miércoles, 17 de noviembre de 2010

Copia certificada (Copie conforme)

El primer film europeo del director iraní Abbas Kiarostami no es un film fácil. Es un film atípico sobre personas hablando de arte. No es una película para todos los paladares, quizás muchos opinen que hay demasiados diálogos y que éstos son demasiado abstractos. ¿Demasiada elucubración sobre las maneras de entender el arte y la vida? Puede ser.


Llegados a un punto del film, la aparente trivialidad se torna profundidad en apenas unos segundos, cuando nos damos cuenta que estamos presenciando algo mucho más intenso de lo que habíamos pensado. Los personajes no son tan superficiales como parecen. Saben que la vida pasa y que puede ser mejor vivir una ilusión (una copia) que afrontar la dura realidad.

Kiarostami nos entrega esta interesante película que se sustenta sobre un buen guión, bellos pasajes de la Toscana y unas excelentes interpretaciones de sus actores principales. El barítono William Shimell debuta en el cine con este personaje y lo hace de forma muy convincente, mientras Juliette Binoche demuestra ser una de las mejores actrices del momento. Sólo por el recital interpretativo de la Binoche vale la pena ver la película. A través de su mirada nos contagiamos de su ilusión, sentimos su preocupación, y sufrimos con su desesperación y su dolor. Todo un recital interpretativo que ya quisieran muchas divas de Hollywood.
Lamentablemente, el film se hace lento en su recta final y el espectador puede perder el interés. Los actores siguen estando geniales pero realmente la trama no da más de sí. Aviso para amantes del cine de acción: el film puede hacerse pesado y desconcierta en sus últimas escenas. Por suerte, tiene la duración justa.

El film es ambiguo y está abierto a múltiples interpretaciones. No da respuestas, sólo ofrece posibilidades mientras juega deliberadamente con el espectador, quien debe decidir si entra o no en el juego. El espectador no sabe con qué quedarse, nunca queda clara cuál es la realidad y cuál es la copia. Los espejos situados hábilmente en los encuadres nos hacen pensar en sí lo que estamos viendo es real o un reflejo. Como en un film de Lynch, cualquier interpretación es válida.

¿Qué creo yo que nos quiere decir Kiarostami con este film?: No todos podemos vivir la vida plenamente, hay veces que nos tenemos que conformar con lo que tenemos. No siempre (casi nunca, diría yo) podemos retener a nuestro lado a la persona amada. Hay veces en la vida en la que no podemos quedarnos con el original y tenemos que quedarnos con una copia (o un reflejo) de la realidad. Mejor eso que nada, ¿no?

6,5

2 comentarios:

El Guardián de la fila 8 dijo...

Estupenda crítica, estoy muy de acuerdo.

Un placer pasear por estos lares.

Mis respetos,
El Guardián

Emilio M. Luna dijo...

El Kiarostami actual está demasiado sobrevalorado. Yo creo que Copie Conforme es demasiado pretenciosa para lo que ofrece al final. Lo mejor, cómo no,Binoche. Un saludo.

Emilio Luna.
El Antepenúltimo Mohicano.