1939, la aristócrata inglesa Lady Sarah Ashley (Nicole Kidman) viaja a Australia para encontrarse con su marido y vender la explotación ganadera Faraway Downs.
Tengo que reconocer que le tengo bastante miedo al director Baz Luhrmann. Su Films son tan estridentes y exagerados que o los amas o los odias. De hecho, considero que los primeros 15 minutos de Moulin rouge! Son un verdadero horror, un canto a la horterada, pero luego, sorprendentemente, el film se calmaba y me acabó gustando bastante. Supongo que el manierista estilo visual de Luhrmann se adapta mejor al genero musical que a ningún otro. También contar con geniales números musicales basados en clásicos de rock y del pop como Queen, Police, Bowie o Madonna ayuda a que la cosa funcione. Pero Australia no es un musical y me daba miedo que los excesos, los efectos visuales y los movimientos de cámara propios de su autor estropearan una historia que tampoco parecía muy atractiva.
Una vez vista la peli tengo que decir que se puede ver, es cierto que los ticks característicos de su autor plagan la peli de principio a fin pero no acaban por hundirla. La hunden bastante más la absurda obviedad del guión y, sobretodo, los labios de Nicole Kidman.
Australia no es más que un desaforado y apasionado homenaje a ese país y a sus gentes. Los paisajes son impresionantes y sus gentes se nos presentan como los más valientes, los más nobles y los más guapos del planeta. También lo malvados son los más malvados y ruines del universo. Todo en la peli es lo más de lo más. Nicole es la más fashion y Hugh Jackman es el tipo más cachas, duro (y a la vez sensible) del universo. Los niños, por supuesto, son los más guapos y los más simpáticos del mundo conocido. Los secundarios son los más entrañables, of course. Todo es excesivo. Todo es muy Luhrmann.
Yo pasé un rato entretenido y me agradó por momentos la genial puesta en escena de esta peli así como con su fotografía (preciosas las puestas de sol, los desiertos, el azul del mar, etc). Los decorados son asombrosos, los continuos planos aéreos son espectaculares y los efectos no están mal. Técnicamente la peli es más que correcta, como era de esperar tras 120 millones de dólares invertidos y 4 años de trabajo.
La historia es otra cosa, por mucho énfasis que ponga Luhrmann al rodar, por mucho que intente emocionarnos visualmente, por mucho que llueva en las escenas emotivas y por mucha puesta de sol alucinante, la historia debe ser emocionante en sí misma.
Pero la historia de una explotación ganadera y del transporte de reses la hemos visto ya cientos de veces. Igualmente la transformación de una refinada y cursi señora de ciudad en una aguerrida luchadora por su propiedad en el campo tampoco es nueva (¿os suena Lo que el viento se llevó o Gigante?). Precisamente, Australia intenta recuperar esos westerns épicos de décadas pasadas. Pero el guión acaba resultando bastante forzado y absurdo, no emociona lo que debiera (aunque lo intenta de forma desesperada) y a veces provoca hasta vergüenza ajena (todo lo referente a El mago de Oz, la armónica, etc).
La pareja Kidman-Jackman funciona bastante bien, no es que haya mucha química entre ellos pero el carisma de Jackman salva la situación. Pienso que Jackman está bastante mejor que la Kidman o su personaje me pareció mejor escrito. Kidman tiene momentos bastante ridículos (la canción Over the rainbow, el intento de gobernar al ganado) que desentonan bastante en el conjunto. Además, sus nuevos labios le restan bastante expresividad y credibilidad. Me gustó el joven actor Brandon Walters, quien tiene los ojos más grandes que nunca he visto en el cine.
Así pues, la peli no aporta nada nuevo y fracasa como gran film espectáculo. Al menos visualmente es bonita y no se hace pesada a pesar de sus 165 minutos.
5
No hay comentarios:
Publicar un comentario