lunes, 27 de abril de 2009

CHE: Guerrilla


Tras la victoria de la revolución en Cuba, el Che intentará expandir la revolución a otros países como El Congo o Bolivia.


Soderbergh continúa con su retrato de la figura del Che. El film se centra, como su predecesor, en la lucha armada del Che. Apenas hay apuntes personales o sentimentales.


La figura del Che aparece aquí menos idealista y más guerrillera. Nada de glorificar al personaje ni convertirlo en un superhombre. Todo eso vendría después, con el Che ya fallecido. Ya sabemos que no hay nada como morirse para que hablen bien de uno. Al final la figura del Che fue absorbida por el capitalismo y acabó en miles de camisetas o inspirando films como el que nos ocupa. Films que no dejan de ser productos de consumo.

Soderbergh sigue optando por el realismo casi documental, sólo que esta vez el film dura menos y se hace algo más llevadero. Desde luego, recomiendo ver la primera parte antes. Todo lo expuesto para la primera parte vale para la segunda: Benicio Deltoro está muy bien, realismo, desmitificación, etc. No es de extrañar, ambas películas se rodaron a la vez por el mismo equipo y se pensaron como un único film. Quizás esta segunda parte te deja un peor sabor de boca debido a que la parte de la historia que cuenta no es tan optimista.

Ya desde el inicio el film no se moja. La peli comienza con la entrada clandestina del Che a Bolivia con una identidad falsa. Los motivos por los que abandona Cuba para luchar en el Congo o Bolivia no son apenas apuntados. El film se ciñe a la versión oficial mediante la retransmisión de un discurso de Fidel Castro (genial Demián Bichir).

Pero al espectador le surgen muchas interrogantes: ¿Eran realmente buenas las relaciones entre Castro y el Che? ¿Qué motivos impulsaron el abandono de la isla por parte del Che? ¿Qué apoyo le brindó el régimen cubano en Bolivia? ¿Y la URSS? ¿Por qué los bolivianos no apoyaron la lucha del Che? ¿Qué papel jugó la CIA? Opino que la peli debería de haber ahondado más en estos fundamentales aspectos antes que centrarse sólo en la lucha armada. Sigo creyendo que Oliver Stone hubiera sido el director ideal para esta historia .

Los actores están igual de bien que en la primera, actuaciones muy creíbles y acentos muy logrados. Por la pantalla desfilan (a veces fugazmente) Matt Damon, Óscar Jaenada, Carlos Bardem o Jordi Mollá.

6

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nuevamente, gracis por una crítica completamente objetiva y sin opinión a superfluisidades.
Alejandro (Neuquén).