Allen se mofara de ciertos personajes, subrayando su patetismo al negarse a convertir el film en una comedia. En una escena concreta, el personaje de la madre sigue obstinada en sus creencias (más o menos divertidas) mientras su hija la insulta de forma bastante cruel, dan ganas de reírse de la madre pero el despiadado comportamiento de la hija rompe toda la gracia y nos llena de amargura. Definitivamente, Woddy Allen no cree en la familia.
La película se ve sin problemas gracias a su buen guión y a los estupendos actores, si bien, es cierto que no ofrece nada nuevo (quizás ya sea muy tarde para pedirle tal cosa al maestro) ni entretiene como otras veces. El film deja al espectador con una sensación de deja vu, de haber visto a unos buenos actores en una historia no demasiado original. Desde el principio intuimos cómo puede acabar la cosa, pero yo creo que Allen no buscaba divertir ni innovar, sólo narrar una historia con moraleja.
Otro film menor dentro de la obra de su autor, sin duda, pero aún así es interesante.
6
3 comentarios:
Llevas razón, es un film que se deja ver, pero que no convence del todo. El maestro parece cansado y los personajes, que podrían haber sido fenomenales se quedan en esbozo.
Un tiron de orejas al hombre.
Un abrazote.
Ains...es que Woody no me termina de convencer...
esta película no es las mejores suyas, pero yo recomiendo siempre a la gente que no es fan de Woody que empiecen con algo sencillito de digerir pero lleno de acidez como Desmontando a Harry o Un final made in Hollywood. Son píldoras bastante digestivas que pueden hacer que el espectador se aficione al peculiar y fascinante universo Allen.
Sus films más adultos y pesimistas (Como conocerás al hombre de tus sueños) se pueden hacer algo duros.
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