Los que crecimos fascinados por la brutalidad del disco “Antichrist Superstar”(1996) hemos ido viendo como la fiera se iba amansando con el paso del tiempo. De ser un tipo abominable ha llegado a convertirse en una mera parodia de sí mismo.
Las deserciones de Trent Reznor en la producción y del bajista Twiggy Ramírez dejaron a Manson finalmente solo ante el peligro y nos acabó entregando un disco tan olvidable como aquel “Eat me, drink me” de 2007 en el que el sonaba como un romántico y domesticado imitador de Him con solos de guitarra a lo Guns N’ Roses.
Ahora parece que Manson ha decidido recuperar su trono de satánico agitador de la puritana sociedad norteamericana, ha limado asperezas con Twiggy y éste ha vuelto al redil (tras sus devaneos con NIN o A perfect circle).
Ahora parece que Manson ha decidido recuperar su trono de satánico agitador de la puritana sociedad norteamericana, ha limado asperezas con Twiggy y éste ha vuelto al redil (tras sus devaneos con NIN o A perfect circle).
Al lío, el disco suena más acústico que nunca (yo echo de menos los teclados y los ruidos industriales) y es bastante más interesante que su predecesor pero tampoco aporta nada nuevo. Es cierto que han vuelto la rabia y la mala leche de los mejores tiempos de Manson. Pero quizás no sea suficiente. Muchos temas recuerdan a otros anteriores del grupo y no hay novedades significativas casi por ningún sitio pero al menos no aburre ni provoca vergüenza ajena, aunque tampoco fascina.
Manson sigue gritando sus polémicas letras de siempre, cantando como siempre, sonando como siempre pero ya no levanta las mismas ampollas. El sonido del disco es bastante inofensivo, hace 10 años nos hubiera impactado bastante más, pero hoy nos parece totalmente inocuo, muy alejado del infierno industrial de sus primeros discos.
Hay buenos temas como Devour, We’re from America, Leave a Scar o Pretty as a Swastika que nos devuelven al mejor Manson pero el resto del disco no está a la altura.
Vocalmente Manson suena algo plano (le pasa desde hace un tiempo) llegando casi a aburrir. Incluso el single Arma goddamn Motherfuckin Geddon suena al típico single de Marilyn Manson (Beautiful people, Disponsable teens, Mobscene), pero esta vez mucho menos efectivo, menos impactante.
La carrera de Manson remonta el vuelo, pero el año1996 y Antichrist Superstar han quedado muy atrás.
3 comentarios:
Desde hace mucho tiempo, cuando compro un disco de Marilyn Manson, sé a lo que voy. No espero que haya cambiado demasiado ni que revolucione el panorama músical. Me gusta su sonido y el tipo de canciones. Sin más. Los dos últimos discos suyos (Eat me, drink me y el que nos ocupa) a mi me parecen bastante interesantes. Los estoy disfrutando, la verdad.
Casi casi lo prefiero versionando...
Hace muchos años que me dejó de fascinar este tío... si alguna vez lo hizo. Trent Reznor habría sido su salvación estando en la producción, y desde luego que sin él ahí, me niebo siguiera a escuchar el disco.
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