miércoles, 29 de junio de 2011

Drácula de Bram Stoker


Drácula es un clásico de la literatura de terror que el cine ha convertido en mito. El personaje ideado por el irlandés Bram Stoker ya había inspirado obras maestras como Nosferatu (Murnau, 1922) o Drácula (1931, de Tod Brownning con Bela Lugosi). Incluso considero muy interesante el Drácula (1958) de la productora británica Hammer, dirigida por Terence Fisher con Christopher Lee como Drácula y Peter Cushing como Van Helsing. Cualquiera de ellas es totalmente recomendable, aunque por motivos muy distintos. Pero aún faltaba una última adaptación, quien sabe si la definitiva, sobre el inmortal conde vampiro. La peculiar visión del mito vampírico de un genio del séptimo arte como Francis Ford Coppola.


La novela de Bram Stoker se publicó en 1897 y tiene una curiosa estructura epistolar, es decir, está formada por las cartas que van escribiendo en distintos momentos los protagonistas de la novela. No hay un narrador único, son los distintos personajes los que van narrando cada parte de la historia desde su punto de vista. Stoker no narra el origen del conde ni lo liga al personaje real de Vlad Tepes. Aunque la película se llamó Drácula de Bram Stoker, como si fuera la más fiel adaptación del original, es la película más fiel al libro pero no está exenta de modificaciones.
Primeramente, en el guión de James V. Hart se identifica al personaje histórico de Vlad Tepes, conocido como El empalador, con el conde vampiro. Tal identificación no aparece en la novela de Stoker. Es más, el guión hace que Vlad se transforme en vampiro por amor. Mientras Vlad pelea por la cristiandad (con métodos bastante crueles) para frenar el avance del imperio otomano, llega a su castillo la falsa noticia de su muerte en batalla. Su prometida no puede soportarlo y decide suicidarse para reunirse con él. Tras años luchando por la cristiandad, recibe como recompensa la muerte de su amada. Vlad pierde la fe en Dios y reniega de Él convirtiéndose para siempre en un vampiro.
En el libro las intenciones iniciales del conde son las de trasladarse a Londres en busca de un nuevo territorio de caza. Es un vampiro implacable, un verdadero hijo del demonio. Con motivo de realizar los trámites para la compra de propiedades han ido hasta su castillo en Transilvania Renfield (que ha acabado trastornado) y su sustituto, Jonathan Harker. Pero en la película se introduce alguna variante: el conde tiene aspecto de un anciano de 400 años y descubre por casualidad el retrato de la prometida de Jonathan Harker: Mina. En dicho retrato el conde cree reconocer al amor perdido trágicamente hace siglos. Puede que aún quede esperanza para un viejo vampiro condenado a vivir eternamente en soledad. El amor puede aliviar su eterno dolor. Así pues, lo primero es retener en el castillo al prometido de Mina, Harker quedará en el castillo no sólo para que no desvele los planes del conde de trasladarse a Inglaterra sino también para allanar el camino al vampiro. Después, Drácula decide cambiar su aspecto para la conquista, en el largo viaje en barco hacia Inglaterra irá alimentándose de los marineros e irá rejuveneciendo.
 Este toque de vanidad le hace más humano, no es sólo un monstruo sediento de sangre, tiene sentimientos. A pesar de ver al conde convertido en lobo, murciélago, ratas o niebla verde, se nos presenta más humano y vulnerable que nunca. Cosas del amor. La interpretación Gary Oldman es muy distinta al Drácula que habíamos visto en películas anteriores. La apariencia física del personaje (un viejo con larga túnica o un joven con largas melenas y patillas) es todo un contraste con las versiones de los míticos Bela Lugosi o Christopher Lee. Por cierto, es la única adaptación en la que se ha respetado el hecho citado en la novela de que el conde tiene pelo en las palmas de sus manos (al menos cuando tiene apariencia de anciano). En la parte final del film, más que un terrible monstruo Oldman interpreta a un Drácula enamorado y acorralado que intenta escapar de sus captores. Oldman necesitó hasta 5 horas de maquillaje diarias lo que es un handicap para un actor a la hora de expresarse. A pesar de ello se las arregla para exhibir toda esa gama de gestos que forman parte de su estilo interpretativo cercano al histrionismo. Oldman estudió el acento del personaje y pone una voz mucho más grave cuando interpreta al conde envejecido, en el doblaje al castellano se usaron las voces de dos actores de doblaje.

También el personaje de Mina sufrió alguna transformación. En el guión, Mina cae perdidamente enamorada del conde Drácula y su nuevo aspecto de joven caballero centroeuropeo. En el libro, Mina cae bajo el poder hipnótico de Drácula pero nunca se declara perdidamente enamorada del mismo ni es infiel a su prometido con el conde. Mina es usada por el vampiro para adivinar los planes de quienes quieren darle caza, pero no existe una apasionada relación sentimental entre ellos. El guión del film transforma una historia de terror gótico en una bizarra película romántica. Sin embargo, esta relación queda forzada y poco creíble. Los hechos ocurren muy deprisa, con un ritmo que se acelera cada vez más, sin dar tiempo a justificar los cambios ocurridos en los personajes ni a profundizar en ellos.
Un enamoramiento tan fugaz y apasionado por parte de Mina no resulta veraz, sobre todo si tenemos en cuenta la capacidad de Drácula para hipnotizar y controlar la voluntad. Posteriormente veremos escenas en las que Drácula no quiere convertir en vampiro a su amada y condenarla así a la vida eterna. Lo que parece indicar que el amor de Drácula es verdadero, pero ella sí desea acompañarle eternamente ¿Hemos de suponer que ella lo decide libremente? Winona Ryder (musa de la generación X de los 90) fue la elegida para encarnar a Mina, no lo hace nada mal. Las escenas entre ella y Oldman desprenden bastante química y pasión. Pero el erotismo desaforado del film no está presente en la novela de Stoker, es una aportación del guión.

También el personaje de Jonathan Harker sufre alguna variación, queda en segundo plano tras escapar del castillo del conde, casi no aparece en pantalla, cuando lo hace su pelo se ha vuelto blanco pero no se dice nada al respecto. Tampoco la plana interpretación de de Keanu Reeves ayuda al personaje.

Anthony Hopkins había atemorizado a medio mundo con su Hannibal Lecter de El silencio de los corderos en 1991 y fue un Van Helsing más que digno. Aquí se le dio un cierto toque excéntrico (se pone a bailar con Mina sin venir a cuento) pero es tan efectivo como el interpretado por el legendario Peter Cushing. Hopkins también presta su voz como narrador e interpreta al sacerdote del prólogo. Curioso matiz, el mismo actor interpreta a un religioso y a un científico separados por 400 años, las dos caras del progreso.
Supongo que Coppola aceptó el encargo de rodar Drácula apremiado por los escasos beneficios de películas tan costosas y complicadas como El Padrino 3 o Apocalypse now. Por una vez, Coppola estaba dispuesto a ajustarse al presupuesto inicial y cumplir con los plazos de rodaje marcados. Reunió a todos los actores meses antes para leer el libro original y que fueran aportando ideas para sus personajes. El rodaje se hizo todo en el interior de un estudio, lo que facilita las cosas. Incluso les sobró un día de los 42 que estaba previsto que durara el rodaje. Coppola no modificó el guión y se limitó a plasmarlo en unas sugerentes imágenes, si los personajes no quedan bien definidos creo que se debe al guión más que al propio director.

Aunque fuera un encargo, Coppola quería dar un gran espectáculo a la altura del mito. Toda la puesta en escena del film es propia de una ópera. Uno de los muchos elementos que me fascina del film son los efectos de sonido, en el film hay cientos de voces susurrantes, viento y aullidos de lobo que contribuyen a crear una atmósfera de pesadilla. También creo que hay que destacar el uso de las sombras, las sombras parecen expresar las verdaderas intenciones del conde. Mientras él parece estar tranquilo, su sombra intenta estrangular a Harker al descubrir quien es su prometida. Igualmente la mancha de tinta negra se cierne sobre el cuello de Mina como si de una amenaza se tratara. Coppola reconoció que copió el uso expresionista de las sombras del film Vampyr, La bruja vampiro (1932) de Carl Theodor Dreyer. Igualmente la forma de levantarse del ataúd del vampiro ya estaba presente en el Nosferatu (1922) de Murnau. También las escenas de batallas del inicio están hechas a base sombras chinescas como las de Kagemusha de Akira Kurosawa. Coppola se permite el lujo de copiar/homenajear a los grandes maestros del cine. Ya se sabe que los malos artistas copian y los buenos roban descaradamente.
 Todos los excesos visuales (casi manieristas) son toda una delicia para el espectador. Francis Ford Coppola encargó la fotografía al prestigioso Michael Ballhaus y los simples pero efectivos efectos visuales corren a cargo de su hijo Roman Coppola. Dichos efectos visuales fueron casi artesanales, usando técnicas casi tan antiguas como el mismo cine tales como el uso de espejos, acelerar o ralentizar la imagen o pasar los movimientos a la inversa. Incluso Coppola incluyó unos planos rodados con una cámara antigua como homenaje al centenario del nacimiento del cine.

 La diseñadora japonesa Eiko Ishioka es la responsable de los imaginativos diseños de vestuario, siendo sus trajes una parte importante del decorado y un elemento primordial para entender la psique de los personajes. Los colores y las texturas de los trajes no están elegidos nunca al azar, todo tiene un significado. Algunos vestidos y peinados como el del Drácula anciano se basaban en trajes tradicionales japoneses o cuadros de Gustav Klimt.

También la partitura del compositor polaco Wojciech Kilar confiere al film una peculiar atmósfera entre romántica y fúnebre. El manierismo audiovisual del film obtuvo 3 merecidos Oscars: vestuario, efectos de sonido y maquillaje.

Se dijo que el montaje original duraba 145 minutos y que contenía escenas de alto contenido violento y sexual que fueron retiradas por los productores pensando en la taquilla. Una pena, Coppola tuvo que plegarse a las exigencias de los productores. Al menos, algunas escenas se incluyeron en posteriores ediciones en DVD, tampoco era para tanto.

El Drácula de Coppola es una experiencia audiovisual totalmente recomendable, aunque no es totalmente fiel a la novela. Quizás no sea necesario.

8

11 comentarios:

Alexandre Vaudeville dijo...

Menuda reseña, repaso le has dado a este pirotécnico pero efectivo Drácula, coincido contigo, no era necesario ser fiel al libro, total, lo de siempre, que película es fiel al libro y buena? Supongo que dentro del mainstream se pueden contar con los dedos.

Dr. Gonzo dijo...

A mi esta película me parece la mejor que se ha hecho sobre Drácula, con permiso de Nosferatu, que me parece una obra maestra... pero esta me gusta más. La de Lugosi si que me parece una película muy sobrevalorada y sosa.

Fantásticas interpretaciones, ambietación, efectos... y un Van Helsing que te hace desear un spin off suyo (sin conttar el bodrio que hizo ese anormal de Stephen Sommers).

Anónimo dijo...

gran película, pero es mucho más una historia de amor que una de terror, apenas de miedo.

Möbius el Crononauta dijo...

Gran film, con sus aciertos y otros momentos menos acertados.

Saludos

Anónimo dijo...

La película es muy buena excepto por la parte en que la va a buscar a lucy y tiran una especie de liquido, tipo baldazo, con un color rojo aguachento, que seguramente quisieron simular sangre, pero bueno. Linda igual.

Anónimo dijo...

Una correccion....Dracula planea su viaje a Londres porque sabe que alli encontrara la reencarnacion de su amor...cuando ve la foto de Harker la reconoce y confirma que va a reencontrarse con su amada. Por lo demas es una reseña genial y muy acertada.

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo en que el enamoramiento de Mina sea fugaz y la relación que mantiene con Drácula forzada. Se supone que ella es la reencarnación de Elizabetha, su amor perdido, así que no es que se enamore de él, así, de repente, y partiendo de 0, es que recuerda su todo su pasado y la llama, apagada por el paso del tiempo (y la muerte), vuelve a encenderse. Drácula despierta en ella ese amor que quedó truncado 400 años atrás pero que siempre permaneció oculto, esperando el momento adecuado para volver a surgir. Y por supuesto Drácula continuó enamorado de ella. No es una relación que empieza, es una relación que continúa después de cuatro siglos de ausencia.

Anónimo dijo...

No estoy de acuerdo en que el enamoramiento de Mina sea fugaz y la relación que mantiene con Drácula forzada. Se supone que ella es la reencarnación de Elizabetha, su amor perdido, así que no es que se enamore de él, así, de repente, y partiendo de 0, es que recuerda su todo su pasado y la llama, apagada por el paso del tiempo (y la muerte), vuelve a encenderse. Drácula despierta en ella ese amor que quedó truncado 400 años atrás pero que siempre permaneció oculto, esperando el momento adecuado para volver a surgir. Y por supuesto Drácula continuó enamorado de ella. No es una relación que empieza, es una relación que continúa después de cuatro siglos de ausencia.

Luis Cifer dijo...

Entiendo tu punto de vista. Yo opino que Mina no sabe nada de Drácula ni sabe de su parecido con la prometida de Drácula, más me parece que cae rendida a sus pies bajo los hechizos y artes mágicas del conde, quien parece infundirle los recuerdos de su amada a la joven Mina. No sé, ya ves que todo es opinable. Esta discusión creo que no tiene sentido hacerla sobre el libro, en el que queda muy claro que Mina ama a Johnathan Harker y es hechizada por el conde qien la usa para alimentarse y sacar información. En el libro no hay romance entre ellos (al contrario que en el libro) ni cabe el enfoque romántico de la historia. Coppola humanizó al monstruo.

Anónimo dijo...

Y qué hay del trasfondo religioso de la película?..., nadie sabe interpretarlo?... nadie se ha dado cuenta?... es que sólo es buena peli porque los efectos, decorados, vestuario, música y actores son brillantes?..., es que sólo se hacen reseñas comparativas entre film y libro y nada más?..., es que el mensaje de esta historia no da para pensar más profundamente?... qué similitudes tiene Drácula con satán y cuál es su propuesta de "vida" eterna para los que le rodean?..., por qué se pone todo el énfasis en un amor que no es la causa única de todo lo que ocurre?..., por qué una mujer de 400 años después iba a ser la "reencarnación" de Elizabetha si esta nada sabía de ella y además no casa con la condición religiosa del conde, cuya fe niega la posibilidad de reencarnación en nadie?..., por qué él iba a esperar esto?..., por qué Mina le dice"yo te conozco"?..., por qué tantas rarezas y contradicciones en aras de un amor no interrumpido sino directamente imposible?..., la fantasía permite todos estos equívocos?..., entonces la película no puede ser tomada en serio. No pasa de ser un mero entretenimiento sin razón de ser.

Anónimo dijo...

Después de casi 5 años de leer esta crítica y comentarios....digo que esta película es una OBRA MAESTRA, simplemente asi...

Lo he visto como 30 veces y no me canso de verla..

Nunca lei el libro pero se la vida de Vlad tepes...y la adaptación de Bram Stoker como vampiro...

Es la unica película que trata a Drácula como debe ser, su origen como Vlad y totalmente Gótico...

Francis Ford Coppola es Un Genio